Editorial de Militante nro. 74
Turbados y perdidos en una montaña de confusiones y desaciertos, en como presentarse ante las masas en tanto alternativa política, la derecha, a los tumbos, atina a un nuevo embate contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
El cacerolazo del 18A que no superó algunos cientos de miles de personas en las calles de las ciudades más grandes del país, mucho menos por cierto, que al 8 de noviembre del año pasado, mostraron no más que dos o tres consignas: no a la re re elección, contra la corrupción y contra los proyectos de ley para democratizar la justicia. En resumen, la postura política que expresan es su anti gobierno visceral ante todo.
La desmoralización del arco de derecha ante la multitudinaria marcha del 9 de diciembre, que al que lo quiere ver, representó sin dudas un apoyo a Cristina Fernández y su proyecto político-económico, recién pudo revertirse con el lamentable fallecimiento del Presidente Hugo Chávez y la designación del opositor Bergoglio como papa Francisco. La derecha ha retomado el camino de lastimar, desestabilizar a los gobiernos que expresan a su manera un avance importante en las condiciones de vida de las masas.
En Argentina, la marcha del 18A, aprovecha y liga sin más al gobierno de Cristina Fernández con las elecciones en Venezuela y la reciente victoria de Maduro, como dos dictaduras a abatir y no se han hecho esperar: violencia en las calles, nueve muertos y un tufillo golpista en el país hermano, ganó los títulos de los medios de comunicación escrita y radial.
El 18A en Plaza de Mayo impuso un espectro que huele a escoria reciclada, que va desde
Las medidas que impulsan Cristina y su equipo de gobierno, expresan un fuerte avance para democratizar la justicia, un avance sin dudas que hay que saludar y apoyar. Habiendo aceptado, además, las modificaciones de las cautelares que sugirió el CELS.
Históricamente el Poder Judicial en el país ha representado un nicho intocable de jueces y funcionarios de alto rango que salen de las filas de la burguesía y oligarquía argentinas, resguardando desde siempre los intereses generales de las clases enemigas. Es por esto que hay revuelo en el avispero judicial y en las grandes empresas multinacionales.
El gobierno, también toma medidas en el plano económico, como los acuerdos con productores textiles y del calzado, garantizándoles una ganancia del 15%, más un porcentaje igual a las cadenas de supermercados que comercializarán los productos y que llegarán a los consumidores con un precio máximo de $100.- Y también otros acuerdos para frenar inflación, con las empresas comercializadoras de los productos de la canasta básica.
Se suma, un plan ambicioso de inversiones en el sector ferroviario de cargas y de pasajeros, restituyendo un corredor como el de Capital Federal – Rosario – Córdoba, un viejo anhelo de cientos de miles de pobladores. Como así también un mejoramiento en trenes eléctricos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires. También es verdad que tales inversiones se deben a la tragedia de Estación Once con el lamentable saldo de 51 víctimas fatales.
Es algo que persiste en la conducta del gobierno nacional, de obligar a los capitalistas a aceptar las reglas del juego que imponen desde
No caben dudas que Cristina Fernández ha dejado en claro más de una vez que su gobierno es uno que defiende el capitalismo serio. Por esto, y por la crisis internacional que lentamente lastima la economía del país, venimos advirtiendo desde estas páginas las limitaciones insalvables del proyecto político del gobierno en los marcos de las relaciones capitalistas de producción.
De todas maneras, desde
Es lamentable el papel que jugaron en la marcha del 18A Hugo Moyano y Cía., cantando loas a las graciosas denuncias del periodista Lanata y a la farandulización de las denuncias; sumado al papel de su vocero del Gremio Judicial, Piumato, que llamó a 72 horas de paro contra los proyectos del Gobierno Nacional enviados al Parlamento para la democratización de la Justicia. Llama la atención, ya que no podemos olvidar que no hace tanto tiempo este mismo dirigente, denunciaba la ausencia de concursos democráticos y la perpetuación de jueces en sus cargos y las elecciones a dedo que se vienen dando desde siempre en la familia judicial.
En nuestra posición ante los proyectos enviados por Cristina Fernández advertimos que no dejan de tener límites en los términos de que se desarrollan en el marco de una justicia burguesa. Pero no podemos caer en que lo mejor es enemigo de lo bueno. Nos apoyamos en lo mejor, en lo progresivo de estas leyes que fortalezcan a los de abajo, que le den confianza en sus fuerzas para avanzar, advirtiendo al mismo tiempo, que una justicia que satisfaga los reclamos de las mayorías y no una claramente clasista como la actual, sólo se puede conseguir en forma definitiva con la movilización popular que imponga una nueva legalidad.
Por otro lado
La oposición
En este período la avanzada opositora de Clarín y
Es de una claridad supina, que día a día queda más evidente que la burguesía más rancia está pateando su propio tablero, siendo uno de los pilares fundamentales de la democracia burguesa y sus instituciones: el Parlamento.
Como en Venezuela, hoy en
¿Qué hacer?
Se trata de reflexionar y actuar en consecuencia.
Europa cuenta sólo, entre España, Italia y Francia, con más de 13 millones de desocupados y la Troika no deja de avanzar en medidas de mayores ajustes, imponiendo sufrimientos a los de abajo y mayor desocupación. EEUU descarga su crisis a nivel planetario. Mientras que, China profundiza el camino a una crisis clásica de sobreproducción.
Nuestro país y nuestro continente, no resultan inmunes a las consecuencias de los ajustes en estos países. Ya que, sólo Argentina, cuenta con una dependencia del 67% de las exportaciones a los países en crisis.
Más tarde o más temprano el crecimiento pronosticado en apenas un 2% para este año, caerá nuevamente.
Demos un paso más en organización y unidad
Se trata de resolver problemas que arrecian en nuestro movimiento. La unidad se impone desde abajo para avanzar en la profundización de un proyecto político, ya que una de las dificultades de las organizaciones políticas que apoyamos al gobierno de Cristina Fernández es que nos encontramos trabajando cada una por su lado, romper el cerco de las mismas organizaciones es nuestro desafío. Existe la necesidad de avanzar hacia una mayor democracia al interior del movimiento, de abajo hacia arriba, debemos ser parte en la discusión, elaboración y decisión de las políticas que se hacen y que también a eso ayudarían la fusión progresiva de todas las corrientes en un movimiento unificado, comenzando por las más afines. Tenemos que emplazar a las organizaciones que tienen poder de convocatoria y movilización a que se pongan a la cabeza y empujen esas movilizaciones.
No se trata solamente de los acuerdos a los que puedan llegarse por arriba, sino de que por abajo, por las bases, podamos intercambiar ideas y actuar unitariamente en consecuencia con las necesidades de los trabajadores y el pueblo, y para enfrentar el avance de la derecha en las calles. Sabemos que con algunos dirigentes no se puede profundizar el proyecto político, ir por todo, ni siquiera por más. Estos políticos han demostrado con creces lo que señalamos arriba: Bruera, Scioli, Tomada, empresarios amigos, como el caso de Báez, etc.
Sólo con la movilización popular podremos parar la avanzada reaccionaria, que se pergeña por los aciertos del gobierno de Cristina Fernández. No debemos regalarle la calle, el 25 de mayo es una buena oportunidad, ya que nos encontraremos recordando los diez años de asunción de Néstor Kirchner.
Por eso ocupar las mismas organizadamente y en unidad, que avance firme y seguro al Socialismo, única y definitiva solución a los grandes problemas del país.
Manos a la obra