¡La Revolución será Televisada!

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La razón de estos ataques es clara: La revolución venezolana es incompatible con los intereses corporativos de los Estados Unidos en la región y con el sistema capitalista en general. La realidad es que las constantes difamaciones y distorsiones de la verdad reflejan el creciente miedo de las clases dominantes de los Estados Unidos en relación a las repercusiones internacionales del desarrollo de la revolución venezolana.

Es urgente movilizarse y exigir a EEUU que saque sus manos de Venezuela

La mayoría de la gente sabe que los periódicos, la radio y la televisión existen para servir a los intereses de las grandes corporaciones a las cuales pertenecen. En las últimas semanas, éstas han comenzado una campaña abierta en contra de la revolución venezolana. Los medios estadounidenses están inundados con conceptos negativos sobre el presidente venezolano Hugo Chávez y el proceso revolucionario venezolano. El experto de la derecha Robert Novak lo calificó “La infección de Latino América.” En su ratificación como secretaria de estado, Condoleezza Rice llamó a Chávez una “fuerza negativa” en la región. Chávez es referido frecuentemente como “anti-americano” y es acusado de “inmiscuirse” en sus países vecinos, apoyando “terroristas” y de “comenzar una carrera armamentista”. El Financial Times
reportó recientemente que una “política de contención” está siendo formulada por el gobierno de Bush, la cual se enfocará en “cercar” al 5to. gran exportador de petróleo del mundo. Roger Pardo-Maurer, el actual secretario adjunto para asuntos del hemisferio occidental del departamento de defensa de los Estados Unidos, y ex-encargado político de la derechista Contra nicaragueña, está a cargo de esta nueva atención sobre Latino América.

La razón de estos ataques es clara: La revolución venezolana es incompatible con los intereses corporativos de los Estados Unidos en la región y con el sistema capitalista en general. La realidad es que las constantes difamaciones y distorsiones de la verdad reflejan el creciente miedo de las clases dominantes de los Estados Unidos en relación a las repercusiones internacionales del desarrollo de la revolución venezolana.

Lo que está en riesgo es la propia existencia del sistema capitalista en Venezuela, Latino América y, en última instancia, en el mundo. Debido al atolladero de Iraq y la dependencia del petróleo venezolano (los Estados Unidos importan 1.5 millones de barriles de petróleo venezolano cada día) las manos de Bush están atadas por ahora. Pero ellos planifican mover la opinión pública en los Estados Unidos, como también en Latino América, en procura de estrangular la revolución bolivariana en cuanto se de la oportunidad.

Venezuela tiene una de las más grandes reservas petroleras del mundo y es rica en otros recursos naturales como agua y gas natural. Sin embargo, a pesar de esta riqueza, el 80% de su población ha vivido en la mayor miseria por décadas. La oligarquía venezolana y sus amigos corporativos multinacionales usaron los recursos del país para llenarse de ganancias, en vez de mejorar las condiciones de vida del venezolano común -quien realmente produce toda la riqueza. Esto se perpetuó por décadas, hasta que el Fondo Monetario Internacional y los millonarios venezolanos llegaron muy lejos: en febrero de 1989 impusieron un paquete económico intolerable para la población ya deprimida económicamente. El resultado, el “Caracazo”. Un levantamiento popular que fue finalmente derrotado con sangre por las fuerzas de seguridad del estado, resultando en cientos, y hasta miles de pérdidas humanas. Éste fue el comienzo de una serie de acontecimientos que continúa hoy.

Como resultado de esta brutalidad, el izquierdista Teniente Coronel de paracaidistas, Hugo Chávez lideró un golpe de estado fallido en contra del gobierno de derecha en 1992. A pesar de haber sido enviado a prisión, se convirtió instantáneamente en un héroe nacional. Después del masivo apoyo para su pronta salida de prisión, formó un nuevo movimiento político y barrió al tradicional monopolio de los partidos corporativos en las elecciones presidenciales de 1998. Una nueva y mucho más democrática constitución fue establecida por el voto popular y Chávez fue arrolladoramente reelegido en el 2000

Su meta inicial fue la de mejorar las condiciones de vida del oprimido pueblo venezolano. Pero inclusive las más modestas medidas en leyes de tierras, impuestos a las multinacionales y el incremento del gasto en salud, educación, programas de alimentación y de vivienda le trajo una directa confrontación con la oligarquía venezolana y sus aliados en los Estados Unidos. En abril del 2002, los medios venezolanos, la federación nacional de empresas, la cúpula de la Iglesia Católica y un puñado generales reaccionarios cooperaron en la orquestación de un golpe de estado en contra de Chávez. El nuevo gobierno “democrático” procedió a abolir la constitución bolivariana y a disolver la asamblea nacional, la corte suprema de justicia y el consejo nacional electoral, (entre otros poderes…). Para sorpresa de nadie, este gobierno fue legitimado por Washington inmediatamente. Pero en un inesperado levantamiento, las masas venezolanas se alzaron en contra de el gobierno ilegítimo y re-instauraron a Chávez.

Desde entonces, el proceso revolucionario se ha acelerado -pero igualmente se han acelerado los esfuerzos de los Estados Unidos en detenerlo. La clave de la revolución venezolana es la participación masiva, democrática y de base de los trabajadores venezolanos, campesinos y pobres urbanos. Una y otra vez, se han movilizado y organizado para defender la revolución, y es ésta continua participación, de la que depende el futuro de la revolución. El mismo Hugo Chávez se ha radicalizado en los últimos meses. El ha dicho que el capitalismo debe ser trascendido, nacionalizó una importante manufacturadora de papel bajo el control de los trabajadores y llamó al “socialismo del siglo 21.”

Esto refleja la presión de las masas desde abajo. Las esperanzas y sueños de millones de venezolanos son realmente simples y muy similares a las esperanzas y sueños de los trabajadores de los Estados unidos y del mundo. Ellos están luchando por trabajos de calidad, vivienda, educación, transporte, salud, seguras condiciones de trabajo, una jubilación digna, y un futuro mejor para sus familias y sus seres queridos. ¿Es mucho pedir que la gran riqueza generada por la clase trabajadora sea usada para mejorar sus vidas?

A pesar de las provocaciones por parte de los Estados Unidos, Chávez y los venezolanos están lejos de ser anti-estadounidenses. Chávez siempre hace la distinción entre la gente estadounidense y sus gobernantes. Como declarara en un reciente discurso: “Un día, la decadencia dentro del imperialismo de los Estados Unidos va a terminar sobrepasándose, y el gran pueblo de Martin Luther King se liberará… El gran pueblo de Estados Unidos es nuestro hermano, mi saludo a ellos… El pueblo estadounidense, con quien compartimos sueños e ideales, se debe liberar… Un país de héroes, soñadores y luchadores, la gente de Matin Luther King y de César Chávez”

Es vital que actuemos para contrarrestar las mentiras y distorsiones de los medios corporativos. Ellos no están interesados en la verdad acerca de Venezuela -no se detendrán ante nada al desprestigiar la lucha del pueblo venezolano para poder luego justificar el aplastamiento de la revolución. Habiendo sido derrotados en el golpe, durante el sabotaje petrolero y repetidamente en las elecciones, la oligarquía venezolana y sus amigos de Washington están amenazando ahora con usar el terrorismo e inclusive el asesinato del mismo Chávez. Es por eso que es urgente movilizarse y exigir a Estados Unidos que saque sus manos de Venezuela. El heroico esfuerzo de millones de hombres y mujeres venezolanas para mejorar sus vidas es prueba en práctica de que es posible construir un mejor mundo. Su lucha es nuestra lucha.

El próximo agosto, el Festival Mundial de Estudiantes y Jóvenes tomará lugar en Caracas, Venezuela. Esta será la mejor oportunidad para miles de jóvenes del mundo entero de visitar Venezuela y ver la revolución de cerca. Esto no es historia antigua, esta es una viviente y vibrante revolución en desarrollo en nuestro hemisferio en el siglo 21. ¡Debemos defender y difundir la revolución venezolana a nivel internacional!

31 de marzo