El pasado mes de febrero se reunió el Congreso Nacional de los Jóvenes Comunistas italianos (GC), el ala juvenil del Partido de la Refundación Comunista (PRC), para debatir dos documentos políticos opuestos, uno presentado por la tendencia marxista FalceMartello y el otro por todas las demás corrientes que llegaron al proceso congresual juntas como un solo bloque. Los marxistas alcanzaron una posición mucho más fuerte que nunca antes y son ahora una corriente respetada entre la juventud, una corriente que ha mostrado en la práctica que sabe cómo construir el partido con ideas marxistas correctas.
El pasado mes de febrero se reunió el Congreso Nacional de los Jóvenes Comunistas italianos (GC), el ala juvenil del PRC, para debatir dos documentos políticos opuestos, uno presentado por la tendencia marxista FalceMartello y el otro por todas las demás corrientes que llegaron al proceso congresual juntas como un solo bloque. Los marxistas alcanzaron una posición mucho más fuerte que nunca antes y son ahora una corriente respetada entre la juventud, una corriente que ha mostrado en la práctica que sabe cómo construir el partido con ideas marxistas correctas.
El Congreso Nacional de los Jóvenes Comunistas (GC, Giovani Comunisti) se celebró del 19 al 21 de febrero, con 260 delegados tomando parte, elegidos por congresos locales que tuvieron lugar del 8 de enero al 16 de febrero con la participación de más de dos mil militantes de la organización juvenil del Partido de la Refundación Comunista (PRC).
El documento de la oposición marxista, “Luchar, ocupar, resistir”, consiguió 494 votos, aglutinando el 24,53 por ciento. Por lo tanto, un militante de cada cuatro se declaró por una clara alternativa revolucionaria de izquierda; el documento alternativo es ahora la línea de los Comités Provinciales de 19 federaciones provinciales, incluyendo importantes ciudades como Milán, Caserta y Parma, y ha ganado la mayoría en tres regiones [Italia está dividida en unas 110 provincias, agrupadas en 20 regiones] (Para resultados detallados de la Conferencia ver: http://www.marxismo.net/gc2010/risultati_quartaconfgc.htm).
En el anterior congreso de GC, celebrado en 2006 cuando el partido estaba en el gobierno, el documento promovido por los partidarios de FalceMartello obtuvo el 7,1% con 420 votos (Ver los resultados de 2006, cuando la tendencia marxista presentó el cuarto documento en discusión: http://www.marxismo.net/gc2006/risultati2006.htm). El número de votantes entonces fue de cerca de seis mil. Las escisiones y crisis han reducido a las otras tendencias en casi dos tercios, mientras la nuestra es la única que ha incrementado su apoyo y sobre todo su habilidad para conectar políticamente con la juventud.
LOS TEMAS DEL DEBATE
En el anterior Congreso de GC, hubo cinco documentos políticos a debate, mientras este Congreso presenció la presentación de solo dos documentos, lo que se debe a las recientes escisiones en el PRC y a la crisis de las diversas corrientes burocráticas.
La dirección del partido lo intentó todo para conseguir que las diferentes corrientes políticas de GC unieran fuerzas y adoptaran un solo documento “unificado”. Esto, sin embargo, hubiera llevado a una unidad sin principios, no basada en ningún debate político serio de las diferentes ideas que están presentes dentro de GC, sino sobre unas cuantas consignas generales con las que todo el mundo puede estar de acuerdo, combinadas con un acuerdo burocrático sobre como compartir las posiciones en los órganos directivos.
La idea era usar la crisis del partido, sacudido por recientes derrotas electorales, para imponer una especie de lógica del “todos debemos estar unidos”: somos tan débiles y en crisis que no podemos tener divisiones internas. La necesidad de enterrar todas las diferencias se justificaba en alinearse en la voluntad común de reconstruir la organización juvenil. Debe recordarse de hecho que los Jóvenes Comunistas sufrieron una escisión por la derecha en febrero de 2009, cuando los seguidores de la vieja dirección (Vendola / Bertinotti) del partido se escindieron. Esto redujo la organización de GC a cero en varias zonas del país y redujo a la mitad la militancia total.
El PRC había girado a la izquierda tras la masiva derrota electoral en 2008, y la vieja dirección de derecha quedó desacreditada. Sin embargo, ya el pasado año la nueva dirección comenzó a abandonar las posiciones adoptadas en 2008 y estaba lentamente girando de nuevo a la derecha, adoptando similares ideas a las de la antigua dirección de derecha del partido. La propuesta de agrupar a todas las tendencias de GC para unirse alrededor de un documento unificado era por tanto un intento de normalizar el debate con el objetivo de esconder este gradual giro a la derecha bajo la dirección del líder del PRC, Paolo Ferrero, en lugar de debatir todo esto abiertamente en el congreso de los Jóvenes Comunistas.
Las recientes posiciones de Ferrero están en total contradicción con el giro a la izquierda que caracterizó al congreso nacional del PRC en el verano de 2008. Ese congreso, entre muchas otras cosas, había adoptado una posición que definía al PRC como “estratégicamente alternativo” al Partido Democrático (PD). Esto suponía poner fin a la idea de que era necesario entrar en una alianza con el PD –el partido de la llamada “burguesía progresista” – para derrotar a la derecha de Berlusconi.
Toda la historia del PRC muestra que ese tipo de alianzas quizás paren a la derecha en el frente electoral, pero sólo para preparar su eventual regreso, en una forma incluso más agresiva. Ahora, sin embargo, las cosas son incluso peor. El PRC no solo ha adoptado una vez más la idea de que es necesario formar alianzas con el Partido Democrático, sino que en un gran número de regiones donde las elecciones locales se van a celebrar en breve, Ferrero incluso ha defendido la idea de un denominado “gobierno de emergencia democrática” contra Berlusconi.
Una alianza de ese tipo agruparía a todos los partidos que están en la oposición a Berlusconi, incluyendo fuerzas como la centro-derechista UDC [uno de los pequeños partidos burgueses que surgieron del colapso y estallido de la antigua y conservadora Democracia Cristiana]. La tarea de ese tipo de gobierno, supuestamente, es “salvar la democracia italiana” mediante el redactado de nuevas “reglas democráticas”. Es una versión modernizada de la “teoría de las dos etapas”, excepto que lo que tenemos aquí es una primera etapa de unidad democrática con los partidos de la burguesía que se oponen a Berlusconi, seguida por una segunda etapa donde el PRC recuperaría su orientación estratégica alternativa.
Una política así sería desastrosa para el PRC. Es utópico pensar que con la actual crisis del capitalismo italiano, con la inmensa presión de la burguesía para atacar a los trabajadores en todos los frentes, sería posible alcanzar una especie de acuerdo entre caballeros por el cual todos los partidos en esa clase de alianza simplemente se limitasen a reescribir las reglas del juego, presumiblemente algo que permitiría un sistema parlamentario basado en una mayor representación proporcional, con lo que el PRC pueda volver al parlamento.
Sobre esta y otras cuestiones, como tendencia marxista confirmamos por tanto nuestra elección de presentar nuestro propio documento para debate en el congreso de GC, titulado: “Luchar, ocupar, resistir”. El título es una clara referencia al proceso de ocupación y resistencia de un número de fábricas que están luchando contra EREs y cierres.
El pasado verano, los trabajadores de INNSE en Milán ganaron su lucha tras una ocupación de 14 meses, tres de los cuales habían estado produciendo bajo control obrero. Pero el término resistir es también una clara referencia a la necesidad de desarrollar una efectiva lucha antifascista, ya que en el reciente periodo ha habido un renacimiento de las posiciones racistas y de tipo fascista. Ha habido varios casos de conflictos con inmigrantes que la derecha ha explotado para estimular la histeria racista entre algunas capas. El problema es que el movimiento obrero no está ofreciendo una alternativa concreta a las políticas racistas de la derecha.
El conjunto de nuestra posición política está caracterizada por la explicación de la necesidad de liberar al partido y a GC del abrazo mortal del Partido Democrático, de echar nuevas raíces en el movimiento obrero, en los barrios obreros y entre el movimiento estudiantil. Esto no puede hacerse si el partid entra en una alianza con partidos burgueses.
Como explicábamos anteriormente, la dirección del partido intentó presentar el hecho de que había dos documentos en el congreso de GC como un choque entre una posición “unitaria” y otra “sectaria”. Pero esta era solo su manera de evitar entrar a las disquisiciones de las cuestiones políticas y criminalizar cualquier disidencia interna. Este ataque se llevó a cabo contra la tendencia marxista particularmente por parte de la corriente “togliattiana” (es decir, estalinista) que en este momento controla las estructuras organizativas del partido y tiene una relativa mayoría en GC.
Así, fuimos presentados como un pequeño grupo sectario que estaba simplemente explotando los congresos de GC para “contar” a sus partidarios, explotando el “malestar” dentro del partido para sus propios fines. Los debates en los congresos locales y en el nacional, la manera en que intervinimos y finalmente el voto final, disiparon este mito. Los marxistas, lejos de ser un grupo marginal, surgieron del Congreso como una parte importante y creciente de la organización juvenil del PRC.
EL DEBATE EN EL CONGRESO NACIONAL
En el Congreso Nacional, unos quince partidarios de la tendencia marxista tuvieron la oportunidad de intervenir en el debate. Los camaradas no se limitaron simplemente a repetir las ideas de nuestro documento, sino que llevaron al debate la experiencia viva de camaradas implicados todos los días en las luchas de los trabajadores y la juventud y además en la construcción de GC y del PRC en este difícil periodo. Sentimos que podemos decir sin ninguna exageración que nuestras intervenciones contribuyeron de una manera decisiva en generar un debate abierto, y uno donde ciertamente los diferentes puntos de vista se pusiesen encima de la mesa, lo que tuvo el mérito de prevenir que el congreso se convirtiera en una simple auto-celebración por la nueva mayoría “unitaria”.
Hubo un vivo intercambio de puntos de vista con la participación del secretario nacional del PRC, Paolo Ferrero, en los prolegómenos. En su saludo al congreso contestó a la intervención previamente hecha por parte de una de nuestras camaradas, Margherita Colella, que criticó la línea de alianzas con el centro-izquierda y la idea de un frente democrático con el PD y la UDC contra Berlusconi.
Ferrero trajo a colación la vieja fraseología sobre la “emergencia democrática” para apoyar sus argumentos, pero recibió una réplica poco después por parte de un partidario siciliano del documento mayoritario, que le preguntó como era posible justificar ante los jornaleros, obreros y jóvenes una alianza con un partido como la UDC, que está completamente ligado a los intereses de la mafia.
El intento de presentarnos como un pequeño grupo alejado de la realidad fue para reírse cuando consideramos la lista de camaradas que intervinieron en el debate en nombre de nuestra tendencia: trabajadores temporales, trabajadores a tiempo parcial empleados en cooperativas, estudiantes activos en la Onda [“la Onda” es el nombre adoptado por el movimiento estudiantil italiano el pasado otoño] y delegados sindicales de fábrica.
UN DOCUMENTO UNITARIO ALGO DESUNIDO
Durante el Congreso, las diferencias estratégicas que existen entre las diversas corrientes que habían llegado juntas para apoyar el primer documento, surgieron en todas sus contradicciones. Una ocasión para un choque de ese tipo llegó con una resolución aprobada unánimemente en el congreso provincial de Catania (Sicilia), que cuestionaba fuertemente la idea de una alianza con la UDC. A ésta se opuso un partidario de la corriente “Essere Comunisti” [“Ser Comunistas”, togliattiana, estalinista] que habló de la necesidad, en la “fase de emergencia democrática”, de llegar a un acuerdo con cualquier fuerza política que quisiera modificar las reglas del sistema político italiano, para defender la Constitución, y reivindicando que la evaluación de los acuerdos con el PD debe ser decidida “caso por caso”.
Nosotros hicimos una crítica compañera a ambas posiciones y particularmente al ala izquierda del primer documento. Explicamos que para cambiar la situación lo que se requiere en GC es una batalla clara y consistente de oposición basada en un programa y en propuestas concretas, y no en cambios repentinos de último minuto.
También explicamos que no es suficiente con limitarse a criticar los acuerdos con la UDC, porque pensamos que las características de este partido no son muy diferentes de las del PD, que en el Sur de Italia no es ajeno a los intereses de la Mafia y apoya los intereses de la burguesía y del gran capital en todas partes.
Sin embargo, aunque hicimos estas críticas apoyamos la resolución de Catania, que fue aprobada en el Congreso Nacional con 110 votos a favor, 104 en contra y 24 abstenciones, que procedieron principalmente de la corriente Izquierda Comunista.
Entonces se votaron dos resoluciones que habían sido aprobadas en el congreso provincial de Caserta, donde habíamos ganado la mayoría. El primero, titulado “Por un 8 de Marzo de lucha”, además de defender una serie de propuestas claras sobre como trabajar entre las mujeres trabajadoras y las jóvenes, hacía una fuerte crítica a la posición dominante dentro del partido sobre cuotas garantizadas para la mujer, siendo aprobada con solo 5 votos en contra. La segunda analizaba la necesidad de un renacimiento de la lucha contra la Mafia como una lucha contra el capitalismo y proponía celebrar un mitin de los GC del Sur en Caserta, una provincia famosa por las actividades de la Camorra [el nombre por el que el crimen organizado es conocido en Nápoles y la región de Campania]. Esta resolución se aprobó con una gran mayoría, con solo tres abstenciones.
Así fue como finalizó el resultado de este intento por atar a todo el mundo a un “documento unitario”, con una serie de divisiones entre las diversas corrientes que habían llegado juntas alrededor del primer documento. Esto expresó fundamentalmente en la reaparición de la vieja tendencia “movimentista” en contraposición a la corriente estalinista. [Nota: “Movimentismo”, es decir, aquellas tendencias políticas que creen que el movimiento lo es todo, que acentúan la actividad política radical de los diversos “movimientos” como el anti-globalización, anti-guerra, etc. y minimizan o incluso deniegan el papel de un partido revolucionario obrero organizado].
La “dirección unitaria” que surgió de este congreso toma por lo tanto la forma de acuerdo entre diferentes corrientes, basado en esconder las diferencias reales de cada una, no debatiéndolas, un permanente estado de hipocresía. Nosotros no estábamos dispuestos a entrar en ese tipo de acuerdos sin principios, prefiriendo defender nuestra posición claramente. Fue sobre estas bases sobre las que 12 marxistas fueron elegidos al nuevo Comité Nacional Coordinador de GC de un total de 50 miembros.
Al final, el documento político presentado por nosotros en el Congreso recibió el apoyo del 28% de los delegados, un signo de un profundo giro hacia nuestra postura por parte de algunos de los delegados durante el curso del debate. Pensamos que el congreso demostró la validez de nuestras ideas políticas, programa y análisis, como parte integrante de GC. La nuestra fue una respuesta anti-burocrática, que no está dispuesta a reverenciar cualquier pretendida uniformidad de la historia del comunismo y que ve la necesidad de enfrentarse a la degeneración representada por el estalinismo.
“Luchar, ocupar, resistir” no era por tanto simplemente un intento por agrupar el descontento acumulado entre la base. Ofreció una alternativa concreta, basada en la lucha por las auténticas ideas del comunismo revolucionario, en luchar por las demandas inmediatas de los trabajadores y la juventud de Italia. Se basó en la idea de que debemos reconstruir GC y el PRC en los centros de trabajo, en los barrios obreros, en los institutos y las universidades, en oposición a todos los partidos burgueses. Pensamos que con ese programa, con las reivindicaciones que defendimos, podemos hacer un nuevo comienzo, y preparar esa contraofensiva que la juventud, los trabajadores, los inmigrantes y las mujeres de este país necesitan.
Hemos surgido como una fuerte tendencia dentro de GC. Hemos mostrado que no somos un grupo marginal como la dirección del partido quería que la gente creyese. Somos una parte integrante de GC y del partido y nuestras ideas están consiguiendo más y más eco. Esto es debido a que nuestras ideas, las ideas del auténtico marxismo, corresponden a las necesidades de los trabajadores y la juventud en estos momentos de agudizada crisis del capitalismo. Nuestro objetivo es construir el partido en base a las ideas del auténtico comunismo.
24 de marzo de 2010