Como bien reza el título de la editorial, las elecciones legislativas de Octubre se encuentra muy lejos para todos y su camino está lleno de obstáculos.
Lejos para el arco de los partidos del Estado capitalista, en sus diferentes variantes, desde Cambiemos, pasando por el Frente Renovador hasta llegar al Frente para la Victoria. Lejos para seguir conteniendo a los trabajadores y sectores populares en las ilusiones de que algo puede mejorar después de Octubre. Y con cuidado de no establecer ejes de debate que implique un estado de deliberacióna por parte de los de abajo y vuelva a generar presiones como la que terminó con el paro del 6 de abril arrancado por las bases a los jefes sindicales de la CGT.
La posible postulación de Cristina Fernández de Kirchner genera expectativas en amplios sectores en la Provincia de Buenos Aires, pero el intento de la ex mandataria, expresado en el reportaje que brindó en CN5 (25/05/2017), de encabezar un acuerdo entre el kirchnerismo y la mayoría del PJ para formar una lista de unidad aún se encuentra lejos. Lejos no sólo por el fracaso de la ex mandataria de dar luz verde a algún candidato de su palo, ya que Scioli está envuelto en escándalos por sus últimas declaraciones e Insaurralde sigue siendo un candidato sin trascendencia. Sólo Cristina Fernández cuenta con un considerable caudal de votos, pero los mismos no hacen mella aún para frenar las internas con Florencio Randazzo. La especulación de que la mayoría del arco anti K participen de las internas del PJ es uno de los temores que relativiza su participación.
La lista de unidad se encuentra lejos de unirse ya que existe un abanico de intendentes del conurbano bonaerense que jugarían con Florencio Randazzo, inclusive en las declaraciones de los Jefes Sindicales cegetistas, exigen internas en el PJ y “un sector influyente de la CGT pretende forzar una “deskirchnerización” del PJ. Se encolumnan en esa iniciativa desde “los Gordos” hasta el bastión de los denominados “independientes”. Siguen los mismos pasos el puñado de gremios que están en el Movimiento de Acción Sindical Argentino, que encabeza el taxista Omar Viviani”. (La Nación, 07/06/17)
Entonces, la decisión de CFK de liderar el proceso de unidad contra el gobierno de Cambiemos, de propios y ajenos está haciendo agua, aunque “los rumores anticipan que Cristina Fernández de Kirchner va a encabezar finalmente un frente político que no tendrá PASO” (Pagina 12, 07/06/2017). Pero lo llamativo es que todo el arco de partidos del Estado, no hablan de programas o de los padecimientos de los de abajo o si lo hacen, alimentan la idea de que es posible revertir las políticas del macrismo sólo aplicando las mismas recetas keynesianas que se aplicaron en los tres gobiernos kirchnerista, como si esto no dependiera del contexto económico internacional.
Es central comprender que la idea de recrear el ciclo anterior, bajo los límites del capitalismo, sólo en base a decisiones políticas no son posibles. Hoy nos encontramos en una crisis económica mundial, que no es cíclica sino histórica y que imposibilita llevar adelante cualquier intento de plan desarrollista, que se centre en aliarse o intentar regular a cualquiera de las facciones dominantes de la economía. Ya se sabe que no se puede alimentar a un león con lechuga.
Existe un acuerdo tácito de no hacer olas y mantener la gobernabilidad del régimen político y de las instituciones capitalistas, esto es una consecuencia directa de que ninguna de estas opciones políticas propone una ruptura con el capitalismo. En esto los más comprometidos son el kirchnerismo liderado por la propia CFK que en la mencionada entrevista de C5N lo dejó claro: “Yo me siento con la responsabilidad histórica de convocar al reagrupamiento del campo popular, nacional y democrático. De
reagrupar fuerzas para que esto no se desmadre.” Su objetivo junto al oficialismo es sujetar y descarriar la fuerte rebeldía popular desatada por el ajuste y que se ha expresado en huelgas y movilizaciones obreras masivas; en la jornada del paro internacional de mujeres y en la verdadera reacción que desató la tentativa del 2×1.
Si bien las intenciones son distintas, ya que el oficialismo busca mantener la gobernabilidad para seguir aplicando el ajuste que necesita el empresariado, el kirchnerismo busca sostener la gobernabilidad porque entiende que es la mejor manera de preservar la democracia burguesa y de organizar a la sociedad en el marco de un “capitalismo en serio”.
Mientas tanto, el gobierno de Cambiemos presenta una realidad que no es tal, señala que la recesión se detuvo, que la economía creció un 2,3% y que la inflación cierra a fin de año en un 20% al 25%. Se toma como crecimiento el de la construcción que tuvo una cierta reactivación de la mano de la obra pública. Mientras que los demás índices de la industria metalmecánica sigue en baja, así como textiles y calzados. Por su lado, las importaciones siguen creciendo llegando en la industria del cuero a un 42%.
Se exige mayor ajuste fiscal, en la voz de Melconian que junto a otros economistas ortodoxos planteó la necesidad de profundizar el ajuste después de las elecciones. “Hay que poner el culo en la silla y lograr el equilibrio”, advirtió. (Página 12, 07/06/2017)
Se suma los aumentos en peajes, tarifas, y en la canasta básica de alimentos. Un panorama cada vez más incierto para los de abajo.
Entonces, las perspectivas para Octubre y luego de Octubre no sólo son inciertas sino que todos los indicativos son a que se profundice el ajuste, lógico que esto es con la decisión política de Cambiemos.
Nada se puede esperar de las elecciones de Octubre, nada de los candidatos del establishment. Si bien es cierto que una derrota política de CAMBIEMOS en las elecciones legislativas lo dejarían debilitado de cara a profundizar el ajuste, un triunfo del kirchnerismo no garantiza por sí mismo revertir la actual situación ya que el problema no es Macri o Cristina sino que el problema central es el capitalismo argentino y mundial.
Sólo tenemos que confiar en nuestras fuerzas y organización. Debemos ganar en calidad de debate y objetivos, avanzando en la construcción de nuestro Partido de Trabajadores que ponga en debate al capitalismo. El activismo y sectores de masas que aún anidan ilusiones en el kirchnerismo deben sacar las enseñanzas correctas y ver mas allá.
Fortalecer la organización y la resistencia, avanzar en un frente único de todos los luchadores es la tarea.