Nuestra Corriente siempre bregó por la unidad de la izquierda y los luchadores, que la misma se transforme en un frente político real, crítico y autocrítico de las fuerzas que lo componen y de su actividad. Un frente político que no disuelva las fuerzas que lo integran, sino que guarde la independencia política y organizativa. Planteamos mecanismos democráticos, que pusieran en debate las diferencias resguardando como prioridad jerárquica la unidad en relación a las tareas que se desprdesprenden de los frentes de masas, de las necesidades que día a día manifiestan los explotados.
Apoyo crítico a la lista que encabeza Patricia Walsh
Nuestra Corriente siempre bregó por la unidad de la izquierda y los luchadores, que la misma se transforme en un frente político real, crítico y autocrítico de las fuerzas que lo componen y de su actividad. Un frente político que no disuelva las fuerzas que lo integran, sino que guarde la independencia política y organizativa.
Planteamos mecanismos democráticos, que pusieran en debate las diferencias resguardando como prioridad jerárquica la unidad en relación a las tareas que se desprenden de los frentes de masas, de las necesidades que día a día manifiestan los explotados.
Esta ha sido siempre nuestra visión y actitud política.
De todas maneras nos importa señalar cuál es nuestro balance de esta consigna que mantenemos: unidad de la izquierda y los luchadores. No consideramos menor la responsabilidad principal que les toca a algunas de las agrupaciones más relevantes de la izquierda en el fracaso para la conformación de este frente, nos referimos al Partido Obrero y al Partido Comunista.
La dirección del PO ha puesto todo tipo de obstáculos para negar la unidad de la izquierda. Basta recordar su participación condicional en el espacio político conocido como "Reagrupamiento de la izquierda" que nunca integraron, o su política de boicot a otros espacios de frente único, como el Movimiento Intersindical Clasista donde nos acusan de reformistas y kirchneristas a quienes lo conformamos. Dividiendo de hecho al activismo sindical, barrial, estudiantil, etc. en los mismos lugares de trabajo y estudio.
Su actividad sectaria, oportunista y autoproclamatoria daña enormemente la necesidad de unidad, contribuyendo a la atomización de los grupos y cientos de activistas que ven con desmoralización y desazón que se pierde nuevamente una inmensa oportunidad.
La dirección del PC es la otra gran responsable ya que no sólo fracturó Izquierda Unida sino que además integra las listas de los partidos patronales como es el caso de Santa Fe y Gran Buenos Aires. En la primera, integrándose al Frente Progresista Cívico y Social de Binner quien representa, en boca del dirigente del PC Patricio Echegaray, nada menos que a la nueva política, contra la vieja política que queda del menemismo. Echegaray va más lejos cuando dice que ellos no utilizan un izquierdómetro para la formación de frentes.
De la misma manera que balanceamos el comportamiento político de estas organizaciones, también lo hacemos con relación al MST.
El mismo viene agitando por la necesidad de construir un frente de izquierda. Es verdad que en el ocaso del "Reagrupamiento de la izquierda" esta fuerza disolvió de hecho el incipiente debate iniciado y sin más publicitó la candidatura de Patricia Walsh.
Pese a todo, y con las diferencias que mantenemos, esta fuerza integra y propicia el desarrollo del MIC.
Su defensa del proceso revolucionario en Venezuela y el apoyo crítico al Presidente Chávez es también un punto que favorece un escenario común.
En particular, en la Provincia de Santa Fe se viene desarrollando un Frente Político y Electoral integrado por el MST, MAIZ, la Corriente Socialista El Militante, CC. POR, Praxis, Asambleas del Cordón y activistas independientes. Sin embellecer este proceso entendemos como un paso adelante la formación de este frente.
Creemos que, más allá de las diferencias programáticas y tácticas, nuestras coincidencias en estos campos de trabajo y agitación (MIC, revolución venezolana, Frente político y electoral en Santa Fe, etc) permiten un diálogo y un intercambio fraternal de ideas con el MST y otras agrupaciones, que ayudan a crear condiciones propicias para un genuino reagrupamiento de las fuerzas de izquierda.
Por eso, en relación al proceso electoral, y tomando nota del desarrollo señalado anteriormente, planteamos un voto crítico a las listas impulsadas conjuntamente por el MST y otras agrupaciones para las diferentes elecciones provinciales y nacionales, en el caso de que no se constituya un frente político común de la izquierda, al menos entre las fuerzas más relevantes (MST, PO y, eventualmente, PC).
En el caso de la Capital Federal, siendo consecuentes con la posición planteada defendemos el voto crítico a la lista encabezada por Patricia Walsh.