La expropiación de Venepal a principios del 2005, y su puesta en funcionamiento bajo cogestión obrera, marcan un punto de inflexión importante en la Revolución Bolivariana. La lucha de los trabajadores de Venepal por la nacionalización bajo control de los trabajadores encontró una respuesta positiva por parte del gobierno del comandante Chávez. Por primera vez se daba cobertura legal a la consigna que animó la respuesta obrera al paro-sabotaje patronal golpista de Diciembre del 2002: “a empresa cerracerrada, empresa tomada”.
¡A fábrica cerrada, fábrica tomada! ¡Gestión obrera de las empresas, planificación democrática de la economía
La expropiación de Venepal a principios del 2005, y su puesta en funcionamiento bajo cogestión obrera, marcan un punto de inflexión importante en la Revolución Bolivariana. La lucha de los trabajadores de Venepal por la nacionalización bajo control de los trabajadores encontró una respuesta positiva por parte del gobierno del comandante Chávez. Por primera vez se daba cobertura legal a la consigna que animó la respuesta obrera al paro-sabotaje patronal golpista de Diciembre del 2002: “a empresa cerrada, empresa tomada”.
A la expropiación de Venepal, ahora Inveval, siguió la de la Constructora Nacional de Válvulas, ahora Inveval, y más recientemente la de los silos de Promabasa, la planta de tomates de Heinz, el central Cumanacoa, y otras que se están discutiendo. Esto, junto con el anuncio del presidente Hugo Chávez en Julio de que se había elaborado una lista de unas 2,700 empresas paralizadas o semi-paralizadas, con la idea de recuperarlas, ha animado la lucha de los trabajadores y ha abierto una importante discusión en el movimiento obrero nacional.
Este debate se extiende también a la aplicación de la cogestión obrera y la participación de los trabajadores. La experiencia de ALCASA demuestra la superioridad del control obrero sobre la gestión burocrática capitalista de las empresas estatales. Sin embargo en CADAFE los trabajadores se enfrentan con la resistencia de los gerentes que se resisten a permitir su participación en la toma de decisiones.
Desde la Corriente Marxista Revolucionaria queremos aportar una serie de puntos a éste debate.
1) El cierre masivo de empresas y la destrucción de empleo reflejan la profunda crisis del capitalismo en Venezuela y el carácter parasitario de la burguesía en nuestro país. Desde 1999 se han cerrado casi 5.000 empresas manufactureras con la destrucción de 100.000 empleos. Esto forma parte además de una campaña de sabotaje económico contra la Revolución Bolivariana.
2) La recuperación de la industria petrolera contra el paro-sabotaje golpista por parte de los propios trabajadores petroleros, que la gestionaron bajo control obrero, demuestra la capacidad de los trabajadores para manejar las empresas sin patrones ni burócratas impuestos. Si pudimos hacerlo en PDVSA, la primera empresa del país, con un nivel tecnológico muy avanzado, lo podemos hacer en cualquier parte de la economía. Las fábricas pueden funcionar sin patrones, los patrones no pueden funcionar sin trabajadores.
3) En estas condiciones la clase obrera debe tomar en sus manos la recuperación de las empresas paralizadas, en defensa del empleo. A fábrica cerrada, fábrica tomada. Los trabajadores mismos, organizados y coordinados por la UNT en Equipos por la Recuperación de Empresas a nivel estadal, debemos tomar la iniciativa, reabrir las empresas y tratar de reanudar la producción. Una vez tomadas las fábricas debemos demandar al ejecutivo nacional la legalización de esa acción, mediante la expropiación, y la instauración de la gestión obrera de la empresa. Si los patrones no están dispuestos a producir, los trabajadores sí.
4) Las empresas públicas o nacionalizadas bajo gestión obrera no se deben considerar propiedad de los trabajadores de esa empresa en particular, sino que deben gestionarse en beneficio del pueblo venezolano en su conjunto. En este sentido la forma de propiedad que mejor refleja esta realidad es la nacionalización bajo control democrático de los trabajadores, no las cooperativas o la entrega de acciones a los trabajadores.
5) Tanto en las empresas que ya son propiedad del estado, como en los organismos y servicios públicos, como en las empresas que se puedan recuperar por los trabajadores y expropiarlas, el control y la gestión obrera son fundamentales para evitar el surgimiento de una nueva burocracia y luchar contra la corrupción. Los trabajadores de una industria son los que mejor conocen cómo producir de una manera más eficaz y los mejor colocados para ejercer la contraloría social.
6) El control y la gestión obrera se debe extender a todas las empresas y organismos del estado. No se puede argumentar que ésta no puede llegar a las industrias estratégicas. Fueron precisamente los trabajadores los que derrotaron el paro-sabotaje petrolero aplicando el control obrero. La gestión y control obrero son la mejor garantía de que estas industrias estratégicas y básicas se gestionan en beneficio del pueblo venezolano y se defiendan ante cualquier ataque de la oligarquía y el imperialismo.
7) El control y la gestión obrera deben extenderse a todos los aspectos de la industria y no limitarse a aspectos secundarios. Se deben abrir los libros de cuentas y poner toda la información en manos de los trabajadores. En cada empresa deben de existir Comités de Gestión Obrera que sean elegidos y revocables en asambleas de trabajadores. Los representantes obreros elegidos a estos Comités deben mantener el mismo salario que recibían antes de su elección, si no hay privilegios no hay burocracia.
8) Los trabajadores de las empresas tomadas necesitan coordinarse entre sí y con los trabajadores de las empresas públicas. Deberían crearse Comités de Planificación Económica por sector de actividad y rama industrial. Los representantes a estos Comités también deberían ser elegidos democráticamente por los trabajadores, ser revocables por los mismos, y no recibir ningún privilegio salarial, solamente tener las horas necesarias para ejercer sus funciones.
9) La lucha por la recuperación de empresas y por la gestión obrera es parte de la lucha contra la anarquía del sistema capitalista que condena a la mayoría al hambre, la pobreza, el desempleo y la economía informal. Para garantizar su éxito debemos luchar por la nacionalización del sistema bancario bajo control obrero y popular para poder proporcionar crédito barato a las empresas recuperadas. Para conseguir una planificación democrática de la economía por parte de los trabajadores en beneficio del pueblo, debemos también luchar por la nacionalización de los principales grupos monopólicos del país que controlan la distribución de alimentos, las telecomunicaciones, la producción manufacturera, el transporte, etc. Esa sentaría la base para una economía socialista, planificada democráticamente por Comités de Planificación Económica a nivel local, estatal y nacional.
El debate que se ha abierto en la Revolución Bolivariana sobre la gestión obrera, la toma de empresas y el socialismo del SXXI, es un debate que trasciende las fronteras de Venezuela. La clase obrera de otros países observa con interés este debate y los trabajadores venezolanos también debemos aprender de las experiencias de los trabajadores de otros países. Los únicos aliados fiables de la clase obrera y el pueblo venezolano son los trabajadores y campesinos de otros países. Nuestro enemigo es el mismo: el capitalismo, el imperialismo y la oligarquía. Nuestra lucha es común. Si el sistema capitalista es un sistema de dominación imperialista a nivel mundial, la lucha de los trabajadores por el socialismo sólo puede ser internacional. Por ese motivo la Corriente Marxista Revolucionaria es parte de la Corriente Marxista Internacional. Para nosotros las ideas del socialismo científico, el marxismo, son las únicas que pueden llevar a la clase obrera a la victoria.
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Trabajadores del mundo uníos!