LO QUE NECESITAMOS:

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-Un plan nacional de lucha para enfrentar los ataques patronales

-Un programa socialista para enfrentar la crisis

Los empresarios no han esperado a la llegada de la crisis económica en nuestro país para anunciar planes de despido y congelamiento salarial. Ya se anunciaron cientos de despidos en automotrices, neumáticos, frigoríficos, curtiembres, comercio, bancos, etc. Está claro que quieren aprovecharse del ambiente general de preocupación instalado por los medios de comunicación ante la posibilidad real de una crisis económica para tomarse su revancha y avanzar contra las conquistas conseguidas en los últimos años por los trabajadores al calor de la reactivación económica.

-Un plan nacional de lucha para enfrentar los ataques patronales

-Un programa socialista para enfrentar la crisis

Los empresarios no han esperado a la llegada de la crisis económica en nuestro país para anunciar planes de despido y congelamiento salarial. Ya se anunciaron cientos de despidos (o no renovación de contratos) en las automotrices, neumáticos, en frigoríficos, curtiembres, comercio (Easy), bancos, etc. Aunque algunos de estos despidos fueron revertidos por el momento a pedido del gobierno o por la acción independiente de los trabajadores afectados, los empresarios consiguieron su objetivo fundamental: instalar la preocupación y el miedo en amplios sectores de la clase obrera con el fin de que agachen la cabeza y depongan sus reclamos salariales y por mejores condiciones de trabajo.

Está claro que quieren aprovecharse del ambiente general de preocupación instalado por los medios de comunicación ante la posibilidad real de una crisis económica para tomarse su revancha y avanzar contra las conquistas conseguidas en los últimos años por los trabajadores al calor de la reactivación económica. Mientras que hace dos meses estaba planteado sobre la mesa, ante la suba desbocada de precios, la reapertura de las paritarias e, incluso, un aporte extra de $500 en las principales empresas del país, ahora consiguieron darle la vuelta a la torta para instalar en el debate el congelamiento salarial y la pérdida de derechos conquistados. El movimiento obrero debe enfrentar esta arremetida.

 

En esta tarea contaron con la inestimable colaboración de la dirigencia de la CGT, sólidamente instalada en sus poltronas y que goza de privilegios y de un nivel de vida insultante tratándose de "dirigentes obreros". Rápidamente se guardaron sus tibias insinuaciones de reabrir las paritarias y declarar, sin consultar con las bases, que los reclamos salariales se postergarán a cambio del mantenimiento del empleo.

 

La respuesta de la clase obrera a esta ofensiva no debe ser rogarle al patrón que no despida trabajadores sino obligarlo con la lucha al mantenimiento de los empleos y del poder adquisitivo de los salarios.

 

Si es verdad que en determinadas empresas, como nos dicen, los negocios van mal y son necesarios despidos o congelamientos salariales exijamos entonces que se abran los libros de contabilidad de las empresas y que una comisión obrera, elegida en asamblea de trabajadores,  investigue qué se hizo con las ganancias de los últimos años, y en qué se invirtió la plata. Seguramente se encontrarán muchas cuentas ocultas de millones de pesos escondidas a los ojos de los trabajadores.

 

Y en el caso de que sea verdad de que la empresa va mal, nuestro principio debe ser el siguiente: Nuestras fuentes de trabajo son lo primero. La incompetencia de los patrones para seguir al frente de una empresa debe ser respondida con la nacionalización de esas empresas sin indemnización y su puesta en funcionamiento bajo control obrero ¿Por qué los Estados pueden entregar gratis decenas de miles de millones de dólares para los banqueros y empresarios en cada país, y no pueden ser estatizadas, bajo control obrero, las empresas cerradas o que despidan a trabajadores? Ante la más mínima intención de cierre o de despidos los trabajadores deberían proceder a tomar las fábricas y exigir su estatización por el gobierno, sin indemnización.

 

Un programa socialista para enfrentar la crisis

 

En esta situación, la CTA y el activismo combativo que goza de posiciones dirigentes en gremios y empresas tienen que asumir sus responsabilidades. Deberían agrupar esfuerzos y convocar reuniones abiertas para discutir planes de acción y un pliego amplio de reclamos. Desde la Corriente Socialista El Militante proponemos para el debate el siguiente programa:

 – Ni un despido. Que la crisis la paguen los capitalistas.

  -Organización de Comités de trabajadores, elegidos en asambleas en todas las empresas, para aplicar un control obrero de la producción y de las cuentas, que evite fraudes contables y descapitalizaciones de las mismas. Que se abran a los trabajadores los libros de balance de las empresas.

  -Nacionalización sin compensación, y bajo control de los trabajadores, de todas las empresas que cierren o despidan trabajadores.

  -Efectivización de la escala móvil precios-salarios para no perder poder adquisitivo y que no se degraden aún más nuestras condiciones de vida. Indexación de los salarios con los precios cada 3 meses.

  -Ninguna reducción salarial. Salario equivalente a la canasta familiar ($3.500)

  -Reinstauración de la doble indemnización en caso de despido

  -Reparto del trabajo entre todos los trabajadores en cada rubro de producción sin afectar el salario, para combatir la desocupación.

  -No al empleo precario. Pase a planta permanente a los 15 días.

  -Si no se puede garantizar un puesto de trabajo a todo el mundo, que se abone un subsidio de 1.200 pesos a todos los desocupados mayores de 16 años hasta que encuentren un trabajo, y sin prestación.

  -Jubilación a los 60 años con el 100% del salario. Jubilación mínima de 1.200 pesos para jubilados y pensionados.

  -Implementación de un Plan de Obras Públicas que dote de infraestructuras plenas a nuestros barrios y localidades (viviendas, canalizaciones, cloacas, instalaciones educativas y de ocio, hospitales y Centros de Salud, rutas, etc) y así acabar con la desocupación.

  -Vivienda digna para las familias trabajadoras. Estatización sin compensación de las grandes empresas constructoras y municipalización del suelo urbano.

  -Congelamiento de los remates hipotecarios. Que el alquiler o la hipoteca de la vivienda no superen el 10% de los ingresos familiares.

  -Congelamiento de las tarifas de los servicios públicos e instauración de una "tarifa social" gratuita para las familias pobres y desocupados.

  -Reestatización sin compensación de todas las empresas privatizadas (ferrocarriles, agua, luz, gas, YPF, teléfonos, etc), bajo control obrero.

  -Desconocimiento de la Deuda externa.

  -Para sacar los recursos que permitan implementar todas estas medidas: nacionalización y estatización de la Banca, monopolios, multinacionales y latifundios bajo el control de los trabajadores y sin compensación, salvo a pequeños ahorristas sin  recursos, y así planificar los recursos productivos en beneficio de la mayoría de la sociedad.

  -Por un gobierno de los trabajadores. Una reorganización de la sociedad sobre nuevas bases sólo se puede dar con la plena participación de los trabajadores en el control y la gestión social y económica del país, a través de los comités de fábrica, y de las organizaciones obreras y populares.