Del 11 al 13 de abril se celebró el Primer Congreso del Partido Comunista Revolucionario (PCR) de Italia en Cervia. Exactamente un año antes, la organización política Sinistra Classe Rivoluzione decidió constituirse como partido y enarbolar la bandera del comunismo revolucionario, convocando a todos los jóvenes y trabajadores dispuestos a luchar contra el sistema capitalista. Un año después, el emocionante crecimiento de las fuerzas del partido y el tumultuoso desarrollo de los acontecimientos a escala mundial ofrecen la mejor confirmación de la valiente elección que hicimos y de las perspectivas políticas en las que basamos nuestra acción.
El Congreso de Cervia fue el evento más exitoso de nuestra historia, con una asistencia récord de 215 compañeros, incluidos 120 delegados elegidos por las células. Fue la culminación del período de discusión precongresual en el que participaron 650 camaradas, organizados en 23 zonas diferentes. Se trata de un resultado extraordinario, fruto de un año de trabajo que ha incorporado a 100 nuevos camaradas y demuestra el sólido avance del Partido Comunista Revolucionario en las escuelas, las universidades y los puestos de trabajo de todo el país.
Las convulsiones y los choques que marcan el ritmo agitado de la situación actual han sido el telón de fondo de nuestro Congreso. Cada día, si no cada hora, se producen grandes cambios en la situación. La elección de Donald Trump, la guerra arancelaria, las fluctuaciones en los mercados financieros, la reanudación de la ofensiva en Gaza, la prolongada guerra en Ucrania, el rearme de Europa, la crisis de la democracia burguesa, la explosión de los movimientos de masas en Serbia, Grecia y Turquía: realmente vivimos tiempos tormentosos.
Son precisamente estos períodos de cambios abruptos e inestabilidad general los que ofrecen las mejores condiciones para la actividad de los revolucionarios, como señaló el camarada Franco Bavila al abrir los trabajos del Congreso. «Cada día, el viejo orden capitalista liberal-democrático se desmorona ante nuestros ojos», y esto tiene un enorme impacto en la conciencia de millones de personas. En un contexto así, nuestros debates no podían ser rutinarios.
Además de los debates plenarios sobre las perspectivas mundiales, las perspectivas italianas y la construcción del partido, en la tarde del primer día los delegados e invitados se dividieron en dos grupos para debatir sobre el trabajo con los jóvenes y el trabajo sindical.
Analizamos el desarrollo de nuestro trabajo en las escuelas y universidades y entre los jóvenes en general, así como en el movimiento obrero, haciendo por ejemplo un balance inicial de la campaña que estamos organizando entre los trabajadores de Amazon.
El entusiasmo era palpable y se reflejó en la venta de literatura en el Congreso, donde se recaudaron más de 2.000 euros con la venta de nuestro material, con especial interés por las últimas publicaciones de la Internacional Comunista Revolucionaria, así como por los clásicos del marxismo que reforzarán la formación de nuestros cuadros. La velada social del sábado fue también una expresión de entusiasmo y una excelente oportunidad para socializar entre compañeros de diferentes zonas, así como para recaudar fondos.
Trump, la bola de demolición
El viernes 11 de abril, el Congreso se inauguró con un debate sobre las perspectivas mundiales, presentado por el camarada Fred Weston, del Secretariado Internacional de la Internacional Comunista Revolucionaria, de la que el PCR es la sección italiana. Fred habló de una repentina aceleración de los acontecimientos, de una transformación de la cantidad en calidad. Durante años se han acumulado contradicciones a todos los niveles que ahora han producido un salto cualitativo en la situación y una aceleración de los acontecimientos.
Y en el centro de estos acontecimientos se encuentra Donald Trump.
Estamos asistiendo a un reequilibrio de las potencias mundiales que está provocando terremotos con repercusiones en todos los países. Como explicó Claudio Bellotti en el debate, Trump es una bola de demolición que está destruyendo el viejo orden.
El declive relativo del poder económico —y, en concreto, industrial— de Estados Unidos le obliga a financiar su consumo mediante una montaña de deuda y capital ficticio, alimentada por la entrada de capitales procedentes de todo el mundo. La aceleración de la guerra comercial por parte de Trump representa un intento desesperado por resolver este desequilibrio.
Pero el auge del proteccionismo, como afirmó Franco Bavila, corre el riesgo de sumir al mundo en una crisis aún más dramática, como ocurrió en la década de 1930. Trump prometió una «edad de oro», pero sus políticas solo preparan una mayor desestabilización y sufrimiento para la clase trabajadora estadounidense y mundial.
El auge de Trump y de los diversos «trumpistas de Europa» (Le Pen, AfD, Vox, Meloni, etc.) refleja así la necesidad de la clase dominante de reavivar el nacionalismo económico (y político) y llevar a cabo medidas represivas contra la clase trabajadora, en un momento en que se recrudece la lucha entre las distintas burguesías nacionales por el control de los mercados y las esferas de influencia. Pero estos fenómenos son al mismo tiempo un reflejo de la ira de amplios sectores de las masas, deseosas de deshacerse de los líderes políticos y los partidos que han impuesto la austeridad y los recortes a la clase trabajadora en las últimas décadas.
Roberto Sarti recordaba cómo la polarización a la derecha va acompañada dialécticamente de la polarización a la izquierda. En Estados Unidos, tenemos la victoria de Trump, pero también la simpatía de las masas más amplias por Luigi Mangione; en Alemania, el éxito de la AfD ve al mismo tiempo el crecimiento del partido de izquierda Die Linke, que en las últimas elecciones obtuvo la mayoría de votos en Berlín, entre las mujeres jóvenes y entre los jóvenes de las grandes ciudades. En Inglaterra, el partido de derecha Reform UK se ha convertido en el primero en las encuestas, pero otra encuesta nos dice que la mitad de los jóvenes británicos quieren una revolución. Toda acción provoca una reacción y, a través de este largo aprendizaje, la conciencia de las masas avanza hacia conclusiones revolucionarias.
El Congreso, en un espíritu de internacionalismo, también dio la bienvenida a Emanuel Tomaselli, dirigente del Revolutionäre Kommunistische Partei, la sección austriaca de la Internacional Comunista Revolucionaria. En su discurso, Emanuel habló sobre el extraordinario movimiento de masas en Serbia, que tiene implicaciones revolucionarias. En Serbia, el 15 de marzo, el 20 % de la población salió a las calles y los estudiantes ocuparon las universidades durante cuatro meses, ejerciendo un control total sobre ellas, mientras pedían la formación de «zborovi», es decir, asambleas de masas para organizar el movimiento. El ejemplo del movimiento en Serbia muestra cómo la situación actual está llena de potencial revolucionario y que corresponde a los comunistas liderar estos procesos y llevarlos a la victoria.
Italia en la vorágine
El segundo día de debate se dedicó a las perspectivas italianas. El destino de Italia está íntimamente ligado a los trastornos que se producen en la escena mundial. De hecho, uno de los procesos que caracteriza el período actual es el debilitamiento de Europa, aplastada en el choque entre las grandes potencias. Y la pequeña Italia no puede sino verse atrapada en esta trampa.
En su discurso introductorio, Alessio Marconi recordó que en 2023 Estados Unidos era el tercer mercado de exportación de Italia, con un valor de 67.400 millones de euros. El mercado estadounidense es «indispensable» para Italia, como dejó claro Confindustria (la federación de empresarios), y Meloni no tiene herramientas para oponerse a las exigencias estadounidenses.
La débil posición de Italia en este choque es un reflejo de la debilidad del capital italiano, el estancamiento de la productividad y la inversión, su carácter parasitario y su inveterada dependencia de las subvenciones estatales. Se trata de una crisis de la estrategia industrial que alcanza su punto álgido precisamente en su sector estrella, la industria automovilística, donde los patrones solo se preocupan por sus propios salarios, como explicó Vincenzo Chianese.
Esta situación se expresa en un colapso del apoyo al gobierno de Meloni. La carrera armamentística, que Meloni ha apoyado con entusiasmo, pesa como una losa sobre los hombros de la clase trabajadora. Mientras los trabajadores se enfrentan a crisis, despidos, inflación y recortes en el gasto social, Meloni se ha sacado de la chistera 25.000 millones de euros para armas y soldados. Es un escándalo inaceptable que se desarrolla ante los ojos incrédulos de millones de trabajadores. Numerosos compañeros nos han contado cómo la cuestión del rearme y la guerra nos permite ahora explicar nuestras ideas de forma muy directa y cómo los trabajadores llegan rápidamente a conclusiones más avanzadas.
En este contexto, el papel de las burocracias sindicales es igualmente escandaloso. Mario Iavazzi explicó cómo Landini, secretario general de la Confederación General del Trabajo, después de animar a las masas con el lema de la «revuelta social», ha desarmado a los trabajadores, canalizando las movilizaciones hacia el callejón sin salida de los referéndums.
En el período actual, los aparatos sindicales representan el principal obstáculo para el desarrollo de movilizaciones masivas de los trabajadores.
Por otro lado, los trabajadores ya han demostrado que están dispuestos a luchar. La huelga de transportes del 8 de noviembre, las huelgas de los trabajadores de Stellantis, la huelga general del 29 de noviembre, las luchas combativas como las de Trasnova o las de los trabajadores de la logística, nos dan una idea de la creciente voluntad de lucha de los trabajadores. En algún momento esto tendrá que expresarse en formas de organización desde abajo, pasando por alto los aparatos sindicales, como ya hemos visto en el caso de la lucha de las trabajadoras del Instituto Geriátrico Redaelli de Milán.
Las explosiones de ira entre los jóvenes en respuesta al asesinato de Ramy Elgaml por la policía, o las protestas combativas contra la lacra de los feminicidios confirman que los jóvenes tampoco están pacificados, y las constantes provocaciones del gobierno no hacen más que echar leña al fuego.
La crisis del capitalismo a todos los niveles nos obliga a avanzar en mil frentes. Alessandro Giardiello explicó cómo los marxistas deben, sin embargo, mantener siempre el movimiento real como punto de referencia. No sabemos dónde comenzará. Durante décadas, la clase obrera se ha atomizado cada vez más en este país. Pero veremos un movimiento real que superará estas barreras, situando a los trabajadores y a los jóvenes en el centro de la lucha y liberando toda la energía y las fuerzas que hasta ahora parecían dormidas. Es sobre esta base que el Partido Comunista Revolucionario tendrá que demostrar que está a la altura de la tarea histórica que nos hemos fijado.
¡Construir el partido revolucionario de la clase obrera!
Tras dos días de intensos debates, la sesión final sobre organización tuvo lugar el domingo. Y es en la cuestión del crecimiento de las fuerzas de nuestro partido y nuestras intervenciones en la lucha de clases donde debemos poner a prueba la corrección de nuestra teoría y nuestro análisis. En este frente, el crecimiento de la organización es emocionante y esto se refleja en la creciente confianza de los compañeros en la posibilidad de promover con éxito nuestras ideas en la sociedad.
En su discurso introductorio, Paolo Grassi ofreció un panorama del crecimiento de nuestro partido que nos ha permitido llegar donde nunca habíamos llegado y seguir desarrollándonos donde ya teníamos presencia. La situación cambiante en Italia ha llevado a decenas y decenas de trabajadores y estudiantes a sumarse a nuestra lucha. La campaña «¿Eres comunista?» ha sido un éxito rotundo y esto no es casualidad. Ha logrado conectar con la radicalización en la conciencia de todo un estrato de jóvenes estudiantes y trabajadores, disgustados tanto por el capitalismo como por la hipocresía y las vacilaciones de la izquierda reformista.
De hecho, es precisamente nuestro trabajo entre los jóvenes el que constituye el principal campo de nuestro crecimiento, como se pudo ver en la sala del congreso, que estaba llena de jóvenes.
En las últimas semanas, el crecimiento numérico y político de nuestra organización se ha expresado en nuestra campaña entre los trabajadores de Amazon, que se ha llevado a cabo en todo el país, con la distribución de miles de folletos en 20 almacenes de Amazon, en 11 ciudades diferentes. Allí nos hemos encontrado con una clase obrera joven que no se ha desilusionado con las derrotas del pasado y que busca nuevas ideas para acabar con su salvaje explotación.
Mientras tanto, el partido avanza en todas partes y en muchas ciudades somos literalmente la única organización que abraza abiertamente las ideas del comunismo y explica la necesidad de construir un partido. En varias regiones nos acercamos rápidamente a los 100 compañeros, mientras que en muchas otras zonas estamos asistiendo a un crecimiento meteórico o a la consolidación de un nuevo sector de cuadros políticos jóvenes, que liderarán nuestro crecimiento en el próximo período.
Como explicó Marina Wildt, la radicalización de capas crecientes de la juventud no solo afecta a las grandes ciudades, sino también, y en mayor medida, a los suburbios circundantes y a las pequeñas ciudades. Marina explicó cómo, dirigiéndonos a estas capas, hemos logrado construir una nueva sección llena de jóvenes en la región de Nápoles, en Torre del Greco, reuniendo a compañeros de las ciudades del Vesubio. Este crecimiento también se está produciendo en Véneto, Lombardía, Emilia Romaña, Lacio y Toscana. También están naciendo o fortaleciéndose nuevos grupos de compañeros en el sur de Italia, en Calabria, Apulia, Sicilia, Cerdeña y otros lugares. Se necesitaría un artículo aparte para ilustrar todo el alcance de la expansión de nuestro trabajo.
Por último, merece una mención especial nuestro trabajo entre las mujeres. Serena Capodicasa señaló que la ira incontenible por la condición real en que viven las mujeres está dando lugar a un proceso de radicalización profunda. Conseguimos aprovechar en parte este proceso con nuestra campaña «¡Revolucionarias contra el patriarcado!» en torno al 8 de marzo y la asamblea nacional del 7 de marzo, que fue un gran éxito. Nuestro enfoque en este tema se verá reforzado con la publicación de un nuevo folleto sobre la opresión de la mujer y el libro de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
Al final del debate del domingo, Fred Weston concluyó las deliberaciones en nombre de la Internacional. Fred explicó que Italia es uno de los eslabones débiles de la cadena del capitalismo mundial. A lo largo de la historia, la clase obrera italiana ha tenido tres oportunidades de tomar el poder: entre 1918 y 1920, entre 1943 y 1948, y entre 1968 y 1977. En todas ellas, la clase obrera fue traicionada por los reformistas y los estalinistas, mientras que las escasas fuerzas del marxismo genuino fueron incapaces de formar una alternativa.
Estas derrotas han llevado, al final de cada generación, a un sentimiento de desilusión hacia las ideas revolucionarias. Pero la crisis del capitalismo está abriendo ahora un nuevo ciclo, y las contradicciones del período anterior están preparando un punto de inflexión en la situación. Solo construyendo un partido comunista revolucionario fuerte podremos impedir que esto vuelva a suceder y evitar que nuevas derrotas abran un período de guerras devastadoras y de destrucción sin precedentes a escala mundial.
La situación actual prepara el desarrollo de procesos revolucionarios en todos los países, en el curso de los cuales las ideas del comunismo podrán conquistar a la mayoría de la clase obrera. El Primer Congreso del Partido Comunista Revolucionario marca un paso importante en esta dirección. Como le dijo un repartidor de Amazon a uno de nuestros compañeros, que estaba repartiendo folletos frente a su almacén: «¡Por fin han llegado!».
Como es tradición, el Congreso solo pudo clausurarse volcando todo el entusiasmo de la sala en el canto de La Internacional y Bandiera Rossa.
¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!
¡Viva la Internacional Comunista Revolucionaria!
¡Viva la revolución socialista mundial!