La crisis en la que está inmerso el capitalismo a nivel internacional está marcando un nuevo periodo en la historia de la humanidad. Este sistema ha entrado en un callejón sin salida, atacando brutalmente las condiciones de vida de las masas trabajadoras.
El contexto nacional
México no escapa a esta caracterización general. En el 2006, los trabajadores y el pueblo en general se unieron a los procesos revolucionarios que recorrían América Latina, las movilizaciones históricas de 3 millones de personas contra el fraude electoral que frustró la elección presidencial de López Obrador fueron una maravillosa escuela de aprendizaje.
El no conseguir el objetivo de echar a Calderón, la necesidad del pueblo mexicano de volver a la cotidianidad y, después, los efectos que han traído la crisis económica y la violencia generalizada en la guerra contra el “narco” han creado un efecto negativo en el ambiente de las masas. La introversión, el individualismo y egoísmo son consecuencias de la desintegración social que se vive en nuestro país. Las amplias masas están involucradas en tratar de resolver sus condiciones básicas de subsistencia y han dejado de lado, por el momento, la participación en la lucha.
Pero este ambiente no puede durar mucho tiempo. Todas las cosas por las que se levantó este pueblo en el 2006 no se han resuelto, por el contrario se han agravado. Las elecciones presidenciales del 1º de julio de 2012 ocurren en este ambiente. Aunque la moneda aún esta en el aire, los resultados dependerán enteramente de que las amplias masas rompan ese letargo y participen activamente. Si esto no sucede veremos al PRI subir al gobierno con mano de hierro para mantener a raya todas las posibles luchas que se puedan desatar a partir de los nuevos ataques que se preparan.
La Izquierda Socialista y el Morena
En esta situación, los sectores de vanguardia han sacado unas duras pero clarificadoras lecciones. El mayor avance en este periodo es la formación del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), embrión de un partido político de izquierda aún vinculado al PRD, cuya organización y trabajo de base merecen toda la atención posible.
Ahí confluyen la experiencia acumulada de activistas naturales del movimiento de los barrios, de liderazgos políticos de izquierda reformista y de algunos arribistas. No obstante, el MORENA es un cuerpo vivo donde se puede debatir abiertamente sobre las ideas del socialismo, y aunque las estructuras no se han desarrollado de manera democrática y algunas decisiones se toman burocráticamente, estas prácticas no han arraigado como método aceptado por las bases e incluso son muy cuestionadas en los comités, por lo que es posible dar una batalla contra los vicios del clientelismo político y del arribismo descarado. Además de esto, y como base política fundamental, en MORENA se está acercando la gente más dispuesta a luchar por transformar sus condiciones de vida y la sociedad. Estas son las razones sobre las que nuestra organización, La Izquierda Socialista, ha entrado al MORENA y se ha definido por impulsar a López Obrador a la presidencia de México y construir este movimiento político. Luchando firmemente hombro a hombro en los comités de base del MORENA y trabajando para ganar la presidencia,
La Izquierda Socialista también defiende la necesidad de ir al socialismo. Damos nuestro apoyo a los 50 puntos que ha propuesto López Obrador, pero apuntamos que para que éstos se puedan cumplir es necesario controlar las palancas fundamentales de la economía bajo la nacionalización de la banca, el petróleo, la electricidad, las minas, las carreteras y las grandes empresas nacionales e internacionales. Sólo dominando estas empresas bajo control de los obreros y con un gobierno democrático de los trabajadores se podrán librar las grandes plagas que azotan a nuestro pueblo.
Este año de lucha electoral y política será fundamental para nuestra clase, la de los trabajadores. La bancarrota del capitalismo nos está condenando a la violencia, miseria y destrucción social. Si no somos capaces de superar esta etapa de barbarie estamos condenados a padecer penurias más graves. Desde La Izquierda Socialista lanzamos un llamado a la organización y a la lucha dentro del MORENA para transformar nuestra realidad. Sólo hay dos salidas: Socialismo o Barbarie.