A partir de la tragedia de Iguala donde se asesinaron a 6 personas, 3 estudiantes entre ellos y se desaparecieron a 43 normalistas se ha desatado en todo el país una rabia que se había a cumulado desde hace varios años atrás. Desde el 26-27 de septiembre, cuando suceden estos acometimientos a la fecha, se han suscitado cientos de movilizaciones en todo el país y a nivel internacional. El atentado por parte del Estado a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa está siendo el catalizador de un descontento generalizado.
El topo subterráneo de la revolución
El gobierno de Peña Nieto está resultando un desastre completo para todo el mundo. En su defensa se puede argumentar que él heredo todo este desastre nacional –la inseguridad, el narcotráfico, la crisis económica, etc.- pero lejos de que este personaje allá querido resolver alguno de estos puntos candentes, toda su política ha sido orientada echarle más leña al fuego. Las contra reformas impulsadas y aprobadas en los meses pasados se habían venido como necesarias para “mover a México”.
>Con la desaparición de las conquistas históricas de los trabajadores, con la entrega de los recursos petroleros y energéticos al gran capital nacional y extranjero, al cobrar grandes impuestos a pequeños comerciantes, al general el IVA al 15% en todo el país y un largo etcétera; lo único que se estaba haciendo es abonar más a una crispación que se estaba desarrollando en subterráneo de lo social.
Esta acumulación de tenciones ya se había dejado ver a lo largo de estos años. El surgimiento de los comités de auto defensa en Michoacán, el hartazgo de la gente con los asaltos cotidianos que de un tiempo a la fecha terminan con el asaltante asesinado por los mismos pasajeros, el estallido de solidaridad que hubo cuando se desalojó a los profesores del zócalo hace un año, los comentarios que hay en el transporte público, en el mercado, etc. las pintas que hay en las paredes y vagones del metro.
Hay una ebullición por debajo que está comenzando a salir a la superficie. Marx lo describía como el topo de la revolución, esos sentimientos que van madurando durante un largo periodo de tiempo, que son difíciles de distinguir en medio de la asfixiante lucha por sobrevivir. Esto nos da muestra que las contradicciones están llegando a un punto insostenible y la rabia, temor, desencanto está comenzando a convertir en lucha.
Las movilizaciones de solidaridad son un ¡Ya basta! Generalizado
Para aquello que se quejan de que la gente no lucha, que no hacen nada por defender su país, las movilizaciones de la juventud están cayendo como un rayo en cielo azul. Lo que realmente hay detrás de las movilizaciones del IPN, en apoyo a Ayotzinapa es una gran frustración y rabia ante un futuro incierto.
No es extraño que comience entre los jóvenes la movilización, es este sector de la sociedad donde más estragos hacen la política reaccionaria de este gobierno y este sistema. Son los jóvenes quienes no tendrán la posibilidad de jubilarse o pensionarse nunca, son los que tienen los salarios más bajos y menores prestaciones de ley, los que tienen que estar laborando en la economía informal y que no tienen un salario fijo, ni vacaciones ni nada; son los que se han comido la rebanada más amarga de la violencia, de los 150 mil asesinatos del gobierno de Calderón y los primeros dos años de Peña, una gran mayoría son menores de 35 años. Hay 8 millones de jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar, porque el gobierno no puede ofrecer alguna alternativa.
Pero el problema no queda en la juventud, los trabajadores están entregados a una vida de miseria. El nivel de compra del salario de los trabajadores ha descendido un 75 % en los últimos 30 años. Mientras que la canasta básica no para de subir, el transporte público se encarece y la electricidad y el gas se encarecen el salario minino sube 3 pesos. Es imposible que una familia pueda sobrevivir son solo un integrante trabajando, las mujeres, los hijos tiene que ir a laborar para poder sobrevivir, de esto se aprovechan los empleadores pues al haber tanta necesidad de empleo siguen bajando los salarios, prestaciones y extendiendo la jornada laboral a 10 o 12 horas diarias.
Para los pobres del campo la situación aún es peor, desde que se instauro el Tratado de Libre Comercio el campo mexicano ha sido prácticamente desmantelado permitiendo la entrada de productos subsidiados de los EEUU los cuales han acabado con la agricultura local. En un primer momento la miseria campesina se pudo frenar por las remesas y la migración a EEUU. Ahora esto no es una alternativa pues el desempleo en la Unión Americana no ha cesado y los migrantes se han llevado la peor parte de los despidos. En el caso de la emigración, las políticas represivas de los gringos han hecho defender la migración. Todo el campo está hundido en la miseria y desesperación.
La lucha que se ha venido manifestando en todo el país y que ha llegando a manifestaciones gigantes en Zacatecas, Hermosillo Sonora, Veracruz, DF y Guerrero, son muestras de lo insoportable que es la vida en eses lugares, esto solo es el comienzo. En la segunda jornada de lucha por Ayotzinapa hubo movilizaciones en más de 80 escuelas de nivel medio y superior, internacionalmente los actos de solidaridad se dieron más de 40 países y ciudades. Esto demuestra el potencial que hay para poder avanzar en una lucha más articulada a nivel nacional y ya no sólo demandando la aparición con vida de nuestros 43 compañeros, sino planteando que la única forma que se termine con la violencia del estado, con la miseria y la carestía de la vida es echar a Peña del gobierno y luchar por un gobierno de los trabajadores.
La situación en Guerrero
En el Estado de Guerrero la movilización está en un punto más avanzado que el resto. También las contradicciones son más intensas en esta entidad considerada como una de las más pobres del país. Desde la desaparición de los normalistas se han dado movilizaciones masivas; el incendio del congreso local, la sede del PRI y el PRD y el palacio municipal de Iguala; la toma de al menos 21 alcaldías, etc. Esta movilización ha logrado que se persiga al presidente municipal de Iguala y su esposa, logro la destitución del gobernador Ángel Aguirre y lo más importante, están contagiando un ambiente de rebeldía a nivel nacional.
Si uno lee la historia de Guerrero nos podemos dar cuenta que está marcada por la brutalidad de sus gobernantes hacia toda oposición y critica, por la parte del pueblo siempre a habido gran tradición de organización y resistencia. Como el sector de la industria es poco desarrollado, los trabajadores no juegan un papel fundamental. El grueso de la población se dedica a la agricultura de poco rendimiento (la mayor parte son mini cultivos agrestes con muy poco desarrollo tecnológico) y el turismo.
Los carteles de la droga son una epidemia en la entidad, se habla que existen 21 grupos de la delincuencia organizada que operan en todo el Estado. Dentro de ellos están verdaderas mafias muy violentas como los Zetas, Los templarios, y demás. La pobreza ha orillado a muchos jóvenes a unirse a las bandas delictivas, algunos otros son arrastrados, por amenazas a sumarse a alguna de ellas. El territorio no solo es donde se reciben grandes cargamentos del Océano Pacifico, Guerrero es el segundo productor de amapola en el país, solo después de lo que se le considera el triangulo dorado, en la zona serrana norteña. Esto ha llevado a grandes peleas para conquistar plazas y pone al estado como el segundo más violento del país
Ante la falta de un proletariado fuertemente organizado, los estudiantes y particularmente los profesores organizados en la CETEG han sido, por muchos años, los sectores de vanguardia en la lucha guerrerense. La más reciente lucha que dio el magisterio fue el año pasado contra la reforma educativa la cual tomo tintes abiertamente insurreccionales cuando se unifico con la Policía Comunitaria y entraron armados a la capital del Estado, abrieron las cárceles y liberaron a los diferentes presos políticos y dirigentes comunitarios.
La brutalidad del gobierno y empresas turísticas contra las comunidades indigentes las ha orillado a organizarse y luchar por sus usos y costumbres, dando como resultado la estructuración de grandes organizaciones de campesinos armados como lo es la UPOEG (Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero) o la CRAC (la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias).
Ambas organizaciones tienen brazos armados que conforman la policía comunitaria que resguardan la seguridad de sus comunidades y se han enfrentado al narcotráfico y al mismo gobierno. En las regiones donde estas organizaciones gobiernan los índices de violencias es mucho menor que donde el Estado formal opera, como lo puede ser en las 53 comunidades de la sierra de Guerrero donde nos podemos encontrar con prácticamente ciudades desiertas por la violencia del narcotráfico y estado.
La Normal de Ayotzinapa ha sido, desde su creación, una escuela donde se forman los profesores que van a trabajar a las zonas más pobres del Estado, sus profesores tiene una formación que les permite inmiscuirse en los problemas locales y organizar a la gente para defenderse del poder estatal o del terrateniente. De sus aulas salieron dirigentes guerrilleros como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez.
La guerrilla también es, casi se puede decir, una tradición de lucha del pueblo guerrerense, particularmente en la zona serrana. La violencia, la miseria y el abuso del gobierno hacen que cada día más gente vea como única alternativa la lucha armada. Tenemos que decir que aunque la guerrilla siempre se ha mostrado a favor de las causas del pueblo nunca ha jugado un papel fundamental para transformar las condiciones de miseria. Por sus mismos métodos conspirativos tienden a aislarse del pueblo y volverse sectarios frente a otros movimientos. Sus acciones, en los años 70, provocaron una respuesta cruenta del gobierno, no sólo contra los guerrilleros, sino contra el pueblo guerrerense. Los actos en Iguala han activado a diferentes organizaciones guerrilleras, algunos han declarado la guerra a los diferentes carteles de la droga, particularmente a Los Guerreros Unidos.
En un lugar como Guerrero estar armado muchas ocasiones es la diferencia entre la vida y la muerte, no se puede condenar esta situación. A diferencia de los diferentes grupos guerrilleros, la policía comunitaria es una organización campesina que responde en asamblea a las peticiones de su comunidad, controlada por esta e impide que los mandos armados se salgan del control de las masas.
Toda esta mezcla de tradiciones de lucha, miseria, violencia, ataques contra los profesores, ingobernabilidad en grandes zonas del estado, organizaciones armadas, etc. Hacen que la situación sea muy explosiva. Las primeras manifestaciones por los desaparecidos han llevado a incendiar algunos edificios de gobierno y la toma de alcaldías. Se a organizado una Asamblea Popular Nacional (APN) la cual ha estado organizando paros en diferentes estado de la república, coordinado las movilizaciones con otros sectores y tratando de empujar una organización más amplia para llevar eta lucha a un triunfo.
El gobierno federal, en aras de evitar un estallido como el que pasó en Oaxaca en 2006, ha impuesto un gobernador interino, Rogelio Ortega (dirigente de lucha social conciliador), para que pueda aplacar los ánimos, ya los normalistas y padres de desaparecido han respondido que lo desconocen. En la supuesta “búsqueda” que están realizando Peña nieto prácticamente a militarizado algunas regiones del estado mandando a la Gendarmería, el ejército y la marina.
La idea de tomar las 81 alcaldías de Guerrero por parte de la APN y formar gobiernos populares en cada uno de ellos, desconociendo al gobierno estatal y federal abrirá un conflicto de forma directa con el Estado. El gobierno no dudará en utilizar la represión, ya sea con sus órganos institucionales (policías, ejército o marina) o con grupos paramilitares (bandas de narcotráfico) para terminar con la organización del pueblo.
Aunque no es el tema, hay muchas experiencias que la APN tiene que extraer de la lucha de Oaxaca y la APPO, lo primero y más importante es que una lucha aislada en un estado no puede tener éxito, el gobierno concentrara sus energías para terminar con cualquier intento de desaparecer el gobierno. Está lucha se debe de extender a todos los rincones del país aprovechando la situación tan volátil que hay. Se debe de organizar una gran coordinación de lucha nacional con todos los sectores: universitarios, policías comunitarias, comités de autodefensa, sindicatos, organizaciones sociales, morena (si es que se integra para luchar para terminar con este gobierno y no para detener la lucha en los marcos legales), organizaciones campesinas, etc.
Todos juntos bajo una misma idea, terminar con este gobierno inútil y asesino, terminar con este sistema capitalista que lo único que ofrece en violencia y dolor, por la instauración de un gobierno de los trabajadores, expropiar a la gran burguesía nacional e internacional que dirigen los bancos, las grandes empresas distribuidoras de alimentos, renacionalización del sector energético, carreteras y minas, por créditos baratos para campesino, por una sociedad que tenga como principal tarea solucionar nuestras demandas y no engordar los bolsillos de los capitalistas. Una sociedad socialista.