Los trabajadores del Sindicato Independiente de los Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) han votado por mayoría la huelga el día viernes 30 de junio para defender su Contrato Colectivo de Trabajo, el cual pretende eliminarse por la grave situación financiera por la que atraviesa la empresa que imprime el periódico, el cual ha sido considerado como de izquierda y dar cierta apertura en sus páginas a los movimientos obreros, sociales, populares y estudiantiles en el país.
Cuando el común denominador de la mayoría de los proyectos periodísticos están al frente personas de la talla como Carlos Marín, Ricardo Alemán, Joaquín López Dóriga, Pablo Hiriart; periodistas al servicio del régimen, defensores a ultranza del actual sistema político y económico, enemigos de las luchas populares y de los trabajadores; proyectos como el periódico La Jornada, el semanario Proceso, algunos proyectos periodísticos digitales, dónde de de alguna manera y en diversos niveles tienen espacio los movimientos sociales, las luchas obreras y populares, la línea editorial no es de sometimiento total al régimen y sus articulistas de deslizan críticas hacia las posiciones oficiales del gobiernos reciben la simpatía y el apoyo de los sectores conscientes de los jóvenes y trabajadores.
El periódico La Jornada fue fundado en 1984, así lo explican en su página webi:
El proyecto no fue bien recibido por el empresariado, para el cual toda propuesta con orientación democrática y social resultaba una conjura comunista, ni por el gobierno de Miguel de la Madrid, en el que confluían las primeras expresiones del credo neoliberal con la más atrasada cultura antidemocrática priísta. En la sociedad, en cambio, la iniciativa generó un desbordamiento entusiasta. La convocatoria a construir un nuevo medio informativo se presentó la noche del 29 de febrero en un salón del Hotel de México, cuando al núcleo original de periodistas se habían sumado ya científicos, académicos, escritores, artistas, cineastas fotógrafos, militantes políticos de varias tendencias y luchadores sociales. Esa noche propusimos un diario en el que tuviera cabida el pluralismo de un país que ya no se reconocía en la unanimidad y que veía con alarma las crecientes amenazas a las conquistas sociales logradas durante los regímenes posteriores a la Revolución Mexicana.
Un proyecto de dicha envergadura por su puesto que solamente podía contar con una posición hostil por parte del gobierno en turno, y tendría que ser financiado por sus impulsores, personas y colectivos solidarios:
El entorno político no era la única adversidad. Los convocantes del nuevo proyecto teníamos clara la tarea a realizar, pero no contábamos con los medios económicos para llevarla a cabo(…) La Jornada no tuvo socios capitalistas sino socios artistas y, como aliados y amigos, a figuras destacadas de la cultura.
En su archivo hemerográfico podemos encontrar plasmadas las luchas sociales, obrero y populares emprendidas durante la década de los 80s, 90s, y las del nuevo siglo; la huelga universitaria y politécnica de finales de los 80s, la lucha contra los fraudes electorales de 1988, 2006, 2012, el levantamiento armado zapatista de 1994 y cientos de gestas más impulsadas por los pobres y oprimidos en este país. Aunque en el último periodo su línea editorial permitió la apertura a informar sobre las “acciones” de gobiernos locales y federal, como una vía para salir de los problemas financieros a la que se enfrenta por medio de la difusión y la publicidad, priorizando la inversión a una visión crítica de los hechos y acontecimientos.
Los proyectos periodísticos actuales, incluso aquellos críticos y con una visión llamada progresista, también se someten a la dinámica empresarial y del mercado, son presas de la actual crisis económica y de la nueva tendencia mundial de la caída de sus ingresos en publicidad, que es una de sus fuentes mayores de ingresos en los periódicos, en sus versiones impresas ante el consumo mayor de noticias por medio del internet. La presión por obtener patrocinadores, empresas, instituciones de gobierno que deseen publicitar en sus páginas puede llevar a un proyecto independiente a caer presa de presiones ideológicas por parte de los gobiernos o las intereses de los dueños de las grandes empresas.
Desarrollo de Medios (Demos S.A. de C.V.) es la empresa encargada de imprimir el periódico La Jornada y como en toda empresa que atraviesa por problemas financieros trata de recargar la crisis sobre las espaldas de sus trabajadores.
Un excolaborador de La Jornada, el periodista Jaime Avilés, en un artículo escrito en el año 2015, en su revista digital Polemónii informaba por primera vez de los problemas económicos a las que se enfrentaba el periódico; menciona que otro periodista Álvaro Delgado informó sobre las declaraciones de la actual directora Carmen Lira Saade en una reunión de accionistas donde lo declara en quiebra técnica.
Jaime Avilés incluso da las cifras por los que el periódico atraviesa esa crisis financiera: 25 millones de pesos, incluso va más allá y afirma que se trató de un desfalco por parte de su antiguo gerente Jorge Martínez Jiménez, razón por la cual fue sustituido y su cargo fue ocupado por el actual gerente Luis Linares Zapata. Debido a esa situación el nuevo gerente planteó medidas como la de una reducción salarial del 24% para los trabajadores del periódico.
A partir de enero de este año, nuevamente la empresa plantea una reducción de los ingresos de los trabajadores en cerca de 45% y prácticamente del Contrato Colectivo de Trabajo.
La situación de los trabajadores es tal, que integrantes del Sitrajor declararon a la revista eme equisiii, las precarias condiciones económicas por las que atraviesan, ante la pregunta su la reducción salarial se aplica por igual a trabajadores de base, asistentes, responden casos como estos:
A una compañera secretaria le está quedando 500 pesos en una catorcena, 800 en la siguiente. No podrá regresar al trabajo por que apenas le alcanza para los pasajes; ella tiene casi 25 años de antigüedad en el diario. Es muy injusto, ¿no?, que tus últimos cinco años de trabajo determinen cómo será tu pensión. Hay quien sostiene no sólo sus gastos, sino los de su mamá, los de sus hermanos, de algún sobrino, y que en este momentos están desesperados.
Y aunque actualmente la empresa culpe a los trabajadores por “irresponsabilidad” en la actual huelga, y por que sus prestaciones son el problema por el cual se atraviesan las dificultades económicas, los trabajadores han hecho un esfuerzo para mantener vivo el proyecto del periódico, durante el recorte a sus prestaciones realizado durante el 2015 donaron ese dinero a la empresa, lo cual según cálculos del sindicato equivalen a un ahorro de 21 millones de pesos.
Los trabajadores del Sitrajor también tienen una versión sobre los ingresos del personal de La Jornada, en la misma entrevista mencionan que:
La Jornada parece replicar en su interior las prácticas que condena en sus prácticas impresas. -Es un desorden, sí. Financieramente, se creo una diferencia muy fuerte entre sindicalizados y los jefes, que llegan a ganar más de 100 mil pesos al mes , lo cual en una situación de crisis se vuelve completamente insostenible. Si alguna vez se toleró este contraste, debe corregirse. Todo esto se ha señalado a Carmen Lira, pero no hay una disposición de cambiarlo. Si reducciones de 45% se aplicaran a esta élite, a estos altos funcionarios, se ahorrarían un millón 300 mil pesos al mes: 16 millones al año.
Los accionistas del periódico han tratado el conflicto como sucede en cualquier empresa dentro del capitalismo: han recargado los déficits financieros sobre las espaldas de los trabajadores, pero a los altos funcionarios, dueños de las empresas la crisis económica pretenden que no afecten sus ostentosos ingresos.
La empresa ha pedido que se declare ilegal la huelga, han optado por pasar por encima de la decisión de los trabajadores sindicalizados; con los trabajadores de confianza y directivos han continuado con la impresión del periódico, personas que se declaran “progresistas” insinúan que la huelga es un atentado a la libertad de expresión y dejan entrever su molestia por el movimiento de los trabajadores, periodistas reconocidos han apoyado la decisión ilegal de continuar con la impresión del periódico. Pero no han hecho ninguna mención de los atropellos que los accionistas y jefes de la empresa han realizado con los trabajadores. El periódico que le dio apertura a los movimientos sociales violenta y le niega los derechos a sus propios trabajadores.
Nuestra simpatía y solidaridad está con los trabajadores en huelga, los actos de esquirolaje deben ser rechazados por todo trabajador o joven consciente y de izquierda, incluso si estos los realizan periodistas reconocidos.
El resolver las demandas del Sitrajor es un factor fundamental para que La Jornada profundice su línea editorial independiente y para atajar el giro oficialista en sus páginas.
Una opción para salvar al periódico de la quiebra económica, podría ser recurrir al pueblo en general, a los trabajadores, los sindicatos democráticos, organizaciones estudiantiles, organizaciones campesinas, para lograr su rescate financiero, tal y como se hizo al momento de su fundación; pero eso pasa por romper con la visión y los compromisos empresariales y comerciales de la actual dirección del periódico que lo ha llevado a su quiebra económica.
¡Apoyo total a los trabajadores en huelga!
i Lira, C. (s/a). La sociedad en el espejo de las princesas. Recuperado el 01 de julio de 2017, de http://www.jornada.unam.mx/info/
ii Avilés, J. (2015). Quiebra técnica en La Jornada. Recuperado el 01 de julio de 2017, de http://www.m-x.com.mx/2017-02-14/la-paradoja-de-la-jornada-un-diario-de-izquierda-que-aplica-medidas-neoliberales-a-su-sindicato/
iii Acuña, C. (2017). La paradoja de La Jornada: un diario de “izquierda” que aplica medidas neoliberales a su sindicato. Recuperado el 01 de julio de 2017, de http://www.m-x.com.mx/2017-02-14/la-paradoja-de-la-jornada-un-diario-de-izquierda-que-aplica-medidas-neoliberales-a-su-sindicato/