Es necesario dar una perspectiva política a los trabajadores, en un contexto de crisis generalizada del capitalismo europeo, organizando tendencias marxistas en las organizaciones obreras de masas para combatir las ideas reformistas de colaboración de clases y levantar un programa socialista que plantee la expropiación de los capitalistas para planificar la economía según las necesidades de los trabajadores y demás capas oprimidas de la sociedad. Cuanto más desacreditado está el gobierno derechista de Sarkozy, más redobla éste la intensidad de sus ataques contra los trabajadores, los pensionistas y los desempleados.
El gobierno quiere ahora que los desempleados acepten cualquier trabajo que se les ofrezca, o amenaza con retirarles automáticamente el subsidio de desempleo.
Pero la clase obrera francesa, fiel a sus tradiciones, está respondiendo de manera contundente. En abril salieron a luchar los trabajadores portuarios contra los planes de privatizar los puertos estatales. A comienzos del mes de mayo, fueron los docentes y estudiantes contra un proyecto de reforma educativa que implica recorte de gastos y la eliminación de 11.200 puestos de trabajo. Finalmente, un nuevo intento de reforma jubilatoria del gobierno, que propone incrementar hasta los 41 años de aportes para percibir la jubilación ordinaria, desató una protesta generalizada.
El 22 de mayo los sindicatos convocaron una huelga general que sacó a la calle a 700.000 trabajadores. Según Clarín: En París, no sólo hubo empleados del Estado sino de empresas privadas que se sumaban a la marcha mientras la gente aplaudía desde los balcones. Empleados de Total, Renault, Airbus, Michelin y France Telecom se manifestaban junto a los estatales (Clarín, 23 mayo).
La dirección de los sindicatos, principalmente de la CGT, deberían lanzar un plan nacional de lucha, unificando todas las reivindicaciones y demandas, y emplazar al gobierno a dar marcha atrás en todas sus reformas reaccionarias bajo la amenaza de una nueva huelga general de 48 hs, como un primer paso a medidas
de lucha más audaces y extensas.
Pero la inestabilidad social no se circunscribe a Francia. En abril y mayo Gran Bretaña conoció la mayor oleada huelguística en 23 años, fundamentalmente en el sector público: docentes, hospitales, empleados municipales, bomberos, postales. El motor de las protestas fueron los recortes y los aumentos salariales. El gobierno laborista de Gordon Brown dice que el Estado no tiene plata para atender estos reclamos, pero recientemente aprobó un plan de salvataje de la banca privada por valor de 100.000 millones de dólares. Con esta política, la derecha laborista está abonando el triunfo de la derecha tory en las elecciones del año que viene.
Es necesario dar una perspectiva política a los trabajadores, en un contexto de crisis generalizada del capitalismo europeo, organizando tendencias marxistas en las organizaciones obreras de masas para combatir las ideas reformistas de colaboración de clases y levantar un programa socialista que plantee la expropiación de los capitalistas para planificar la economía según las necesidades de los trabajadores y demás capas oprimidas de la sociedad.