La Universidad es de las Madres y no de los cobardes

Desde la Organización Comunista Militante (ICR Argentina), repudiamos enérgicamente la medida tomada por el gobierno de Milei/Caputo/Sturzenegger/Bullrich de no permitir el ingreso de los trabajadores y trabajadoras a la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa), usando a la policía y violando escandalosamente la autonomía universitaria. Tal medida es parte de una escalada represiva que los falsos libertarios mantienen en lo laboral, con los despidos y suspensiones; en la entrega de los recursos naturales del país a las multinacionales locales y extranjeras, avanzando -con la complicidad de la burocracia sindical – en una contrarreforma que impone a la clase trabajadora condiciones deplorables y profundiza los protocolos para cercenar las libertades democráticas.

Convocamos al conjunto de la población trabajadora, a los sindicatos, a las organizaciones de base y a los partidos de izquierda a que nos unamos para defender uno de nuestros símbolos de lucha y resistencia, que durante la dictadura, como también con los gobiernos de corte ajustador, supo erigirse como un bastión de lucha, denuncia y resistencia.

El negacionismo o relativización del plan de exterminio de la dictadura viene profundizándose en los últimos meses, reinstalando la “teoría de los dos demonios”, propiciando la libertad a los genocidas de la mano de la vicepresidenta Villarruel, quien participó, y participa a través de los senadores de La Libertad Avanza, de los grupos de apoyo que visitan a los criminales de lesa humanidad buscando la impunidad.

En esta avanzada, también se enmarca la reforma de la “ley de seguridad interior” que impulsa el ministro de Defensa, Luis Petri, para tener a su disposición al personal de las Fuerzas Armadas en la represión interna, algo que empezó a ensayarse en Rosario con la excusa de la “lucha contra el narcotráfico”.

Milei, con esta medida, intenta callar a las Madres de los trabajadores. Solo con la lucha obrera y popular podemos frenar la mano al gobierno y la ofensiva patronal que encarna, y que tiene como fin intimidar y callar a quienes resisten. Para dar esta lucha de forma efectiva, debemos anclarla en un programa sólido que represente al conjunto de los explotados y explotadas, y que sea el puntapié inicial para dar un paso fundamental en la organización hacia la puesta en pie de un verdadero gobierno de los trabajadores y tirar abajo este sistema de miseria.

Esta es nuestra tarea urgente. No podemos esperar hasta 2025 y menos hasta 2027.

La lucha es hoy, acá y ahora.