Por un Movimiento democrático, nacional, popular, emancipador y latinoamericanista
Publicamos un documento elaborado por los compañeros de Proyecto Sur de General Rodríguez (Provincia de Buenos Aires) que nos parece muy interesante ya que incide en la necesidad de que Proyecto Sur tome a la clase trabajadora como el sujeto principal para la transformación social y el socialismo como su programa de acción.
Por un Movimiento democrático, nacional, popular, emancipador y latinoamericanista
Elementos para el debate.
1. Necesidad y oportunidad de un movimiento de masas transformador
América Latina se encuentra en ebullición. Desde hace años, se acrecientan y contagian de país en país las tendencias de ruptura con los modelos abiertamente reaccionarios, basados políticamente en el histórico bipartidismo que dejan paso a otras estructuras políticas con fuertes improntas populares.
En nuestro país, los sucesos del 2001, marcaron un punto de inflexión y señalo el ingreso a esta nueva tendencia que puso en discusión las supuestas ventajas del "neoliberalismo" ya que había caído el Muro de Berlín y con el toda experiencia socialista o aun socialdemócrata, el liberalismo remozado solucionaría todos los problemas y todos seriamos felices. No es necesario explicar a las masas argentinas, latinoamericanas y aun las de los países desarrollados que la copa no derrama jamás y que en definitiva todo es un truco para mayor disfrute de los capitales concentrados, que son los que dominan y explotan los recursos y personas a nivel mundial, con la inestimable ayuda de sus políticos lacayos.
El kirchnerismo es hijo del 2001, tuvo que levantar ciertas consignas progresistas y cooptar a algunos sectores para asegurar los intereses del conjunto de la clase propietaria, local y transnacional, de tal manera que se auto asignó cierto grado de "independencia" que su oposición a la derecha no le perdona y le reclama todo el poder para un programa mas reaccionario aun.
Es el momento de construir la alternativa política basada en un fuerte protagonismo popular que barra con la política al servicio de los dueños del capital, que haga de la política la herramienta que permita solucionar los problemas de las masas que en definitiva es objetivo ultimo que todos esgrimen falsamente.
Otro aspecto a tener en cuenta es la crisis económica internacional, la más grave desde la de 1930, que los gobiernos centrales tratan de salir con descomunales ayudas estatales para sostener el quebranto de sus compañías y desde aquí vamos en camino a las clásicas soluciones antipopulares de Ajuste o Endeudamiento. En algún momento como todas las crisis cíclicas de la economía capitalista por mas aguda que sea se saldrá pero con crecimiento raquíticos y a costa de una mayor explotación de las masas trabajadoras.
2. El debate sobre el socialismo debe ser parte del nuevo movimiento. El papel de la Clase obrera.
El capitalismo no tiene rostro humano.
Creemos que se debe introducir este debate. Estamos de acuerdo y reafirmamos el programa establecido con sus cinco causas, consideramos progresivo y necesario cada uno de sus puntos. Estos marcan una clara delimitación con el programa político del gobierno y de su oposición de derecha. Lo que nos interesa marcar son sus limitaciones.
El desarrollo nacional, la industrializació
Los empresarios son la clase dominante económica y políticamente. Hay que tener en cuenta que la ganancia empresaria proviene del trabajo no pagado al obrero, de la explotación del trabajador La propuesta que "la patria se una" es que el obrero se someta a los intereses de las clases privilegiadas.
Insistimos en que no hay capitalismo de rostro humano, ni empresarios comprometidos con la "nación". El interés de cualquier empresario, sea chico o grande, nacional o extranjero es hacer ganancias, no importa cuanto se explote al obrero o si tiene que despedir o lo que sea. No son solo las multinacionales quienes quieren el petróleo, la tierra, los servicios públicos, etc, también los quieren y se los apropiaron empresarios nacionales ( ferrocarril y subte, Eskenazi en YPF, Grobocopatel, etc.) y explotan esos recursos no pensando en la nación, sino en sus bolsillos.
Cualquier proyecto de cambio social a favor de la mayoría debe pasar por la propiedad colectiva, administrada democráticamente por sus trabajadores, de las principales palancas de la economía, para planificar centralizadamente los recursos en interés de la inmensa mayoría de la sociedad. El retraso en llevar estas medidas adelante hasta su conclusión final por Chávez y Evo Morales es lo que explica las dificultades que estos países enfrentan en el desarreglo económico que sufren por el boicot de los empresarios nacionales y multinacionales a sus economías.
Antiimperialismo
Otro aspecto del desarrollo nacional y antiimperialista es la contradicción entre ambos términos.
La economía capitalista se sustenta en la producción privada de mercancías para su venta en los mercados nacionales y extranjeros. La competencia comercial lleva a choques entre las burguesías nacionales como vemos recurrentemente entre Brasil y Argentina. Sobre bases capitalistas, Latinoamérica camina hacia la profundizació
El mercado mundial unifica todas las naciones. Todas son exportadoras e importadoras de mercancías y están sometidas a una división internacional del trabajo de la que no pueden escapar.
El desarrollo económico "independiente" respecto del imperialismo, solo puede conseguirse desarrollando una política comercial agresiva que limite y debilite la competencia extranjera en el mercado nacional y que organice empresas multinacionales que actúen en otros países y mercados para proveerse de materias primas y ofertar productos más baratos que los de la competencia. Es decir, la única vía hipotética para alcanzar cierto grado de "independencia" económica bajo el capitalismo no es otra que una política imperialista o subimperialista hacia otras naciones y países, tal como hemos visto desarrollarse en China, Brasil y otros.
Nacionalizaciones. Clases propietarias y clase obrera
Algunos consideran que las nacionalizaciones de empresas y sectores clave de la economía son la característica genuina de un gobierno "nacional y popular". Pero en realidad la nacionalizació
El modelo histórico del nacionalismo no es la economía estatizada, sino un país de pequeños y medianos propietarios independientes que no existe más en ningún lugar del mundo. La tendencia es a la concentración y extranjerizacion de la economía
La intervención del Estado en la economía, como vemos ahora generalizarse, refleja la necesidad de que la clase obrera tome la posesión del timón de la sociedad.
La clase obrera es el producto genuino del sistema capitalista, Sostiene todo el andamiaje económico y social del país. Trabaja, lucha y sufre colectivamente. El obrero es ajeno a la búsqueda mezquina y enajenante del interés individual por la ganancia, presente en todas las clases propietarias, grandes o pequeñas. Por lo tanto, la clase obrera es la clase más capacitada para velar por los intereses generales de la sociedad, por la conservación de un medio ambiente sano, por la reducción de la jornada laboral, por el incremento general del nivel de vida, por que haya escuelas y sistemas de salud públicos y de excelencia. Es decir, el socialismo se dibuja como el modelo de sociedad al que aspira de manera latente la conciencia política de cada trabajador.
En rigor, el nacionalismo se adecua completamente a la psicología de las clases propietarias y, particularmente, de la pequeña burguesía, cuyo sentimiento nacional es la extensión de su ilusión a ser parte poseedora del país que habita y de las riquezas que contiene.
Una ilusión porque sólo el 2% de los propietarios argentinos posee la mitad de la tierra cultivable del país. Y los recursos naturales y las principales fuentes de producción del país están en manos de un puñado de monopolios extranjeros y grandes familias y empresarios nacionales (Eurnekian, Techint, Roggio, Eskenazi, Werthein, Pérez Companc, Urquía, Acevedo, Mastellone, Madanes, Cirigliano, Pescarmona, etc.).
La verdadera soberanía nacional pasa por recuperar Argentina para los argentinos y arrancarle a este puñado de oligarcas la propiedad de estos recursos para que sean nacionalizados y puestos a producir para atender las necesidades sociales de la población.
Comprendemos los sentimientos nacionales de los trabajadores, de la juventud y de otras capas oprimidas de la sociedad. Lo que denunciamos es el nacionalismo de los ricos y empresarios como rapaz y depredador, que busca desviar a los trabajadores de la lucha de clases y adormecer su conciencia. Pero el nacionalismo de los obreros y campesinos pobres es honesto y contiene elementos progresistas. Refleja su instinto antiimperalista y está asociado al rechazo a la pobreza, la miseria y la explotación, causadas por la opresión imperialista y el sistema capitalista.