A tan sólo 7 días del referéndum sobre la independencia escocesa, la semana pasada ha visto un gran cambio en las encuestas. Hasta ahora la mayoría de las encuestas situaban a la campaña del “no” por delante, con alrededor de un 10% de distancia. Esta ventaja ya era menor a la que había sido el año pasado, pero aún así parecía predecir una cómoda victoria para el bando pro-unión.
El segundo debate televisado, que tuvo lugar el 25 de agosto, marcó un cambio en la campaña. Mientras que en el primer debate, el primer ministro escocés Salmond, quedó de alguna manera atrapado sobre la cuestión de la unión monetaria; en el segundo, su enfoque sobre el tema del bienestar y la austeridad impuesta por Westminster le dio una gran victoria sobre Alistair Darling. Esto se reflejó en las encuestas. La primera encuesta oficial después del debate fue también la primera encuesta oficial que puso al “sí” por delante.
La encuesta de YouGov, publicada el 5 de septiembre, puso al “sí” con el 51% y al “no” en el 49% (los votantes “no saben” no fueron incluidos). Por supuesto, tenemos que ver esto como lo que es – sólo una encuesta y es la única encuesta seria que ha puesto al “sí” por delante. Sin embargo, es importante y es representativa del cambio que se puede ver entre los votantes escoceses hacia la campaña del “sí”.
El Pánico de la Campaña del “No”
La importancia de esta encuesta se refleja en la desbandada de pánico de la campaña del “no” para intentar recuperar su ventaja. Tanto los conservadores como los laboristas han presentado planes para mayores competencias a favor de Escocia en el caso de una victoria del “no”, y los líderes de los tres partidos unionistas estarán en Escocia haciendo campaña hoy, renunciando a participar en la ronda tradicional de preguntas al primer ministro en el parlamento británico.
El pánico de la campaña del “no” es un tanto irónica en la medida que la conducción del “sí” es un producto de la inercia y de la política de derechas del Partido Laborista. Los votantes laboristas son el grupo predominante que ha empujado al “sí” a la cabeza. Considerando que el 18% planeaba votar “sí” en agosto, ahora esto ha aumentado drásticamente al 35%.
Las razones para esto son bastante claras. Para un votante laborista mirar hacia las propuestas de democracia social y reformas de Alex Salmond resulta atractivo. Al estilo de Obama, que se ha basado en la retórica populista, al hablar de “cambio” y “valores democráticos sociales” de Escocia en comparación con los bancos de alimentos de austeridad de Gran Bretaña. Sin embargo, él no ha podido delinear ningún plan concreto ni cómo hará realidad esta alternativa. También se ha centrado en la sanidad, donde el Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha alegado que el sistema público de salud escocés estará en riesgo si permanece en la Unión, a pesar del hecho de que las competencias del sistema sanitario están totalmente descentralizadas.
El laborismo no ofrece ninguna alternativa
A pesar de que el reformismo del SNP es sólo retórica superficial, no es difícil ver por qué los votantes laboristas están siendo ganados para la misma. El Partido Laborista se ha atado a la austeridad, prometiendo sólo recortes más lentos y “suaves” si llega al poder en 2015. Para el referéndum, se ha metido en la cama con los demócratas liberales y los “tóxicos” conservadores, formando parte de la campaña “Mejor Juntos”.
En la medida que estos partidos están comprometidos con la austeridad y el capitalismo, todo lo que pueden ofrecer es alarmismo y advertencias siniestras. El hecho de que el “sí” aparezca estar tirando por delante, muestra la debilidad de la clase dirigente británica en su fracaso para proporcionar una amplia victoria a favor de la unión. Cameron y compañía metieron completamente la pata al no permitir la plena autonomía fiscal para Escocia (la llamada “devolution max”) – una opción que probablemente habría ganado – si se hubiera incluido en la papeleta de votación. El éxito de la campaña del “sí” también muestra la podredumbre del Partido Laborista parlamentario que ha fracasado en ofrecer nada absolutamente a los escoceses.
Para muchos en la izquierda en Escocia el creciente apoyo al “sí” ha sido motivo de celebración, ya que creen que una Escocia independiente sería más progresista y podría dar un avance a la lucha por el socialismo.
Hay grandes agujeros en este argumento. En primer lugar, la independencia que se ofrece está firmemente basada en el capitalismo y el Estado británico – el SNP desea reducir el impuesto de sociedades con el fin de ayudar a las empresas, mantener a Su Majestad como la Reina y jefa de Estado, mantener la libra y unirse a la OTAN. Ellos también quieren ser miembros de la actual Unión Europea en crisis. Mientras permanezcamos en el capitalismo, esto significa austeridad capitalista. La única medida redistributiva en su libro blanco de más de 600 páginas es ¡el recorte del impuesto de sociedades! La Gran Bretaña de la austeridad no es simplemente un asunto de que los conservadores sean gente desagradable. Es una respuesta a la crisis capitalista mundial que ha visto a los gobiernos de todo el mundo, sean de izquierdas o de derechas, aplicar recortes en un intento de salvar al capitalismo.
El socialismo y la clase obrera
Una Escocia independiente no ofrece nada a la clase obrera escocesa. Es sólo una forma más localizada del capitalismo bajo el que ya estamos viviendo, que sólo puede ofrecer mayores privaciones. Somos socialistas, no nacionalistas. Es sólo la clase obrera quien puede derrocar al capitalismo y cualquier división – por sexo, raza, religión o, en este caso, de fronteras nacionales – sólo nos debilita. Para todos los trabajadores británicos, y de hecho para todos los trabajadores a nivel internacional, nuestros intereses son los mismos – el derrocamiento del capitalismo y la lucha por el socialismo.
Los trabajadores de toda Gran Bretaña están unidos por sus intereses de clase e históricamente se han relacionado en la lucha – los mineros del conjunto de Gran Bretaña fueron a la huelga juntos en 1984/1985. Una Escocia independiente llevaría a una división de la clase obrera y los trabajadores estarían en competencia directa. La Escocia “amiga de los negocios” presentada por el SNP buscaría asegurar los negocios de Inglaterra, y la competencia entre los trabajadores llevaría a una degradación de los salarios a ambos lados de la frontera.
La división entre Escocia y el resto de las islas británicas también sería utilizada por la clase dominante. La pérdida de empleo y las reducciones de salarios serían utilizadas para provocar resentimiento. Como se muestra por el colapso de la Unión Soviética, el socialismo no es nada si no es internacional y la unidad de la clase obrera es la clave para lograr una Gran Bretaña socialista como parte de una Europa socialista y más allá.
En nuestro análisis hemos hecho hincapié en la cuestión de clase, que es fundamental para todos los marxistas. Como dice el viejo refrán, la unión hace la fuerza, divididos caemos. Muchos en la izquierda han olvidado esto y en su lugar se han subido al carro nacionalista, poniendo su fe en una Escocia independiente más “progresista”. Han perdido su fe en la capacidad de la clase obrera para alcanzar el socialismo. El creciente apoyo al “sí” ha dado lugar a un ambiente de euforia y algunos incluso se refieren a esto como una “revolución”, y Colin Fox (líder del Partido Socialista Escocés, SSP) lo comparaba con la Sudáfrica del final del Apartheid ¡cuando los sudafricanos se inscribían en masa en el censo electoral en los últimos días hábiles para votar a Nelson Mandela!
Independencia del capitalismo
Lo que se requiere es un análisis serio. Abogamos por un voto “no”, no porque demos apoyo alguno al status quo, sino, todo lo contrario, por nuestro compromiso con la unidad de la clase obrera y la lucha por el socialismo. La independencia no es la respuesta a nuestros problemas y, ciertamente, no es una revolución. Es simplemente otra forma de capitalismo.
Sin embargo, al mismo tiempo, entendemos que en el contexto de austeridad de Gran Bretaña y la debilidad de la campaña del “no”, sobre todo por la posición del Partido Laborista, por qué se ha incrementado el apoyo al “sí”.
Sea cual sea el resultado apoyamos el derecho democrático del pueblo escocés a elegir su futuro, y vamos a seguir en nuestra lucha para derrocar el capitalismo internacional, el único camino a seguir por la clase obrera.