Los pasados 20 y 21 de septiembre tuvo lugar el XI Congreso Nacional del PRD; el acto se desarrolló en medio de un ambiente tenso a consecuencia de las maniobras de la derecha encabezada por Jesús Ortega para desconocer el triunfo de Alejandro Encinas en las pasadas elecciones por la dirección nacional del partido.
Los pasados 20 y 21 de septiembre tuvo lugar el XI Congreso Nacional del PRD; el acto se desarrolló en medio de un ambiente tenso a consecuencia de las maniobras de la derecha encabezada por Jesús Ortega para desconocer el triunfo de Alejandro Encinas en las pasadas elecciones por la dirección nacional del partido.
Este acto de desconocimiento de la voluntad de la gran mayoría de perredistas que depositó su voto a favor de Encinas, fue apuntalado por la imposición de Guadalupe Naranjo, representante de los intereses más oscuros dentro del PRD, como presidente provisional de dicho partido.
Con todas esas maniobras la derecha de Jesús Ortega, organizada en la funesta corriente conocida como Nueva Izquierda, trata de impedir a toda costa que cristalicen las expectativas de millones de trabajadores y campesinos que ven en el PRD una opción para lanzar una lucha frontal contra la política de Calderón. En la práctica Nueva Izquierda se ha transformado en un cómplice del presidente espurio y lucha para que el PRD juegue exactamente ese mismo papel.
Con esa intención, y con el apoyo de las corrientes Alternativa Democrática Nacional y Foro Nuevo Sol, Jesús Ortega y Nueva Izquierda lograron imponer como acuerdo del reciente congreso del PRD el poder ir a elecciones en cualquier nivel (municipal, estatal o federal) en alianza con el PRI o el PAN. En los hechos para esta corriente no debe existir ningún problema en establecer una alianza electoral con estos dos partidos que empujaron el fraude electoral del 2006, que quieren privatizar el petróleo y que, en síntesis, se han encargado de impulsar todo una serie de políticas que ha mandando a la pobreza a millones de familias en todo México. Además de esto último, dicho acuerdo ratifica que la derecha del PRD no posee ninguna clase de escrúpulos, para ellos también es muy importante el hueso a toda costa y los jugosos salarios.
El acuerdo impulsado por la derecha infiltrada en el PRD (Nueva Izquierda, Alternativa Democrática Nacional y Foro Nuevo Sol) presentan una traición a los militantes de base del PRD y los millones de trabajadores y campesinos que simpatizan con este partido. No debemos aceptar ninguna clase de alianza con el PAN o el PRI, tenemos que organizarnos y rechazar esta clase de acuerdos. Debemos organizar comités de base de PRD e impulsar una política en la que se ponga sobre la mesa las aspiraciones de los trabajadores y sus familias. Contra la derecha de Jesús Ortega y sus secuaces, impulsemos una corriente de socialista al interior del PRD.
¡¡Fuera Jesús Ortega del PRD!!
¡¡Rescatemos al PRD para la auténtica lucha obrera!!
México D.F., 21 de septiembre de 2008