El Salvador: Cerén-Ortiz, fórmula presidencial que debe profundizar los cambios, apoyados en la clase trabajadora

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Como BPJ-CMI, consideramos correcto el hecho de que la fórmula presidencial del FMLN esté compuesta por miembros con fuerte arraigo entre las bases de nuestro partido, pero al mismo tiempo señalamos que esto se debió hacer a través de una consulta general con las bases. También decimos que no basta con que los miembros sean de nuestro partido, creemos más bien que lo que permitirá avanzar por el camino correcto será un programa, una estrategia y una táctica revolucionaria.

Como BPJ  apoyaremos críticamente la fórmula presidencial Cerén-Ortiz,  al mismo tiempo que la defenderemos de los ataques de la burguesía. No obstante, señalamos que la garantía para que lleguen al gobierno radica en que la política del FMLN se distinga totalmente de los intereses mezquinos del gran capital.

Rechazamos la idea de una especie de redentores de la humanidad, los marxistas organizados en el BPJ estamos conscientes del papel del individuo en la historia, pero las personalidades por si solas no pueden cambiar el rumbo de la sociedad, eso depende de otros muchos factores y en la lucha de clases depende primordialmente de  todo el partido en su conjunto. El hecho  que dos elementos con larga trayectoria en el partido sean los candidatos en las futuras elecciones, no garantizará por si sólo  que la población les otorgue todo su respaldo, lo que permitirá contar nuevamente con el amplio respaldo de la mayoría de los sectores de la población será un Programa Revolucionario y la política de clases que el FMLN implemente en lo que resta de este período de cara al 2014.

Como marxistas consecuentes, sabemos que las aspiraciones de las masas, que aún representa el FMLN, no pueden pasar desapercibidas y que el partido que hoy por hoy puede traspasar los límites del sistema capitalista es precisamente el FMLN, los marxistas partimos del análisis objetivo de la situación y anteponemos un verdadero programa que plantee medidas concretas que permitan enfrentar esta crisis sin afectar los intereses de los sectores más pobres del país, es decir, medidas  transitorias hacia la consecución de una sociedad más justa, por encima del papel que juega la personalidad de los candidatos en esta coyuntura.

Algunos sectores de la población en la actualidad se encuentran frustrados, desilusionados, resignados a que las condiciones materiales de vida  y espirituales -vale decir intelectuales-  no cambiaron sustancialmente. El problema al que se ha enfrentado el partido ha sido la dificultad de gobernar en medio de una crisis del sistema capitalista, lo que ha dificultado la recaudación fiscal, a esto se le suma la exigencia de organismos financieros por el pago de la deuda externa acumulada de los anteriores gobiernos areneros. A tal grado que la famosa frase del comediante mexicano adquiere fuerza entre los de a pie: ¡Oh! ¿Y ahora quien podrá ayudarnos? Muchos trabajadores han dejado de creer que los partidos políticos representan sus aspiraciones de clase.

La falta de espacios para la opinión, el debate honesto, el derecho al desacuerdo. La consulta de las bases, la crítica y autocrítica revolucionaria, está ausente en el partido desde hace algún tiempo. Un partido cuyos estatutos lo definen como democrático, socialista y revolucionario, debe constantemente construir estas tradiciones entre su base. Bajo la democracia burguesa existe el peligro persistente  de que nuestro partido pueda verse contagiado con los métodos tradicionales de los partidos de la burguesía. Las bases deben ser tomadas en cuenta, no sólo cuando se necesita  su voto y su apoyo en la  pinta y  pega, que no está mal. El aporte de las bases no se debe limitar a eso. Ante esto proponemos, la verdadera necesidad de democracia interna en el partido que nos representa, y la implementación de verdaderos métodos de elección interna con amplia participación de las bases.

No pretendemos el fraccionamiento del partido, las mismas decisiones burocráticas han desatado ya esta dinámica. Las preguntas que asaltan la razón: ¿Son los millonarios de este país los únicos capaces de sacar el país adelante? ¿Por qué no lo han hecho después de más de dos siglos en el Poder? ¿Se tiene el programa revolucionario para profundizar los cambios?

Si se quiere iniciar realmente  la ruta hacia la transformación de la sociedad esta debe de pasar por la participación activa de la clase social dinamizadora de la economía y productora de la riqueza: La clase obrera, en fraterna unión con el campesinado en ruinas e incluso una alianza con la pequeña burguesía también arruinada por la crisis del sistema capitalista, poniendo en primer término y sin concesiones los intereses del proletariado. Un programa con medidas transitorias hacia la consecución de objetivos socialistas.

¡Por todos los compañeros que ofrendaron su vida por una sociedad diferente! ¡Socialismo YA!