Los medios de comunicación dan por hecho que los talibanes tienen un verdadero apoyo de masas en Pakistán, pero en este artículo vemos cómo realmente están promovidos por fuerzas dentro del Estado que los ven como un instrumento útil para aterrorizar a la población, y como un medio de mantener su propio gobierno corrupto. ¡No deberíamos olvidar en primer lugar el papel del imperialismo norteamericano en su promoción!
Los medios de comunicación dan por hecho que los talibanes tienen un verdadero apoyo de masas en Pakistán, pero en este artículo vemos cómo realmente están promovidos por fuerzas dentro del Estado que los ven como un instrumento útil para aterrorizar a la población, y como un medio de mantener su propio gobierno corrupto. ¡No deberíamos olvidar en primer lugar el papel del imperialismo norteamericano en su promoción!
Hoy el miedo y el terror reinan en los maravillosos valles de Swat y Malakand. Después de destruir el pacífico valle de Swat, ahora el terror se arrastra y afecta a los nueve distritos de la región de Malakand. Animados por las victorias de las hordas vigilantes con atuendo talibán, los elementos fundamentalistas están acosando a la población en toda la región e incluso más allá.
¿Pero quiénes son los talibán y cuál es el secreto detrás de su éxito? Los talibanes en realidad son elementos criminales de la sociedad unidos por las fuerzas armadas y las agencias secretas de Pakistán. Con el apoyo total del servicio secreto (ISI) y de la administración local, avanzan sin ninguna resistencia real.
En Malakand si se pregunta a un pregonero callejero, a un conductor de autobús, a un mecánico o a un estudiante "¿quiénes son los talibanes?" Lo primero que haría sería reírse ante tu pregunta y después te diría que en realidad no son nada y que son las agencias que están jugando a sus juegos aquí.
Por qué un ejército pakistaní formado por un millón de hombres, equipado con las armas más sofisticadas no puede controlar a unos cientos, es un secreto a voces en Malakand. No sólo se trata de que no quieran capturarlos, sino que los apoyan abiertamente.
En la Operación Rah-i-Haq del ejército, utilizaron artillería pesada y helicópteros pero no destruyeron a los talibanes sino que acosaron a la población local que tuvo que huir en masa.
Todo este terror, derramamiento de sangre, toque de queda y guerra civil ha agitado a la población de Makaland, cuyo primero deseo real es la paz a cualquier costo. En las últimas elecciones la población de Malakand rechazó a los mulás y votó al PPP y al ANP (el partido nacionalista pashtún) en nombre de la paz y en busca de una solución a sus problemas básicos, pero no han obtenido ninguna solución. Mientras tanto, los parlamentarios locales no han regresado a sus casas y viven una vida de lujo en Peshawar e Islamabad mientras la población sufre.
Toda esta situación se ha vuelto intolerable y la población de Swat y Malakand a mediados de febrero salió a las calles en gran número a manifestarse contra esta guerra civil. En las pequeñas ciudades hubo manifestaciones de 10.000 a 15.000 personas, protestaron contra las brutalidades cometidas por los talibanes, el ejército pakistaní y contra la agresión imperialista.
En Batjela se manifestaron 15.000 personas en la carretera principal y exigieron el final de toda esta brutalidad. En Swat y en Shangla hubo mítines masivos durante el toque de queda donde la gente rechazó a todas las fuerzas de la negra reacción. Los medios de comunicación pakistaníes, que están jugando el papel más contrarrevolucionario, presentaron estos mítines como de apoyo a los talibanes, lo que es una escandalosa mentira.
La población de Batjela nos informó que el Jamat-i-Islami (JI), un partido fundamentalista neofascista, intentó adueñarse de estos mítines al ver que no estaba presente la dirección del PPP ni del ANP, pero aún así la población se negó a seguirlos. Los activistas del JI plantearon las consignas de la yihad (guerra santa) a través de sus megáfonos pero ni una sola persona en el mitin formado por miles de personas los secundaron. La población allí presente estaba harta de los juegos de las agencias del Estado a su costa y quería acabar con esta locura y la devastación, pero no había ninguna dirección. Estos mítines masivos espontáneos continuaron durante varios días, esta situación puso al ejército y al ISI bajo una inmensa presión.
El 16 de febrero, para proporcionar un lavado de cara a los talibanes y también presentar estos mítines como pro-talibanes, se presentó un acuerdo de paz entre el gobierno provincial de Pashtunjwa y Sufi Muhammad, líder de un grupo prohibido, Therik e Hifaz e Shariat Muhammadi (TNSM). Sufi Muhammad, que vivía una vida aislada en Amandra dentro de su madrasa, de repente salió a la luz pública como una especie de salvador del mundo. Se le dio la responsabilidad de hablar con los talibanes y "convencerles" de que abandonasen la lucha.
De este modo se desarrolló el "drama" de las negociaciones y el llamado "acuerdo de paz", además los medios de comunicación lo utilizaron como un instrumento para promoverlo como la mejor manera de resolver los problemas. Sin embargo, debido al miedo a la resistencia popular, finalmente se firmó una burla de acuerdo de paz con los términos y condiciones de los talibanes, el ejército pakistaní y el Estado capitularon. De esta manera los talibanes aparecían como vencedores y todopoderosos.
La Asamblea Nacional se reunió rápidamente y aprobó por unanimidad este acuerdo, que fortaleció la falsa noción de este "poder de los talibanes". El presidente Zardari no podía hacer otra cosa que firmar el acuerdo. ¿Pero cuál fue el resultado? ¿Hay paz en Malakand? No. ¿Los talibanes son más débiles que antes? No, ahora se han reagrupado, fortalecido y avanzado.
Según el acuerdo los tribunales civiles serán sustituidos por los tribunales Qazi. ¿Qué son los tribunales Qazi? Nadie sabe lo que son, ni siquiera el presidente, el ejército o Sufi Muhammad, nadie sabe qué son excepto que el juez será sustituido por un Qazi. Nadie sabe ni está escrito en ninguna parte cuál será su función. Ya se firmaron acuerdos similares en 1994 y 1999, y se impusieron después las mismas regulaciones. Esas regulaciones no resolvieron ni un solo problema entonces ni tampoco lo harán ahora.
En los medios de comunicación burgueses vemos intelectuales y analistas discutiendo durante largas horas sobre las supuestas diferencias entre los tribunales regulares y los tribunales Qazi, pero lo que hacen es fabricar un falso conflicto entre los dos, cuando en realidad los tribunales Qazi son en esencia el mismo cadáver sucio y maloliente de los tribunales regulares en Pakistán.
El domingo 19 de abril, después del acuerdo Sufi Muhammad hizo un acto público en Grassy Ground (Swat) al que asistieron casi 30.000 personas. La gente asistió en gran número por dos razones. En primer lugar debido a los métodos de terror que les obligaron a asistir a este acto. En segundo lugar, esperaban que ahora que se había firmado el acuerdo Sufi anunciara la paz y entregaría sus armas. Pero decepcionó a la gente y no dijo nada sobre la paz ni el abandono de las armas, en cambio sí dijo que la lucha continuaría.
El discurso fue emitido en directo por todos los canales de televisión y en todas partes la gente escuchaba con entusiasmo. Sin embargo, reveló la verdadera cara de un mulá ignorante, la cara real del fundamentalismo ante todos. Cyril Almeida escribía lo siguiente el 24 de abril en el periódico pakistaní Dawn:
"Con su discurso Sufi hizo más para galvanizar a la opinión pública contra la militancia que cientos de atentados suicidas y decapitaciones.
"De repente, la gente ha despertado al hecho de que el gran soldado del Islam es un gancho peligroso. ‘¿Qué se piensa que somos?’ ‘¿Qué quiere que hagamos?’ Sí, piensa que el resto estamos enfermos y que realmente necesitamos una dosis de la medicina de Sufi".
En su discurso declaró anti-islámicos el parlamento, los tribunales supremos y superiores, también la democracia. Incluso dijo que todo es anti-islámico excepto él mismo y su secta.
Desenmascaró la realidad del "sistema islámico" que los fundamentalistas han estado defendiendo durante los últimos sesenta años Dicen que el sistema islámico debería ser impuesto a toda la sociedad pakistaní, pero realmente no saben qué es en la práctica. Zia ul Haq, el dictador más brutal de Pakistán que gobernó despiadadamente durante once años, nunca fue capaz de trazar un plan detallado de ese sistema islámico. Todos los intentos anteriores de imponerlo no han hecho nada sino cambiar los nombres de unas cuantas calles y oficinas, el resto permanece como un sistema capitalista y un estado burgués. Todos los intentos de realizar algo al margen del Estado burgués han fracasado.
Ahora de nuevo han quedado al descubierto. Varios partidos fundamentalistas y políticos de derechas, como Nawaz Sharif se mofaron de Sufi y defendieron las instituciones del estado burgués. La persona que encabezó el movimiento de restauración de la judicatura intenta equilibrarse entre el conflicto surgido por los tribunales Qazi y los regulares. Dijo que la restauración de la judicatura resolvería todos los problemas que hay bajo el sol. Los precios suben, también el desempleo, hay guerras civiles en Pushtoonkhwa y Baluchistán, pero esa cuestión resolverá todos los problemas.
En realidad, nada se ha solucionado y el sistema judicial de Pakistán también ha quedado totalmente descubierto a los ojos de la opinión pública. La judicatura es una institución estatal que siempre ha apoyado a las fuerzas reaccionarias para aterrorizar a la clase obrera. Ayesha Siddiqa, un seguidor del movimiento de abogados, escribía lo siguiente el 4 de abril en Dawn:
"La judicatura debe mostrarse más decidida que después de la introducción de las draconianas regulaciones Nizam-e-Islam de Zia. Entonces, con excepción de unos cuantos jueces… la mayoría felizmente aplicó las leyes que suponían una trampa para todas las normas de justicia y para los derechos humanos. No debemos olvidar que la comunidad legal en general no resistió las leyes de Zia. Ninguno de los consejos protestó contra las leyes que, en última instancia, provocaron un aumento de los homicidios y la injusticia.
"Cuando el país se enfrenta a la expansión de los talibanes, la comunidad legal parece incapaz de mostrar el coraje necesario para lanzar un movimiento contra lo que ha sucedido en Swat. Es sorprendente que algunos abogados otorguen un valor superior a la restauración de los jueces que al cuestionamiento del acuerdo de Malakand que representa una gran amenaza para el Estado".
Se han hecho esfuerzos, aunque sólo de palabras, para rescatar las desintegradas estructuras del estado, pero el rápido deterioro de la situación económica no deja margen para que tenga éxito esta operación de rescate.
Mientras tanto, el ISI y el ejército pakistaní están utilizando la amenaza talibán para aterrorizar a la población de Pakistán y continuar con su saqueo. Después del "acuerdo de paz" los talibanes han salido fortalecidos y ahora no se enfrentan a la misma resistencia que antes. La administración local sigue las instrucciones del ISI y los apoya totalmente.
El principal vínculo en este juego es el comisionado de Malakand, Syed Muhammad Javed Shah. Es el jefe administrativo de los nueve distritos de la división de Malakand. En 2005, durante el gobierno del mulá del MMA fue nombrado jefe administrativo (DCO) de Swat, pero la dirección del ANP en Swat se acercó al entonces ministro jefe y pidió su salida. Se quejaban de sus estrechos lazos con Maulana Fazlullah y decían que realmente él vivía en una madrasa. Fezlullah, también conocido como "radio mulá" es el jefe de los talibanes en Swat.
Irónicamente, ahora el ANP está en el poder en el centro de la provincia, este hombre ha sido renombrado comisionado. La reciente invasión de los talibanes en Buner realmente fue gracias a su ayuda. Buner es un distrito estratégico importante de Malakand. Está en la frontera de Swabi y Mardan, también está cerca del Puente Attock, el puente que separa el Punjab de Pushtoonkhwa. Este distrito está cerca de la Ruta de la Seda, la antigua ruta comercia desde China a Pakistán.
La población de Buner había formado una milicia para contrarrestar el ataque de los talibanes y estaba en armas. El comisionado Syed Haved se dirigió a la población que se había reunido en Kanda, en la frontera de Buner y Swat, y les dijo: "Es mi responsabilidad detener a los talibanes. Vosotros iros y descansad en vuestras casas". Después de perseguir a la brigada para desmantelarla impuso el toque de queda y después, durante la noche, invitó a los talibanes a capturar todas las posiciones claves de Buner. De esta manera los talibanes consiguieron otra victoria sin disparar una sola bala.
El 17 de abril los oradores en la mezquita de Fazlullah en Sawt, fueron atendidos por el DIG (Jefe de la Policía), el DCO (jefe administrativo del distrito) y por el brigadier a cargo del ejército en Swat. Todas estas personas llegaron en un coche del comisionado Syed Javed. El portavoz del ejército ha negado estas noticias.
El 3 de abril, el comisionado Syed Javed llegó al Tribunal Antiterrorista de Batkhela donde se iba a someter a juicio a unos cuantos talibanes. Ordenó a la policía quitarles las esposas y llevarles con él a un tribunal "honorable" sin trámites ni firmas.
Todo esto demuestra cómo el ISI domina las instituciones estatales, el parlamento y el gobierno provincial y federal. Ahora ha traído a un nuevo grupo, Lashkar-e-Tayyba, a Malakand, donde ha abierto una nueva madrasa en Khar, cerca de Jolagram, en el distrito Malakand. Esta organización fundamentalista estaba anteriormente presente sobre todo en el Punjab y en Cachemira.
Mediante el "acuerdo de paz" de nuevo se desvanecen las esperanzas de paz de la población. Los talibanes, que en realidad son una banda de criminales, ahora saquean libremente. Varias organizaciones mafiosas relacionadas con el tráfico de esmeraldas y rubíes de las minas de Swat, la mafia de la madera, bandas de secuestradores, traficantes de droga y otros fugitivos criminales están utilizando las milicias talibanes para su protección. Los secuestros a cambio de un rescate se han multiplicado desde que se firmó el supuesto "acuerdo de paz".
Los talibanes ahora han aumento su influencia en Batkhela y en otras ciudades y aldeas importantes. Por la noche pasean en formación por las calles en grupos de 60 a 70 con armas muy sofisticadas nunca antes vistas en la zona. Sus caras van cubiertas y pueden entrar en cualquier casa o golpear y algunas veces secuestrar a personas inocentes sólo con el objetivo de aterrorizar a la población local.
El apoyo total del ejército y del Estado a estas bandas criminales ha dejado a estas personas indefensas frente a estas bestias. La población vive un infierno. Con los precios disparados, el aumento del desempleo y la pobreza, no pueden elevar la voz con reivindicaciones como la sanidad, la educación, comida, ropa o vivienda.
La reciente liberación de Maulana Abdul Aziz de la Mezquita Roja de Islamabad demuestra claramente qué quiere el Estado y el ejército. Quieren extender este terror a todo el país. Ya las bandas criminales con atuendo talibán están agrupándose en el Punjab. En Lahore han enviado cartas abiertamente amenazadoras al Kinnaird College para que las chicas vayan tapadas. En las cartas decían que las chicas no debían llevar pantalones y que deben obedecer la ley islámica, de no ser así, las echarán ácido a la cara. En Dera Ghazi, al sur del Punjab, han pegado carteles dentro de las líneas policiales en los que juran vengarse de los policías si se atreven a tomar medidas contra ellos.
Están surgiendo muchos grupos nuevos y surgirán más en la medida que la estructura del Estado está colapsando según pasan los días. Pero ¿quién les organiza y financia, quién les mantiene unidos para que no puedan luchar entre sí mismos? Son los mismos cárteles de la droga y grupos mafiosos creados por la CIA durante la insurgencia patrocinada por los imperialistas contra el gobierno de izquierdas de Afganistán a finales de los años setenta y ochenta. Los norteamericanos abandonaron la región después de la retirada de los soviéticos, pero el tráfico de drogas, armas y robo han continuado.
En la aparición ante un subcomité en el House Appropiations Committee el 24 de abril, Hillary Clinton por primera vez confesó públicamente que los talibanes fueron creados por EEUU. Explicó cómo la lucha en Pakistán está vinculada a la guerra de poder patrocinada por EEUU contra los soviéticos en Afganistán. Dijo lo siguiente:
"Pero de los problemas a los que nos enfrentamos ahora en cierto sentido tenemos responsabilidad, hemos contribuido a ellos. También tenemos una historia de ese tipo, de instalarnos y salir de Pakistán.
"Debemos recordar aquí… que las personas a las que hoy combatimos las financiamos hace veinte años… lo hicimos porque estábamos en medio de una lucha con la Unión Soviética.
"Ellos invadieron Afganistán… y no queríamos verles controlar Asia Central y nos dedicamos a esa tarea… y fue el presidente Reagan en colaboración con el Congreso encabezado por los demócratas, los que dijeron que parecía una buena idea… lleguemos a un acuerdo con el ISI y con el ejército pakistaní, reclutemos a los muyahidines.
"Y les dejamos llegar de Arabia Saudí y de otros países, importar la rama wahabi del Islam para que podamos golpear a la Unión Soviética.
"Y adivinen… ellos (los soviéticos) se retiraron… perdieron miles de millones de dólares y eso llevó al colapso de la Unión Soviética.
"Así que hay un argumento muy contundente que es… no fue una mala inversión con relación a la Unión Soviética pero debemos ser cuidadosos con lo que sembramos… porque cosecharemos".
El general Hamid Gul, el antiguo jefe del ISI, creó a los talibanes a partir de las madrasas de Pakistán con la colaboración de la CIA. Aún es uno de los principales patrocinadores.
Aunque actualmente hay un conflicto entre las dos agencias, las dos están de acuerdo en una cosa: que los fundamentalistas deben seguir existiendo de alguna manera para usarlos como fuerzas reaccionarias en situaciones de agitación revolucionaria, ser utilizados para sus propios intereses. El ISI les quiere para continuar con su propio saqueo y EEUU los quiere como una excusa para seguir con la supuesta "guerra contra el terrorismo", y mantener los beneficios del complejo militar norteamericano.
Los imperialistas norteamericanos están alarmados por la complicidad del ISI con los insurgentes talibán pero no pueden hacer mucho, y deben seguir financiando al ejército pakistaní en esta guerra. No tienen elección. En esta sombría guerra los amigos pueden ser enemigos y viceversa, incluso a veces enemigos y amigos al mismo tiempo.
El corrupto régimen pakistaní es débil y admite que el "acuerdo" ha sido un fracaso. El jefe del ejército ha pedido una "pausa operativa" y ha jurado que combatirá de nuevo a los rebeldes. Principalmente es debido a la atrocidad que representa la introducción de las violentas leyes de la sharia, apoyadas por los dirigentes liberales, democráticos y seculares del PPP y del ANP. También es para calmar a los norteamericanos que mantienen un conflicto hipócrita con los talibanes. Pero los jefes del ejército saben todo muy bien y no están en situación de resolver los conflictos internos dentro del ejército y el Estado. El conflicto entre el capital negro y "blanco" mientras se mantenga el capitalismo continuará pulverizando la región y servirá para seguir derramando la sangre inocente de los campesinos y trabajadores oprimidos.
Sin embargo, la población de Malakand y Pakistán en general no se rendirá sin luchar. Se han levantado antes y lo seguirán haciendo mientras continúen existiendo estas fuerzas oscuras. Su dirección les ha traicionado una y otra vez. El gobierno encabezado por el PPP ha impuesto un acuerdo que incluso podía haber firmado Zia. Pero este hecho ha desenmascarado el verdadero carácter de la dirección.
Las masas están buscando una dirección alternativa, están abiertas a las ideas y buscan respuestas a sus cientos de preguntas. Nada dentro de los límites de este sistema capitalista puede satisfacer sus necesidades. Han llegado a una conclusión: que el capitalismo es horror sin fin. Todas las instituciones del sistema capitalista ahora se han desenmascarado ante las masas.
Los compañeros de la Corriente Marxista Internacional en Swat y Malakand (encuadrados en la Tendencia Marxista pakistaní, The Struggle) están explicando pacientemente las ideas de un cambio socialista a las masas y comienzan a tener eco entre la juventud. Están trabajando en unas condiciones muy peligrosas, recibiendo amenazas de muerte, pero se han negado a ceder y luchan por el socialismo revolucionario incluso en unas atroces condiciones de guerra y derramamiento de sangre.
Las masas no pueden conseguir comida, ropa, vivienda, cuidado sanitario bajo este sistema explotador donde la pobreza y la miseria aumentan debido a esta guerra. Sin la transformación socialista de la sociedad no se puede resolver ni uno solo de los problemas de las masas. La barbarie está embruteciendo la sociedad. Socialismo o barbarie son las opciones inmediatas, no las del futuro. Este es el mensaje de las fuerzas revolucionarias que están construyendo su base en Malakand y a través de todo Pakistán. Llevar a cabo este mensaje representa un gran riesgo para su vida, especialmente en Malakand, Swat y Waziristán. Las masas se levantarán una y otra vez, como hicieron en la revolución de 1968-1969, incluso en estas zonas, el camino que seguirán no será otro que el de la revolución. Una dirección verdaderamente marxista puede llevarles hacia la victoria socialista.
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