El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko y el gobierno ucraniano han desalojado a los últimos manifestantes del Euromaidan, desmantelando las tiendas de campaña de los manifestantes y reemplazándolas por una oficina de reclutamiento del ejército. Al declarar que los objetivos del Euromaidan se han cumplido y que el movimiento ya no es necesario, Kiev está reinando en el movimiento que le ha llevado al poder.
Los frutos podridos del movimiento Euromaidan salen a la luz
Cualesquiera hayan sido las esperanzas y aspiraciones del movimiento Euromaidan, el pasado diciembre, los acontecimientos están dejando más claro que el movimiento ha traído un desastre al pueblo ucraniano. Mientras que uno podía no simpatizar con el gobierno corrupto de Yanukovich, la realidad es que ahora el control de los oligarcas sobre el sistema económico y político ha crecido, junto con la represión política. El Partido Comunista de Ucrania está en proceso de ser prohibido por el Parlamento por “separatismo”, a pesar de haber apoyado una Ucrania unida.
Los que argumentaron que el movimiento era “anti-corrupción”, están teniendo un momento difícil para justificar este argumento si tenemos en cuenta que, aparte de Yanukovich, la casi totalidad de los demás oligarcas permanecen en el poder; o en el hecho de que estos mismos oligarcas están comenzando las mayores privatizaciones y medidas de austeridad en la historia del país. Pero el nuevo régimen está lejos de ser estable. El Primer Ministro Arseniy Yatsenyuk renunció recientemente, declarando que no había en el presupuesto del país “nada con que pagar a los empleados públicos”, ya que éste se está desviando cada vez más para financiar la guerra civil.
Mientras los rebeldes en el este de Ucrania están siendo bombardeados por el ejército ucraniano, el resto del país está siendo movilizado hacia el ejército ucraniano. El gobierno ha utilizado los desastrosos acontecimientos del derribo del avión malasio MH-17 con el fin de impulsar la propaganda pro-guerra y la subsiguiente movilización a su alrededor. Pero la histeria de la guerra alimentada por la propaganda del gobierno también se ha encontrado con resistencia. Las pésimas condiciones de la mayoría de las tropas ucranianas – movilizadas para reprimir el levantamiento en el sureste del país – han tenido que enfrentarse al desafío abierto de las madres y esposas de los soldados, que han organizado manifestaciones contra la movilización en todo el país con la demanda de que los hijos de los oligarcas sean los primeros en ser movilizados al ejército.
¿Por qué la acción contra Maidan?
Tras la eliminación de Yanukovich en febrero, una parte de los activistas de Maidan permaneció en la plaza, mientras que la mayoría se organizó en batallones de la Guardia Nacional, financiados tanto por el gobierno como por oligarcas individuales. Estas fuerzas forman el núcleo de la llamada “operación antiterrorista” del gobierno contra los rebeldes en el este. Dado que muchos de la Guardia Nacional llegaron desde diversas agrupaciones de extrema derecha, también han atacado las protestas contra el gobierno, a activistas de izquierda de diverso tipo, así como huelgas, actividades contra la guerra y sindicales, poniendo al activismo de izquierda y de los sindicatos en un grave riesgo. Los activistas que se mantuvieron en Maidan, a pesar de tener una orientación política de extrema derecha nacionalista, mantuvieron su presencia con el objetivo declarado de “mantener la presión sobre el gobierno para que rinda cuentas de sus promesas”.
La posición relativamente débil del gobierno es la razón por la que, a pesar de lo que quedó del campamento Maidan fue una presencia relativamente pequeña e insignificante, resultó suficiente molesta como para que el gobierno se viera obligado a actuar en contra suya. Este movimiento de los gobernantes de Kiev, sin embargo, está lejos de ser un signo de fortaleza. El régimen de Kiev se basa en una coalición inestable de diversas fracciones de la burguesía ucraniana. Sin embargo, esta acción envía un mensaje a los batallones de la Guardia Nacional y a la fuerza de autodefensa de Maidan, algunos de los cuales fueron movilizados para suprimir lo que quedaba del campamento de Maidan: el precio de su existencia descansaba en su lealtad a los oligarcas.
El equilibrio desequilibrado del poder
En medio del programa de austeridad, de las privatizaciones, de la guerra civil y de las movilizaciones, los oligarcas de Kiev han mantenido en su mayor parte, hasta ahora, a la opinión pública de su lado. Esto se ha visto favorecido por el hecho de que los que están en el poder, personalmente poseen prácticamente todos los medios de comunicación del país, y los que no están siguiendo la línea del gobierno, son censurados. Por el momento, Kiev ha sido capaz de mantener el apoyo de la opinión pública en las regiones que controla; pero para la mayoría de la gente común en el oeste de Ucrania este gobierno sólo ha traído miseria, austeridad, subida de los precios, privatizaciones, violencia y corrupción.
La resistencia contra la guerra en el oeste de Ucrania ha sido relativamente moderada por el momento; pero está en posición de crecer a medida que más soldados, hijos y esposos sean llamados al frente.
Mientras que el ejército ucraniano ha estado haciendo avances contra las repúblicas separatistas, incluso una posible derrota de las fuerzas militares rebeldes, que aún no se ha logrado, abriría nuevos desafíos. Después de meses de bombardeo de zonas civiles y miles de muertos, las fuerzas armadas de Ucrania es improbable que sean aceptadas como libertadoras por la mayoría de la población. La región tendrá que ser “pacificada” antes de que pueda volver a integrarse en la economía de Ucrania, y es poco probable que el ejército regular ucraniano esté a la altura de la tarea.
Esto requerirá una aún más pesada dependencia de los nazis y de los nacionalistas ucranianos que constituyen la columna vertebral de los batallones de la Guardia Nacional. La situación se complica más si se tiene en cuenta el hecho de que los batallones tienen lealtad a oligarcas rivales, que podrían anular su tregua una vez que sean derrotados los rebeldes. Ya ha habido evidencia de una ruptura entre Kolomoisky y Poroshenko a través de sus respectivas armas mediáticas.
Los oligarcas están haciendo uso de su fuerza. Los que no se alinean debidamente con ellos son rápidamente puestos en su lugar. Esta calma, sin embargo es limitada, y tarde o temprano el poder que ejercen se volverá uno en contra del otro. Cuando las diversas fracciones de la clase dominante se peleen entre ellas, esto abrirá la puerta a la revolución. Que esta revolución sea socialista, dependerá de los movimientos revolucionarios fuera de Ucrania, y de la construcción de la izquierda y de la lucha contra el fascismo en Ucrania hoy.