Está de moda retratar el marxismo como una fuente de autoritarismo. Esta acusación ha sido planteada en repetidas ocasiones por los anarquistas, los reformistas y toda clase de oportunistas. Bakunin fue uno de los exponentes más famosos de tales acusaciones. Pero la verdad es concreta y los hechos históricos revelan que los mismos elementos que gritan con gran alboroto contra el autoritarismo son los peores burócratas y autoritarios … en los lugares donde se las arreglan para llevar el mando.
“Por lo demás, el viejo Hegel ya ha dicho: Un partido se prueba a sí mismo, un partido victorioso por el hecho de que se divide y puede soportar la división.” (Engels a Bebel, 20 de junio de 1873)
Ha habido muchas divisiones en la historia del movimiento marxista. Los enemigos del marxismo utilizan este hecho como prueba de una debilidad inherente, un espíritu intolerante, centralismo excesivo, tendencias burocráticas y autoritarias, y así sucesivamente. De hecho, las crisis periódicas y las divisiones son una consecuencia inevitable del desarrollo. Las crisis son un hecho de la existencia humana: el nacimiento es una crisis, como lo es la adolescencia, la vejez y la muerte. Los individuos débiles serán arrastrados por las crisis. Los hombres y mujeres de carácter más fuerte superararan las crisis y saldran fortalecidos y con más confianza que antes.
Es lo mismo con una tendencia revolucionaria. El movimiento debe esforzarse constantemente por deshacerse de las tendencias sectarias y oportunistas, que reflejan en parte las presiones de clases ajenas,y en parte, la incapacidad de una capa de la organización para avanzar a una etapa superior de desarrollo. Este fue el caso en la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), cuando Marx y Engels fueron obligados a librar una lucha feroz contra los seguidores del anarquista Bakunin.
El documento que hemos publicado recientemente , Las pretendidas escisiones en la Internacional es un útil recordatorio de las diferencias entre el marxismo y el anarquismo. Creemos que merece una lectura cuidadosa de las lecciones que tiene para los marxistas de hoy.
Bakunin
Las intrigas de Bakunin contra el Consejo General se iniciaron en 1871, aunque estaba en contacto con Marx, antes de eso. En 1864 conoció a Marx en Londres, de quien se enteró de la fundación de la Internacional. Se comprometió a cooperar. Sin embargo, Bakunin mantenía la opinión de que Marx exageraba la importancia de la clase trabajadora, al tiempo que sostuvo que los intelectuales, los estudiantes, el lumpenproletariado (los desclasados) y la clase media representante de la democracia burguesa eran los más probables agentes de la revolución.
Por esta razón, Bakunin comenzó su actividad, no en el movimiento de los trabajadores, sino en una organización burguesa de Suiza llamaba la Liga de la Paz y la Libertad (Ligue de la Paix et de la Liberté).De hecho, fue elegido para su comité central. Pensó que podía hacerse cargo de la Liga y utilizarla como un vehículo para promover sus doctrinas anarquistas. Sin embargo, en el Congreso de la Liga en Berna, no tuvo ningún impacto y se separó con una minoría insignificante.
Fue sólo en este punto, tras haber caído con la Liga y después de separarse de la Liga burguesa que entró en la sección Romanda de la AIT en Ginebra.Eso fue a finales de 1868. Bakunin tuvo la idea de formar dentro de la AIT una fracción anarquista con él como líder.Para ello, estableció la “Alianza de la Democracia Socialista”. Su objetivo era conseguir el control de la AIT y endilgar sus ideas anarquistas sobre ella.
Pero tenía un problema grave: la Internacional estaba encabezada por el Consejo General en Londres, donde Marx tenía una influencia considerable. A fin de lograr su objetivo por lo tanto, Bakunin tenia que socavar al Consejo General y ensombrecer el nombre de Marx. Esto lo hizo en perjuicio de las normas democráticas de la Internacional, por medio de intrigas fraccionales y ataques personales. Estas intrigas, dirigidas aparentemente contra el Consejo General fueron en realidad dirigidos contra la propia Internacional,a las ideas, métodos y programa a los que Bakunin se oponía fundamentalmente.
Las ideas de Bakunin
El marxismo y el anarquismo son ideologías completamente opuestas y excluyentes. La primera es una teoría científica y una política revolucionaria que refleja los intereses de clase del proletariado. El anarquismo es una doctrina confusa y anticientífica, que encuentra su base de clase en la pequeña burguesía y el lumpenproletariado. Este no es el lugar para tratar en detalle con las ideas de Bakunin, a pesar de que volveremos a este tema en el futuro. Su programa (en la medida en que existía) fue un revoltijo superficial de las ideas tomadas de Proudhon, Saint Simon y otros socialistas utópicos. Por encima de todo, predicaba la abstención del movimiento político – una idea que también tomó de Proudhon.
En lo que se refiere al rechazo de la acción política y la organización, Marx escribió:
“Nota en cuanto al movimiento político: El movimiento político de la clase obrera tiene por objeto, por supuesto, la conquista del poder político por la clase trabajadora, y para ello es necesario que, previamente, se haya desarrollado hasta cierto punto una organización de la clase obrera surgida a su vez de las luchas económicas de la misma.
“Por otro lado, sin embargo, todo movimiento en el que la clase obrera se presente como clase contra las clases dominantes e intente obligarlas por medio de la presión exterior, es un movimiento político. Por ejemplo, el intento de una fábrica en particular, o incluso una industria en particular de forzar una reducción de la jornada de trabajo por huelgas, etc, es un movimiento puramente económico. En cambio, el movimiento que tiene como objetivo hacer aprobar una ley que establezca la jornada de ocho horas, etc, es un movimiento político.Y de esta manera, a partir de los distintos movimientos económicos de los trabajadores surge en todas partes un movimiento político; es decir, un movimiento de clase, que tiene por objeto imponer sus intereses de forma general, en una forma que posee una fuerza de compulsión para toda la sociedad.Si estos movimientos presuponen un cierto grado de organización anterior, son también un medio para el desarrollo de esta organización.
“Cuando la clase obrera no es aún lo suficientemente avanzada en su organización como para llevar a cabo una campaña decisiva contra el poder colectivo; es decir, el poder político de las clases dominantes, debe en todo caso entrenarse para ello mediante una agitación continua y una actitud hostil a la política de las clases dominantes. De lo contrario, seguirá siendo un juguete en sus manos, como demostró la revolución de septiembre en Francia , y como también se demostró hasta cierto punto por el juego que los señores Gladstone & Co. están llevando a cabo fuera de Inglaterra, incluso en la actualidad”. (Marx a Bolte, 23 de noviembre de 1871, publicado en Correspondencia de Marx y Engels; Editor: International Publishers, 1968)
Estas ideas confusas tuvieron un cierto eco en Italia y España, donde el capitalismo se encontraba todavía en estado embrionario y el movimiento de los trabajadores estaba poco desarrollado, y en cierta medida en Francia Suiza y Bélgica. En países como Gran Bretaña y Alemania avanzó poco. En las filas de la Primera Internacional era una pequeña minoría. La influencia predominante en la dirección de la Asociación Internacional de los Trabajadores (el Consejo General, con sede en Londres) fue la de Marx y Engels.
¿Anarquismo o democracia?
Hoy día hay personas que repiten los argumentos de Bakunin, como si fueran buena moneda. En particular, los argumentos que el marxismo es “autoritario” y dictatorial, y que una organización revolucionaria centralizada aplasta la libertad del individuo, ahoga todo pensamiento creativo y prepara el camino para la dictadura totalitaria, se repiten con frecuencia por los críticos del marxismo, aunque fueron contestados hace mucho tiempo por Marx y Engels.
Fué Bakunin,y no Marx, quien se dedicaba a la política dictatorial maquiavélica, intrigante a espaldas de la Internacional con el fin de desacreditar a sus líderes y desorganizarla para instalar una organización rival. Fué Bakunin, y no Marx, quien se asoció con Nechayev. Junto al cual escribió folletos sobre un nuevo orden social, que se creará “mediante la concentración de todos los medios de existencia social en manos de nuestra comisión, y la proclamación de un trabajo físico obligatorio para todos”.
En este paraíso anti-autoritario, habría residencia obligatoria en los dormitorios comunes, las normas de las horas de trabajo, la alimentación de los niños, etc, de la que Marx escribió con ironía:
“¡Qué bello modelo de comunismo de cuartel! Aquí lo tienes todo: comidas comunales, dormitorios comunales, los asesores y las oficinas de la regulación de la educación, la producción, el consumo, en una palabra, toda actividad social, y para colmo, todo coronado por Nuestro Comité, anónimo y desconocido por todos, como el dictador supremo. Y eso dicho desde el más puro anti-autoritarismo … “
Para Bakunin y sus seguidores, la palabra “autoritario” sólo significaba cualquier cosa que a ellos no le gustaba. Pero es un hecho innegable que en ciertas situaciones la autoridad es necesaria e inevitable. Como dice Engels,
“Una revolución es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por medio del terror que sus armas inspiran a los reaccionarios”. (Engels, Sobre la autoridad)
¿Debe el partido revolucionario reflejar la sociedad del futuro?
Otro argumento tantas veces repetido por los anti-autoritarios es que un partido centralizado, y disciplinado, no puede conducir al socialismo real sino a una dictadura totalitaria. ¿Cuántas veces hemos oído esto? ¿Cuántas veces nos han dicho que el estalinismo fue el producto inevitable del centralismo leninista?
Algún tipo de estructura de toma de decisiones es necesario en cualquier nivel de cooperación u organización humana. En cualquier comunidad, necesariamente tengo que sacrificar parte de mi libertad en favor de los demás. Incluso en la futura sociedad sin clases, la gente todavía tiene que tomar decisiones, que serán las decisiones de la mayoría. Y bajo el capitalismo, los trabajadores deben organizarse colectivamente para luchar para defender sus intereses. ¿Cómo es que esto se realizará, a menos que la minoría se somete a la voluntad de la mayoría?
Es un hecho lamentable con el que a veces hay gente que no está de acuerdo ¿Qué vamos a hacer en tales circunstancias? La historia nunca ha producido ningún instrumento mejor para expresar la voluntad popular que la democracia. Es verdad que incluso la democracia más perfecta tiene sus limitaciones, pero hasta la fecha nadie ha propuesto nada más perfecto. ¿Cuál es la alternativa? “¿Consenso”? Pero eso sólo significa adoptar la ley del mínimo común denominador. ¿O tal vez la solución es que todas las decisiones deban adoptarse por unanimidad? Ese es el método más antidemocrático de todos, ya que la oposición de un solo individuo puede paralizar la voluntad de la mayoría: en otras palabras, es el derecho de veto – ¡la dictadura de un solo individuo!
Las clases medias utilizan los métodos individualistas y tienen una mentalidad individualista. Una asamblea de los estudiantes puede debatir durante horas, días y semanas sin llegar nunca a una conclusión. Tienen un montón de tiempo y están acostumbrados a ese tipo de cosas. Sin embargo, una reunión masiva de fábrica es un asunto totalmente diferente. Antes de una huelga, los trabajadores discuten, debaten, escuchan opiniones diferentes. Pero al final del día, el tema debe ser decidido. Se pone a votación y la mayoría decide. Esto es claro y evidente para cualquier trabajador. Y nueve de cada diez veces la minoría voluntariamente acepta la decisión de la mayoría.
El mejor ejemplo de un anti-autoritario es un rompehuelgas, que declara que, sin importar lo que decidan sus compañeros de trabajo, reclama para sí el derecho a expresar su libre individualidad – al romper la huelga. Conocemos estos argumentos en favor de la libertad absoluta del individuo, que son proclamados por la prensa burguesa en cada huelga pora defender a los rompehuelgas. Y sabemos también cómo los trabajadores en huelga tratan a estos últimos y cómo ven “la libertad absoluta del individuo”.
En realidad, las organizaciones anarquistas (sin duda, una contradicción en los términos) siempre sufren de la burocracia más extrema, porque alguien tiene que tomar decisiones. ¿Quiénes son? En la práctica, las decisiones se toman “espontáneamente” por los grupos auto-designados que no son elegidos por nadie y no rinden cuentas a nadie – es decir, el gobierno de las camarillas. Ese fue el método de los bakuninistas en la AIT. A espaldas de los miembros, se organizó una intriga, bajo el lema de la lucha contra el “autoritario” Consejo General.
Se podría añadir que las mismas personas que presuntamente fueron librando una lucha por la democracia y contra el autoritarismo, no fueron elegidos por nadie y tampoco eran responsables ante nadie. El Consejo General era la dirección electa de la Internacional. La Alianza bakuninista se autonombró y funcionó al margen de las estructuras democráticas de la Internacional. Sus miembros solo se representaban a sí mismos, aunque sus actividades fueron organizadas y orquestadas por el hombre conocido como “Ciudadano B” (Bakunin), que en realidad lo decidía todo.
La Alianza Socialdemócrata Internacional
Bakunin fue un aventurero sin principios que constantemente intrigaba para impulsar su propia posición y prestigio. Para él, la teoría siempre fue una consideración secundaria: un simple medio de su autoafirmación personal. Ha habido muchas de estas personas en el movimiento, tanto antes como después.
Marx escribió a Friedrich Bolte sobre Bakunin:
“Él – un hombre sin el conocimiento teórico – tenía la pretensión de que esa organización separada representara la propaganda científica de la Internacional, pretendiendo que ésta fuera la función especial de esa segunda Internacional dentro de la Internacional.
“[…] Si es un don nadie como teórico,si está en su elemento como un intrigante.” (Carta a Friedrich Bolte, 23 de noviembre de 1871).
La Alianza se caracterizó por la verborrea radical. Le declaró la guerra a Dios y al Estado y exigió que todos sus miembros fueran ateos. Su programa económico era confuso y ambiguo. En lugar de luchar por la abolición de la sociedad de clases, se exigió la igualdad de todas las clases.En lugar de la expropiación de los medios de producción, se limitó a una demanda de la abolición del derecho de herencia.Y para no asustar a la clase media y los burgueses liberales, tuvo cuidado de no definir con claridad su carácter de clase.
La nueva sociedad se acercó al Consejo General con la petición de que se la integrara dentro de la Internacional como una organización independiente, con su propia constitución y su programa. Bakunin escribió una carta para congraciarse con Marx, llena de halagos falsos. Él escribió:
“Desde que abandonamos pública y solemnemente a la burguesía en el Congreso de Berna, no sé de ninguna otra sociedad, cualquier otro ambiente, que el mundo de los trabajadores. Mi país es ahora la Internacional, de la cual usted es uno de los fundadores más importantes. Ya ve usted, mi querido amigo, que yo soy su discípulo, y estoy orgulloso de serlo”.
Marx no estaba impresionado. Hasta finales de 1868 su actitud hacia Bakunin fue la de la tolerancia extrema. Acogió con satisfacción a Bakunin como colaborador en 1862. Ahora sospechaba de los motivos de este último – y no estaba equivocado. Recordemos que tan sólo cuatro años antes Bakunin había escrito desde Italia prometiendo trabajar para la Internacional. No sólo no cumplió su promesa, sino que dedicó todas sus energías en la promoción de un movimiento rival burgués, la Liga por la Paz y la Libertad. Sólo después de que sus esfuerzos para hacerse cargo de esa organización fallaron regresó su atención a la Internacional, que ahora obviamente crecía en fuerza e influencia.
El Consejo General denegó la solicitud de la Alianza, y Bakunin recurrió a una maniobra. Anunció que la Alianza se disolvería y transformaría sus secciones, (que seguiría manteniendo su propio programa) en las secciones de la Internacional. Después de estas garantías, el Consejo General acordó admitir a las secciones de la antigua Alianza en la AIT.
La Alianza dijo haberse disuelto el 6 de agosto e informó al Consejo General de esto. Sin embargo, pocas semanas después reapareció en la forma de una nueva “Sección Revolucionaria de Propaganda Socialista y Acción”, que se declaró de acuerdo con los principios generales de la Internacional, pero se reservaba el derecho de hacer uso pleno de la libertad que los Estatutos y los congresos que la Internacional le ofrecían.
No pasó mucho tiempo hasta que Marx llegara a la conclusión de que Bakunin había engañado al Consejo General. A pesar de haber separado oficialmente su sociedad, mantenía intacta su organización central con el fin de hacerse cargo de la Internacional. Los acontecimientos posteriores demostraron que la Alianza seguía existiendo. Se llevó a cabo una continua guerra de guerrillas contra la Internacional bajo el pretexto de la lucha contra el “autoritarismo” del Consejo General. Para ello Bakunin y sus seguidores no dudaron en recurrir a cualquier medio, incluso las más bajas calumnias y las intrigas más deshonestas.
Cómo trabajaron los intrigantes
No es difícil para los intrigantes profesionales influir en los activistas honestos de un partido. Al tratar con este tipo de individuos, la honestidad ingenua es una desventaja definitiva, ya que la gente honesta no puede reconocer una intriga. Se toman las cosas sinceramente y creen en lo que se les dice, ya que no tienen razón para sospechar de los motivos de la otra persona, considerando que son trabajadores honestos del partido, como ellos mismos.
Bakunin elaboró el plan de una fracción secreta, L’Alliance Internationale de la Démocratte Socialiste, que, aunque formalmente era una rama de la AIT, en realidad formó una asociación paralela a la International, con la misión especial de elaborar los más altos principios “filosóficos” del movimiento proletario.El “por un truco ingenioso, habría colocado a nuestra sociedad, bajo la dirección y la iniciativa Suprema del ruso Bakunin.”
Bakunin fue un intrigante hábil y pronto convenció al veterano revolucionario alemán y amigo de Karl Marx y Engels, Johann Philipp Becker, que vivía en Suiza, para que añadiera su firma al programa. Marx escribió con pesar: “El valiente viejo Becker, siempre ansioso por la acción, de que algo se agite, pero poco crítico de mente, un entusiasta, como Garibaldi, fácilmente se dejó llevar”. (Marx a Pablo y Laura Lafargue, 15 de febrero de 1869)
La forma en que se manejaron las cosas, fue peculiarmente deshonesta. Enviaron su nuevo programa, colocando el nombre de Becker a la cabeza de las firmas, escondiéndose detrás de la autoridad moral de un veterano de honestidad incuestionable. Entonces, a espaldas del Consejo General enviaron emisarios a París, Bruselas, etc (En aquellos días, que no poseían Internet, que les habría salvado un montón de tiempo y esfuerzo). Sólo en el último momento, dieron a conocer los documentos al Consejo General de Londres.
El Consejo General tomó medidas para detener estas intrigas entre fracciones. El 22 de diciembre de 1868, una decisión unánime del Consejo General declaró nula las normas por las que la Alianza establecía sus relaciones con la Asociación Internacional de los Trabajadores y se negó la admisión de la Alianza como una rama de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Todas las ramas de la AIT aprobaron la decisión.
Becker quedó resentido con Marx por ésto, pero, como Marx escribió a los Lafargue: “Toda mi amistad personal por Becker no podía permitir que este primer intento de desorganizar la sociedad pudiera tener éxito.” (Marx a Pablo y Laura Lafargue, 15 de febrero de 1869). Bakunin reaccionó declarando que la Alianza fue “disuelta”, cuando en realidad se mantuvo como una organización secreta de trabajo a espaldas de la Internacional.
El asunto Nechayev
Una indicación de las aventuras de Bakunin fue su asociación con el famoso terrorista ruso Nechayev, que fue juzgado por el asesinato de un joven estudiante de su grupo en Rusia y acabó su vida en una prisión zarista, habiendo comprometido seriamente la causa revolucionaria. Fue en parte para desviar la atención de este escándalo que Bakunin intensificó sus ataques a Marx y el Consejo General.
Habia profundas diferencias entre las ideas propugnadas por Bakunin y las de Marx. Bakunin rechazaba totalmente la idea de que el proletariado tomara el poder. Negó cualquier forma de lucha política en la medida que tenía que llevarse a cabo dentro de la sociedad burguesa, la cual tenía que ser destruida. Riazanov resumió la esencia del credo de Bakunin:
“Primero destruir, y entonces todo se arreglará por sí mismo. Destruir – cuanto antes, mejor. Sería suficiente para incitar a los intelectuales revolucionarios y los trabajadores amargados. Lo único necesario sería un grupo compuesto por personas determinadas con el demonio de la revolución en sus almas “. (D. Riazanov, Karl Marx y Friedrich Engels, p. 185)
Esta es una concepción totalmente errónea de la lucha de clases. La clase obrera sólo puede aprender a través de la lucha. Sin la lucha día a día para avanzar bajo el capitalismo, la revolución socialista sería imposible. La lucha por las reformas, salarios más altos, mejores condiciones laborales y de vida, una reducción de las horas de trabajo, etc crea condiciones más favorables para la organización de clase del proletariado. En una fase histórica determinada, las luchas económicas de la clase obrera necesariamente se convierten en luchas políticas, como la lucha por los derechos democráticos, la libertad de expresión y de reunión, el derecho de huelga, el derecho al voto, etc. Es impensable que la clase trabajadora pueda permanecer indiferente a esto.
La consigna de abstención política simplemente significa que la clase obrera sigue estando políticamente subordinada a los partidos de la burguesía liberal, como el ejemplo de Inglaterra ya puso claramente de manifiesto durante el siglo XIX. Con el fin de lograr la independencia de la burguesía en la esfera política, el proletariado debe luchar por su propio partido político independiente. Por eso, Marx consideraba imprescindible la lucha política y la organización política del proletariado para la conquista del poder político. Pero para los bakuninistas se trataba de un libro cerrado con siete llaves.
Como hemos visto, las aventuras de Bakunin fueron completamente expuestas en el asunto Nechayev. Nechayev era un joven fanático, un aventurero revolucionario que se presentó en Ginebra en la primavera de 1869, que afirma haber escapado de la fortaleza de Pedro y Pablo. También afirmó que representaba un comité todopoderoso que derrocaría a la Rusia zarista. Esto fue una pura invención. Nunca había estado en Pedro y Pablo y el Comité nunca existió.
Sin embargo, Bakunin estaba impresionado por ese “joven salvaje”, “ese joven tigre” como solía llamar a Nechayev. Nechayev era un devoto discípulo de Bakunin. Pero a diferencia de su maestro, Nechayev siempre se caracterizó por una coherencia de hierro. Bakunin había predicado que el lumpen proletariado fueran el portador real de la revolución social. Consideraba a los delincuentes como elementos deseables para ser reclutados por el movimiento revolucionario. Así que era lógico que su fiel discípulo Nechayev concluyera que era necesario organizar un grupo de lúmpenes con el propósito de “expropiar” en Suiza.
En el otoño de 1869 Nechayev regresó a Rusia con un plan para crear un grupo bakuninista allíá No hay duda de que fue con el pleno apoyo de Bakunin. Llevaba consigo una autorización por escrito de Bakunin, que declaró que él era el “representante acreditado” de la denominada Alianza Revolucionaria Europea – otra invención de Bakunin. Incluso hizo un llamamiento a los oficiales del ejército zarista, instándolos a ponerse incondicionalmente a disposición del “comité”, aunque éste no existía.
Cuando un miembro del grupo de Nechayev, un estudiante llamado Ivanov, comenzó a dudar de la existencia de la comisión secreta, Nechayev lo asesinó. Esto dio lugar a numerosas detenciones, pero Nechayev logró evitar la detención. El juicio Nechayev abrerto en San Petersburgo en julio de 1871 y el asunto espantoso fueron expuestos públicamente. Había más de ochenta acusados, en su mayoría estudiantes, Nechayev mismo escapó a Ginebra.
El asunto Nechayev hizo mucho daño al movimiento en Rusia e internacionalmente. Afectó a la AIT porque Nechayev dejó que la gente creyera que estaba actuando en nombre de la Internacional, mientras que en realidad era un agente de Bakunin. Más tarde, con el fin de explicar este asunto y de eximirse de su responsabilidad personal por ello, Bakunin afirmó que cayó bajo la influencia de Nechayev quien lo engañó y lo utilizó para sus propios fines.
Pero fue Bakunin quien le proporcionó documentos falsos que pretendían ser de la Internacional, y fueron firmados por él. Fue Bakunin quien escribió la mayoría, si no todas, las proclamas y manifiestos de la inexistente “comisión”, y fue Bakunin quien defendió a Nechayev después de haber huido de la escena del crimen, describiendo el asesinato del desafortunado Ivanov como “un acto político “. Mientras tanto, la mayoría de los estudiantes que fueron sometidos a juicio fueron condenados a largas penas de cárcel o a una muerte en vida en las minas de Siberia.
El Congreso de Basilea
Fue en Basilea que Bakunin hizo su primera aparición, y su facción fue bien representada en ella. Pero como él todavía estaba palpando el terreno, se mostró cauteloso acerca de la presentación de su programa real. Irónicamente, el mismo Bakunin, que siempre se había opuesto violentamente ,al oportunismo, se limitó a exigir la supresión inmediata, no de la propiedad privada, sino del derecho de herencia.
Como de costumbre, Bakunin puso todo de cabeza. No es el derecho de herencia el que es responsable de la propiedad privada, sino la existencia de la propiedad privada la que da lugar al derecho de herencia. Después de la toma del poder, el proletariado se ocupará de esta cuestión, junto con muchos otros temas secundarios relacionados . Pero la tarea principal es la expropiación de la gran propiedad privada a través de la nacionalización de la tierra, los bancos y los monopolios privados. Pero esto es un acto político, y por lo tanto un anatema para los anarquistas.
Proponer la supresión del derecho de herencia en general, además de su carácter claramente utópico, no tiene en cuenta el hecho de que una gran parte de la clase media, campesinos y hasta una sección de la clase obrera se vería afectada. Un Estado obrero no expropiaría a los pequeños propietarios, sólo la gran propiedad privada (terratenientes, grandes empresarios). Mientras tanto, sería suficiente imponer un fuerte impuesto a la riqueza y limitar el derecho de herencia.
Para Bakunin, sin embargo, estas circunstancias concretas eran irrelevantes. Su esquema de la revolución social era una pura abstracción, fuera del tiempo y el espacio. Como de costumbre, su demagogia vacía sólo servía para sembrar la mayor confusión posible. Cuando la cuestión se sometió a votación ninguna de las resoluciones obtuvo una mayoría suficiente, y todo el asunto quedó en un estado de confusión, que era el resultado inevitable de las intervenciones “teóricas” de los anarquistas . Habiendo hecho un lío, Bakunin se olvidó de su derecho de herencia y pasó a otra cosa. Esta fue una conducta absolutamente típica de su parte: a) Aporrea el tambor ruidosamente sobre un tema u otro, b) causa la mayor confusión posible, c) pasa a otro tema. Los resultados de la desorganización de esta conducta son evidentes.
Es interesante observar que las estructuras “autoritarias” de la Internacional contra las que protestaba Bakunin con tanta vehemencia en 1871 y 1872 fueron introducidas a la Internacional por la moción de los partidarios de Bakunin, con el apoyo de Bakunin.Este era en un momento en que el objetivo era hacerse con el control de la Internacional. Sólo cuando este plan falló Bakunin descubrió de repente el “autoritario” carácter de la estructura de la Internacional y sus normas. Bakunin siempre gobernó su propia fracción, la Alianza, con una mano de hierro. Ciertamente, la acusación de autoritarismo y de tendencias dictatoriales pueden ser con mayor justicia usadas en contra de Bakunin que de Marx.
Por esos tiemps Wilhelm Liebknecht y August Bebel, después de una fuerte lucha fraccional contra los seguidores de Lassalle, habían logrado establecer un partido aparte en la convención de Eisenach (1869) basado en el programa de la Internacional. La actividad de Bakunin en la Liga de la Paz y la Libertad fue analizada y rechazada por este congreso del partido. El próximo Congreso se iba a celebrar en Alemania, pero no pudo ser convocado. Inmediatamente después del Congreso de Basilea las relaciones entre Francia y Prusia se deterioron rápidamente y el estallido de la guerra era inminente.
En la medida que los miembros de la Internacional tuvieron conocimiento de la conducta desorganizada de Bakunin y sus seguidores, reaccionaron en contra. Marx escribió a Engels el 30 de octubre 1869:
“A propósito. El secretario de nuestra Comisión francesa de Ginebra está totalmente harto de Bakunin, y se queja de que desorganiza todo con su “tiranía”. En la Égalite, el señor Bakunin indica que los trabajadores alemanes e ingleses no tienen el deseo por la individualidad, por eso aceptan nuestro communisme autoritaire.En oposición a esto, Bakunin representa le collectivisme anarchique. El anarquismo está, sin embargo, en su cabeza, que sólo contiene una idea clara – que Bakunin debe tocar el primer violín “. (MECW, Tomo 43, p. 363)
Ver también: Marx vs Bakunin
Primera parte
Segunda parte
Tercera parte
Cuarta parte
Quinta parte