El pasado sábado 20 de agosto -en el 76 aniversario luctuoso de León Trotsky- el auditorio de la Casa Museo León Trotsky fue abarrotado con más de 150 personas, quienes, sentadas hasta en las escaleras y en las puertas laterales, acudieron a la presentación mundial, hecha por el marxista galés Alan Woods (editor de Socialist Appeal, de la reconocida página marxist.com y dirigente de la Corriente Marxista Internacional), y por el Ingeniero Estaban Volkov (nieto de trotsky), del “Stalin” de Trotsky.
La expectación generada no era para menos: se trata de una edición -por ahora la edición inglesa- reconstruída y restaurada en base a los propios archivos de Trotsky -resguardados en la biblioteca de Houghton de la Universidad de Harvard-, con más de 30% de material inédito y totalmente depurado de las graves omisiones, maliciosos añadidos y groseras tergiversaciones del editor original, Charles Malamuth. Fue un trabajo de reconstrucción y laboriosa edición que implicó más de 10 años -la historia comienza ern 2003 (véase la “biografía” de esta edición: http://www.marxist.com/2016-05-23-10-01-27.htm)-.
Esteban Volkov, quien fue el primero en tomar la palabra, señaló la importancia de la presentación de una obra que se encuentra dentro de los libros “mayores” de Trotsky -junto con Mi Vida, la Historia de la Revolución Rusa, la Revolución Permanente y la Revolución Traicionada-. Volkov encomió un trabajo que sólo podía haber logrado Alan Woods y la corriente política que encabeza (la CMI), ya que se requirió un profundo conocimiento de las ideas de Trotsky y el marxismo en general; el ingeniero criticó a las sectas pseudotrotskistas que se dedican a atacarse entre ellas en lugar de hacer un trabajo serio como el que implicó la presentación mundial de esta importante obra.
Alan Woods explicó, de forma por demás amena, la relevancia política de esta obra, “un caso único en la literatura marxista”. Se trata de una obra maestra que explica la relación dialéctica entre el contexto histórico y el factor individual en la historia. Sin Lenin y Trotsky, explico Alan, la Revolución de Octubre nuca hubiera ocurrido -en los puntos críticos del proceso histórico el papel de un (en este caso dos) individuo puede ser decisivo- pero sin la existencia de las condiciones objetivas concretas, el individuo -por más genial que este pueda ser- es un espectador impotente.
Lenin y Trotsky fueron los caudillos de una revolución en ascenso, héroes que la situación concreta demandaba; Stalin, por el contrario, fue el caudillo de la contrarevolución burocrática, de una etapa de la historia que demandaba individuos mediocres. Lo que decidió el triunfo de Stalin no fue la superioridad moral o política de éste, por el contrario, fue el ascenso de una casta burocrática la que permitió que un individuo sin el talento político y las cualidades morales de los viejos héroes de la revolución, pudiera aplastar con su peso social a la vieja guardia bolchevique. Stalin se impuso, liquidando físicamente a millones de personas pues, como todo criminal, Stalin no quería testigos.
Trotsky luchó y conformó la oposición de izquierda “bolchevique -leninista”, porque había que mantener limpia la bandera del marxismo para las futuras generaciones. Al final, Trotsky ganó, hoy su nombre y sus ideas están asociadas a mártires que, en los gulags, mantuvieron la “llama encendida” del marxismo revolucionario. Si los hombres de carne y hueso son frágiles y es fácil matar una persona, sostuvo Woods, no se puede matar a una idea; por eso Trotsky y sus ideas triunfaron sobre el nulo legado teórico de Stalin quien se encuentra en el basurero de la historia. Hoy, Stalin es ampliamente recordado como un criminal cuyos sucesores terminaron convirtiéndose en burgueses que sepultaron la revolución, la traición final del stalinismo. Ésta fue prevista por Trotsky 70 años antes de que ocurriera, en su libro La Revolución Traicionada. Las ideas del marxismo -o del trotskismo, que es lo mismo- se levantan, hoy, como la única alternativa a la actual barbarie y crisis que implica el sistema capitalista.
Luego de una ronda de participaciones que versaron sobre la crisis mundial, el papel de Trotsky, la Revolución Cubana, la lucha contra los prejuicios antimarxistas que abundan en las universidades, Alan -que no tuvo tiempo para responder todas las preguntas- explicó que su invitación a acercarse a esta obra de Trotsky -cuya edición al castellano está en preparación- no es académica. Convocó a todos los presentes -la mayoría jóvenes- a organizarse y luchar por transformar el mundo, e invitó a los asistentes a integrarse a la Izquierda Socialista, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional.
En esta semana habrá dos charlas más: Martes 23 de agosto a las 17hrs en el edificio 4 de la ESIME Zacatenco, segundo piso, a un lado de actividades deportivas (esta charlas será sobre filosofía marxista y ciencia moderna), y, jueves 25 de agosto en el auditorio de la Escuela Superior de Economía (Auditorio Lenin) a las 17 hrs (sobre la crisis actual del capitalismo). Invitamos a nuestro lectores a estas conferencias y a estar atentos a la próxima publicación de la versión castellana del “Stalin” de Trotsky.