El jueves de la semana pasada hubo otra masiva movilización de estudiantes en Grecia. Hubo manifestaciones de 50.000 personas en Atenas y Tesalónica contra la política educativa del gobierno. Dos días antes de las manifestaciones el gobierno anuncióoficialmente la congelación de la nueva ley de universidades. Esto era claramente una maniobra por parte del gobierno, un intento de confundir al movimiento estudiantil y ganar tiempo.
El movimiento estudiantil sigue insistiendo
El jueves de la semana pasada hubo otra masiva movilización de estudiantes en Grecia. Hubo manifestaciones de 50.000 personas en Atenas y Tesalónica contra la política educativa del gobierno. Dos días antes de las manifestaciones el gobierno anunció oficialmente la congelación de la nueva ley de universidades. Esto era claramente una maniobra por parte del gobierno, un intento de confundir al movimiento estudiantil y ganar tiempo.
Sin embargo, hará falta algo más para salvar al gobierno. Los estudiantes no confían en él. Organizaron asambleas de masas para discutir y decidir cuál sería el siguiente paso y por gran mayoría rechazaron la maniobra del gobierno. Han dejado absolutamente claro que no abandonarán la lucha a menos que haya una retirada total de la nueva ley. También añadieron que continuarían luchando si el gobierno no anuncia que abandona sus planes de cambiar la constitución permitiendo así la creación de universidades privadas.
La principal consigna de las asambleas y en la manifestación de Atenas fue: el río no vuelve atrás. Con esto quieren decir que la masiva oleada de ocupaciones y manifestaciones no va a terminar, sino todo lo contrario, se intensificará en los próximos días.
La realidad es que hay una enorme simpatía hacia los estudiantes entre la población griega, particularmente dentro del movimiento obrero. Bajo la presión de esta simpatía pública hacia el movimiento, la policía tuvo que cambiar sus tácticas. En esta ocasión la policía fue muy blanda e intentó no provocar a los estudiantes.
En las asambleas se podía ver el efecto que un movimiento de esta magnitud puede tener en la conciencia de los jóvenes. Se reflejó en la influencia de las distintas fuerzas políticas. El frente estudiantil DAP-NDFK ha quedado muy aislado y en todas las asambleas sus propuestas han conseguido menos del 10 por ciento de los votos. Esto representa un cambio muy profundo, porque el pasado mes de abril, hace dos meses, en las elecciones de estudiantes el DAP-NDFK consiguió un impresionante 46 por ciento de los votos, mientras que el PKS (frente estudiantil del Partido Comunista, KKE), el EAAK (federación de diferentes grupos de izquierda) y el DIKTIO (el frente estudiantil de Synaspismos), las fuerzas que ahora están dirigiendo el movimiento, recibieron un 14, 9 y 4,5 por ciento respectivamente. Habría que decir que el frente estudiantil del PASOK, después de que la dirección del partido disolviera las Juventudes del PASOK (sin ninguna reacción de sus militantes), recibió aproximadamente el 26 por ciento de los votos en esas elecciones. El frente estudiantil del PASOK ahora está dividido y en crisis, después de que oficialmente se posicionara en contra del movimiento.
En este momento el número de facultades ocupadas ha subido a 400. Lo más importante es que los estudiantes han entendido la necesidad de vincular la lucha con los trabajadores. El pasado miércoles ocurrió algo muy significativo. El comité coordinador de la huelga de estudiantes visitó la sede de la GSEE (confederación sindical griega) y pidió a los líderes sindicales que dieran el apoyo oficial del movimiento obrero a la lucha de los estudiantes. Después de esa reunión la Ejecutiva Nacional de la GSEE convocó un paro general de 3 horas para el próximo jueves. También decidieron convertirse en coorganizadores de la próxima gran manifestación estatal de estudiantes, que se celebrará el mismo día. Esto refleja la gran presión de los trabajadores que apoyan enérgicamente la lucha de sus hijos e hijas contra el gobierno burgués y sus acciones violentas contra los estudiantes.
Una encuesta publicada recientemente por uno de los periódicos burgueses serios: Eleftherotypia, muestra claramente el enorme nivel de simpatía hacia la lucha de los estudiantes entre los trabajadores: el 57,4 por ciento decía que estaba en contra de la creación de universidades privadas, el 65 por ciento decía que no había razón para el uso de la violencia policial contra los manifestantes jóvenes y el 62 por ciento dijo que estaba a favor de las ocupaciones de universidades.