PONER EN PIE LA RED FERROVIARIA BAJO CONTROL DE LOS TRABAJADORES

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Los hechos de Haedo a fines del pasado mes de octubre, en su esencia, en su expresión más pura, y más allá de la campaña insostenible de mentiras e infamias lanzada por parte del Gobierno contra la izquierda, mostraron el enfrentamiento y el choque de intereses irreconciliable entre los trabajadores y la gran patronal que integran, entre otros, los Roggio, los Cirigliano, Fortabat, etc. Los hechos de Haedo a fines del pasado mes de octubre, en su esencia, en su expresión más pura, y más allá de la campaña insostenible de mentiras e infamias lanzada por parte del Gobierno contra la izquierda, mostraron el enfrentamiento y el choque de intereses irreconciliable entre los trabajadores y la gran patronal que integran, entre otros, los Roggio, los Cirigliano, Fortabat, etc.

Vale recordar que no es el primer estallido contra empresas privatizadas en los últimos 4 años, que ha incluido más de una vez corte de vías, quema de vagones o estaciones, escraches, toma de edificios, además de huelgas por aumentos salariales, despidos, seguridad, encuadre sindical, horas de trabajo, convenios, etc.

Y todo esto no lo desconocía el gobierno de Kirchner, quién se llenó la boca demagógicamente al comienzo de su campaña presidencial acerca de que iba a recuperar los trenes para los argentinos.

No solo no cumplió con absolutamente nada de eso, sino que además y de manera escandalosa el gobierno aumentó los subsidios estatales un 32% más para empresas de trenes, subtes y cargas. De ese porcentaje 208 millones de pesos son para trenes y subtes, y de ese total, nada menos que 59,5 millones (30%) son para el grupo que maneja TBA. Parece una cachetada a todos los trabajadores que usan el servicio, un chiste, pero es así: el Estado “premia”a los que no invierten y acumulan ganancias, a costa de exprimir a los trabajadores. Se le cae la careta al gobierno y empieza desnudar crudamente al servicio de que intereses está.

Estos chupasangre no cederán su tasa de ganancia, seguirán exprimiendo de manera combinada al Estado y a los trabajadores, sacando de uno multimillonarios subsidios y de los otros, aumento de boletos, desinversión y bajos salarios. Con los trenes en sus manos, seguirán los malos tratos diarios, los hacinamientos, y los accidentes cotidianos.

En cuanto al transporte de pasajeros y de cargas, es necesario recuperar los trenes bajo control de los trabajadores, expropiárselos a estos parásitos, sin indemnización, para viajar a bajo costo, de manera segura, y con comodidad. Si no les arrebatamos los trenes, es probable que se pierdan más ramales, y que lo que queda de la desmantelada red ferroviaria se acerque a un alto grado de deterioro e inutilización.

Reconstruir la red ferroviaria, generaría de manera automática y directa casi 100.000 puestos de trabajo y, de manera indirecta, además generaría múltiples obras públicas y todavía más puestos de trabajo, bajando además los costos de traslado de personas y de materiales para la construcción, alimentos, etc.

Y está claro que si reestatizar los trenes bajo estas condiciones, con control democrático de los trabajadores, provocaría estas impresionantes mejoras de forma más o menos inmediata, ¿cuánto más beneficioso sería para todo el pueblo que los mismos trabajadores nos hagamos cargo de los resortes fundamentales de la sociedad, de la planificación de la economía para el conjunto de la población?