Rechazamos las sucias calumnias del gobierno contra la izquierda y luchadores populares sobre la pueblada de Castelar y Merlo

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La Corriente Socialista El Militante rechaza las sucias acusaciones y calumnias vertidas por el gobierno de Cristina Kirchner contra la izquierda y luchadores populares, a quienes vinculó con la quema, el día de ayer, de 8 vagones en las Estaciones de Merlo y Castelar.  Los incidentes del día de ayer no fueron una conspiración armada por una "mano negra" sino una verdadera pueblada contra las indecentes y bárbaras condiciones en que miles de trabajadores se ven obligados a viajar cada día en el servicio ferroviario Moreno-Buenos Aires, concesionado a la empresa TBA.

La Corriente Socialista El Militante rechaza las sucias acusaciones y calumnias vertidas por el gobierno de Cristina Kirchner contra la izquierda y luchadores populares, a quienes vinculó con la quema, el día de ayer, de 8 vagones en las Estaciones de Merlo y Castelar. Concretamente, rechazamos las difamaciones lanzadas contra el PO y su militante José María Escobar, contra el MST y Proyecto Sur.

Los incidentes del día de ayer en las Estaciones de Castelar y Merlo no fueron una conspiración armada por una "mano negra" sino una verdadera pueblada contra las indecentes y bárbaras condiciones en que miles de trabajadores se ven obligados a viajar cada día en el servicio ferroviario Moreno-Buenos Aires, concesionado a la empresa TBA.

Con esas aseveraciones, el gobierno nacional insulta a las miles de personas que enfrentan diariamente los retrasos injustificados, las cancelaciones arbitrarias del servicio, el lamentable estado de las locomotoras, la masificación en los vagones, etc. y que conocen y padecen de primera mano el pésimo servicio que brinda TBA, en manos del grupo Cirigliano.

El gobierno pretende, de esta manera, eludir sus responsabilidades en el desastroso estado del sistema ferroviario nacional. Pretende ocultar el fracaso estrepitoso de la privatización y desmantelamiento del sistema ferroviario nacional, del cual es garante, y de la concesión del servicio a un puñado de empresarios parásitos que se embolsan 3 millones de dólares diarios procedentes del Estado.

Lo sorprendente no es que el día de ayer se produjera una pueblada contra esta situación, sino que rebeliones populares de este tipo no se den de manera más seguida, lo que muestra el enorme grado de paciencia que han mantenido hasta el momento los miles de usuarios de éste y otros servicios.

No avalamos el destrozo de vagones ni de locomotoras, como de ningún otro bien público construido y fabricado por la clase obrera, que deberían estar al servicio y el disfrute del pueblo trabajador. Pero no somos cretinos, y comprendemos perfectamente las consecuencias de la ira y la bronca popular que se desatan ante el cúmulo de humillaciones y provocaciones a que se ven sometidos cotidianamente los trabajadores y el pueblo pobre por parte de los empresarios y gobernantes.

En cualquier caso, no sería la primera vez que la policía infiltra a sus agentes en situaciones de este tipo para provocar desmanes y descargar así la responsabilidad de los mismos sobre los dirigentes populares y sus organizaciones.

Calificamos de vandalismo y sabotaje contra el pueblo trabajador la actuación del gobierno nacional al pagar 6.700 millones de dólares al Club de París por la deuda externa ilegítima e inmoral, y que debería destinarse a resolver los graves problemas sociales: salud, educación, transporte. No es casualidad que esa decisión fuese celebrada también por la oposición de derecha (desde Carrió hasta Macri) y todas las asociaciones empresarias.

Reiteramos nuestro rechazo al proyecto faraónico del Tren Bala (3.600 millones de dólares sólo de capital, sin contar los intereses) y que el dinero destinado al mismo se dedique a una reconstrucción integral del sistema ferroviario nacional; así como exigimos la reestatización de todo el sistema ferroviario y de subtes, bajo el control de los trabajadores y usuarios.