Ha pasado ya más de una semana desde que terminó El Reafirmazo y nada parece indicar de manera convincente que efectivamente hayan alcanzado las cifras anunciadas por el capo máximo de la Coordinadora Democrática (3,6 millones) o tan siquiera las informadas por el mafioso de Carabobo (2,8 millones). Y es que el clima que se respira actualmente resulta verdaderamente extraño. Hasta la misma dirigencia de la reacción, que siempre ha usado a sus cómplices comunicacionales para engañar a muchos con scon sus mentiras de laboratorio, se nota desmovilizada, desmoralizada, derrotada
O de cómo el fraudazo, con el nombre de reafirmazo, terminó en fracaso
Ha pasado ya más de una semana desde que terminó El Reafirmazo y nada parece indicar de manera convincente que efectivamente hayan alcanzado las cifras anunciadas por el capo máximo de la Coordinadora Democrática (3,6 millones) o tan siquiera las informadas por el mafioso de Carabobo (2,8 millones). Y es que el clima que se respira actualmente resulta verdaderamente extraño. Hasta la misma dirigencia de la reacción, que siempre ha usado a sus cómplices comunicacionales para engañar a muchos con sus mentiras de laboratorio, se nota desmovilizada, desmoralizada, derrotada. Ante un triunfo en el tan mentado reafirmazo, lo menos que se hubiese esperado es una cadena por al menos una semana con las típicas imágenes del valiente de Chacao, con mascarilla y todo, entregando unas cajas con pinta de utilería solo superada por aquel famoso pavo iraquí de gracias (o morisquetas) de Dubya. Pero nada de eso se ha visto. Los anuncios de cifras, además de incongruentes, se han hecho por personajes con rostros nada alentadores para los globoadictos y gusanos iluminados que esperaban que ya el 2 de Diciembre iban a reanudar sus jornadas para desalojar al tirano de Miraflores, al mejor estilo 2002.
Ya se sabía de antemano que la reacción tenía bien cuesta arriba conseguir los casi 2,5 millones de firmas necesarias para convocar el Referéndum Revocatorio (RR) contra el presidente Chávez, no hablemos ya de los más de los casi 3,8 millones de votos que necesitarían en el mismo RR. Desde El Militante ya habíamos anunciado las estrategias fraudulentas que estaban detrás del denominado Reafirmazo ante su imposibilidad de convocatoria y que pudimos observar durante dicho fin de semana. Las denuncias de presiones a los trabajadores para firmar, la coerción en los hospitales, las colas simuladas para las cámaras, las cédulas falsificadas y demás irregularidades que se vieron no son sino la punta del iceberg. En cuatro días no han logrado recaudar lo que Súmate había dicho recaudar anteriormente en un día (y sin itinerantes). Y, para peor, ni siquiera se han atrevido a entregar las planillas, esperando tal vez el milagro de la multiplicación de las planillas y firmas. Por si fuera poco, ahora aparece la conversación entre Ramón Escovar Salom y su hijo Ramón Escovar León (www.aporrea.org/audio/1203/sumatefracaso.mp3) donde afirman que la empresa Súmate admite no haber recaudado más de 1,9 millones de firmas durante El Reafirmazo, cifra que ya había sido adelantada por los miembros del Comando Ayacucho.
¿Y ahora qué?
No debemos ser ingenuos y creer que la reacción reconocerá su derrota y falta de apoyo popular. Ya hemos empezado a ver que poco a poco están reiniciando su estrategia saboteadora, la mano peluda que se mueve por ahí. Los enfrentamientos de la semana pasada entre la Policía Metropolitana de Caracas (PM) y los buhoneros, bajo el pretexto de una redada para decomisar fuegos artificiales (cuya venta es ilegal), es tan sólo un ejemplo de esto. Necesitan crear un ambiente de intranquilidad, de agitación. Muchos testigos han declarado que varios PM gritaban ¡Saqueo! ¡Saqueo!, en una clara invitación al caos. La violencia con la que reprimieron la exigencia de los buhoneros de que les devolvieran su mercancía (pues decomisaron de todo, no sólo los fuegos artificiales ilegales), con uso de armas de fuego, hizo que la Guardia Nacional tuviera que actuar para mantener a raya a este brazo armado de la reacción.
Igualmente se han dado desórdenes en liceos de Barquisimeto, Maracay y Mérida, en circunstancias que apuntan claramente a una provocación de la oposición. También hubo dos ataques con bombas Molotov a una iglesia en Los Teques y sabotajes para provocar derrames en gasolineras, como sucedió recientemente en la populosa parroquia de Caricuao. Además de la provocación en la Plaza Francia de Altamira (cuya Virgen fue decapitada con una eficiencia increíble, otro milagro para la Virgen de Capitada, ahora con cabeza). Y están las denuncias que se habían hecho anteriormente de las actividades de la CIA (http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=114) y sus empresas encubridoras para favorecer un clima de agitación que pueda llevar a un estado tal de desorden que obligue a sus fuerzas liberadoras a que actúen en suelo venezolano. Mientras tanto, como desde hace ya años, sigue el sabotaje económico, además del cáncer de los oportunistas, de adecos con boina.
Las denuncias que hay sobre las actividades de la reacción son muchas, especialmente de parte de dirigentes del derechista Primero Justicia. La demora en entregar las firmas recabadas durante el Reafirmazo hace sospechar de un nuevo montaje mediático, con otro nuevo atentado perpetrado por su propia militancia. De alguna forma evitarán la vergüenza de presentar unas planillas con un número de firmas que no llegan siquiera a cubrir el requisito mínimo para activar el RR.
Al mismo tiempo, todos los medios de comunicación de la oposición (es decir la inmensa mayoría de los medios privados) han lanzado una campaña cuya línea principal es la de plantear la apertura de negociaciones con los sectores democráticos del chavismo para asegurar la convocatoria del revocatorio y el respeto a las decisiones del Consejo Nacional Electoral. ¿Qué pretenden con esto? Es simplemente poner presión sobre el gobierno y el CNE para que declaren que la oposición sí consiguió las firmas necesarias, y en caso contrario la decisión aparezca como una manipulación anti-democrática del gobierno. Incluso se ha amenazado con que se suspendería a Venezuela de la OEA y se habla de un posible embargo. A esto se suma la campaña mediática a nivel internacional que da por hecho que la oposición consiguió las firmas necesarias. Todo esto es una muestra de debilidad. Hace un año insistían en que su objetivo era la renuncia inmediata de Chávez, ahora la presión es por medios democráticos y electorales.
Lo cierto es que la oposición cada vez más dividida (Salas Romer denunciaba una campaña conspiratoria dentro de la Coordinadora Democrática contra él, y los candidatos de la oposición aparecen por todas partes), y Chávez fue muy duro en sus declaraciones en la multitudinaria marcha del sábado y en el Aló Presidente del domingo, en el sentido de que no se pueden reconocer las firmas chimbas de la oposición y presentando múltiples pruebas del fraudazo que se produjo.
Movilización contra el Fraude – Pasar a la ofensiva
Así como las movilizaciones populares del pasado han salvado el proceso revolucionario venezolano, la actual amenaza de una convocatoria fraudulenta a un RR y las amenazas de nuevas situaciones de agitación creadas artificialmente por los contrarrevolucionarios deben ser aplastadas por las masas populares y los trabajadores. No debemos confiar ciegamente en los organismos de seguridad del Estado o en que imperará la legalidad burguesa. Debemos recordar que aún persiste un aparato estatal burgués y que la legislación burguesa suele resquebrajarse ante las presiones de la clase dominante, como lo pudimos ver con aquella absurda decisión del Tribunal Superior de Justicia en Agosto del 2002.
Es urgente que el pueblo active sus propios órganos de poder, defensa e inteligencia, que se coordinen con el personal de los organismos existentes que estén verdaderamente comprometidos con la causa revolucionaria. Esto, claro, a la par que se impulsan los cambios profundos y necesarios que se deben dar pronto dentro de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) para garantizar que no se repitan las vergüenzas del pasado, que oficiales leales a la burguesía traicionen a la mayoría de la tropa y de la oficialidad media, que está del lado del pueblo.
Con los planes opositores desbaratados, ahora sería el momento, de pasar a la ofensiva. Derrotados los golpistas en los procesos de firmas, ahora hay que adoptar una política de mano dura. No se puede permitir que anden sueltos los conspiradores golpistas, hay que expropiar las empresas de los que sabotean la economía y ponerlas en manos de los trabajadores, hay que tomar medidas contra los medios que mienten y manipulan, hay que hacer que PDVSA sea realmente del pueblo mediante el control y la gestión obrera de la industria. En ocasiones anteriores (particularmente después de la victoria popular del 13 de abril) se desaprovechó la oportunidad de tomar medidas decisivas contra la reacción. ¿Cuál fue el resultado? Ellos prepararon un nuevo golpe, con el sabotaje petrolero y el paro empresarial de diciembre.
Sólo la profundización de la revolución en dirección al socialismo y el poder obrero y popular puede garantizar la derrota definitiva de los contra-revolucionarios.