A pocos días de asumir, el gobierno porteño comandado por Macri agitó las aguas de la política porteña, cuyas ondas expansivas se extienden al plano nacional. Mientras los sectores dominantes de la sociedad se regodean ante un Mauricio pragmático y efectivo, los trabajadores debemos tomar nota de esta avanzada para prepararnos y responder las contra-reformas que esta emprendiendo Macri. A pocos días de asumir, el gobierno porteño comandado por Macri agitó las aguas de la política porteña, cuyas ondas expansivas se extienden al plano nacional. Mientras los sectores dominantes de la sociedad se regodean ante un Mauricio pragmático y efectivo, los trabajadores debemos tomar nota de esta avanzada para prepararnos y responder las contra-reformas que esta emprendiendo Macri.
El interés social de las políticas de Macri
Para aquellos que todavía creen en la neutralidad del Estado o de sus personeros circunstanciales, para los que todavía acarician la ilusión del bien supremo que debería encarnar esa inmensa maquinaria burocrática, los invitamos a un repaso rápido por las primeras medidas del flamante jefe de gobierno porteño.
Ni bien asumió trabajadores y vecinos de la ciudad nos encontramos que el aumento de ABL, pergeñado en los últimos meses del gobierno Telerman con anuencia del PRO, puesto en el freezer por la bronca popular que desató, y de nuevo traído a la vida mediante la legislatura porteña con apoyo parcial de la tropa K votando el presupuesto 2008, nos encontramos con que ese aumento es mayor de lo que esperábamos.
Primero, la afirmación de que el aumento no sobrepasaría el 50% en las viviendas se cayó por sí sola. En barrios del Sur y Suroeste de la capital, Mataderos por caso, algunos vecinos recibieron hasta el 100% de aumento de ABL. El fabuloso dibujo de 80 zonas arbitrarias, reproduce la asimetría de una sociedad dividida en clases: lejos de que paguen más lo ricos, las filiales de grandes empresas del capital nacional y extranjero, termina erosionando los bolsillos de la clase obrera, empeorando sus condiciones de vida, revaluando las propiedades en beneficio de los especuladores inmobiliarios, y excluyendo a la masa obrera del Va a estar bueno Buenos Aires.
Según estimaciones de la prensa burguesa, por el aumento del ABL y traspaso de la policía federal al ámbito porteño, ingresarían al presupuesto 440 millones de pesos y 900 millones, respectivamente.
La patraña es que, supuestamente, con el impuestazo macrista los deficientes servicios que presta la ciudad deberían reconvertirse en eficientes y dignos para los vecinos. Una hermosa vida asoma por el horizonte… cloacal del macrismo.
Entre sus primeras medidas, destacan la eliminación de los subsidios a las cooperadoras de las escuelas pobres mientras proyectó un subsidio a la enseñanza privada de 500 millones de pesos. Es PRO que los pobres no estudien…
Despidió mas de 2.000 contratados del GCBA y se esperan más con la evaluación de los 18 mil contratos vigentes, al tiempo que mantiene y profundiza el precarización laboral. Es PRO despedir laburantes…
Antes de invertir en salud, el gobierno declaró que los pacientes que residen en el conurbano bonaerense pero se atienden en los hospitales de Capital, serán considerados como no prioritarios. Es PRO dejar sin salud a los desposeídos…
Con la ley de emergencia edilicia escolar, que autoriza la contratación directa, licitaciones privadas y excepcionales, el bueno de Macri tendrá a su antojo 200 millones de pesos sin necesidad de rendir cuentas a nadie. Además la Legislatura ya lo autorizo a endeudar a la Ciudad en 1.600 millones de pesos, bajo el concepto de obras publica.
A esta altura a nadie asombra que haya cerrado la orquesta académica del Teatro Colón…
En cuanto a la intervención de ObSBA en vistas a la desregulación, a nadie se le escapa que lejos de un sano interés por la atención que reciben los afiliados, esta medida es parte de una necesidad política para acorralar a la dirección del SUTECBA en el conflicto actual.
El 28 de diciembre, Macri designó a Jorge Rey como vicepresidente de ObSBA para ocupar el lugar asignado al gobierno porteño en el directorio de la misma. Pero el 2 de enero, en pleno conflicto con los trabajadores del GCBA, dictó un decreto de necesidad y urgencia que interviene la obra social y coloca a Rey como interventor. Más claro echale agua…
Lo cual no significa que ObSBA preste un buen servicio. Todos los afiliados saben las deficiencias y el pésimo estado de la obra social. Del vaciamiento y destrucción que cada directorio nombrado por el gremio llevo a cabo. SUTECBA no se sostiene por el aporte de los trabajadores, sino por el dédalo de negocios y corrupción que es la obra social bajo la férula gremial. La existencia de una superpoblación administrativa esta relacionada con el modelo de gestión del SUTECBA, irracional e ineficiente. Todos queremos un cambio de cuajo en la obra social, al igual que médicos, enfermeros y cada trabajador que se desempeña en la misma.
Pero sinceramente a Macri le importa un huevo la atención que reciben jubilados, maestros u afiliados. Ni que sean rehenes y no puedan cambiar de obra social. La esencia de la medida de Macri es tan política como económica: ha lanzado una audaz apuesta introduciéndose de lleno en la financiación del sindicato y hará, si las cosas le salen bien, fabulosos negociados con la obra social, que traerá un aumento del ritmo y empeoramiento de las condiciones de trabajo y un sensible aumento de las tarfias para atenderse. Es la modernización tan amada por los capitalistas. Además con la posibilidad de desafiliarse y pasarse a las prepagas, cosa que pueden hacer sólo los mejor remunerados, se favorece el negocio de la salud privada y se deja de rehenes de una aún más empobrecida ObSBA a los de salarios más bajos.
No solo los personeros actuales del Estado porteño son en aplastante mayoría empresarios (Lastriri, Rey, Schiavoni, Sturzenegger, Morando etc. etc. y etc.) sino que el interés social que constituye la esencia de las políticas de Macri ya no necesita disfrazarse, mantener ilusiones o proyectar un dispositivo de sombras. A diferencia del matrimonio Kirchner, no precisa de una verborrea popular para asegurar la tasa de ganancia y la acumulación de los capitalistas.
Mauricio es nítido: apuntala el interés privado sobre el social, la maximización de ganancias sobre las condiciones de trabajo y vida de las masas trabajadores. Macri quiere trasformar la Ciudad en la meca de la burguesía argentina: ordenada, disciplinada y silenciosa.
Hay que enfrentar al gobierno de Macri
Hijo dilecto de la burguesía nacional, para Macri no se trata de hacer inversiones en salud, educación, asistencia social, en renovar los instrumentos obsoletos de la administración pública, capacitar y aumentar los irrisorios sueldos de los empleados municipales.
Todo lo contrario. Que los trabajadores estén bien atados a la precariedad más escandalosa, con contratos basura que esconden la relación de dependencia que van de tres meses a un año, sin estabilidad laboral ni antigüedad, o que facturen como si fuesen monotributistas. Esta realidad que sufren los trabajadores del GCBA en particular y el resto de la clase obrera en general, fue y es producida por los empresarios como Macri.
Sin embargo, hay que reconocerle cierta audacia al hombre. La radicalidad y la ferocidad con que enfrentó a los trabajadores del GCBA y al SUTECBA entusiasman a conspicuos representantes de la clase dominante que sueñan haber hallado, al fin, el candidato para enfrentar al gobierno nacional.
Esa demostración de fuerzas del jefe de gobierno porteño, no está cimentada exclusivamente en el 60% de los ¨votos positivos¨. que consiguió en las elecciones pasadas. Sabe, ante todo, que para su futuro político debe demostrar capacidad para cristalizar esa acumulación de poder en acciones concretas que expongan a la luz aquellos planes y medidas que unifican a la clase dominante. A contrapelo de lo políticamente incorrecto según el modus operandi del gobierno nacional, Macri tiene la audacia de quien se siente sostenido por su clase social: la burguesía; así intenta perfilarse como el candidato ideal de la clase dominante, capaz echar trabajadores sin vacilar, de meter sus narices en los negociados turbios de los jerarcas sindicales, amigos a veces, enemigos ahora…
Pero para ser ese unificador de una clase dominante que mira ansiosa el 2010, deberá mostrarse capaz de remar la marea del movimiento social, sindical y político, de disciplinar a las fuerzas sociales en lucha. Dirigir la Ciudad con mano de hierro, sin por eso abandonar del todo las formas democráticas.
Su lema de achicar y sanear el Estado significa, en realidad, agrandar los subsidios y privilegios a las patronales.
De pasar intactos los planes de Macri, las contra-reformas del GCBA se convertirá rápidamente en el modelo a seguir por gobernadores e intendentes de derecha, y luego, por los desgajamientos que ira sufriendo el kirchnerismo. Se profundizarán los recortes sociales y la precariedad laboral, junto a una represión del movimiento obrero en lucha.
Pero, como se dice, el horno no está para bollos. Los vecinos y trabajadores de la ciudad conocemos cuales son nuestros problemas, que las políticas de Macri agravaran mientras los empresarios se llenan los bolsillos. El aumento de tarifas, la inflación, el estado calamitoso de nuestras escuelas y hospitales, los cortes de luz y el ambiente de recomposición en las fuerzas de la clase obrera, pueden asegurar una respuesta y una ofensiva a la altura de las circunstancias.