España: Qué necesitamos después del 23F para tumbar el gobierno del PP

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El pasado 23 de Febrero más de un millón de personas volvimos a manifestarnos en las calles del conjunto del Estado, destacando entre todas las manifestaciones la de Madrid, con varios centenares de miles de asistentes.

Esta jornada fue antecedida por las de la semana pasada, del 16 y 17 de marzo, cuando se sucedieron las movilizaciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y de la Marea Blanca, que movilizaron a centenares de miles de personas.

El 23 de febrero, al final de la manifestación de Madrid, los profesores de la Marea Verde inauguraron el turno de lectura de manifiestos, siguiéndoles posteriormente los médicos de la Marea Blanca, junto con decenas de otros movimientos: la PAH, asambleas del 15M, los bomberos, los mineros, los trabajadores de Iberia… También tomaron la palabra organizaciones de izquierda, como Izquierda Unida (IU), Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Izquierda Anticapitalista o Equo.

En total, unos 300 colectivos forman parte de la “Marea Ciudadana”, que fue quien convocó estas masivas movilizaciones.

Actualmente, el gobierno del PP, pero también las instituciones en las que éste se apoya para gobernar, están en abierta crisis. Su oposición es casi inexistente en el Parlamento, como pudieron comprobar los pocos que pudieron perder el tiempo la semana pasada esperando algo del “Debate sobre el estado de la nación”, al constatar cómo el principal partido de la oposición es un partido que no muerde.

 

El Barómetro de febrero de Opinión Pública realizado por Metroscopia para El País, mostró que el 74% de la población piensa que “el Congreso no representa a la mayoría de los españoles” y el 83% desaprueba la forma como el Congreso lleva a cabo sus tareas. Un enorme 85% no cree que los parlamentarios estén llevando a cabo su trabajo de una manera honesta (el 84% cree lo mismo acerca de los banqueros). El índice de confianza en el gobierno y en el principal partido de la oposición, que oscilaba en torno al 50% para la mayor parte de la década de 1990 y principios de 2000, ahora se ha derrumbado a un 26%, lo que significa que el 74% de la población no confía ni en el PP, ni en el PSOE. Otro sondeo de opinión en Andalucía, publicado el 15 de febrero, mostró cómo el número de personas que no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia es superior al 80%, un enorme salto desde el 38% de 2007.

 

El 23 de febrero, diferentes manifestaciones fueron llenadas ampliamente de contenido en base a las pancartas de los trabajadores que están en huelga en diferentes ciudades. Entre las huelgas que están teniendo un particular impacto está la militante movilización de IBERIA, donde pudimos ver en su primer día cómo por dos veces los 8.000 enfurecidos trabajadores madrileños de la compañía desarbolaron el amplio dispositivo policial para tomar finalmente las instalaciones del principal aeropuerto del país.

Es muy significativo que en las reuniones de la MAREA CIUDADANA, en Madrid, hayan participado organizaciones de izquierda como las mencionadas. Esto demuestra que militantes de estas organizaciones están jugando un reconocido papel en las diferentes MAREAS o la PAH (por ejemplo, en Madrid), aunque siguen existiendo fuertes críticas hacia las organizaciones más tradicionales.

Un clamor que recorría todas las manifestaciones era el grito de “abajo el PP”, o sus derivados como “abajo el gobierno del PP”, que es visto como el paso más inmediato para empezar a derrotar los ajustes sociales.

Para ello se requiere de una mayor organización del movimiento. En muchas ciudades ya ha habido reuniones de cara a estructurar una coordinación entre las MAREAS, la PAH y otros colectivos. Esto es decisivo, ¿Qué no podría hacerse con una mayor coordinación? A pesar de todo el despliegue en las redes sociales, muchísima gente el día 23 decía que se había enterado de la manifestación hacía poco tiempo o circunstancialmente… No todo el mundo se mueve activamente a través de las redes sociales, principal foro de las convocatorias.

La cuestión es: en mitad de la crisis política más seria que atraviesa el Estado español desde hace décadas, cuando un gobierno que ha perdido casi la mitad del apoyo electoral con el que llegó al poder hace 15 meses se desmorona con un escándalo público que revela una manera de financiarse por parte del partido gobernante (y de sus dirigentes), como mínimo escandalosa ¿Qué se necesita después de una manifestación que ha reunido sólo en Madrid a bastantes centenares de miles de asistentes, contra los ajustes sociales y contra el gobierno del PP, para que los dos grandes sindicatos e IU se sumen con todas sus fuerzas abiertamente a AYUDAR A ORGANIZAR LA LUCHA CONTRA EL ACTUAL GOBIERNO?

 

Qué hacen los dirigentes de UGT y CCOO

 

Los sindicatos de clase, ya sean estatales, nacionalistas, o de un determinado gremio o empresa, son los que mejor cohesionan y estructuran, directa o indirectamente, a la inmensa mayoría de trabajadores en este país.

Una vez que ya acabó este domingo el congreso de CCOO, que parece que ha consumido por sí solo la fuerza de la dirección del sindicato durante las últimas semanas en las que, con todo la que está cayendo, los dirigentes del mismo apenas aparecieron públicamente para, tímidamente, posicionarse sobre este gobierno virtualmente vendido a los ricos de la manera que tangiblemente se está demostrando ¿No deberían aportar YA algo más a la lucha contra el PP, ahora que está acorralado? Los dirigentes de UGT no tienen esta excusa. Pero ¿Es que vale incluso tal excusa?

Los dirigentes de ambos sindicatos están negociando desde hace más de mes y medio un ‘pacto por el empleo’, que el PSOE promovió activamente a mediados-finales de enero, justo antes de que se alzase en todo su esplendor el escándalo ‘Bárcenas’. Estaba cocinándose, de hecho, un ‘pacto de estado’ en toda regla sobre ése y otros aspectos.

¿Qué aporta este pacto ahora a los trabajadores, cuando sólo hay que mirar las encuestas para ver la legitimidad del actual gobierno? Por no hablar de las instituciones en las que vivimos… ¿Es que nuestros dirigentes sindicales, o una buena parte de ellos, se prestan a este juego patriota de ‘arrimar el hombro’?

No sólo hablamos del caso Bárcenas, si no del ‘muy supuesto’ pago en negro a los trabajadores por parte del actual nº 2 de la CEOE; también está el juicio por desfalco y otros menesteres contra el anterior nº 1 de la CEOE… En este contexto, Rajoy aparece en el debate sobre el estado de la nación publicitando un nuevo contrato eventual ¡¡¡Otro más!!! sin causa, dirigido específicamente a los jóvenes. Un contrato devaluado, un explotador minijob que podría usarse sin discriminación mientras el nivel de desempleo siga por encima del 14% (es decir, cuando menos, durante casi una década tal como van las cosas) ¡Por supuesto, regado con subvenciones públicas!

 

Según el sindicato GESTHA, que agrupa a la mayoría de los técnicos de Hacienda, los 3.000 principales conglomerados económicos españoles tributaban hace un año, gracias a las generosas desgravaciones fiscales de todo tipo aprobadas en los últimos 20 años por los gobiernos del PSOE y el PP, ¡¡El 5% en el Impuesto de Sociedades, de manera efectiva, cuando deberían pagar por ley el 30%!! ¿Cuántas decenas de miles de millones de euros representa esto? Sólo este dinero invalidaría la práctica totalidad de los ajustes.

Entonces ¿Aceptamos esto? ¿Aceptamos el vergonzante espectáculo de cómo el Estado español avala los créditos a la banca al 1% para que estos ‘patriotas’ especulen contra la deuda española al 5-6%? ¿Aceptamos el gigantesco déficit ocasionado por la no tributación de las rentas altas aceptada y consentida por los poderes públicos que se han sucedido en las últimas décadas? ¿Aceptamos que la manera de salir de la crisis es devaluando, por tanto, las rentas salariales, que es la única alternativa que se nos ofrece por parte del gobierno de los ricos? ¿Aceptamos el gigantesco trasvase de 30.000 millones de euros públicos para ser enterrados en las ficticias cuentas de los libros contables de la banca que ya han ido a engordar la Deuda Pública que pagamos con nuestros impuestos hasta el 84% del PIB? (Antes de la crisis, la Deuda Pública era del 36% del PIB). ¿Y los otros 20.000 millones que aguardan del rescate bancario? ¿Cuántos banqueros han sido condenados? Cero. ¿A cuántas familias obreras les han quitado sus viviendas entre todo tipo de dolores? A más de 350.000…

¡Basta ya de aguantar esta situación!

Sí hay otra alternativa: que paguen los ricos; es decir: que les obliguemos a pagar de una vez.

Si no tienes una alternativa económica, no tienes una alternativa de lucha; no te la crees, a no ser que alguien se imagine que suponen una alternativa las recurrentes convocatorias que aparecen como un rayo en un cielo despejado cada x meses, separadas entre sí, sin un plan coherente ANTES y DESPUÉS de las mismas, a pesar de que responden a los mismos ataques y al mismo plan elaborado contra la clase trabajadora por parte de la ínfima minoría de capitalistas que nos gobiernan; esas pocas centenares de familias cada vez más públicamente implicada en todo tipo de tropelías que rompen incluso su injusta ‘legalidad’: el escándalo de la compra del banco Antovanetta por el Santander; miles de millones dejados de tributar durante décadas por la familia Botín, el nº 2 de la CEO, el ex nº 1 de la CEOE… En fin, unas migajas de lo que todos sabemos ¿No lo sabemos acaso? La contabilidad “creativa” de los libros A, B, C, D… y los que hagan falta… que prevalecen en casi todas las empresas.

Hace falta expropiar a las empresas del IBEX-35, y ponerlas en beneficio de la inmensa mayoría para un plan público que acabe con el desempleo de este país, todo ello bajo la planificación y gestión democrática de los trabajadores: bancos, constructoras, empresas de la energía…, una gran parte de las cuáles eran públicas y fueron malvendidas; siendo todas ellas, cuando se convirtieron en privadas, el sumidero de decenas de miles de millones de euros públicos de todo tipo de proyectos, concesiones y subvenciones, en un gigantesco “robo legal” consentido durante décadas por los políticos que han defendido este dominio de los ricos y poderosos.

En definitiva, hay que acabar con el gigantesco robo legal a que estamos acostumbrados. Hay que ponerlo en evidencia, denunciarlo, ¡Nos están robando!… Alberto Garzón, nuestro diputado de IU, lo hizo muy bien señalando a Mario Draghi, ¡Debería ser juzgado!

CCOO salió anteayer de su congreso. Toxo explicó cómo a los ojos de la gente el sindicato aparece involucrado en la misma desprestigiada política institucional que mancha a los corruptos, explicó que hace falta ‘humildad’…

Hace falta eso, y mucho más que eso.

Hace falta ya que los dirigentes de nuestras organizaciones (sindicatos mayoritarios e IU) dejen de tener una actitud expectante y se impliquen de lleno en el actual proceso de luchas, para dotarlo de una mayor estructura, profundidad y fuerza… Todo sería más fácil. Pero, honestamente, hay resistencias evidentes a que esto ocurra por parte de la cúpula de los sindicatos. Ahí es donde IU puede y debe jugar un papel.

Los sectores más a la izquierda, agrupados en CCOO y UGT, con la CGT, con el SAT, con la izquierda de los sindicatos nacionalistas, se deberían agrupar con un plan coherente. Para eso HACE FALTA QUE SE PONGA EN PRÁCTICA LA ENMIENDA SINDICAL APROBADA EN LA X ASAMBLEA FEDERAL DE IU, que llama a que IU tenga una política propia dentro de los sindicatos.

IU no puede huir de su responsabilidad. Es la única fuerza de ámbito estatal que tiene a activistas reconocidos en las MAREAS, en la PAH, en todos los sindicatos de clase… Es la fuerza central en este proceso que puede ayudar a hacer avanzar al movimiento contra los recortes organizadamente, huyendo de los sectarismo estériles, si pone esto como prioridad nº 1 en su actividad política: ¡¡Sí se puede derrotar al gobierno del PP!!

¿Y después, qué, repiten algunos ‘realistas’? Dicen: “Después, la izquierda todavía no tendrá la suficiente fuerza como para ganar unas elecciones y subirán bastante los demagogos de UPyD… El PSOE podría pactar nuevamente con el PP en un pacto de Estado para apuntalar al régimen, realizando un nuevo barnizado de éste con cambios cosméticos en la Constitución, en la cabeza del Estado…”.

Sí, eso puede ocurrir. Pero lo que habrá ocurrido entonces TAMBIÉN, y es mucho más importante, es que se habrá creado una sana tradición de colaboración entre la izquierda; el movimiento de lucha de millones de personas habrá visto en su práctica que tumbaron a un gobierno. Esa tradición sería poderosísima. Hoy los gobiernos y los efectos de las elecciones son cada vez más fugaces… Si tumbamos un gobierno ¿Por qué no podemos tumbar otro?

 

Los compañeros de la dirección de IU deben abandonar su actitud especulativa y, de manera decidida, impulsar y forjar esta estrategia: POR UN FRENTE DE IZQUIERDAS DE TODOS LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y SINDICATOS. El movimiento de lucha, en la calle, cada vez tiene más claro que esto es lo que hace falta.

Si IU no organiza esto; si no ayuda a estructurar conscientemente, con un plan definido, esta estrategia de lucha, la gente no nos esperará… ¡La realidad es tan dramática! Y cada vez está más asumido de forma masiva que la situación se pone peor.

Ahora hay mucha gente joven que quiere IR A POR TODAS porque no ven que nuestros dirigentes ofrezcan una alternativa, ni que hay una continuidad en la movilización, una perspectiva, una estrategia más o menos coherente u organizada.

IU, como organización en pleno, no puede huir de su responsabilidad, debe ir de frente, ofreciéndose al movimiento en lucha, trabajando desde abajo, de manera humilde, como ya están haciendo muchos miles de compañeros casi sin dirección.