Nuevas generaciones emergen a la lucha en los últimos años, jóvenes de 18 años o menos llenan las plazas y se movilizan en pos de la democracia auténtica, al menos semejante a los que los libros enseñan que debe ser la democracia, se encuentran con un mundo lleno de manipulación y cinismo. En este contexto hay quienes pretenden colocar la experiencia del EZLN como un ejemplo a seguir, a esos compañeros que inician su lucha es a quién dirigimos estas líneas.
La lucha con todos
La madrugada del 1° de enero de 1994 hizo su aparición pública el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), las cabeceras municipales de 4 municipios chiapanecos, entre ellas San Cristóbal de las Casas fueron ocupadas por miles de campesinos, mayoritariamente indígenas que lanzaban a la nación una “Primera Declaración de la Selva lacandona”, en la cual se señalaba:
«Pueblo de México: Nosotros, hombres y mujeres íntegros y libres, estamos conscientes de que la guerra que declaramos es una medida última pero justa. Los dictadores están declarando una guerra genocida no declarada contra nuestros pueblos desde hace muchos años, por lo que pedimos su participación decidida apoyando este plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático». (Primera Declaración de la Selva Lacandona. en http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1994/1993.htm).
No había alusiones al problema indígena, el EZLN plateaba un programa que abarcaba los principales temas nacionales, al mismo tiempo proponía un llamado a todo el pueblo para sumarse a una lucha para formar un nuevo gobierno. No obstante, el EZLN tenía un radio de influencia que sólo se circunscribía a una región de Chiapas y su llamado si bien fue recibido con simpatía por millones de personas no tenía el modo de ser respondido por medio de un levantamiento general, lo cual probó la necesidad de construir una organización a nivel nacional . Por supuesto es justo también hacer notar por el contrario de la propaganda burguesa, que, ante un llamado de este tipo y el ejemplo de la acción directa de un grupo organizado, millones de personas darían un apoyo que podría ser determinante para un triunfo.
Obviamente la clave de una la insurrección es la rapidez, especialmente si se declara la guerra el gobierno nacional, en esas circunstancias es indudable que el estado empleara toda la fuerza bruta que tiene a su disposición para sofocar el reto de las armas.
El EZLN recibió, desde el segundo día del levantamiento, una severa reacción del Ejército, cientos de campesinos indígenas fueron masacrados en los siguientes días, los medios de comunicación mostraban escenas de cadáveres apilados, muchos de ellos armados con palos o machetes. No obstante, la reacción de la mayoría de la población fue de horror e indignación ante tal masacre, así el 12 de enero luego de masivas manifestaciones en todo el país el gobierno declara un cese al fuego y llama a negociaciones.
La Primera Declaración era una propuesta de carácter democrático-burgués que se proponía un tránsito a la democracia, procurando condicionantes para que esa transición signifique bienestar para el pueblo, pero sin que ello implique luchar por otro sistema social. Los marxistas, no obstante, mirábamos las iniciativas de tierra, techo, alimentación, salud, etc., como un elemento con el que se podía poner a debate de todos los trabajadores y en el mismo PRD la necesidad de un programa que hiciera posible todas esas demandas, un programa que no podía ser implementado bajo el capitalismo, aunque sí se podía luchar por el desde ahora. En este sentido la Primera Declaración aún con todas sus limitaciones significó un paso adelante.
Múltiples sectores de la pequeña burguesía, que querían ver en el alzamiento zapatista, no la posibilidad de una revolución que envolviera todo el territorio nacional, sino el llamado de auxilio del indio olvidado. Ante el vacío generado por la falta de una alternativa para ir adelante en un sentido revolucionario, el movimiento de masas quedó a la expectativa, mientras que toda una ola de pequeños burgueses de distintas caretas construía un discurso orientado no a la solución de las demandas del movimiento, sino en la lógica de la paz y el diálogo.
El Dialogo que el movimiento zapatista entabló en lo sucesivo fue con estos sectores y no con las masas explotadas ya fueran del campo y la ciudad, eso fue determinado a la larga sus tácticas políticas y posteriormente los elementos que se pretenden señalar como enseñanzas históricas del zapatismo.
Incapaces para entender el proceso que se estaba desarrollando, la lógica de su estratégica política se modificó substancialmente; el objetivo del 1 de enero de derrocar al gobierno, fue sustituido por el de «alcanzar una paz con justicia y dignidad». Esto también se tradujo en el contenido de los llamados al pueblo de México, si en un primer momento se les invitaba a levantarse en armas y «deponer al dictador» el EZLN consideró que lo más adecuado no era ya la construcción de una organización de combate, sino una amplia amalgama de fuerzas que le brindaran el sustento suficiente para enfrentar una negociación en posición de fuerza con el Estado. 1994 fue un año de transición e inmediatamente después del asesinato de Colosio se buscó afanosamente un medio para restablecer la iniciativa política en función de la lógica de la «paz con dignidad».
Por una nueva convención revolucionaria
Así se dio a conocer la Segunda Declaración de la Selva Lacandona. La cual señala como su propuesta central: «Llamamos a la realización de una Convención Nacional, Soberana y Revolucionaria, de la que resulten las propuestas de un nuevo gobierno de transición y una nueva ley nacional, una nueva Constitución que garantice el cumplimiento de la voluntad popular» (http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1994/1994_06_10_d.htm)
La convención se realizó, pero ésta no creo ningún mecanismo formal para hacer realidad las propuestas de la segunda declaración, todo en aras de la horizontalidad, es decir: no hay jerarquías, lo que en suma se traduce en: nadie tiene la obligación de hacer nada, si no hay consenso no hay acuerdos. La CND desapareció sin pena ni gloria en pocos meses.
El giro hacia centrar todo en el problema indígena
Posteriormente, el 1 de Enero de 1995, se dio a conocer la Tercera Declaración de la Selva Lacandona. En ella se sostiene por primera vez la idea de la autonomía para las comunidades indígenas como una posible salida al conflicto. El tono del discurso se va enfocando cada vez más al problema indígena como el principal eje de la lucha de los zapatistas, aunque todavía señala: «La cuestión indígena no tendrá solución si no hay una transformación radical del pacto nacional. «El vehículo para la construcción de éste nuevo pacto es el eje básico de la Tercera Declaración:«…Llamamos a todas las fuerzas sociales y políticas del país… a la formación de un Movimiento para la Liberación Nacional. «Llamamos al ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a encabezar éste Movimiento para la Liberación Nacional, como frente amplio de oposición»(http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1995/1995_01_01_a.htm).
La historia del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) fue la misma que la de la CND, nuevamente se insistía en el mismo prejuicio anti organización en el que ni siquiera se proponían acciones comunes. Mientras tanto el gobierno emprendido una guerra de alta y baja intensidad que incluyó una ofensiva en toda la regla a finales de 1997, época en la cual se desarrolló la terrible matanza de Acteal. Sólo la fortísima movilización especialmente en las ciudades impidió una guerra de exterminio similar a la que acontecía en esos mismos años en Colombia.
Por una fuerza civil zapatista
En enero de 1996 aparece una nueva declaración, la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, la cual ya no hace llamados a desconocer al gobierno o a formar una amplia coalición para derribarlo, en esta ocasión el EZLN propone como iniciativa fundamental formar el Frente Zapatista de Liberación Nacional. El documento señalaba: «Tres nuevas iniciativas fueron lanzadas por los zapatistas como respuesta al éxito de la Consulta por la Paz y la Democracia: Una iniciativa para el ámbito internacional llamó a realizar un encuentro intercontinental en contra del neoliberalismo. Dos iniciativas son de carácter nacional: la formación de comités civiles de diálogo con base en la discusión de los grandes problemas nacionales y germen de una nueva fuerza política no partidaria; y la construcción de nuevos Aguascalientes como lugares de encuentro entre la sociedad civil y el zapatismo» (http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm).
De manera realmente increíble lejos de reconocer los errores de su política el EZLN los fue ensalzando como virtudes, por supuesto el FZLN tuvo el mismo destino que la CND y el MLN. De hecho, durante todo el año de 1997 el EZLN suspende todo tipo de declaraciones al tiempo que los grupos paramilitares asolaban las zonas bajo control zapatista
La lucha por una ley indígena
En junio de 1998 apareció la Quinta Declaración de la Selva Lacandona. En ella desaparece toda alusión a la deposición del actual régimen o a la nueva constitución.
El aspecto fundamental la lucha «por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio».
En el primero se señala que la forma de respuesta ante la inequidad del poder es la resistencia y el silencio «Contra la guerra no otra guerra sino resistencia digna y silenciosa». En otro pasaje señala, en alusión a la escalada de violencia que se ejercía sobre las comunidades indígenas: «Nuestro silencio desnudó al poderoso y lo mostró tal cual es: una bestia criminal. Vimos como evitó que la muerte y la destrucción crecieran» (http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1998/1998_07_a.htm).
Así pues, los zapatistas no contestaban a la represión, no porque no pudieran, sino porque esa era su táctica. Así que comunidades enteras se tuvieron que enfrentar desarmadas a la violencia del régimen, las mujeres campesinas, junto con sus hijos en brazos levantaban alto su voz en contra de soldados armados hasta los dientes y su grito de desesperación, su odio ante esas injusticias no llegaba hasta nosotros por cuestiones de táctica.
Los últimos años del régimen de Zedillo se caracterizaron por parte del EZLN por una fase de introspección de la cual sólo salieron en la fase posterior a la elección de Vicente Fox. Hacemos énfasis en el hecho de que aquello que muchos presumen como “las enseñanzas del movimiento zapatista” en realidad fueron las fuentes de su fracaso como movimiento nacional, como dijera un célebre dicho español “promesas de victoria, jalones de derrota”.
Cortejando a la democracia burguesa
No sólo eso fue notable una tendencia hacia el coqueteo con los repudiados políticos profesionales, La V declaración señala muy claramente “:«Después de una larga lucha por la democracia, encabezada por los partidos de oposición, hay en las cámaras de Diputados y Senadores una nueva correlación de fuerzas que dificulta las arbitrariedades del presidencialismo y apunta, con esperanza, a una verdadera separación e independencia de los poderes de la unión».
El largo silencio anterior a esta declaración generó un profundo giro en el discurso y propuestas zapatistas, a pesar de que el gobierno es criminal ya no se pide su deposición, a pesar de que no existe democracia real sin los pueblos indios, el Congreso es ahora el lugar de la esperanza, e incluso ahora sólo se señala la «reforma del Estado». El cambio es notable, la intelectualidad pequeño burguesa estaba que no cabía de gusto, para éste sector siempre adulador de la revolución que no se dé en su país o de la lucha social que le permita llegar a buena hora a dar una conferencia, el zapatismo llegó a su madurez con la V Declaración.
El llamado a sus simpatizantes fue el de realizar una consulta nacional para ver si las masas estaban de acuerdo en la Ley Indígena de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA). Dicha consulta se llevó acabo el día 21 de marzo de 1999 y millones de personas expresaron su apoyo a la propuesta.
Después de la consulta el EZLN, hasta el final del sexenio de Zedillo, no volvió a expresarse públicamente sobre ningún tema de interés nacional o internacional, con excepción del movimiento estudiantil de la UNAM, el cual por espacio de un año acaparó la atención de todos los sectores combativos del país y al final fue brutalmente reprimido.
Una gran marcha hacia la ciudad de México
En el año 2000 es electo el demagogo derechista Vicente Fox, para muchos, incluido el EZLN, la entrada del panismo significaba un posible cambio, el día 2 de diciembre de ese año, el Subcomandante Marcos y el EZLN señalan su disposición a dialogar publicando un documento de balance sobre el proceso electoral y sobre las perspectivas del diálogo. El documento señala que; ni los partidos, ni el IFE, ni nadie, más que la ciudadanía, fue el responsable de la caída del PRI, establece que nadie tiene el derecho de señalarse como triunfador o como responsable del triunfo. Hasta ahí Marcos sigue fiel a su línea de criticar la práctica de todos menos la suya, la cual poco o casi nada hizo para modificar el rumbo del proceso del 2 de julio.
El EZLN, como un modo de romper con el aislamiento en el que se había sumido en los últimos meses del gobierno de Zedillo y de recomenzar el proceso de negociaciones con el gobierno, lanzó a finales del 2000 la iniciativa de una gran marcha por diversos puntos del país, que tendría como punto culminante exponer ante el legislativo las bondades de la iniciativa de Ley Indígena, elaborada por la COCOPA y aceptada tanto por el EZLN como por el gobierno de Fox.
Para el movimiento zapatista el horizonte, al margen del inicio de negociaciones con Fox, era el de continuar sometido al desgaste de los últimos años esperando si alguna nueva coyuntura les permitiera una oportunidad para buscar alguna solución, por ello la dirección del EZLN jugó abierta y sinceramente en buscar una salida negociada con el PAN. La lógica de las movilizaciones que se desataron en preparación de la llegada del EZLN a la Ciudad de México no fue la de la unificación a una lucha de todos, sino un llamado abierto a apoyar una cuestión muy específica «la aprobación de la Ley de la COCOPA», señalando lo importante que tenía en ese entonces. Pese a que había una amplia posibilidad de emprender un gran movimiento de convergencia entre todos los sectores sociales, con un programa de todos y una lucha para todos, esto no se impulsó. Ese hubiera sido el camino para abrir una confrontación, en ese marco la negociación hubiera sido sólo una cuestión táctica para preparar una lucha social a un nivel superior. Lejos de eso las movilizaciones fueron una cuestión táctica para llegar arropados a la negociación con el Estado.
Las intenciones de la dirección del EZLN se podían corroborar en las declaraciones como las hechas a Julio Scherer García, fundador de la revista Proceso: «si estábamos dispuestos a llegar a acuerdos con el gobierno de Zedillo, como no lo vamos a estar con un gobierno electo democráticamente”. Como ya era costumbre, no faltaron entre los intelectuales simpatizantes del zapatismo llamados abiertos para llegar a un acuerdo de una vez por todas. El 26 de febrero en una declaración publicada en La Jornada, José Saramago declaraba: «Fox desea sinceramente la paz». El editorial de La Jornada señalaba ante los intentos de detención de paramilitares en los primeros días del sexenio foxista que se estaba «creando un clima de distensión» y que «se ha avanzado más para la paz en el gobierno de Fox que en los años del priísmo». Para el gobierno la movilización del EZLN serviría como un gran evento de legitimación ante los sectores de trabajadores, varios millones, que no confían en su gobierno y que podrían encabezar fuertes movilizaciones en caso de que el gobierno emprendiera ataques.
El gran ambiente que se formó con la gira del EZLN en el 2001 no fue utilizado para organizar o preparar futuras luchas sino para coquetear con el Congreso en aras de la aprobación de la ley indígena. La oportunidad era grande, las movilizaciones eran multitudinarias, la esperanza era el signo fundamental de todos aquellos que participaron en ellas. No obstante, el EZLN se limitó a declaraciones generales y a solicitar que se aprobará la ley de derechos y cultura indígenas.
El EZLN se retiró de la Ciudad, pero el Congreso terminó por aprobar una ley distinta, producto de los acuerdos entre las distintas facciones de las cámaras.
Por su parte el PRD quedó en una posición tan cuestionable que el día 10 de mayo tuvo que declarar la guerra a la ley que ellos mismos aprobaron unos días antes. En realidad, declarar que se luchará en contra de la Ley Bartlett-Fernández-Ortega no significaba mucho si no se acompañaba del impulso de acciones contundentes de masas, tales como paros, bloqueos y manifestaciones. Queda claro que la política socialdemócrata de buscar quedar bien con todos termina por quedar mal con todos.
Como ya hemos señalado, la situación del EZLN quedo aún más complicada. Lejos de utilizar la caravana como un medio para preparar las movilizaciones futuras (estaba claro que el gobierno sólo utilizaba al EZLN para darse una imagen «demócrata»), el EZLN prefirió realizar actos de un perfil semejante al de un espectáculo, donde los escuchan, se emocionan, ríen, se enojan y luego se van a sus casas a seguir su vida como si no hubiera pasado nada.
Otro error de la política del EZLN fue el de separar la lucha por las demandas indígenas de las del conjunto de los trabajadores y los jóvenes. La lucha se mostró como una cuestión aparte, incluso hoy en día muchos activistas del zapatismo están más preocupados por meter agua potable en algún pueblo de Chiapas que en organizar a los estudiantes o trabajadores en pos de sus demandas concretas, es decir; se están aislando de las demás luchas, y al parecer esto ya se está convirtiendo de una cuestión circunstancial a un principio de acción.
La transición a los caracoles
Desde entonces, mediados del 2001 hasta finales del 2002, se abrió otro espacio de silencio en el EZLN, el cual sólo fue roto por la posibilidad del desarrollo de una gira de algunos miembros del EZLN a Europa, en el marco de éste proceso se desarrolló una polémica entre el Subcomandante Marcos y el juez español Baltasar Garzón, en la cual el dirigente del EZLN tuvo el buen tino de poner en evidencia el carácter absolutamente hipócrita y manipulador de dicho Juez. La idea de vincular la guerra sucia en Chipas con la guerra sucia en contra de la ETA por parte del gobierno de Felipe González, le parecía al EZLN una buena arma a utilizar contra Garzón, lamentablemente la gira no funcionó dado que al final nadie, como no fueran los simpatizantes del EZLN en Europa, estaba dispuesto a patrocinar el viaje. Incluso la ETA se burló de las pretensiones mediadoras de Marcos.
En diciembre del 2003 salió el primer número de la revista pro-zapatista Rebeldía, siendo esto el punto de partida para una nueva fase de actividad que incluyó la publicación de un ensayo sobre el ideario zapatista «El mundo, siete pensamientos. Mayo del 2003», la inauguración de las Juntas de Buen Gobierno y los preparativos para el X aniversario del levantamiento armado (http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1997/1997_06_b.htm).
El EZLN daba así un giro definitivo a su política, en adelante para ellos lo principal sería realizar sus autonomías de manera autogestionaria sin la intervención del Estado, el primer paso fue entonces una reorganización de sus territorios, primero bajo la forma de juntas de buen gobierno.
Se formaron cinco coordinaciones centrales de dichos municipios autónomos. Las llamas Juntas de Buen Gobierno o Caracoles. El proyecto de Caracoles no se contraponía con el municipio formal que reconoce el Estado porque no le disputa su representación ante el gobierno central ni alguna de las prerrogativas administrativas o políticas. Es, en el fondo, una forma de organización de las comunidades zapatistas para sí mismos y una manera de establecer un mecanismo formal de relación con el exterior, desde entonces quien desee discutir con una autoridad de la zona zapatista lo debería hacer con la administración de los municipios autónomos y no con el EZLN.
En la práctica el desarrollo de los Caracoles llevó a una especie de estancamiento del conflicto, no fue sino hasta el 2005 cuando se reinició una nueva ofensiva mediática que dio pie a una nueva reorganización, en realidad la impresión que daba era que el EZLN se preparaba para nuevas acciones, por un lado, declaraba que se encontraba listo según informaba el comunicado del 20 de junio de ese año: «desde mediados del año del 2002, el EZLN entró en un proceso de reorganización político-militar. Esta reorganización interna ya ha terminado».
La Otra campaña y el inicio de la disputa contra López Obrador.
El otro aspecto era una feroz crítica a López Obrador, al cual calificaban como un continuador incluso de Salinas: «La imagen de Carlos Salinas construida por López Obrador es, en realidad, un espejo (…). Y el ofrecimiento no lo hace a los de abajo o a lo que queda de la nación mexicana, sino a quien manda en realidad, el poder financiero internacional».
No sólo eso, al mismo tiempo que se hacían públicas estas declaraciones se decretaba una alerta roja en las zonas zapatistas, al parecer se aproximaban cosas importantes.
No obstante, todo se limitó a una simple preparación para lo que sería la Sexta y última declaración de la Selva Lacandona, la cual apareció a mediados del 2005 y en donde se planeaba una campaña paralela a la electoral y claramente en ruptura con todos los partidos políticos, de hecho, era una condición para participar en la “Otra campaña” no tener alguna relación con la política.
“O sea que, como quien dice, invitamos a las organizaciones políticas y sociales de izquierda que no tengan registro, y a las personas que se reivindiquen de izquierda que no pertenezcan a los partidos políticos con registro, a reunimos en tiempo, lugar y modo que les propondremos en su oportunidad, para organizar una campaña nacional, visitando todos los rincones posibles de nuestra patria, para escuchar y organizar la palabra de nuestro pueblo. Entonces es como una campaña, pero muy otra porque no es electoral” (http://es.wikisource.org/wiki/Sexta_Declaraci%C3%B3n_de_la_Selva_Lacandona).
Al mismo tiempo que decía estar abierto a escuchar distintas alternativas señala, «La gente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) nos despreció y va a pagar; los vamos a hacer pedacitos, aunque nos quedemos solos, porque alguien tiene que cobrar esa cuenta» (La Jornada, 07/08/05).
Así una de las principales tareas del EZLN fue atacar al PRD y a López Obrador como su enemigo principal, por supuesto nadie está afirmando que no hubiera una importante carga de verdad en las aseveraciones de Marcos sino el momento y las circunstancias en que lo hacía, si pretendía convertirse en una alternativa de izquierda al movimiento en torno a AMLO no lo logró, para la absoluta mayoría de trabajadores y jóvenes identificados con la izquierda el EZLN, Marcos en particular, sonaba como guiado por el resentimiento.
Es probable que el EZLN hubiera supuesto que, ante el seguro triunfo de AMLO y su incapacidad para enfrentar la problemática del país, ellos, los zapatistas aparecerían como la única y verdadera izquierda, no obstante, sus cálculos fallaron. La “Otra campaña” restó algunos cientos de miles de votos a AMLO, lo cual coadyuvó a la llegada de Felipe Calderón a la presidencia, esto dejó al EZLN en una situación muy compleja que no esperaba.
“La Otra campaña” creo un frente de organizaciones que buscaban la solidaridad mutua. En Texcoco unos floricultores fueron atacados por la policía siendo apoyados por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco (FPDT). Esto fue una provocación estatal para justificar la bestial represión del 3 y 4 de mayo de 2006, esto ocurría mientras Marcos se encontraba en un mitin en Tlatelolco, Distrito Federal. La Otra campaña no fue capaz de hacer frente a esa represión, Ignacio del Valle, dirigente de Atenco, pasaría 4 años en la cárcel. Éste ataque mostró los límites de la Otra campaña y abonó en su desmoralización, desmoronamiento y en el aislamiento del EZLN.
Un callejón sin salida
Ante Vicente Fox el zapatismo se mostró inicialmente conciliador, efectuó concesiones en todos los sentidos para no obtener nada, en ese empeño desgastó gran parte de su autoridad y capacidad de convocatoria. Con Felipe Calderón no podía hacer lo mismo, dado que millones de personas se estaban movilizando en torno a AMLO, al cual toda la burguesía tachaba de radical desestabilizador, precisamente el papel que supuestamente debería ocupar el EZLN. Si por el contrario arreciaba su crítica a AMLO se profundizaría aún más el aislamiento que ya tenía con las masas de izquierda, único sector que tradicionalmente había apoyado las movilizaciones zapatistas.
El resultado fue nuevamente el silencio y el encierro en el seno mismo de las comunidades que ya de por si tenían problemas.
Las zonas zapatistas no necesariamente implican regiones controladas por el EZLN, numerosas comunidades después de los primeros años cambiaron su filiación hacia el PRI o hacia el PRD, muchos pueblos quedaron divididos de tal modo que la organización de las bases de apoyo en muchas comunidades corresponde más a una organización campesina que a un poder alternativo.
Los intentos de crecer de forma aislada del conjunto de las comunidades de la región han generado experimentos muy interesantes, por ejemplo, los proyectos de educación alternativa, pero a la larga son incompatibles con el conjunto del país y lejos de permitir más desarrollo producen más aislamiento.
Las comunidades mantienen conflictos casi permanentes con otros grupos políticos. No afirmamos que ellos sean los culpables no obstante la política exclusiva para zapatistas en el marco de comunidades diversas genera una situación de tensión permanente.
Han transcurrido ya varios años desde la última iniciativa amplia zapatista, y de La Otra Campaña, no quedan más que grupos pequeños, pero eso sí, enemigos feroces de todo lo que no sea ellos mismos y con un profundo resentimiento con las masas.
Ante las coyunturas nacionales, como la tragedia de los mineros de Coahuila, las movilizaciones contra la violencia, entre otras, el EZLN no ha tenido ni respuesta política ni alternativas organizativas, en suma se han sumergido en un silencio ominoso, bastante parecido a la desaparición física. Ni siquiera el apabullante triunfo del PRI en Chiapas en el 2012 ha mereció el menor comentario.
La “paz” con Peña Nieto
La madrugada del 25 de mayo de 2014 el Subcomandante Marcos hizo el anuncio de su desaparición como figura pública: “estas serán mis últimas palabras en público antes de dejar de existir”.
Lo que a muchos les parecía el anuncio de su retiro, al final resulto el anuncio de una nueva fase de actividad política. Marcos anuncio que la elección que tomaron fue el de construir su propio camino, formar educadores, promotores de salud, es decir en suma realizar el programa zapatista dentro de sus propias comunidades.
Afirmaba que están felices en la situación actual, cualquier alusión a luchar por el poder y a organizarse para ello es un pecado capital, según Marcos: “el culto al individualismo encuentra en el culto al vanguardismo su extremo más fanático”. Luego entonces, dado que Marcos no es vanguardista no puede ser individualista, en consecuencia, la figura de Marcos dejaba de tener sentido.
Justificaciones hay muchas, tal vez la más importante es que el rumbo que seguían las comunidades tiene una vida propia y que él, al menos con la imagen de Marcos, una especie de militar, era anacrónica.
De frente a una realidad en la que miles dentro y fuera del EZLN han dado la lucha por medios, no militares y han muerto a manos de las fuerzas represivas del Estado, este cambio de nombre era una decisión honesta que estaba tardando en definirse.
Esto marcó la conclusión de un proceso de abandono de las armas, fue consecuencia de la decisión de formar los Caracoles inmediatamente después de la traición del gobierno panista en 2001 y que continuó con la Sexta declaración, la cual reafirmó el caparazón político en el cual se sumieron desde entonces.
Este fue el único acontecimiento de importancia durante el gobierno de Peña Nieto, cierto es que nunca se dejaron de reportar agresiones a las comunidades zapatistas, esto es porque nunca han cesado de ser agredidos, pero la respuesta se limitó a la simple denuncia, las iniciativas políticas en el plano nacional, por supuesto en el estatal desaparecieron. Chiapas fue para el PRI y para su socio el Partido Verde Ecologista un terreno seguro sin mayores conflictos para sostener su control.
La elección del 2018 y la postura zapatista
El día 18 de mayo de 2017 se dio a conocer el nombramiento de María de Jesús Patricio Martínez, como vocera del Congreso Nacional Indígena (CNI) – Concejo Indígena de Gobierno (CIG) de cara al proceso electoral de 2018, la elección, en la que participaron representantes de 58 pueblos indígenas y que incluyó el nombramiento de 68 concejales más para el cumplimiento de diversas tareas.
La idea de la participación de Marichuy no era luchar por el poder sino: “Denunciar todas las maldades del sistema capitalista que nos domina, invitar a organizarnos para defendernos contra los poderosos y para construir nuestros espacios de autonomía en el campo y en la ciudad. Sin el control del Estado, fuera de los partidos políticos, fuera de la pudrición de este sistema.”
Una contradicción con esta declaración se reflejó en una de las tareas del CNI-CIG y los simpatizantes del EZLN, es decir, tenían que juntar cierta cantidad de firmas para que Marichuy apareciera en las boletas.
La campaña del EZLN-CNI acuerpó a los distintos grupos de simpatizantes en torno a una campaña común que los sacara de la rutina de actividades de apoyo que desarrollan desde 2006, no obstante, generar un impacto a nivel nacional y generar una crisis en el sistema de partidos no ocurrió. Los partidos que integraban el sistema político mexicano vivieron sus conflictos, crisis y reagrupamientos como si la candidatura no fuese factor.
Nuevamente la propuesta representaba la posibilidad de acuerpar a una amplia gama de organizaciones que, no se sentían representados en la propuesta reformista de López Obrador.
De ahí la importancia de la candidatura del EZLN-CNI para lanzar una serie de propuestas que cuestionen el poder, que se enfrenten a él y señalen claramente la necesidad de derrocarlo para sobre otras bases y construir relaciones sociales distintas.
En ese sentido el potencial era, como en otras iniciativas, bastante prometedor, no obstante, los métodos organizativos y el sectarismo de la política implementada lo llevó todo al traste, cuando se cerró el proceso en marzo del 2018, se recabaron 285 mil firmas de apoyo, muy lejos del millón necesario. Es de resaltar que solo 14,500 personas se registraron como auxiliares, de los cuales solo 5,800 personas pudieron recabar firmas y de ellos, unos 3,900 se encontraban en la Ciudad de México. De las firmas recabadas más de la mitad provenían de las áreas metropolitanas de la Ciudad de México y Guadalajara. En regiones como Oaxaca, Yucatán, Tabasco, Veracruz, con altos niveles de población indígena, solo alcanzó el 16% del total necesario para obtener el registro. Es triste decirlo, pero la recogida de firmas fue un fenómeno básicamente urbano y la población indígena mayoritariamente no participó.
Luego del fracaso “los mariachis callaron”, salvo un repudio a Alejandro Solalinde por pretender llamar a la unidad con el movimiento de AMLO no hubo nada más.
El CNI, ser o no ser
Esto nos hace preguntarnos ¿A quién representa el CNI?, ellos mismos responden que para constituirse se consultaron a “523 comunidades, de 25 estados del país y de 43 pueblos indígenas” (https://www.congresonacionalindigena.org/concejo-indigena-de-gobierno/).
No obstante, los censos señalan que el total de población que corresponde a las comunidades indígenas es de 15 millones de personas divididas en 64 distintas etnias. No hay duda que las comunidades indígenas que se agrupan en el CNI tienen un nivel de politización superior al promedio, tienen también un nivel de organización importante, pero no el suficiente para que al menos un 1% de su población manifestara su apoyo a la candidata que decía representarlos, como hemos dicho el apoyo en firmas a la candidata indígena provino de las zonas urbanas no indígenas.
Aún con todo esto el CNI no deja de manifestarse de forma rimbombante “Somos la palabra colectiva de abajo y a la izquierda, esa que sacude al mundo cuando la tierra retiembla con epicentros de autonomía.”
Esa lógica autosuficiente y sectaria explica la razón por la cual el CNI se vuelve un grupo cada vez más reducido. Tendríamos que, -siguiendo a Revueltas- señalarles: “no basta con proclamarse ser los tejedores de vida, los protectores de la tierra, los herederos de nuestros antepasados, hace falta demostrar que sé es, obras son amores y no buenas razones.”
¿La autonomía es anticapitalista en si misma?
El 14 de octubre de 2018, se dio a conocer el pronunciamiento resultante de la segunda asamblea nacional del Consejo Indígena de Gobierno (CIG), instancia en la cual se han enmarcado los posicionamientos del EZLN desde su creación en mayo de 2017. En él se establecía al gobierno de AMLO como enemigo principal, o nuevo finquero y nuevamente se señalaba la defensa de la autonomía zapatista frente a la “guerra de exterminio”, como la línea principal del accionar CNI-EZLN.
Para la declaración del CNI, la base de la acumulación capitalista es el extermino de los pueblos indígenas, así pues, no hay vuelta de hoja, todo gobierno es un enemigo en la medida de que lo hace bajo las normas capitalistas, dado que estas en sí mismas representan el extermino de los pueblos indígenas. No obstante, defendiéndonos un poco en las contraposiciones, la alternativa al capitalismo es la autonomía, luego entonces ¿la autonomía es distinta del capitalismo? ¿Cuál es el contenido económico de esa contraposición entre capitalismo y autonomía? En vano buscamos alguna respuesta, no la existe. De hecho, ni en las regiones con presencia del EZLN, ni en la de la CNI existe alguna forma de separación respecto del capitalismo, en el fondo ser del EZLN o del CNI es más bien una forma de militancia más que de existencia alternativa. Por supuesto, que eso no tiene nada de malo, lo malo es proclamar que la autonomía es anticapitalismo cuando en la práctica no funciona así, estamos ante un autoengaño que lo único que provoca es restarle seriedad a las iniciativas que lanzan.
No seremos nosotros quienes salgamos ahora a defender lo indefendible de políticas claramente pro capitalistas del nuevo gobierno de AMLO, pero el camino que está tomado el EZLN lejos de generar motivos para organizarse en torno a él y al CNI lo llevará más al aislamiento y la marginación.
El último pronunciamiento importante que hizo el ELZN fue en ocasión del 25° aniversario del alzamiento del 01 de enero de 1994. (https://goo.gl/bbDQHT), su idea básica fue “vienen por nosotros y aquí estaremos esperando para resistir”.
No cabe duda que a lo largo de estos 25 años ha habido una transformación bastante palpable en el propio EZLN y su entorno, y la llegada al gobierno de un movimiento con apoyo de masas y con una cierta identificación con la izquierda podría implicar para el movimiento zapatista el riesgo de la disolución misma, por tanto la declaración de este 25 aniversario tendría necesariamente que implicar una reafirmación del sentido de existencia misma del EZLN, ahora que, por el momento ya no aparece ni el PRI o el PAN, tienen que señalar a toda su militancia que Morena y AMLO solo son lo mismo y que su principal objetivo es destruirlos, así, generando un ambiente de fortaleza asediada, generarán en los próximos años una política que los identifique.
El gobierno de AMLO, con toda la buena voluntad que pudiera tener, es un gobierno que administra al capitalismo y, si no rompe con esta posición, preferirá a los patrones cuando la situación lo lleve a tomar una decisión clave. Es necesaria una izquierda que señale claramente, que es el capitalismo y no la corrupción, el problema de fondo y que incluso proponga la posibilidad de un nuevo levantamiento armado, esta vez contra el capitalismo si es necesario. O sé es lo suficientemente radical para asumir las consecuencias o se caerá nuevamente en la simulación, en el decir, pero no hacer. El querer espantar con el petate del muerto.
Lo peor que se podría hacer es simplemente llamar loco, o mentarle la madre a AMLO en nombre de la madre tierra, eso solo mostrará al EZLN como una secta que no aspira a revolucionar, sino a subsistir agazapada en sus autonomías.
Perspectivas
El levantamiento del 1° de enero de 1994 es ya un acontecimiento histórico y por sí mismo justifica un lugar para el EZLN junto con otras grandes gestas de nuestro pueblo. Lamentablemente los métodos, el programa y en suma las ideas que llevaron a esa gesta heroica fueron abandonados de forma muy evidente a lo largo de 1994, se pasó de la lucha por la revolución a la lucha por la supervivencia, de abanderar a todas las masas oprimidas con movilizaciones de millones a no poder juntar firmas para aparecer en una boleta electoral.
La parte más problemática de la herencia inmediata del EZLN para con el movimiento en su conjunto es el empecinado intento de reproducir las fracasadas ideas del discurso posmoderno. Pese a las evidentes diferencias con el estalinismo en ese sentido hay una coincidencia: el estalinismo se cubrió con el manto de la revolución de octubre para impulsar una política contraria a esos principios, el EZLN hizo el levantamiento del 1° de enero de 1994 para después con ese prestigio impulsar una política igualmente contradictoria con ese acontecimiento. En ambos casos muchos sectores de las masas de manera acrítica siguen religiosamente políticas equivocadas suponiendo que son las que se han probado correctas.
Los discursos por la horizontalidad, la negativa a formar organizaciones formales, el repudio a la lucha política, el zigzag entre el culto al indigenismo en abstracto y acciones violentas aisladas es un pesado lastre que los intelectuales afines al EZLN gustan en calificar de “herencia cultural del zapatismo”, cuando en realidad no es más que un pesado lastre que el movimiento obrero, los jóvenes y todas las clases explotadas debemos superar para avanzar en la verdadera transformación social.
Sin duda en el futuro del país la lucha de los campesinos e indígenas estará codo con codo junto a las masas en lucha, no obstante, el EZLN como tal ya no podrá jugar el papel protagónico que alguna vez tuvo oportunidad.
Los derechos y la cultura indígenas, junto con todas las reivindicaciones de las masas explotadas encontraran un triunfo pleno con la transformación socialista de la sociedad, en ese sentido su victoria, será una victoria de todas las masas explotadas.