Esta semana fue asesinado en Beirut el ministro de industria libanés Pierre Gemayel. Era conocido por ser un enérgico seguidor de EEUU. Su muerte aumenta las tensiones en Líbano, después de la dimisión de los dos ministros chiítas hace dos semanas. Hezbolá está barajando la posibilidad de convocar manifestaciones después de que la petición hecha por Nasrallah la semana pasada de elecciones anticipadas y un gobierno de unidad nacional fuera rechazada por el gobierno de Seniora Esta semana fue asesinado en Beirut el ministro de industria libanés Pierre Gemayel. Era conocido por ser un enérgico seguidor de EEUU. Su muerte aumenta las tensiones en Líbano, después de la dimisión de los dos ministros chiítas hace dos semanas. Hezbolá está barajando la posibilidad de convocar manifestaciones después de que la petición hecha por Nasrallah la semana pasada de elecciones anticipadas y un gobierno de unidad nacional fuera rechazada por el gobierno de Seniora.
El peligro de reinicio de un nuevo conflicto étnico en Líbano es ahora más claro que después de este verano. Al bombardear Líbano, Israel ha vuelto a reanimar los conflictos internos. Algunos de los generales israelíes incluso hablan abiertamente de que su objetivo era bombardear Líbano para que regresara al pasado, es decir, al pasado de guerra civil. El asesinato de Gemayel ha despertado la atención de todo el mundo ante el peligro real de que Líbano se hunda una vez más en un derramamiento de sangre bárbaro y el exterminio mutuo.
El gobierno libanés de Fouad Seniora ya estaba en sus últimos coletazos. Nasrallah, el líder de Hezbolá, lleva mucho tiempo hablando con desprecio del gobierno. Los políticos cristianos llevan tiempo levantando el espectro de que el Irán islámico intenta tomar el control del país. Por esa razón, el asesinato de Gemayel, un ministro cristiano maronita, simplemente es un paso más en el camino de iniciar un conflicto entre las dos comunidades diferentes que forman Líbano. La reacción de los cristianos ha sido rápida, cientos de jóvenes salieron a las calles en señal de protesta.
En un incidente separado, se escucharon disparos en la oficina del ministro libanés Michel Pharaon, poco después de la muerte de Gemayel. Pharaon es un cristiano católico-griego del bloque parlamentario anti-sirio y pro-Bush.
Gemayel es la tercera figura política libanesa asesinada desde que Rafiq al-Hariri, el anterior primer ministro, fuera asesinado en febrero de 2005. Saad Hariri, hijo del anterior primer ministro libanés asesinado y jefe del Bloque Futuro en el parlamento, ha acusado a Siria del asesinato: Hoy uno de los cuatro principales creyentes en un Líbano libre y democrático ha sido asesinado. Creemos que las manos sirias están por todo el lugar Pero Ahmed Melli, miembro de Hezbolá, dijo a Al Jazeera: Condenamos enérgicamente y denunciamos este asesinato. Fue cometido por esas fuerzas que quieren perjudicar el futuro del Líbano. La ministra de exteriores israelí, Tzipi Livni, condenó el asesinato haciendo referencia a: El papel negativo de Siria en Líbano no es algo nuevo o inesperado.
Sin embargo, Siria ha denunciado enérgicamente el asesinato y niega cualquier participación en él. El gobierno sirio acababa de restablecer relaciones diplomáticas con Iraq y ha ofrecido su ayuda a los imperialistas para conseguir algún tipo de estabilización en la región. El líder de las Fuerzas Libanesas, de mayoría cristiana, Samir Geagea, dijo el martes a Al Jazeera que el bloque de gobierno, no permitirá un regreso a la situación que prevalecía antes del 14 de marzo del año pasado (es decir, cuando Siria jugaba un papel clave con presencia militar directa en el país. Dijo además que Hezbolá y otros partidos a los que describió como cooperadores con Siria, tenían que ser llevados ante un tribunal internacional por el asesinato de Hariri y exigió la dimisión del presidente libanés, Emile Lahoud, que es un aliado de Hezbolá).
Aunque por supuesto no se puede decir con certeza quién asesinó a Gemayel, está claro quién gana con ello. El presidente Bush inmediatamente condenó el asesinato y acusó a Siria e Irán de intentar minar al gobierno de Seniora. Bush poco después los culpó del asesinato de Gemayel, aunque el embajador de EEUU en la ONU, John R. Bolton, ha planteado la posibilidad, más probable, de que EEUU o Israel puedan estar detrás de un asesinato que sirve a sus intereses. En este contexto, debemos recordar también la declaración de Al Qaeda el viernes contra Hezbolá.
¿Qué interés tendría Siria, que sólo hace dos días había declarado su apoyo al gobierno iraquí pro-estadounidense, en un conflicto que sirve a los intereses de la administración Bush y de EEUU, que quieren derribar al gobierno sirio? Como sabemos, la clase dominante norteamericana está cada vez más dividida con relación a la política de Bush en Oriente Medio. Los Demócratas quieren salir de Iraq y les gustaría que Siria o Irán jueguen algún papel en garantizar el orden imperialista cuando EEUU y Gran Bretaña abandonen Iraq. La administración Bush tiene además otras ideas. Por lo tanto, este asesinato sólo sirve a Bush y el gobierno israelí que quieren continuar con el mismo rumbo.
Así que vemos cómo las divisiones dentro de la clase dominante estadounidense tienen un efecto directo sobre la política del Líbano. La clase dominante norteamericana lucha por aplicar su política en Oriente Medio, después de la desastrosa guerra de Iraq, y eso significa la posibilidad de una guerra civil en Líbano. ¿Qué más argumento se necesita para convencerse de la necesidad de acabar con esta corrupta clase dominante que debería ser arrojada al cubo de basura de la historia?