Los Gordos y los “independientes” de la CGT: El regreso de los muertos vivos

Para eso se han unido en santa alianza la Unión Industrial Argentina (UIA), sectores que se ubican en la derecha del kirchnerismo, junto a la más rancia burocracia sindical representada por los “Gordos” (que agrupa los dirigentes de los gremios de la Alimentación, Luz y Fuerza, Comercio, Sanidad y Ferroviarios) y los denominados “Independientes” (UPCN, UOCRA, Obras Sanitarias).

Nuevamente, dirigentes nefastos como el lucifuerzista Oscar Lescano vuelven a la carga para defender los intereses patronales en perjuicio de los trabajadores, como lo hicieron en la década del noventa enriqueciéndose a costa de las privatizaciones que pusieron de rodillas a nuestro país.

En este sentido, Hugo Moyano declaró: “No volvamos a la década del ‘90. Ningún trabajador va a permitir que vuelvan los que entregaron a los trabajadores”; y agregó: “Parecen salidos de la catacumbas, parecen los muertos vivos”.

Desde la Corriente Militante no permanecemos neutrales ni tibios, sino que denunciamos firmemente los intentos por empujar la CGT hacia la derecha. Independientemente de lo que podamos decir acerca del dirigente Camionero, es evidente que en reemplazo de Moyano los grandes empresarios quieren favorecer la llegada a la conducción de la CGT de la vieja basura archiburocrática y reaccionaria menemista para dañar la fuerza organizada de la clase obrera.

Entendemos que las direcciones sindicales no son una masa compacta y homogénea, sino que está compuesta por distintos sectores guiados por distintos intereses y que es totalmente legítimo y necesario llegar a un acuerdo amplio de frente único con aquellos sectores con los que podamos confluir para golpear a la burocracia en su versión más podrida y rancia.

Pero a la vez que nos posicionamos contra este intento de volver al pasado decimos claramente que es hora de exigir de manera enérgica un congreso democrático de la CGT con elección democrática de delgados en todos los gremios para que los trabajadores decidan quiénes son sus dirigentes. La elección y revocabilidad de los dirigentes sindicales deben ser llevadas adelante a través de asambleas obreras de base.

La única manera que nos permitirá asegurarnos de que los muertos vivos se queden en sus sarcófagos es garantizando la absoluta democratización de los espacios sindicales.