Francia: análisis de la votación interna del PCF

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Los resultados del voto de los militantes comunistas a los textos para el debate del próximo Congreso -el de la dirección del partido y los tres textos alternativos- dan una clara mayoría al primero, que lleva por título Il est grand temps de rallumer les étoiles [“Es hora de volver a encender las estrellas”, NdT]. La dirección del partido mejora así su resultado en comparación con el Congreso de 2008, pasando del 60% al 73% de los votos (24.597 votos).

Esto reduce en la misma medida la proporción de votos otorgados a los otros textos, los 13% perdidos, resultando en una disminución en proporciones idénticas par cada uno de los tres textos alternativos. Así, los textos alternativos 1 y 3, que defienden una política bastante próxima entre sí, obtuvieron el 11% (3.694 votos) y el 5,8% (1.954 votos) respectivamente, frente al 24% de su texto común en 2008. El texto presentado por La Riposte [el texto alternativo nº2 Combattre l’austérité, en finir avec le capitalisme, “Combatir la austeridad, acabar con el capitalismo”, NdT] pasa, por su parte, del 15% al 10% (3.378 votos). 1

El número total de votantes se ha reducido de 39.692 en 2008 a 34.662 en esta ocasión. El número de afiliados, es decir de camaradas al día con las cuotas y con derecho a voto, pasa de 78.779 a 64.184.

El hecho más notable es que la dirección del partido refuerza su proporción en detrimento de la oposición con respecto a 2008. En nuestra opinión, este desarrollo se explica por varios factores políticos. En 2008, el partido acababa de sufrir una fuerte derrota electoral, con un resultado del 1,93% de los votos en las elecciones presidenciales de 2007. Durante todo el período anterior, el programa del partido se había ido vaciando poco a poco de sus elementos más radicales, acercándolo cada vez más al programa del Partido Socialista. En aquel momento, no era fácil saber en qué consistía exactamente el programa del PCF. La dirección, que navegaba a vista y no quería atarse las manos, no había elaborado ningún documento programático consecuente desde hacía años.

Su acción política durante el gobierno de Jospin y, desde entonces, en muchos municipios iba directamente en contra de sus objetivos declarados, apoyando privatizaciones y “delegaciones de los servicios públicos” a escala masiva. En coherencia con este curso “modernista”, la dirección preparaba el terreno para la “metamorfosis” del PCF -es decir, en definitiva, su disolución y transformación en “otra cosa”. La disolución del partido se evitó sólo porque su base se opuso resueltamente a ello. Obligados a reconocer su incapacidad para acabar con el PCF, los dirigentes “liquidadores” más comprometidos (Braouezec, Zarka, Martelli, etc.) acabaron finalmente por romper con el partido en marzo de 2010.

Hoy en día, incluso si ningún problema de fondo ha sido resuelto, la situación ya no es exactamente la misma. La liquidación del PCF no se considera ya en el orden del día. El contenido del programa L’Humain d’abord 2 llenó el vacío que existía. Y muy recientemente, después de más de 15 años de “pedagogía” interna para eliminar la nacionalización de la ideología y de las reivindicaciones del partido, ésta ha resurgido en el movimiento obrero -y aunque sólo sea de manera tímida- en los discursos de los dirigentes del PCF, a raíz de las declaraciones de Montebourg3.

Los militantes sienten por lo tanto que el discurso de los dirigentes se radicaliza. A estos factores hay que añadir el impacto de la campaña radical y militante dirigida por Jean-Luc Mélenchon, marcada por una serie de manifestaciones y mítines políticos masivos. La estrategia del Frente de Izquierda recibe la aprobación de una gran mayoría de militantes comunistas. Estos son los principales factores que han alterado parcialmente la psicología de los militantes y que explican el retroceso de los textos alternativos.

Otro factor son las condiciones bajo las cuales el “debate” y la votación tuvieron lugar, que fueron cualquier cosa menos justas. El texto impreso de la dirección fue publicado el 17 de octubre, mientras que los textos alternativos no llegaron a las manos de los afiliados hasta apenas diez días antes de la votación, dejándoles muy poco tiempo a los miembros del partido para familiarizarse con sus contenidos y organizar los debates en las células y secciones. La dirección del partido dispone de medios mucho más poderosos que los militantes de base. Hasta la publicación tardía de los textos de oposición, estos medios se hallaban exclusivamente al servicio del texto de la dirección. Cuando le solicitamos a L’Humanité que informara de la existencia de los textos alternativos y de las páginas web que los publicaban, su redacción ni siquiera respondió a nuestro correo. No hay que exagerar el impacto de este aspecto de estas cosas sobre los resultados de la votación, pero el hecho es que gran parte de los militantes no había leído los textos alternativos antes de la votación, y esta circunstancia sólo podía favorecer el texto de la dirección. La negativa a publicar los textos de oposición, dentro de un plazo razonable, ha debido restarles varios puntos a sus resultados en las secciones.

Numerosos militantes que votaron a favor del texto de la dirección hicieron críticas extremadamente severas acerca de su contenido. Ante ello, los representantes de la dirección respondían que su texto no era definitivo, que era incluso “deliberadamente vago” y que debía ser mejorado mediante enmiendas. Los y las camaradas que han caído en esta trampa no saben -o si lo saben, han decidido olvidarlo- que con el modo de funcionamiento actual del partido, las enmiendas procedentes de las secciones con las que la dirección esté en desacuerdo, prácticamente no tienen posibilidades de ser aprobadas por el Congreso Nacional. Ya podemos decir por adelantado que aunque este u otro concepto o formulación del texto aprobado pueda ser modificado por el Congreso Nacional, el filtro de las comisiones y la forma de elección de los delegados al Congreso Nacional excluyen cualquier cambio significativo en su contenido.

Los resultados de la votación dan una idea de la realidad que se oculta detrás del discurso de la dirección acerca del “fortalecimiento” del partido. El hecho es que el número de afiliados que cotizan -es decir, los miembros reales- sigue cayendo. Este debilitamiento no se debe al Frente de Izquierda, como afirman los partidarios de Emmanuel Dang Tran4, sino por la ausencia de una política específica del PCF en el marco del Frente de Izquierda. Nuestro texto era el único en plantear este problema con claridad. Nos posicionamos a favor del Frente de Izquierda en tanto que alianza, pero al mismo tiempo, planteamos la cuestión importante de la contribución política específica del PCF dentro de esta alianza. Queremos que el PCF se sitúe como componente marxista y revolucionario del Frente de Izquierda, mientras que actualmente el PCF se sitúa, sobre varias cuestiones, a la derecha de Mélenchon. Por eso es por lo que el PCF no se ha beneficiado, en términos de efectivos militantes, de la movilización de masas en torno al Frente de Izquierda.

Una votación de este tipo no es más que una fotografía del estado de ánimo y de la psicología de los militantes en un momento dado. No hay, por lo tanto, que exagerar su importancia. Este estado de ánimo cambiará bajo el impacto de los acontecimientos y a través de la experiencia colectiva del movimiento obrero. Sacar la conclusión de que la base del PCF gira “a la derecha” o que el partido se deslizará de ahora en adelante hacia ideas más moderadas o “socialdemócratas” sería totalmente erróneo.

El resultado de esta “fotografía” debe ser evaluado a la luz no sólo de la situación inmediata, sino también (y sobre todo) en relación a las perspectivas económicas, sociales y políticas que resultan de la crisis actual del capitalismo y de sus consecuencias para la clase obrera y la masa de la población. Las perspectivas que presentamos en nuestro texto se verán confirmadas por el curso de los acontecimientos.

A pesar de la extrema gravedad, incluso en esta etapa, de la situación económica y social en Francia, lo peor está aún por llegar. Los capitalistas franceses, al igual que los capitalistas europeos en general, se enfrentan a un dilema insoluble. Si tratan de desactivar la crisis continuando con la inyección de dinero público en la economía, la deuda seguirá creciendo a un ritmo de 100 o 150 mil millones de euros al año. Esto significa que Francia experimentará una crisis financiera y una recesión profunda como la que afecta a España en estos momentos. Y si, por el contrario, el gobierno tratara de frenar la acumulación de deuda mediante una política de austeridad aún más profunda, sólo acelerará la crisis. En ambos casos, para los trabajadores, para los jóvenes, para la gran mayoría de la población, el resultado será una verdadera catástrofe social.

Son estas grandes perspectivas, estas tendencias profundas -estos procesos fundamentales que operan en la economía y en la sociedad- los que definirán el desarrollo del PCF en los años venideros. Si resumimos estos desarrollos en unas pocas líneas, se podría decir que dará lugar a una polarización dentro del partido entre, por un lado, los reformistas, enredados en la rutina parlamentaria e institucional -incapaces de situarse con firmeza y sin reservas al lado de la clase obrera- y, por otro lado, los elementos del partido para los que la lucha contra los efectos del capitalismo implica una lucha decidida para derrocarlo, por una solución revolucionaria a la crisis. Esta diferenciación entre los partidarios del compromiso con el sistema -que pretenden “rebasarlo” por no se sabe qué misterioso procedimiento- y la acción revolucionaria, queda implícita en la lógica del capitalismo en declive. La crisis del capitalismo significa necesariamente la crisis de todos los partidos y todas las organizaciones que no quieren romper con él.

A primera vista, uno podría imaginar que las fuerzas del marxismo en el partido están en declive. Nada de eso. La Riposte, por su parte, ha resistido la ola “humanista”, que por cierto pronto se disipará. El resultado del texto defendido por nuestro periódico y la gran cantidad de apoyo que tiene entre los militantes que, esta vez, votaron a favor de otros textos, confirman la vitalidad de sus ideas marxistas y su anclaje en el PCF. En este sentido, es significativo que nuestro texto se halla colocado a la cabeza de los textos alternativos en una clara mayoría de las federaciones del partido. Si el texto alternativo nº 1 obtiene unos resultados ligeramente mejores que los nuestros, es finalmente gracias a sus resultados en dos grandes departamentos: el Pas de Calais (cuyo secretario apoyaba públicamente el texto) y el Ródano.

A todos aquellos que han apoyado nuestro texto alternativo, les decimos que la lucha contra el capitalismo y por el restablecimiento de las ideas del marxismo en el PCF debe continuar. En particular, a todos aquellos que quieren contribuir a ampliar la base de apoyo a nuestras ideas en el partido, en la CGT y el movimiento obrero en general, les pedimos que se planteen seriamente el participar de forma más concreta en el trabajo político de La Riposte –y ¡unirse a nosotros en la lucha por el socialismo en Francia, en Europa y en todo el mundo!

Traducción: Lucha de Clases (Estado Español)

Notas

1. Véase el voto en detalle en el suplemento Communistes del diario L’Humanité (en francés) http://www.pcf.fr/sites/default/files/501_communistes_0.pdf

2. “Lo Humano primero”, era el título del programa electoral del Front de Gauche (Frente de Izquierda) de cara a las elecciones presidenciales de este año 2012. Este Frente está constituido fundamentalmente por el Partido Comunista, como partido mayoritario, y el Partido de Izquierda, más pequeño, del candidato a la elección presidencial Jean-Luc Mélenchon (NdT)

3. Arnaud Montebourg, actual ministro de Industria del gobierno del PS, hizo declaraciones a favor de la nacionalización, al menos temporal, de uno de los centros de la empresa ArcelorMittal, amenazado de cierre.

4. Emmanuel Dang Tran, coautor del texto alternativo nº 3 (NdT)