La derecha en Latinoamérica ha tenido una característica en los últimos años. Ya no usan, exclusivamente, políticos a sueldo sino que son los mismísimos gerentes los que han abandonado sus cómodos sillones empresariales para ocupar puestos políticos que le permitan aplicar directamente políticas tendientes a minar cualquier intento de organización política de los jóvenes, los trabajadores, los estudiantes.
Su ideal es que un pueblo desorganizado y despolitizado es un pueblo al que se lo domina fácilmente. Pero esto no es solo una cuestión ideológica sino también económica ya que buscan dominar para enriquecerse obscenamente a costillas nuestra.
Sebastián Piñera, Henrique Capriles, Mauricio Macri son el ejemplo vivo de esta afirmación. Su ignorancia y su torpeza solo son comparables con su odio de clase que disfrazan detrás de muecas que pretenden ser sonrisas.
Su vocación represiva de matriz militar, policial se les escapa por los poros. La cultura de la traición y de la delación son su norma.
El 0800 impulsado por el ministro de Educación local, Esteban Bullrich y del jefe de Gobierno Porteño, el ya mencionado Mauricio Macri, son el último y grave ataque a la libertad de organización y participación política.
El mismo es una línea telefónica que se pretendió originalmente como un numero para que cualquier “anónimo” pueda buchonear de manera cobarde la “Intromisión política” en las escuelas. Como si la política fuese un mal del que habría que “proteger” a los jóvenes.
La lógica que acompaña este 0800 es la de impedir que los jóvenes tomen contacto con la política ya que cuando los jóvenes no intervienen en cuestiones políticas es el mercado el que gana.
Menos jóvenes haciendo política son menos jóvenes defendiendo la educación pública, gratuita y de calidad algo que el PRO viene atacando constantemente en beneficio del negocio de la educación privada.
Menos jóvenes organizados en centro de estudiantes son menos jóvenes denunciando el estado calamitoso de los establecimientos educativos y el cierre de cursos.
En esta lógica se escribe esta nueva página en el manual del fascismo criollo del PRO que tanto festejan los empresarios, los banqueros, los terratenientes y sus monopolios mediáticos que los blindan mintiendo sistemáticamente.
Mas allá del impacto mediático que buscaba Macri al atacar puntualmente a La Campora y al Kirchnerismo se esconde un ataque general a la libertad de organizarse, participar y debatir en los lugares de estudio.
Desde nuestro periódico condenamos firmemente este nuevo atropello a la vez que defendemos la autonomía de cada escuela para que los docentes, padres y alumnos difundan libremente las ideas que quieran, excepto si son de contenido fascista.
Estamos por el ingreso irrestricto de cualquier organización política a las escuelas y universidades, sea La Cámpora o cualquier otra y sin favoritismos para ninguna. Los jóvenes y adolescentes tienen la capacidad política para poder discernir sus propios destinos, y tienen el derecho de participar en política persiguiendo o sosteniendo sus ideales, así como oponerse a los políticos carreristas, que se venden al mejor postor.
Es deber también mantener una actitud crítica ante la enseñanza oficial en todos los ámbitos, y particularmente en la educación privada, donde no pocas veces se imparten contenidos acientíficos y anulan toda posibilidad de pensamiento critico, y que también reflejan la ideología y la visión de los ricos y poderosos. Por eso defendemos la libertad de docentes, padres y alumnos para que cuestionen libremente esos contenidos y difundan los que consideren necesarios.
