El ataque al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha aglutinado al conjunto de trabajadores y organizaciones de izquierda, que ya estaban en lucha contra el gobierno de Calderón. La base de los sindicatos independientes y el ala izquierda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), particularmente, han expresado su solidaridad y deseos de luchar hombro a hombro con el SME.
El ataque al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha aglutinado al conjunto de trabajadores y organizaciones de izquierda, que ya estaban en lucha contra el gobierno de Calderón. La base de los sindicatos independientes y el ala izquierda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), particularmente, han expresado su solidaridad y deseos de luchar hombro a hombro con el SME.
El Paro Nacional del 11 de noviembre
Tras la trascendente jornada de lucha del 11 de noviembre, cuando cientos de miles salieron a las calles de todo el país a mostrar su solidaridad con el SME, los trabajadores y las masas oprimidas han demostrado cuál es el camino a seguir para defender sus intereses como clase.
Tras el 11 de noviembre, el dirigente del SME, Martín Esparza, ya habla de elevar el listón de lucha y convocar a una huelga nacional que paralice la producción, los servicios, el transporte, etc., es decir por medio de una huelga general que les demuestre al gobierno y a los empresarios quién verdaderamente manda en este país.
Siendo así, resulta de vital importancia que los sindicatos, el PRD y López Obrador lancen una firme convocatoria por la huelga general acompañada de llamados por construir comités en cada lugar de trabajo, en cada escuela, barrio y ejido; que organicen asambleas en las que se debata acerca de esta acción de lucha y en la que se definan medidas para impulsarla entre la población, en especial entre los trabajadores industriales, cuyos sindicatos están mayoritariamente bajo el control de los "charros".
Los llamados a la unidad de acción y al impulso de la huelga general también deben impulsar un programa de lucha en el que, además de la defensa de LyFC y del SME, se planteen reivindicaciones que agrupen las aspiraciones de todos los oprimidos y explotados del país: contra los despidos y por un aumento salarial de emergencia del 100%; seguro universal de desempleo; contra la privatización de Pemex, del IMSS del ISSSTE y en defensa de la educación pública; por el derecho a una vivienda digna y la dotación de servicios de infraestructura en todas las colonias y poblados; por subsidios y créditos blandos para el campesinado pobre, para culminar con la nacionalización de la banca, los monopolios y latifundios bajo el control de los trabajadores, sin indemnización.