La crisis del régimen político a nivel nacional se expresa o encuentra ciertas particularidades en diferentes provincias.
Una de ellas es la presencia desde hace años del narcotráfico, pero este dato es muy común en el presente para millones de personas de a pie en el capitalismo en descomposición. La particularidad santafecina no es solo su presencia, sino la incidencia y el manejo de políticos, policía, jueces, su relación con los capitalistas de la región y el copamiento de barriadas enteras.
Como consecuencia de esta realidad son los cientos de muertos al año, pibes jóvenes que caen todos los días bajo las balas, ¡nuestros pibes! Esta situación se suma a la desocupación y miseria, siendo este combo lo que se expresó o impactó en las primarias en la provincia.
Un dato extremadamente significativo en las elecciones del 16 de julio fue el ausentismo, que alcanzó a casi el 40% en la provincia (promedio) y un 50% en Rosario. Estamos hablando de 1.200.000 votos sin emitir. Asimismo, a la categoría de Gobernador se han computado 115.000 votos en blanco y 85.000 nulos.
Muestra blanco sobre negro, no solo el hartazgo de un segmento de la población, muestra además el descredito de las instituciones, revela un repudio a la connivencia de los gobiernos y los jefes narcos y al gran problema de los hechos delictivos y homicidios que esto genera. La división de la sociedad en clases sociales, que impone el capitalismo, donde unos tienen a costa de que otros no tengan, produce una situación de degradación que determina la violencia que padecemos los trabajadores. Es la propia desigualdad capitalista, y su descomposición, la que genera y motoriza los problemas delictivos. Es la violencia de arriba la que genera violencia por abajo, fortaleciendo al narcotráfico en Argentina.
Muestra la desidia de los representantes políticos provinciales, municipales y nacionales de los diferentes bloques de los partidos mayoritarios ante los graves problemas que atraviesa la provincia en temas sentidos como educación, salud, trabajo, etc. Es claro que los hechos delictivos, el lavado de dinero, el narcotráfico y las estafas no fueron ni serán resueltos por estos partidos.
Un Frente de Frentes conformado por radicales, socialistas y macristas se impuso con el 65% de votos al peronismo que sacó el 25%. El jefe porteño Horacio Larreta junto a Gerardo Morales no dudaron en hacerse presentes en la tarde de las primarias en una clara posición de capitalizar el triunfo de Marcelo Pullaro.
El ganador en Santa Fe para Gobernador es Maximiliano Pullaro, de Evolución, junto a la fórmula, de Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta. Ganador además en la interna de JpC. ante Carolina Losada pre candidata de Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
Pullaro en el resultado general fue el más votado en relación al pre candidato opositor Marcelo Lewandowski, siendo un resultado difícil de remontar. El PJ provincial, quedó a más de 35 puntos porcentuales, el peor registro desde 1983.
El resultado del peronismo en las primarias, el escaso porcentaje de votos obtenidos por Marcelo Lewandowski y Omar Perotti, es justificado por no haber realizado campaña, o que esta tan solo fue sostenida con la militancia, señalando que no nacionalizaron la elección. Lo que no se menciona es que el frágil acuerdo entre Marcelo Lewandowski, Omar Perotti y Massa. Por lógica los resultados de las primarias son un revés a la campaña nacional de Massa.
En contraste, los medios de comunicación señalan la artillería de propaganda televisiva, escrita y radial pagada por Maximiliano Pullaro y su espacio político, voceros del cordón agroexportador.
Lo que debemos preguntarnos es ¿qué puede cambiar M. Pullaro en seguridad habiendo sido 4 años ministro de Seguridad con el gobierno del Frente Progresista en alianza entre Radicales y Socialistas?
Evidentemente unos y otros juegan al son de la crisis, de desgastan en la gestión y en la oposición también, sin poder resolver los flagelos más pesados que padecen los trabajadores y la juventud en Rosario y Santa Fe, el estado de caos que viven las barriadas, la desidia y miseria, la desocupación y el hambre, los muertos por el narcotráfico o el gatillo fácil, en definitiva, el desorden social en el marco de la crisis capitalista.
Hasta marzo de este año se mandaron 400 efectivos federales como parte de una dotación de 1.400 efectivos que tienen que llegar, se suma a los 22.200 efectivos provinciales, más 3.100 gendarmes, además de policía federal y Prefectura, una verdadera fuerza de ocupación en la provincia. Esto demuestra que no es un problema de mandar más y más fuerzas de seguridad para resolver el flagelo del narcotráfico, sino voluntad política. Por cierto, no lo tienen como objetivo prioritario ya que no hay intencionalidad de ir por los capitalistas vinculados al negocio que los financian, o al no querer avanzar sobre políticos o jueces que son parte del negocio, mostrando la impotencia de sus políticas. Solo la clase obrera organizada, llevando adelante una política propia e independiente del Estado, los patrones y los partidos del régimen, puede mostrar una perspectiva favorable para los de abajo.
En Rosario se impuso el actual intendente Pablo Javkin que fue parte de la lista junto a Carolina Lozada. Javkin quien saludo el triunfo de Pullaro, se impuso en la interna a Miguel Tessandori.
Un dato significativo fue la victoria de Juan Monteverde -el candidato de Juan Grabois en Rosario- para intendente, al ganarle en la interna a Roberto Sukerman -Agustín Rossi- con el 54% contra el 43%. Monteverde participo en las internas del peronismo haciendo un acuerdo entre Ciudad Futura y el peronismo. Ciudad Futura se caracteriza por su pragmatismo y por su repudio a la vieja política. Monteverde gana con la idea de “Rosario sin Miedo” un frente entre Ciudad Futura, Patria Grande y el Movimiento Evita.
El FIT-U
La izquierda del FIT-U obtuvo diferentes resultados en la provincia dónde fueron a internas, obteniendo el mínimo para superar el piso proscriptivo de las PASO o incluso no pudiendo alcanzar los votos necesarios perforar este piso. En general en cantidad de votos cayó de 60.000 en 2019 a 40.000 en esta elección.
Las disputas de los diferentes integrantes de la izquierda fueron de aparato, faccional. No medio debate sobre el programa revolucionario, sobre el papel de los tribunos revolucionarios en el Parlamento, ¿para qué intervenir en las elecciones? En el marco de las perspectivas políticas para la argentina y el contexto de crisis regional y del país.
La Unidad debió primar en la construcción sobre la base del programa revolucionario, en cómo conectar con las masas, sus problemas y cuáles son las salidas.
Pero la unidad de la izquierda no puede plantearse en el vacío, sino que esta solo puede darse en torno a un programa político claro, que parta de la base de que, sólo expropiando a la burguesía y las palancas fundamentales de la economía, bajo control obrero, es posible poner fin a los horrores del sistema capitalista.
Los intereses de aparato de la dirigencia evitan que la izquierda se consolide como una fuerza sólida.
No basta solamente denunciar a los capitalistas, es necesario avanzar en la edificación de una fuerza capaz de materializar en la clase trabajadora el programa de la Revolución Socialista y el Poder Obrero, a través de la lucha por la huelga general política. Explicando pacientemente la necesidad de un Gobierno propio, un Gobierno de los Trabajadores que ponga fin a las actuales relaciones de producción.