Huelga general en Galicia, Cataluña y Eukal Herría

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Mañana, 27 de enero, hay Huelga General convocada en Euskal Herria, Galicia y Cataluña. Fundamentalmente son los sindicatos de ámbito regional de dichas nacionalidades, más la CGT, los que llaman a la movilización.

Mañana, 27 de enero, hay Huelga General convocada en Euskal Herria, Galicia y Cataluña. Fundamentalmente son los sindicatos de ámbito regional de dichas nacionalidades, más la CGT, los que llaman a la movilización.

Al mismo tiempo, también hay convocadas decenas de manifestaciones a lo largo y ancho de todo el Estado español por la CGT y otras organizaciones de izquierda.

Decenas de miles de compañeros van a salir mañana a la calle, luchando por defender los derechos sociales que nos quieren ser arrebatados por la política del Gobierno del PSOE, que se ha plegado totalmente a la hora de salvaguardar los intereses de la burguesía española y del capital financiero internacional acreedor.

Muchísimos compañeros de UGT, CC.OO., o trabajadores sin sindicar, hubieran estado mañana dispuestos a salir a la movilización, a igual nivel que el 29 de septiembre, o incluso a un nivel superior, si hubiera mediado el despliegue de fuerzas adecuado por parte de los dirigentes de los sindicatos mayoritarios de ámbito estatal, UGT y CC.OO., junto con, sobre todo, su voluntad política de luchar.

 

Antecedentes de la huelga en Euskal Herria

Lo primero que hay que decir sobre la huelga del 27 de enero es que si no hay una convocatoria unitaria, en este caso, la responsabilidad fundamental la tienen los máximos dirigentes de UGT y CC.OO. Si ellos hubieran lanzado un llamamiento, amistoso y compañero, en diciembre, al conjunto del movimiento sindical, hubiera sido muy difícil que no hubiera mañana una movilización unificada de la clase trabajadora en todo el Estado. Eso habría atemperado los planes de la burguesía española.

El hecho de que, a día de hoy, los dirigentes sindicales de UGT y CC.OO. estén sembrando ilusiones sobre las bondades de un Pacto de Estado donde los trabajadores renunciemos a derechos conquistados durante décadas, es la idea más perniciosa que se puede defender hoy dentro del movimiento obrero.

Qué duda cabe de que LAB y ELA engloban a una capa fundamental de trabajadores que han demostrado una y otra vez su carácter luchador. Fueron por ejemplo los primeros en movilizarse contra los efectos de la crisis económica en el 2009 por medio de una huelga general (aunque, ya por entonces, sin que los dirigentes de ELA y LAB lanzaran un llamamiento, ni siquiera a las bases de UGT y CC.OO., para que se sumaran a dicha convocatoria).

Mañana, el seguimiento de la huelga en Navarra y la CAV (comunidad autónoma vasca) será, probablemente, significativo. A priori, debería ser parecido al que hubo en la última huelga general convocada por la “mayoría sindical vasca”, en junio de 2010.

La diferencia, en lo que respecta a las respectivas convocatorias, entre entonces (junio de 2009) y ahora, es que CC.OO. apoyó la huelga de junio en la CAV, aunque los dirigentes de ELA y LAB no contaron con CC.OO. (segunda fuerza sindical en la CAV) para convocar dicha huelga.

Desgraciadamente, los dirigentes de ELA y LAB no convocaron la Huelga General del 29 de septiembre, respaldada íntegramente por el resto del movimiento sindical en el estado español, huelga que, a pesar de ello, fue apoyada loablemente en diferentes empresas por compañeros afiliados a LAB y ELA, que participaron conjuntamente en algunos piquetes.

Hay que decir también que, en Galicia, la central nacionalista CIG, aunque lamentablemente no fue invitada a la convocatoria del 29 de septiembre por los máximos dirigentes de UGT y CC.OO., entendió que había que anteponer los intereses generales del conjunto del movimiento obrero en esta nueva etapa donde la unidad es fundamental para parar las agresiones de que estamos siendo objeto. Los compañeros de la CIG fueron determinantes en el éxito de la huelga el 29 de septiembre en las tierras gallegas.

 

Recesión y paro. Un ambiente objetivo difícil

Tanto la huelga de junio de la mayoría sindical vasca, como la huelga del 29 de septiembre, revelaron que todavía hay una capa amplísima de trabajadores que vive aterrada ante la situación actual, en el país de la UE donde la tasa de paro es más alta, donde todavía se dan cotidianamente noticias como el cierre que se ha anunciado hoy de la factoría de Yamaha en Barcelona, que afecta directamente a 400 empleos. Sólo en la provincia de Álava se anunciaron, en los meses finales de 2010, la pérdida de varios centenares de empleos industriales directos.

Esto es lo que explica situaciones como la que se acaba de dar en la Nissan, en Barcelona, donde después de todo tipo de rebajas en las condiciones laborales en los dos últimos años, nuevamente se aceptan retrocesos para “garantizar” la viabilidad de unas inversiones que vendrán en el 2014…

Llevamos ya más de dos años donde el pan de cada día es que se aceptan recortes, se echa a un trabajador en una empresa y no hay confianza a la hora de revertir ese despido, se acepta … Ese ambiente existe todavía entre sectores importantes de trabajadores y no podemos subestimarlo.

Muchos trabajadores entienden que la burguesía está atacando “con todo”, con todo su arsenal. Entienden que, para enfrentar semejante ataque, haría falta la máxima fuerza y unidad de la clase trabajadora. Pero cuando quieren basarse en la herramienta que se les presenta para oponerse a dichos golpes que está empleando la burguesía, entienden que el instrumento que tienen a mano no es el más adecuado, no es lo suficientemente fuerte.

Mañana, muchos compañeros que participen en los piquetes se van a encontrar con este ambiente. Encima, muchos trabajadores que todavía se sienten semi-paralizados ante la rotundidad de la crisis económica constatan que, sumado a ésta, hay otro hándicap: todavía no hay unidad entre los sindicatos, fruto de la no convocatoria de los dirigentes de UGT y CC.OO.

La situación en Galicia la explican otros compañeros en un artículo adjunto. Allí, al ser la CIG solo la segunda fuerza sindical, este ambiente difícil para sacar la huelga adelante será mucho mayor. Muchos activistas y delegados de la CIG se van a encontrar ante un esfuerzo ímprobo a la hora de convencer a sus compañeros de ir a la huelga. En Cataluña, donde la CGT es mucho más minoritaria, la huelga probablemente afecte a sectores ínfimos de los trabajadores.

Por todo ello, de cara al día de mañana, las diferentes convocatorias del 27 de enero, y el debate que se genere en torno a ellas, deben servir para promover una mayor confluencia futura del conjunto de organizaciones del movimiento obrero. Sería una tragedia que sucediera lo contrario, que se viera la convocatoria del 27 de enero como un fin en sí misma, lo que llevase a choques innecesarios entre los propios trabajadores. Hay un peligro de enfrentamiento sectario que todos los compañeros con conciencia de clase, militemos en el sindicato que militemos, debemos combatir. La convocatoria del 27 de enero debe servir para hacer crecer la fuerza del movimiento obrero más allá del 27 de enero. Si no, no servirá.

 

El Pacto de Estado está siendo rechazado por las bases de CC.OO.

 El impacto de dicha movilización puede tener un efecto positivo en las bases de UGT y CC.OO., que ayude a que se cuestionen la política sindical seguida hasta ahora.

 La posibilidad del Pacto Social, impulsada por Toxo y Méndez, se ha encontrado con una fuerte oposición en la base de los sindicatos mayoritarios, así como en uniones y federaciones importantes de los mismos.

 En las asambleas de delegados de UGT y CC.OO. que se han celebrado en el mes de enero, el ambiente que ha habido en las reuniones convocadas no ha sido precisamente de efusión con la estrategia planteada por UGT y CC.OO. En Bilbao, en la asamblea de delegados de UGT de toda Euskadi, había un ambiente de frustración. Hubo varias intervenciones críticas con la estrategia del sindicato. En un artículo aparecido en nuestra web, un delegado asistente comentaba la esencia de varias de las intervenciones en dicha asamblea:

 “¿Qué sé esta negociando? ¿Cuál es él limite de esa negociación? ¿Por que no hay una negociación con un calendario de movilizaciones que fortalezca esa negociación? ¿Qué se quiere hacer para conseguir la unidad de acción de los sindicatos, y de las demás organizaciones que representan a los intereses de los trabajadores? Si los trabajadores de Euskadi son llamados a la movilización ¿Cómo podemos nosotros (UGT Euskadi) mantenernos al margen?”.

 Muy significativa fue la asamblea de delegados de CC.OO. en Asturias el 12 de enero. La imagen que queda de dicha asamblea es que hubo una rebelión de la mayoría de los delegados de CC.OO. frente a Fernando Lezcano, uno de los máximos dirigentes del sindicato. Y no solo fueron delegados de empresa, sino también dirigentes comarcales y de federaciones provinciales.

 Al poco, el consejo de la UP de CCOO de Granada realizó por unanimidad, el 14 de enero, una crítica clara de la línea seguida, llamando a la rectificación y a la convocatoria de una huelga general, algunos de cuyos párrafos exponemos abajo.

 Parte de esta información se puede consultar en un blog público que han lanzado cuadros y dirigentes del sindicato, de diferente grado de responsabilidad, http://cartaatoxo.blogspot.com, que han comenzado a recoger firmas de afiliados oponiéndose a este posible acuerdo (mandar resolución a: carta.a.toxo@gmail.com)

 

El impacto de esta campaña, junto con el de las asambleas mencionadas, ha tenido un efecto. Sobre todo en CC.OO., pero también en UGT, empezó un movimiento de abajo a arriba contra la estrategia de Toxo y Méndez.

 Es muy interesante, en este sentido, la resolución aprobada por unanimidad en el consejo de la UP de CCOO de Granada el pasado 15 de enero, donde se plantean ideas como:

 “Nos parece que las decisiones que se están tomando desde que en mayo de 2010 el Gobierno decidiera un giro radical en sus políticas, no están siendo las más adecuadas en su manejo de los tiempos, y que no se está teniendo suficientemente en cuenta la opinión de los cuadros sindicales más cercanos a los trabajadores y trabajadoras, que vamos viendo como éstos se distancian progresivamente de nuestra organización.

 “Durante los meses de preparación de la huelga general  el 29 de septiembre pudimos constatar, en las convocatorias de asambleas en los centros de trabajo y en las  reuniones con la sociedad civil, algo que corrobora lo que vivimos en nuestras relaciones cotidianas, tanto  personales como sindicales: las críticas a los sindicatos de clase han calado en el conjunto de la ciudadanía, que considera que estamos actuando con excesiva pasividad ante la crisis.

 La estrategia después del 29-S fue nuevamente errónea. Lo explican muy bien los compañeros de CC.OO. de Granada en la resolución mencionada:

 “Desde entonces, no hemos sido  capaces de mantener la movilización y la tensión, pese a que el Gobierno no ha cedido ni un ápice en sus planteamientos. La energía que conseguimos generar en ese momento en nuestra organización y en el  mundo del trabajo se ha ido diluyendo.

 “No se trata de buscar culpables sino de analizar los errores para  intentar corregirlos, porque el problema no está localizado sino que afecta al conjunto de la organización, que parece haber perdido tono muscular en todas sus estructuras y no estamos haciendo el trabajo necesario para recuperarlo.

 “Entendemos que en este momento era necesario convocar otra huelga, después de haberla anunciado y cuando el Gobierno sigue manteniendo sus planteamientos como inamovibles”.

 

El 27 de enero puede ayudar a la clase trabajadora de todo el Estado

 Todos los compañeros con conciencia de clase deseamos mañana el máximo éxito de la movilización expresado, si no en la huelga, ya que entendemos que va a ser difícil de sacar, al menos en la asistencia a las manifestaciones.

 Ante la situación descrita en este artículo, muchos compañeros reflexionarán mañana sobre si los resultados de la movilización obtenidos podían haber sido mayores. Desde estas líneas decimos que no, se podía aspirar, ¡Y SE PUEDE! a mucho más.

 Entonces ¿Cuál es el ejemplo? ¿Es una presunción, como decíamos al principio, decir que es posible lograr ahora algo superior al 29 de septiembre?

 Para probar que sí es posible tenemos el ejemplo de Murcia, donde ayer martes 25 salieron a la calle en torno a 60.000 manifestantes contra el “ajuste extra” realizado por el presidente del PP, Valcárcel, en la que ya es la séptima manifestación desde hace un mes. Los 60.000 manifestantes de ayer ya son más que los 50 y pico mil funcionarios murcianos a los que se les aplica dicho ajuste en sus complementos y derechos adquiridos.

 Pero todos los asistentes a las manifestaciones en Murcia podrán corroborar que, aparte de los familiares de los funcionarios, han sido miles y miles de trabajadores de otros gremios los que llevan semanas manifestándose junto a sus compañeros empleados en los servicios públicos regionales.

 No se trata solo de que “contra el PP sea más fácil movilizar”. En Murcia donde, de cara al 29-S, se forjó una plataforma de la izquierda que aglutinó a la práctica totalidad del movimiento obrero organizado (lo que ocurrió en muy pocos lugares), la movilización del 29-S fue proporcionalmente muy superior a otras zonas del Estado. Es decir, en Murcia TODA la clase obrera encontró un canal donde expresarse.

 Creemos que, todos, tenemos el deber de reflexionar sobre esto.

 Los ejemplos, que hemos mencionado más arriba, de convocatorias separadas están creando una muy peligrosa tradición de división que es nociva para la clase trabajadora. Dicho todo lo cual, lo justo es decir que los máximos dirigentes de ELA y LAB fueron los que generaron esta dinámica ya en los años 90.

 En las actuales condiciones, toda estrategia sindical debe pasar por tender a ir generando la mayor unidad de la clase trabajadora en torno a los sectores más dinámicos de ésta, que deben explicar pacientemente sus propuestas al resto, para lograr el acercamiento entre los sectores de activistas y batallones del movimiento obrero más conscientes con aquellos otros más retrasados, no para separarlos.

 El movimiento obrero será capaz de poner orden en su seno. Los ataques a los que nos enfrentamos son tan enormes que la clase obrera necesita hoy en día de su máxima unidad. A pesar de la estrategia, nefasta hasta ahora, de los máximos dirigentes de UGT y CCOO, es más necesario que nunca que el resto de corrientes, sindicatos y expresiones organizadas del movimiento obrero realicen un trabajo paciente y amistoso, dirigido a la base de los sindicatos estatales mayoritarios. El papel que en este sentido podemos jugar desde IU al ofrecer una explicación política de la situación actual y una estrategia consistente, que luche por la unidad del movimiento obrero y la crítica amistosa y compañera, es muy importante.