Dos años han pasado del encarcelamiento de Milagro Sala, que ha sido prácticamente secuestrada por el Estado, y que configuró uno de los primeros ataques del macrismo al derecho a la protesta social. Una situación que se ha tornado cada vez más grave, a medida que se ha ido profundizando la ofensiva de los capitalistas sobre los derechos y condiciones de vida de los trabajadores.
Hoy, no solo nos encontramos movilizados y organizados pora lograr la liberación de Milagro Sala, sino también por la libertad de Cesar Arakaki y Dimas Ponce así como por el cese de la persecución contra el compañero Sebastián Romero.
Es claro que el gobierno de CAMBIEMOS busca descabezar al movimiento popular para quebrar la resistencia que in crescendo se ha venido dando en las calles, en cada fábrica, en cada empresa, escuelas y barrios. Para así, de esta manera, seguir empujando el salario real a la baja y transferir millones y millones de pesos hacia el bolsillo del empresariado, el sector financiero y los terratenientes. Basta decir que los bancos acumularon una ganancia de $83.083 millones en los últimos doce meses.
He aquí la esencia del por qué la cárcel para Milagro Sala, Cesar Arakaki, Dimas Ponce y todos los procesados y detenidos en las últimas movilizaciones. La clase dominante se está enriqueciendo en base al ajuste y en el marco de la crisis capitalista mundial, necesita descargarla sobre nuestras espaldas e incrementar su riqueza.
Detenciones arbitrarias, presos políticos, procesamientos vergonzosos que van en contra de la propia legalidad burguesa, es el escenario que tenemos planteado, junto con la infiltración en las marchas, las operaciones del gobierno contra el PO, el asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. EL ambiente represivo va en aumento y el macrismo ya se prepara con la compra de 15.000.000 de balas de goma que les llegan en febrero.
Es necesario entonces, comenzar un debate en las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, barriales, culturales y en la militancia de base que plantee la necesidad de organizar el más amplio frente único de organizaciones obreras y populares para luchar por la libertad de los presos políticos. Desde nuestro punto de vista, es fundamental implicar a los trabajadores y sus organizaciones de masas, los sindicatos.
La movilización popular y la realización de actos y jornadas de solidaridad con los detenidos son también de vital importancia para extender la lucha.
Por supuesto, esta lucha no está desligada de la necesidad de unir fuerzas para enfrentar la reforma laboral, bajo la lógica de golpear juntos y marchar separados. Como tampoco la discusión puede estar desligada de la necesidad de impulsar asambleas que motoricen un paro general para enfrentar el ajuste en curso.
La ofensiva capitalista va camino a profundizarse, el gobierno por su parte ha mostrado que va a intentar imponer el ajuste a sangre y fuego. Se nos impone la unidad.
¡Libertad a Milagro Sala, César Arakaki, Dimas Ponce y a todos los presos políticos!
¡Basta de persecución a Sebastián Romero y todos los activistas y luchadores!
¡Por la defensa de las libertades democráticas!
¡Cárcel a los responsables del asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel!
¡Aparición con vida de Julio López!
¡No a la reforma laboral!
¡Asambleas en fábricas, empresas, barriadas populares que discuta un paro de 24 horas en el marco de un plan de lucha!