Irak: el consejo de seguridad da luz verde a la agresión estadounidense

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La resolución 1.441 ha dado luz verde a los belicistas de Washington y Londres. Los quince miembros del consejo votaron unánimemente, incluida Siria, el único miembro árabe. Este escandaloso resultado al menos sirve para revelar muchas cosas, comenzando con la propia ONU La resolución sobre Irak del Consejo de Seguridad de la ONU dice lo siguiente:

Irak debe aceptar antes del 15 de noviembre sus términos y debe comprometerse a acatarlos.

Hasta el 8 de diciembre debe proporcionar a los inspectores de armas y al Consejo de Seguridad, un informe detallado de todos los aspectos de sus programas químicos, biológicos y nucleares.

Los inspectores de armas deben reanudar el 23 de diciembre su trabajo en Irak

Los inspectores de armas informarán al Consejo de Seguridad 60 días después del inicio de su trabajo. Si los inspectores inician su trabajo el 23 de diciembre, deben estar en condiciones de informar al Consejo el 21 de febrero de 2003.

Sin embargo, los inspectores de armas deben informar inmediatamente de cualquier interferencia iraquí en su trabajo, de cualquier negativa de Irak a acatar las obligaciones de desarme y de cualquier declaración falsa u omisión en su declaración.

Hasta la llegada del informe de los inspectores, el Consejo de Seguridad se reunirá inmediatamente para considerar la situación y la necesidad del pleno acuerdo para restaurar la paz y seguridad internacional.

La ONU al descubierto

La resolución 1.441 ha dado luz verde a los belicistas de Washington y Londres. Los quince miembros del consejo votaron unánimemente, incluida Siria, el único miembro árabe. Este escandaloso resultado al menos sirve para revelar muchas cosas, comenzando con la propia ONU.
Demuestra una vez más la naturaleza completamente reaccionaria de las des-Naciones Unidas y la actitud totalmente utópica de aquellos dirigentes de “izquierdas” y pacifistas que siempre apelan a la ONU para “defender la paz”. Hace mucho tiempo Lenin ridiculizaba a aquellos que apelaban a la Liga de las Naciones para “detener la guerra”. Describió a este organismo como “una cocina de ladrones”. Pero la ONU no es mucho mejor que la Liga de las Naciones.
La ONU, como hemos repetido en muchas ocasiones, no es un árbitro neutral, es sólo un foro de potencias capitalistas que, algunas veces, puede llegar a acuerdo en cuestiones secundarias, pero en las cuestiones fundamentales, no puede solucionar nada. El contraste entre la inactividad supina de la ONU con relación a Palestina y su defensa abierta de la agresión estadounidense contra Irak, es manifiestamente evidente.
Donde ha intervenido la ONU, como en Corea y el Congo, ha jugado un papel abiertamente reaccionario. Por lo tanto, es completamente inadmisible que los socialistas tengan ilusión alguna en la ONU o que apelen a ella en ninguna circunstancia. Aquellos que durante los últimos meses han tocado los tambores para la implicación de la ONU, ahora tienen lo que pedían. La ONU ha aprobado una resolución que prepara el camino para una agresión militar contra Irak y da a EEUU una excusa adecuada para una futura agresión.

Rusia y Francia

“Resueltamente opuestos” a una guerra en la región, y con derecho a veto en el consejo, Rusia, China y Francia han dicho “sí” al texto, como han hecho EEUU y Gran Bretaña. Los franceses y los rusos han hecho oídos sordos, han dado un giro y han apoyado la resolución. Sin duda, bajo la mesa, les han ofrecido algunas pequeñas concesiones.
Estos acontecimientos están completamente en la línea de lo que señalábamos en artículos anteriores: “Mientras se prepara para una acción militar unilateral, la administración Bush, con un ojo en la manipulación de la opinión pública mundial, al mismo tiempo presiona para que la ONU haga una nueva resolución, que presentará a Irak como un infractor material de la ley internacional e implícitamente amenace con la fuerza. El objetivo de todas estas maniobras no es evitar la guerra, como algunas personas tontamente imaginan, sino proporcionar una cortina de humo “legal” para encubrir la agresión estadounidense contra Irak”. (Alan Woods. La diplomacia prepara el camino para la guerra. 25/9/2002).
“Fácilmente pueden tratar con los aliados europeos dándoles algunas concesiones ‘formales’, como la implicación de la ONU, y que ahora Bush dice que hará. Según dice consultará con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Ahora parece que China puede abstenerse (los intereses de Pekín no está directamente implicados). Sin duda los estadounidenses les han ofrecido algo a cambio de su complicidad. El mayor problema era el peligro de veto ruso en el Consejo de Seguridad. Pero ¡todo problema tiene una solución! (…) El presidente Putin es afortunadamente un hombre de principios, y como tal, sólo se venderá por una cantidad lo suficientemente grande de dólares. Pero al final, es un hombre ‘con el que se puede hablar’”. (Alan Woods. Los primeros disparos en la guerra contra Irak. 6/9/2002).
Así es como EEUU ha conseguido la unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto deja a los iraquíes completamente aislados. Los belicistas de Washington y Londres bailan de regocijo.
Por otro lado, ¿qué pueden hacer si Bush de cualquier forma va a invadir? La acción unilateral de EEUU ha demostrado la total impotencia del Consejo de Seguridad, además de los faroles de París y Moscú. Enfrentados a los hechos consumados, los rusos ha llegado a un acuerdo con Washington, a cambio de su apoyo a la invasión de Irak, conseguirán contratos, dinero y un poco de “comprensión” con su pequeño problema chechenio. (¿Hay que recordar como Blair se apresuró a apoyar la acción de Putin para liberar a los rehenes de Moscú?).
Los franceses son un poco más complicados. Quieren jugar su propio papel en el mundo y tienen intereses en Irak que no precisamente encajan con los planes de EEUU. Pero han decidido que la discreción es la mejor parte del valor. “La pelota está en el campo de Sadam Husein”, declaró la ministra de exteriores francesa, Dominique de Villepin: “guerra o paz”. Debemos preguntarnos: ¿qué dirán ahora todas aquellas personas que decían “no sin el apoyo de la ONU”? Quizás digan: “¡La resolución no habla de acción militar, sólo de inspección y desarme!” Este argumento es extremadamente ingenuo.
Está claro que hay profundas divisiones y contradicciones entre EEUU, Francia y Rusia, todos están maniobrando para conseguir una posición en la escena mundial, particularmente en Oriente Medio. Ya están riñendo por el mandato exacto dado por el Consejo de Seguridad para desarmar a Sadam.
Otros miembros del Consejo de Seguridad, el más destacado Rusia, se han dado prisa en declarar que la resolución 1.441 ha evitado la amenaza de una guerra encabezada por EEUU contra Irak. Pero éstas son palabras huecas. Los funcionarios estadounidenses han dejado claro que la resolución proporciona a Washington las bases legales para ir, unilateralmente, a la guerra si el Consejo de Seguridad no está de acuerdo en cómo responder a nuevas violaciones de Bagdad. Utilizarán a los inspectores de armas para provocar a Irak y un enfrentamiento que pueda ser utilizado como un pretexto para el inicio de las hostilidades.

La hipocresía de Bush y Blair

Blair y Bush no pueden ocultar su gozo ante la perspectiva de una guerra contra Sadam, que, según admiten abiertamente funcionarios británicos y estadounidenses, en privado consideran inevitable. No se había secado la tinta de la resolución de la ONU cuando comenzó una campaña en la línea: ‘no se puede confiar en Sadam’. The Observer comenta: “Fuentes británicas creen que aunque con casi total seguridad ‘aceptará’ la resolución de la ONU, el consejo que está recibiendo, tanto de los pragmáticos como de la línea dura dentro de su régimen, es que oculte a la inspección de la ONU sus programas de armas de destrucción masiva”.
Horas después de que se aprobase por unanimidad, Bush ya estaba aconsejando al Consejo de Seguridad que “no volviera a los debates improductivos sobre si casos específicos de no-obediencia iraquí son serios”. Esto significa en inglés llano: “Escuchen. Todos sabemos lo que hay aquí. Yo quiero capturar a Sadam Husein y tomar posesión de Irak, lo voy hacer con o sin su permiso. Ahora necesito una pequeña excusa, no intentéis engatusarme. Esta es toda la consulta que voy a hacer, así que ahora daros por consultados y apartaros de mi camino”.
Con la mayoría en el Congreso, George W, ahora no está dispuesto a escuchar las opiniones de la Asamblea General. Y los ‘halcones’ de su administración, incluido el vicepresidente Dick Cheney y el Secretario de Defensa Rumsfeld, está aun menos inclinados a hacerlo. Están pidiendo al presidente que actúe ante la primera señal de no-obediencia de Sadam, en lugar de esperar meses mientras Sadam prolonga durante el invierno la crisis de los inspectores. Se espera que Irak de su respuesta formal en los próximos días. Sadam probablemente aceptará la nueva resolución. Pero la camarilla de Bush que gobierna EEUU está apostando a que Sadam no va a dar un inventario completo de sus programas de armas de destrucción masiva. Si lo hace, ellos atacarán inmediatamente.

La traición de los sirios

El ministro de exteriores iraquí, Naji Sabri, ha elogiado al Consejo de Seguridad por ‘frustrar’ los intentos estadounidenses de utilizarlo como una cobertura para atacar Irak. Pero esto es sólo esgrima diplomático. Irak sabe quién está al mando de la situación. El Washington Post planteaba ayer la cuestión de una forma muy sincera: “El voto unánime ayer del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es una conquista importante para el presidente Bush. Alinea al mundo detrás de la campaña de la administración Bush y le ayuda a asegurar que cualquier acción militar estadounidense contará con un amplio apoyo internacional”. (El subrayado es mío).
Esto es absolutamente correcto. El verdadero significado de esta resolución en absoluto es que la acción militar sea menos probable, más bien lo contrario. Alinea a la ONU (“opinión pública mundial”) unánimemente detrás del imperialismo estadounidense y su campaña agresiva contra Irak. Quien no vea esto está loco o es un bribón. Pero increíblemente hay alguien que pretende no verlo.
Particularmente repugnante fue el papel de los sirios en el Consejo de Seguridad. Claramente han aceptado “una oferta que no podían rechazar” de Washington y han votado la resolución. El régimen de Damasco (que Washington previamente tenía en su lista de “estados bribones”) está intentando acomodarse a EEUU. Ayer, la agencia de noticias siria Sana, intentaba encontrar alguna justificación a su capitulación en la ONU: “Votando la resolución en el Consejo de Seguridad, será posible mantener a la región alejada de las miras premeditadas de un ataque militar sobre Irak que pudieran beneficiar a Israel y los enemigos de la nación árabe. Siria se posicionó junto con sus amigos en el Consejo de Seguridad para introducir cambios fundamentales en el borrador de la resolución británico-estadounidense, y así cortar el camino a los tambores de guerra en estas capitales sacando las vaguedades del borrador de resolución”.
Esto es un chiste de muy mal gusto. Cualesquiera que fueran los cambios (sin especificar) en esta resolución conseguidos por los sirios, sigue siendo una capitulación ante la postura del imperialismo estadounidense. La realidad es que Siria, el único estado árabe en el Consejo de Seguridad, ni siquiera se ha abstenido, sino que ha dado un impulso a la moral y la confianza de los imperialistas, y además, ha aislado y desanimado a los iraquíes. Muchos árabes dirán: se suponía que Siria es el estado árabe más militante, pero no apoya a Irak. ¿Qué posibilidades tenemos? Fue una puñalada por la espalda.
El periódico egipcio al-Jumhuriya, hizo una descripción muy acertada: “Desafortunadamente, EEUU ha conseguido, como esperaba y tenía planeado, ganar el apoyo de los que se oponían [a una resolución sobre Irak]. Ahora todos repiten que la pelota está en el tejado de Irak. Por lo tanto, si quieren seguridad deben instrumentar las cláusulas ‘imposibles’. De otra manera, supone la aniquilación y exterminio de sus niños, ancianos, mujeres y jóvenes”.
El periódico jordano al-Dustur, expresó el temor del inestable régimen pro-occidental de ese país y de los otros títeres estadounidenses que están notando el temblor bajo sus pies: “Esperamos que la implantación de la nueva resolución ahorre a Irak y a su pueblo, así como a la región y a sus pueblos, el peligro de una guerra catastrófica que, si estalla, Dios no lo quiera, destruirá todo”.
Realmente temen que una guerra en Irak pueda encender el fusible que llevaría a las masas a las calles de Amman y El Cairo, y (Dios no lo quiera) que llevaría al derrocamiento de estos regímenes corruptos y corrompidos. Por lo tanto, esperan que no estalle la guerra, y si ocurre, que sea breve y que Jordania (si Dios quiere) consiga después algo de los restos…
¡Qué instructivo resulta seguir los intríngulis de la diplomacia internacional y descubrir las maniobras e intereses ocultos detrás de las frases altisonantes!

Un crujido en el gabinete

Mientras se desarrolla una gran tragedia en la escena mundial, parece que ha comenzado una pequeña farsa en el gabinete de Tony Blair. Según los periódicos de ayer, existe una “creciente tensión en el gabinete ante si las Naciones Unidas deberían tener la palabra final sobre una acción militar contra Irak”. Parece que Clare Short, ministra para el desarrollo exterior, ha exigido que cualquier fuerza utilizada contra Sadam Hussein cuente con la aprobación del Consejo de Seguridad.
Clare Short parecía estar en la línea de Downing Street cuando dijo que era “esencial” ocuparse del dictador iraquí a través de la ONU. “Pienso, y he pensado, ha dicho públicamente en muchas ocasiones, que es esencial mantener unida a la comunidad internacional y funcionar a través de las Naciones Unidas”. Al mismo tiempo, para equilibrar un poco las cosas, pidió a Saddam que cooperara con el inspector jefe de armas de la ONU, Hans Blix. Pero Tony Blair (“Bendecidos sean los pacificadores”) ha dejado bastante claro que cualquier incumplimiento de Saddam llevaría a una acción militar inmediata sin la necesidad de una resolución del Consejo de Seguridad. ¿Puede haber algo más claro que esto?
Por otra parte, uno se puede preguntar qué quiere Clare Short. Pidió la intervención de la ONU y lo tiene. Quería una resolución aprobada por el Consejo de Seguridad, y ha conseguido lo que quería. ¿Otra resolución quizá? Pero la actual resolución ya ha dejado claro para todos aquellos que tienen ojos para ver y oídos para escuchar que la ONU está completamente en el bolsillo de EEUU y hará lo que le pidan. Y teniendo en cuenta quién paga las facturas de esta eminente institución, es algo completamente natural.
El embajador británico en la ONU, Sir Jeremy Greenstock, respondió ayer a Short por adelantado: “Gran Bretaña dará al Consejo de Seguridad la oportunidad de elaborar una resolución que trate cualquier problema que surja. Pero si es un truco o un camelo, entonces no vamos a permitir que Irak se escape al desarme porque el Consejo de Seguridad no pueda ocuparse. Ese es el sentido”. ¡Eso es hablar claro!

El ímpetu de la guerra

George Bush no quiere perder tiempo. Inmediatamente después de conseguir la aprobación de la ONU para su acción contra Irak, ha acelerado los planes de un ataque militar masivo contra Bagdad. La excusa ahora es que Washington teme que Saddam Hussein se oponga a la última resolución de la ONU que le obliga al desarme.
Antes de que el viernes votara el consejo de Seguridad el desarme de Irak, Bush había aprobado un plan para echar del poder a Saddam Hussein. Según fuentes estadounidenses, citadas en el New York Times de ayer, Bush y sus asesores han aprobado las líneas generales del plan que supone un ataque por tierra con más de 200.000 soldados, más de 20.000 serán británicos. Las tropas británicas es probable que comiencen el despliegue provisional la próxima semana. Los últimos informes indican que ya se encuentran en la región 50.000 soldados.
The Observer informa ayer que: “El plan prevé cuatro divisiones estadounidenses y una división acorazada británica, los planes además prevén dos fechas de ataque, una a principios de enero y la segunda para finales de febrero. La fuerza británica incluirá la 7ª brigada acorazada, las Ratas del Desierto, y más de 200 tanques Challenger, así como elementos de las SAS”.
Como era de esperar, los estadounidenses quieren comenzar, como es habitual, con una campaña devastadora de bombardeos para “debilitar” (pulverizar) las defensas aéreas, las comunicaciones y los cuarteles generales antes de enviar a las fuerzas estadounidenses y aliadas a poner un pie firme dentro de Irak, como parte de una cmapaña que los estadounidenses esperan “aislará” la dirección.
The Observer continúa: “Los comandantes militares creen que la reciente intensificación de bombardeos de objetivos iraquíes ¾ las misiones en el norte y el sur de la zona de exclusión aérea han aumentado en más de un cuarenta por ciento ¾ ya han debilitado defensas anti-aéreas y anti-marinas y los puestos de mando, hasta el punto en que las tropas podrían entrar rápidamente para adentrarse en Irak”.
Hace tiempo ya dijimos que el reciente bombardeo de objetivos iraquíes representaban los primeros disparos de guerra contra Irak. Ahora esto se ha confirmado. Todo el lío con la ONU era simplemente una cortina de humo detrás de la cual Washington seguía con sus preparativos militares de invasión.

El capitalismo significa guerra

Lenin explicó hace tiempo que el capitalismo significa guerra. En la época actual de decadencia capitalista esto es más vender que cuando fue escrito. La crisis global del capitalismo se expresa en inestabilidad general, económica, política y militar. Las guerras no se pueden evitar con la ONU o con llamamientos pacifistas por la paz. La guerra sólo se puede evitar con la acción de las masas y con la lucha revolucionaria contra el imperialismo y el capitalismo.
A pesar de todos los esquemas cuidadosamente trazados por el Pentágono, este conflicto les puede deparar muchas sorpresas. Los estrategas militares estadounidenses quieren que la guerra terminen rápidamente. Cuentan con que pueden capturar rápidamente el terreno y utilizarlo como base que les permita a las fuerzas estadounidenses adentrarse más profundamente en el país. La razón es evidente. Los estados vecinos presionan a EEUU, incluida Arabia Saudita, para que actúen rápidamente y con los mínimos objetivos civiles. El despliegue de un gran número de tropas estadounidenses en la región está provocando una creciente alarma en los regímenes árabes pro-occidentales, temen la reacción de las masas.
La Casa Blanca y los funcionarios del departamento de estado están discutiendo lo que han llamado “transición sin costura”, de un ataque a una ocupación militar de parte del país. Parecen tener mucha confianza ¾ probablemente un exceso de confianza ¾ . Pero la ecuación sangrienta de la guerra está llena de imponderables, nadie puede predecir el resultado con exactitud.
Es imposible juzgar de antemano la moral del ejército y las masas iraquíes. Irak ahora está bastante sola. Uno por uno, todos sus “amigos” internacionales la han abandonado a su suerte. La traición siria fue el último golpe. No está claro hasta qué punto el pueblo iraquí estará dispuesto a luchar por el presente régimen.
En el otro lado de la ecuación, los iraquíes lucharán una guerra defensiva, no en Kuwait, sino en su propio país. El odio que existe hacia el imperialismo estadounidense y se puede expresar en un espíritu de lucha que puede deparar desagradables sorpresas para los invasores. No va a ser una tarea sencilla ocupar un país como Irak.
La cuestión de la moral no es en absoluto parcial. En EEUU tampoco hay un gran entusiasmo con esta guerra, más bien existe una conformidad reticente. En Gran Bretaña hay poco apoyo. En la mayoría de los países europeos existe una hostilidad clara y se puede convertir en un movimiento serio contra la guerra en los próximos meses. El potencial para este movimiento se pudo ver en Italia en sábado 9 de noviembre, un millón de personas se manifestaron en Florencia para protestar contra la guerra.
Incluso en EEUU no va a ser tan sencillo como piensa Bush. Si el ejército estadounidense comienza a tener bajas serias, el ambiente favorable a la guerra se puede disipar rápidamente. Los éxitos electorales recientes pronto se convertirán en su contrario.
Sin embargo, hay una cosa absolutamente cierta: esta guerra no tienen interés para nadie excepto para los imperialistas y los grandes intereses petroleros que están detrás de la Casa Blanca. Cualquier socialista, trabajador o activista con conciencia de clase, todo joven que quiera luchar por un mundo mejor, debe unirse a la lucha activa y militante contra esta guerra imperialista injusta.
Debemos luchar contra la guerra, debemos hacerlo con métodos, tácticas y políticas correctas: la táctica del movimiento obrero, la política del socialismo y el internacionalismo, la lucha contra el imperialismo mundial con la perspectiva de la transformación socialista de la sociedad en casa y en el extranjero.

¡No a esta guerra criminal!
¡Abajo con el imperialismo y el capitalismo!
¡No a la guerra, sí a la lucha de clases!

11/11/2002)