Como reflejo de la crisis política del capitalismo argentino, asistimos a una enorme dispersión de su oferta electoral: Menem, Kirchner, Saá, Moreau, López Murphy y Carrió son todos representantes de la burguesía nacional y los intereses imperialistas en su conjunto, o de alguna de sus alas. Todos avalaron la reciente firma de la carta de intenciones entre el gobierno Duhalde y el FMI. Por lo tanto, todos ellos asumen que Argentina debe volver a pagar la infame deuda externa a partir del mes de agosto, recortando los gastos estatales que permita disponer de la plata necesaria para hacer esto. Como reflejo de la crisis política del capitalismo argentino, asistimos a una enorme dispersión de su oferta electoral: Menem, Kirchner, Saá, Moreau, López Murphy y Carrió son todos representantes de la burguesía nacional y los intereses imperialistas en su conjunto, o de alguna de sus alas.
Todos avalaron la reciente firma de la carta de intenciones entre el gobierno Duhalde y el FMI. Por lo tanto, todos ellos asumen que Argentina debe volver a pagar la infame deuda externa a partir del mes de agosto, recortando los gastos estatales que permita disponer de la plata necesaria para hacer esto. Todos ellos acuerdan con que las familias trabajadoras soporten un nuevo endeudamiento del Estado para "indemnizar" a los Bancos por la pesificación de los créditos, unos 13.000 millones de dólares. Todos ellos acuerdan, pues, con la suba de tarifas de los servicios públicos que alargará la agonía de millones de familias obreras para llegar al final del mes.
Pero mantener esta situación conducirá inevitablemente a la movilización social de trabajadores, jóvenes, amas de casa, jubilados y pensionados. En la medida que ni el gobierno ni los capitalistas querrán atender nuestras demandas, utilizarán la represión policial igual que lo vinieron haciendo hasta ahora.
Las diferencias entre ellos son, fundamentalmente, de forma. Menem y L. Murphy son más sensibles a las presiones de las multinacionales y un sector de la oligarquía, Kirchner y Saá a los de la burguesía nacional que empezó a hacer negocios multimillonarios en los últimos meses con la devaluación, y la Carrió que busca balancearse entre todos estos sectores. Y todos ellos son financiados por estos sectores de la burguesía.
Por todo ello, los trabajadores no ganaremos nada con ninguno de estos representantes de la burguesía. De ahí que ningún obrero con conciencia de clase debe votar y depositar su confianza en ningunos de los candidatos burgueses, llámense Menem, Saá, Kirchner, Carrió o L. Murphy, que solamente buscan hacer carrera política personal, mientras que gestionan los intereses comunes de la oligarquía y el imperialismo en la Argentina.
En el caso bastante probable de que en la segunda vuelta haya que elegir entre dos de los candidatos burgueses, nosotros llamamos a la abstención. Es una cuestión de principios para los socialistas revolucionarios no apoyar a candidatos burgueses, ni siquiera a los que se pintan de "progresistas", pues utilizan las ilusiones de las masas para luego aplicar la política que más convenga a los capitalistas. En nuestro país, como en cualquier otro país capitalista, la Casa de Gobierno no está en la Casa Rosada ni en el Congreso, sino en los despachos de los grandes bancos, monopolios y hacendados agrícolas. Sea cual sea el candidato burgués que finalmente se instale en la Casa Rosada, su política y su programa le serán dictados por ellos.
