Análisis, balance y perspectivas de cara a Octubre
Desde la Corriente Socialista Militante ofrecemos este análisis político que tiene como fin reflexionar acerca de cuál es la situación concreta en la que nos encontramos y cuáles son las perspectivas que debemos esperar.
Utilizando el método marxista, con los datos y estadísticas como soporte, pretendemos ayudar a impulsar un debate impostergable.
La crisis capitalista mundial sumada a las particularidades coyunturales de nuestro país monta un escenario complejo donde es necesario trazar las perspectivas que nos permitan traducir en acción política la manera de profundizar los avances y conquistas de los últimos años.
Las elecciones
El mapa electoral
Después de realizadas las PASO en distintas provincias del país, el mapa político parecía configurarse de manera incierta. En, Santa Fe, Neuquén, Córdoba, CABA, los resultados fueron adversos para el kirchnerismo.
Para contrarrestarlos, en la provincia de Santa Fe, de la mano de su candidato Omar Perotti, dio por terminado el escrutinio definitivo y “acepto” el recuento “aceptando” junto al “Socialismo” el triunfo de Miguel Lifschitz, clausurando de esta forma una posible victoria del candidato del PRO, Miguel Del Sel.
En CABA, para el ballotage, la izquierda llamó correctamente a votar en blanco, definiendo a los dos candidatos -Martín Lousteau de ECO[1] y Horacio Rodríguez Larreta del PRO[2]– como las dos caras de la misma moneda.
Por su lado, el kirchnerismo en un primer momento insinuaba el voto a Martín Lousteau, pero terminó por definir libertad de voto a sus electores ya que consideraba a ambos candidatos como lo mismo en envases diferentes. Lo que no se puede descartar es que el kirchnerismo haya llamado a votar por abajo a Martín Lousteau, en un intento de restarle proyección nacional al PRO, como hizo en las elecciones de Santa Fe.
En el mes de julio, el espacio Unión por Córdoba[3] liderado por De La Sota ganaba las elecciones al obtener el 38,12% de los votos contra el 33,97% de la alianza Pro-UCR. Por su parte el kirchnerismo con la fórmula Córdoba Podemos[4], liderado por Eduardo Accastello-Cacho Buenventura, salió como tercera fuerza, con el 18,7%.
En Neuquén el Movimiento Popular Neuquino, sumando a sus colectoras, retuvo la gobernación de la mano de Omar Gutiérrez, apadrinado por el actual mandatario provincial Jorge Sapag, dejando en segundo lugar al candidato del Frente para la Victoria, Ramón Rioseco.
Sólo en Chaco, con Capitanich y en Salta, con Juan Manuel Urtubey el kirchnerismo se alza con dos triunfos.
En este contexto, se inscribe la fórmula presidencial del kirchnerismo, donde Cristina Fernández finalizó los sueños del pibe para muchos, sin democracia mediante en el movimiento, subiendo el pulgar a favor de Daniel Scioli – Carlos Zannini.
La candidatura de Scioli con un vice de su palo político, hubiera acrecentado el malestar y descontento que se desarrolla lentamente por las bases en los diferentes grupos kirchneristas.
La puesta en práctica de una suerte de teoría del cerco[5], intenta condicionar a un elemento que se muestra K en el plano discursivo, pero que es el Caballo de Troya al interior del kirchenismo.
Si la teoría del cerco aplicada en la figura de Perón en su Tercer Gobierno resultó endeble, hoy, con la idea de un cerco de centro izquierda o progresista, en el intento de condicionar a Scioli con un Vice de pura sangre kirchnerista, como es señalado Zannini, sumado a una serie de medidas que en los últimos meses fueron aprobadas en el Parlamento, resulta simplemente utópico.
A quien quiera ver que vea. Basta la experiencia del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, con su Vice Gobernador Gabriel Mariotto, para darnos cuenta de la inviabilidad del planteo de poder neutralizar a Scioli. Debemos recordar al propio Néstor Kirchner en relación a Duhalde, que en definitiva fue el Presidente, quien marcó la cancha y llevó adelante lo que las masas en las calles imponían. Ya dijimos que, a diferencia del momento actual, en el 2003 el kirchenrismo surge como un sub producto de la rebelión popular o Argentinazo del 2001. Y después de una larga recesión comienza un ascenso económico. Pero en la actualidad, la crisis capitalista que se instaló en el 2008 no representa una crisis cíclica más sino por el contrario es una crisis estructural, secular del capitalismo y es esto lo que marca el período actual.
Quién en definitiva va a tener la decisión de los lineamientos generales de la política y la economía es el Presidente que salga ungido en Octubre.
Daniel Scioli tiene grandes posibilidad de triunfo y el sector más lúcido de la burguesía apuesta por él. A su vez, es resistido con uñas y dientes por aquello sectores más rancios y reaccionarios, como el Grupo Clarín, o Techint, que buscan un gobierno adicto a sus propios intereses.
Con un posible triunfo presidencial de Macri, la burguesía avizora un escenario de crisis social, ya que los trabajadores y jóvenes no cederán todo lo ganado desde el 2001 hasta hoy en derechos civiles, democráticos, laborales, etc. Podríamos asegurar que en el supuesto de un Macri triunfante el escenario sería de conflictos y luchas. Es cierto que el propio Macri ha tenido que apelar a un discurso que lo acerca al del kirchnerismo. Pero basta ver la experiencia porteña en calidad de transporte, salud, educación, y derechos elementales de la población, más los enormes negociados en materia de obras inmobiliarias, con el acuerdo de propios y ajenos en la legislatura porteña, para tener certezas de las políticas que llevaría un gobierno nacional comandado por el PRO.
Por otro lado, un candidato como Scioli, sin tener un plan de gobierno del ajuste abierto, no podemos esperar nada bueno de este presidenciable, teniendo en cuenta que la economía de la región encadenada a la crisis mundial capitalista, pone límites insalvables al crecimiento de la economía local como ya se muestra desde hace un año a esta parte. Sólo los trabajadores podrán poner límite a la ofensiva que, más temprano o más tarde, se avecina sobre las mesas obreras.
El análisis de la situación económica arroja que más allá de quien sea el presidente en octubre los límites estructurales con los que chocará son con los propios límites del capitalismo argentino, que es débil, atrasado y que en los últimos años ha fortalecido su soldadura con el mercado mundial, lo que queda reflejado en el impacto de la crisis mundial sobre nuestra economía.
La economía
La industria argentina no da signos de recuperación. En abril cayó nuevamente, y acumula 21 meses de desplome ininterrumpidos, luego del crecimiento acelerado que tuvo lugar tras la salida de la crisis de 2002. La oposición, presiona y pregona una devaluación como solución a lo que consideran un atraso cambiario y que estaría afectando el “crecimiento industrial”.
Por su lado, el Gobierno, como una de las medidas sigue apostando a fortalecer el mercado interno a través de diversas políticas de ingresos.
El socio de Argentina en la región, Brasil, que tiene la segunda industria más grande del continente, después de la de Estados Unidos no logra salir de la crisis. Tiene un sector industrial muy diverso y se destaca en la producción de automóviles, maquinaria, productos químicos, electrónica, cemento, acero, producción de energía hidroeléctrica, aviones, textiles, zapatos, alimentos y bebidas.
Con una producción de soja enorme, es el segundo productor mundial después de Estados Unidos, con 74 millones de toneladas cosechadas al año. Estos datos permiten tener dimensión del tipo de país y el desarrollo al que llegó su economía que ahora se encuentra en una profunda crisis, y que el gobierno del PT de Dilma Rousseff, resuelve descargándola sobre las mesas obreras aplicando recetas recesivas.
La situación que hoy atraviesa Brasil debe ser una advertencia para todos los compañeros del campo popular en Argentina. Lo que estamos viendo es, ni más ni menos, los límites que el propio capitalismo impone a los proyectos políticos reformistas.
En un marco de crisis secular, donde los cimientos económicos del mundo son un tembladeral, los gobiernos se ven ante una encrucijada, ya que cuando la crisis económica se profundiza, el margen de maniobra para las reformas se reduce.
El dilema es: o se avanza sobre las ganancias, derechos de propiedad y privilegios de los grandes monopolios de empresarios, banqueros y terratenientes o se ajusta a los trabajadores y el pueblo pobre. No existe otra alternativa.
La mayoría de las automotrices brasileñas desde enero, buscan reducir la producción y despedir empleados para compensar la caída del mercado interno y de los pedidos del exterior. Ahora fue el turno de Fiat Chrysler Automóviles, quien anunció la suspensión de su producción en una planta en Brasil debido a la baja demanda de automóviles y los altos niveles de automóviles sin posibilidad de realizarse en el mercado.
Se estima que casi 16.000 empleados de la planta ubicada en Betim (estado de Minas Gerais) serán licenciados con goce de sueldo en un primer momento.
Un representante de Fiat dijo que pasaron de fabricar 3400 unidades por día a 2000, y que había suficientes unidades almacenadas para 40 días de ventas. “Estas no son buenas noticias. Crea un clima de temor entre los trabajadores que están preocupados por su futuro” sostuvo Almeida del Sindicato local en Brasil (Telam.com).
En la planta brasileña se fabrica más de doce modelos de Fiat, que se venden en la Argentina. Mientras Fiat anunciaba este freno, Ford despedía 140 trabajadores de su fábrica en Taubaté (estado de Sao Paulo). Además, el resto de los empleados deberá rotar en los turnos y se abrieron retiros voluntarios. Ford alegó que la medida pretendía adecuar el ritmo de producción a la desaceleración que vive el mercado.
En Taubaté se producen transmisores y motores que se exportan para algunos modelos que se fabrican en la Argentina, en la planta de Pacheco.
La más complicada es VW, que suspendió por tres semanas 4200 empleados en su planta en Brasil, donde fabrica varios modelos que vende en la Argentina.
Varias automotrices trabajan para recortar costos en Brasil, donde las ventas y la producción cayeron más de 20% en los dos primeros meses de 2015.
La industria automotriz en Argentina, luego de que se conociera el plan de inversiones por U$S 600millones que llevará adelante Nissan para comenzar a producir pick-ups en la planta de Renault, se suma a que la misma Renault y Mercedes Benz también avanzarán con dos nuevos modelos de camioneta.
A esta pequeña oleada inversora, Honda acaba de iniciar la producción de otro modelo. En este caso, el desembolsofue tan solo de U$S 20 millones, dado que lo que se hizo mayormente fue adaptar la línea de montaje en la que hasta hace poco se producía otro modelo, que ahora se hará en Brasil.
Hablan de “buenas noticias” para una industria que, desde fines de 2013, sólo encuentrareveces.
El impuesto a los autos de alta gama -cuestionado por los capitalistas del Brasil-, la devaluación de enero del año pasado, la pérdida de poder adquisitivo, el parate del ProCreAuto, la crisisbrasilera, son algunos de los ingredientes que conformaron un combinación difícil de sobrellevar. Así, los números de la industria en Argentina pasaron a ubicarse en los peores niveles en seis años.
El economista Jorge Vasconcelos señala que “El reciente anuncio de una inversión de U$S 600millones para producir en la planta de Santa Isabel ayuda a defender la idea de que, bajo ciertas condiciones, el país puede recuperar competitividad”.
Por su lado, México se ha consolidando como el mayor productor de la región y ya tiene en carpeta desembolsos considerables,que le permitirán expandir la capacidad instalada.
Esto derivará inevitablemente en un aumento de la brecha, no sólo en relación con la industria enArgentina, sino también respecto a Brasil. No es un dato menor que México logródesplazarlo como primer productor deautomóviles de América Latina. De hecho, se anunciaron por parte de Ford y Toyotaimportantes anuncios de inversión en México.
Por su lado, Japón anunció que trasladará la producción del Corolla, que se realiza en Canadá, al estado de Guanajuato, en México. La filial japonesa destinará unos U$S1.000 millones para construir una fábrica, que se prevé comenzará a funcionar en el verano de 2019. Ford, por su parte, hará oficial en breve una inversión de U$S2.500 millones para levantar una planta en el mismo estado mexicano.
Esta decisión de invertir en México por parte de Toyota no es casual ni es accidental. Es a partir del análisis de dónde es el espacio más propicio para bajar los costos de producción, el Estado que le garantiza en definitiva mayores ganancias y “seguridad” jurídica para la inversión y expansión de su presencia en el mundo entero expresó, Peña Nieto. Mientras que, en el mundo, la producción global automotriz creció en 2014 tan solo a 2,8%, en México este crecimiento fue significativamente mayor, de 10,3%”.
La ubicación del país, su cercanía con los Estados Unidos, los menores costos salariales, así como de fletes y una gran cantidad de convenios de libre comercio, lograron convertir a México en un mercado apetecible para los capitalistas del mundo y transformarse en la plaza favorita de la región.
Los economistas comparan a México con India o Corea del Sur como una potencia de la industria automotriz destinada a la exportación.
Para ponerlo en perspectiva, un informe del IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) de la Fundación Mediterránea, destaca que hace una década, la producción de autos en México era de 1,6 millones de unidades, mientras que la de Argentina y Brasil, en conjunto sumaba 2,5 millones y se espera que la brecha aumente.
La buena perspectiva mexicana aparece como una dura competencia frente a los intentos del equipo económico de Cristina Kirchner por potenciar la producción local. Claro que no debemos olvidar el escenario mundial de crisis capitalista.
La industria local
Los anuncios por parte de las automotrices de potenciar la industria en México, contrastan con la realidad de la industria nacional donde sus inversiones fueron y son exiguas.
Según los capitalistas del sector, las terminales nacionales mantienen dificultades para competir debido a la profundización del atraso cambiario. “Por otra parte, las trabas a la importación con las que ha venido avanzando el BCRA y las dificultades para girar utilidades, se han convertido en grandes limitantes a la hora decaptar fondos”. (La Nación)
Mientras que en la Argentina se buscó satisfacer las demandas del mercado interno, México apuntó a la exportación.
Las estadísticas arrojan que en los últimos 10 años, las ventas externas de autos mexicanos se dispararon un 116%. En términos de volumen, esto implicó un incremento de 1,4 millones de unidades. En tanto que la Argentina, sólo logró incrementarlas en 175.000 unidades. Teniendo en cuenta los mercados diferentes de uno y otro país.
Paralelamente, en 2014 todo el sector automotriz mexicano acumuló una generación de divisas por exportaciones cercana a los U$S100.000 millones, mientras que en el caso de la Argentina la cifra nollegó a los U$S9.000 millones. Siempre estos números deben tomarse con la salvedad del mercado que apunta cada uno.
En este contexto, el IERAL hizo hincapié en otro punto clave: el nivel de contenido local de ambas industrias.
Sucede que las terminales nacionales tienen un bajo nivel de integración. Se estima que sólo el 30% promedio de cada auto que se fabrica en el país está conformado por piezas nacionales. El resto, necesariamente debe importarse. De hecho, la HR-V de Honda contará con un 21% de piezas locales.
Esto explica por qué el BCRA debió “bancar” un déficit comercial de U$S6.000 millones en 2014. La contracara es México que, de la mano de un mayor valor agregado, logró un superávit de U$S 47.000 millones”. (IREAL Fundación Mediterránea)
Tras una larga negociación, en marzo pasado la Ministra de Industria, Débora Giorgi, y su par mexicano, Ildefonso Guajardo, firmaron la prórroga del convenio bilateral del sector automotor en el marco del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) 55, por el cual se dispuso un nuevo esquema de cupos para la comercialización de autos y autopartes con arancel cero.
Argentina básicamente, busca “blindar”, con el acuerdo de cupos por un período de casi cinco años,al mercado nacional de una posible invasión de autos mexicanos mucho más competitivos a nivel precio.
“El acuerdo con México prevé un cupo de comercio con arancel cero que parte de los U$S 575 millones el primer año y llega a los U$S 637 millones en 2019. Cualquier operación de importación que supere esa cifra, es castigada con un arancel del 35%.Sin embargo, una vez que caiga este acuerdo, entrará en vigencia el libre comercio.” (La Nación)
Empresarios de la industria mostraron su preocupación ya que una situación de este tipo pondría en peligro a toda la industria nacional, debido a las enormes diferencias de escala, lo que obligaría a volver a negociar una extensión del mismo.
Brasil avanzó en una dirección similar: en marzo, funcionarios de ese país firmaron un convenio con autoridades mexicanas para establecer cuotas anuales que van de los U$S 1.560 millones hasta los U$S 1.700 millones en 2019. A partir de ese tope, las importaciones sufren el impacto de los aranceles.
El problema, bajo la óptica de los economistas, es que estos acuerdos, si bien sirven para amortiguar los problemas de competitividad, termina “encerrando” a la industria nacional en el mercado interno, a la vez que la vuelve cada vez más “brasildependiente” en materia de exportaciones.
De hecho, en la actualidad, casi 9 de cada 10 vehículos que se vendenen el exterior tienen como destino al país vecino. Esta concentración, conjugada con la crisis brasilera no resulta una buena ecuación, sobre todo para los sectores obreros y populares de uno y otro lado de la frontera.
Las exportaciones acumulan una baja de casi el 20% por la caída de la demanda brasileña y por la depreciación que sufrió el real frente al dólar.
“La única solución para los capitalistas es que comiencen a llegar más inversiones, se amplíe la capacidad productiva y mejore la competitividad”. El problema es que, para que ello suceda, serán necesarios cambios económicos profundos que bajo su óptica es lograr mejores condiciones de explotación y la liberación del dólar.
Otro aspecto es la balanza comercial, dejemos hablar a Federico Kucher(Página 12 – junio 2015)
“El saldo comercial arrojó un superávit de 456 millones de dólares en junio, con una contracción de 57,1 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, mientras que acumuló en el primer semestre 1232 millones de dólares, con una merma del 62,9 por ciento interanual. Así lo informó ayer el Indec. Las exportaciones el mes pasado marcaron una fuerte caída, una de las más importantes del año, debido a la disminución de las ventas de la industria a Brasil, que atraviesa una crisis económica y política. El retroceso del precio internacional de las materias primas fue otro elemento relevante para explicar la reducción de las ventas argentinas al resto del mundo. El rubro de autos registró la peor performance en materia de exportación, al tiempo que frutas, otros productos regionales y combustibles también marcaron importantes bajas en el volumen de los negocios.” Y sigue diciendo: “Las exportaciones se ubicaron en junio en 6266 millones de dólares, con una caída del 14 por ciento interanual. El bloque de productos primarios, donde se computan cereales y oleaginosas (soja), fue el único con aumentos en los despachos, al registrar ventas por 1839 millones de dólares, con una suba del 4 por ciento. La suba de estos despachos indica una mayor disposición del complejo agropecuario a liquidar la cosecha de 2015 si se tiene en cuenta que el precio de los commodities del campo anotó en lo que va del año una contracción de alrededor del 20 por ciento. A diferencia de este desempeño, las manufacturas de origen agropecuario sumaron 2504 millones de dólares, con una baja de 17 por ciento: las manufacturas industriales anotaron 1723 millones, con una disminución del 63 por ciento, y las combustibles y energía, 201 millones, con -63.”
Un informe de “Pagina 12” -07/6/15, señala el crecimiento en la construcción, fundamentalmente por la inversión que ha ingresado el Estado Nacional.
“El programa de préstamos a largo plazo de la Anses tuvo un rol notable para promocionar el rubro. Desde su lanzamiento en 2012, el plan Pro.Cre.Ar posibilitó iniciar a través de las líneas de financiamiento individual la edificación de 164.517 nuevos hogares, al tiempo que las líneas de desarrollo urbanístico (en las que el Estado se encarga en forma directa de la construcción) explicaron la puesta en marcha de otras 30.000 viviendas. Las obras ya finalizadas suman 105.465 casas”. “Las construcciones del sector público, además de las viviendas particulares, fueron otro de los segmentos importantes para fomentar la compra de insumos, en particular de cemento. La obra vial, a partir de la ampliación y repavimentación de rutas y caminos, anotó un alza del 12,3 por ciento en junio respecto del mismo mes del año pasado, en tanto que los grandes proyectos de infraestructura avanzaron al 16,3 por ciento”.
Mientras que el sector privado o particular, “El bloque de viviendas particulares fue un segmento relevante para incrementar la venta de insumos para la construcción en los últimos meses. El último informe del Indec sobre la evolución del bloque precisó que la edificación de nuevos hogares marcó un crecimiento del 20,7 por ciento en junio respecto del mismo mes del año pasado”.
Esto demuestra dos cosas, por un lado, la potencialidad del Estado cuando hay voluntad política de volcar recursos a resolver problemas acuciantes como es la vivienda.
Por otro, el aumento de la construcción de viviendas en manos de privados, -y en el conocimiento de la crisis habitacional que padece históricamente nuestro país-, demuestra que este tipo de construcción está asociada a la especulación inmobiliaria y no a la resolución de esta crisis.
A modo de conclusión
Más allá de las elecciones, es indudable que el futuro político de nuestro país está ligado profundamente a la crisis capitalista mundial, analizar la realidad política de Argentina sin tener en cuenta este factor de primer orden sólo puede llevarnos a trazar perspectivas equivocadas sobre las necesidades políticas del campo popular.
El año 2008 con el inicio de la crisis mundial se presenta como un punto de ruptura en la historia de la humanidad, como lo fue 1789, 1917 ó 1929.
El orden capitalista mundial se encuentra atravesando la crisis más profunda de su historia y sólo podrá encontrar salida a costa de la destrucción masiva de fuerzas productivas, ya que la crisis actual es una crisis de sobreproducción agravada por la especulación y la usura.
Esto significa años de ajuste, desocupación y ataques contra la clase obrera en todo el mundo lo cual nos muestra un escenario atravesado por una intensificación de la lucha de clases en un país tras otro como estamos viendo actualmente. Incluida Europa en donde procesos prerrevolucionarios vienen gestándose en un país tras otro.
En este contexto, la perspectiva de la economía en Argentina es poco alentadora. La crisis mundial capitalista instalada desde el 2008, que en boca de los economistas más serios del capitalismo vaticinan una recuperación que puede llevar décadas, tiene su expresión en la región con la caída de los precios del petróleo, siendo Venezuela el más perjudicado. Cuando a mediados de 2014 comenzó el brusco descenso en los valores del crudo, cuya cotización se halla en la actualidad entre 45 y 50 dólares, los analistas no tardaron en pronosticar que esa caída afectaría en forma inevitable a las cuentas y ganancias de las petroleras alrededor del mundo.
Uno de estos últimos ejemplos es el de Shell, que acaba de anunciar que despedirá a 6.500 trabajadores durante 2015, incluyendo a parte de su plantilla y subcontratistas directos. Pero ésta no es la única medida de emergencia que la empresa toma, porque además tiene previsto reducir sus inversiones para enfrentar un escenario adverso de precios que podría extenderse por varios años.
Más aún, la decisión de China de devaluar su moneda en tres jornadas consecutivas, acumulando un 4.6%, se muestra como una nueva escalada de la crisis capitalista mundial. Es importante señalar que es la mayor caída desde 1994.
Esta medida representa un intento de China de reimpulsar sus exportaciones que cayeron un 8,3% respecto del mismo mes del año anterior. El gigante asiático se encuentra envuelto en una crisis de sobreproducción que se combina con la depresión de los mercados mundiales, algo que se ve reflejado en la ralentización de la economía China.
Por supuesto que a la vez que esta medida busca mejorar la performance de las exportaciones, provoca que se incrementen los costos de importación que sumado a la caída del precio mundial de la soja pone a la economía Argentina en una situación comprometida.
Las dificultades del principal aliado comercial de Argentina, fuera de Latinoamérica, tendrá su impacto en la economía nacional de forma directa.
Un síntoma del nerviosismo en torno a la economía China fue la caída de su bolsa que en julio de desplomo estrepitosamente un 30%.
Las medidas devaluatorias cayeron como un balde de agua fría en Europa ya que esto encareció rápidamente el euro complicando las exportaciones de una zona que ya se encuentra en terapia intensiva. Por su lado, los países emergentes asiáticos, respondieron con una caída del valor de sus monedas desatando una guerra de monedas.
Las declaraciones de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo que la situación de China podría ser peor de lo esperado desnudan la fragilidad de la economía mundial. La crisis capitalista es mundial y sistémica y ninguna economía, inclusive la China, que es la segunda economía del mundo, puede aislarse.
Sin lugar a dudas, la economía China se encuentra en caída y no existen factores a la vista que permitan revertir la situación. Un nuevo y violento salto de la crisis mundial se está gestando rápidamente y producirá un cimbronazo sin precedentes en la economía mundial que afectará de lleno a los países de América Latina.
Brasil, como se ha señalado más arriba, no encuentra salida a su crisis y la respuesta son las tradicionales recetas recesivas.
Argentina siente los cimbronazos de la crisis mundial y no hay posibilidad de blindaje y demás yerbas, las medidas asumidas por el gobierno en un intento de frenar la crisis con consumo interno está llegando a un cuello de botella.
Debemos recordar que a la burguesía nacional no sólo no le interesa renovar tecnología en la industria, no le interesa ampliar la capacidad productiva, no le interesa desarrollar la industria pesada, sino además ha planteado en los últimos meses una salida con políticas de ajuste intentando descargar la crisis sobre las mesas obreras. La mayoría estima una inflación del 40% y apuesta a una recesión moderada. Confían en una recuperación de la actividad para 2016 con el nuevo gobierno y en otras condiciones y costos laborales.
La mayoría de los empresarios se preparan para afrontar lo que queda de 2015, aunque ven una buena perspectiva al 2016. Es por eso que un 58,6% anticipa que realizará ajustes.
La clase obrera
Hemos señalado en materiales de finales de 2014, que el escenario se mostraba diferente a otros. Si recordamos los últimos años, nos encontrábamos habituados a contextos de desorden social, como fue el caso de la ocupación del Parque Indoamericano; los conflictos con las policías provinciales; reclamos de Gendarmes y Prefectos, etc.
En el fin de año de 2014, a diferencia de otros, se vio una tendencia de los trabajadores a salir a exigir una recomposición salarial, producto del proceso inflacionario. Bonos, pagos a cuenta, adelantos de paritarias, montos por única vez, fue lo que se consiguió.
Es cierto que luego sucedió el atentado a Charlie Hebdo en Francia y en donde se da un contexto favorable para montar lo que fue el caso Nisman en Argentina, que intentó desestabilizar al gobierno vinculándolo con la muerte del fiscal que investigaba el atentado a la AMIA. El caso Nisman no negó que a finales de año de 2014 hubo una serie de reclamos obreros.
Las paritarias que se discutían a finales de cada año o en el primer trimestre del año, estuvieron por demás de demoradas, llegando en general a las negociaciones a mediados de julio de 2015.
El gobierno apeló, por un lado, a los jefes sindicales y, por otro, a su autoridad ante los trabajadores para imponer un techo concreto -los mismos que juraban que no estaban dispuestos a condicionar las subas salariales, que las paritarias son libres, etc., etc.-.El Ministro Tomada jugó un papel crucial para llegar a acuerdos a la baja, no homologando los acuerdos logrados por diferentes sectores por arriba del 30%.
Es verdad, que hubo dos gremios nacionales que fueron los que más presión ejercieron para un arreglo mejor: aceiteros y bancarios. Por cierto, dos gremios que sus trabajadores ven en la vida cotidiana pasar miles y miles de millones de ganancias para las arcas de los capitalistas del sector.
Para tener dimensión de lo que estamos hablando basta ver los números que publica la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportaciones de Cereales (CEC), entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas, según ellos: “ingresaron divisas por U$S 941.726.826 por negocios concretados durante la primer semana de mayo de 2014. Y el monto liquidado desde comienzos de año hasta el 9 de mayo asciende a U$S 8.746.978.275”. (Super Campo – 13/05/2014)
Por su lado, el sector financiero y por sexto año consecutivo, cerró con un resultado positivo: en 2014 las entidades ganaron $ 46.000 millones, lo que significa un incremento nominal de 58% anual, por encima de la inflación. (Iprofecional)
El Informe sobre Bancos difundido por la autoridad monetaria -BCRA- destaca que el conjunto de entidades financieras finalizó el segundo mes del año con una suba en el patrimonio neto de 31,3% interanual.
En el primer bimestre, la rentabilidad del sector financiero totalizó $ 9.236 millones, mientras en los últimos doce meses acumuló 41.966 millones, puntualiza el informe oficial. (Telam economía)
Es en este contexto donde estos sectores llevaron la punta para una mejor negociación paritaria.
Logrando acuerdos por encima del techo impuesto por el gobierno (27,8%) pero por encima…, fueron montos por presentismo, cifras no remunerativas, participación de las ganancias como el caso de bancarios, sumas fijas, etc.; todos acuerdos que llegan a finales de año y que luego hay que volver a negociar. En concreto, el acuerdo es por 27,8% y todo lo conseguido por arriba de ese porcentaje no ingresa al básico.
Debemos hacer una salvedad ya que en el caso de aceiteros, fue el gremio que llevó o soportó la mayor carga en la medida que se mantuvieron firmes durante 25 días de lucha, es verdad que los días de huelga no fueron pagados por las cerealeras. Sólo en algunas que arreglaron por un monto fijo. Lo importante es cómo fue sentido por el sector tanto de uno como de otro gremio. Y lo que queda en claro es que se sintió como un triunfo sobre el techo impuesto por el gobierno nacional.
Hay que constatar que ha comenzado -producto de la crisis capitalista- despidos en fábricas, ya en 2014 hubo antecedentes que marcaban una tendencia clara. Hoy tenemos un nuevo intento de despidos en Acindar (12 trabajadores), MONSA empresa de transporte, o Cresta Roja empresa avícola, automotrices, La Virginia Café (37 trabajadores), etc., no siendo masivos por ahora.
Lo que se busca es descabezar cualquier resistencia obrera al ajuste, intentando imponer un disciplinamiento a la clase a través del descabezamiento de los sectores más combativos, los cuerpos de delegados o juntas internas que durante estos años se forjaron en el ascenso económico y defienden las conquistas obtenidas.
La lucha emprendida por los compañeros de la Línea 60, es todo un triunfo que logró revertir los despidos, el lock out patronal de la empresa MONSA y la fuerte represión en la Panamericana por parte de la Gendarmería que dejó varios heridos, sumado a las declaraciones de Sergio Berni –Secretario de Seguridad- que rayaron en un claro posicionamiento fascista. Por su lado el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, atacó a la democracia obrera, la democracia de base al señalar que “Esto no es la Comuna de París. Choferes de base no tienen por qué ser un actor en la discusión con el Ministerio de Trabajo”; apuntalando a los jefes sindicales como los únicos con “crédito” para participar en las negociaciones, jefes sindicales que defienden los intereses de las patronales. Pese a los ataques constantes de gerentes, funcionarios políticos y judiciales y burócratas, luego de 45 días de resistencia y lucha decidida, con la unidad clave entre las tres cabeceras (Maschwitz, Plaza y Rincón), una primera etapa del conflicto concluyó con este importante triunfo por parte de los trabajadores ya que los choferes aceptaron la propuesta del Ministerio de Trabajo. Se trata del cobro de $11 mil pesos en dos cuotas, la reincorporación de 50 despedidos y la discusión en el marco de la conciliación obligatoria de la reincorporación de los tres despedidos restantes, y el pago del 50% de días caídos, esto constituye una conquista inédita dentro de la UTA. También se firmó el reconocimiento del Cuerpo de Delegados como representantes de los trabajadores y 12 días de licencia gremial para sus miembros.
La otra gran lucha la dieron los compañeros de Cresta Roja que lograron revertir los despidos y llegaron a un acuerdo que podemos decir que fue todo un triunfo ya que la patronal tuvo que aceptar la reincorporación de todos (600 trabajadores), el pago de la quincena adeudada y los días caídos en tres pagos, el pago del aguinaldo en dos cuotas en agosto, el retiro del gerente de RR.HH. Jorge Gonzáles y ninguna reducción en la jornada ni ajuste salarial.
La patronal por su lado, logró una buena suma de subsidios por parte del gobierno nacional.
Estos dos conflictos y sus posteriores resultados muestran cuál es el camino que debemos seguir los trabajadores ante la posibilidad de despidos, baja de salarios, licencias anticipadas, cierre de fábricas, etc.: organización y lucha hasta imponer nuestros reclamos.
La Política
Como hemos manifestado en diversos materiales el kirchnerismo fue un sub producto del Argentinazo. Si en 2001 se quebró la gobernabilidad, el kirchnerismo debió reconstruirla, pero sobre la base de asumir en su agenda de gobierno un abanico de reivindicaciones que durante años estuvieron expresadas en las movilizaciones callejeras y medidas de lucha. Conquistas que hemos saludado desde diferentes materiales.
Fue un contexto histórico que cabalgó sobre un ascenso económico, intentando poner freno a los rasgos más depredadores del capitalismo, a los sectores más rancios de la burguesía.
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner reconstruyeron un movimiento, el peronismo que mostraba con inmensa profundidad, sus relaciones carnales con el imperialismo. “Desechando” por la borda a la derecha pejotista que comandó al partido en los ‘80 y ‘90.
Daniel Scioli en este contexto supo acomodarse, manteniendo y fortaleciendo su relación, con perfil bajo, y sin hacer olas, con los “caciques” del conurbano bonaerense, evidentemente en un distrito que marca la cancha para el resto del país.
Por su lado, la oposición no ceja de hostigar al oficialismo. Basta ver la operación mediática contra Aníbal Fernández. La propia Patricia Bullrich declaró: “Estas operaciones hechas a una semana de una elección reconozco que son un tema fuerte y se podía haber planteado en otro momento” (Radio Del Plata – 7/8/15).
O las mismas declaraciones de la habitual delirante de Elisa Carrió, que Scioli va a ser asesinado para que Zaninni asuma la Presidencia. Pareciera que para la oposición, la política, se reduce a un complot del Gobierno Nacional contra los dirigentes que lo critican y se presentan como alternativa presidenciable. Pareciera que el kirchnerismo es el que atenta contra la democracia burguesa.
Si hay una virtud del kirchnerismo es que hay que debatir su plataforma con ideas, desmontando su programa, que no es más que la conciliación de los intereses de los empresarios y los trabajadores, apostando a un capitalismo serio y patriótico; algo por cierto utópico.
La política de la izquierda sectaria
Como señalamos en diferentes ocasiones los grupos de izquierda en general padecen de un infantilismo severo.
Es verdad que existe un crecimiento de la izquierda, que suma parte del descontento con el oficialismo y cabalga sobre ciertos sectores de la pequeño burguesía que no se siente contenida en las variantes de centro derecha.
En un artículo de abril de 2015 sobre táctica y estrategia señalamos: “Las objeciones contra la participación de los marxistas en los movimientos y organizaciones de masas no procedían de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, sino de los ultraizquierdistas contra quienes ellos polemizaban. Los maestros del marxismo siempre explicaron que allá donde los marxistas son una minoría pequeña de la clase obrera tienen el derecho y la obligación de participar dentro del movimiento de masas donde esté presente la clase trabajadora, aunque tenga una dirección reformista.”
La izquierda en general se ha movido entre la histeria sectaria y un programa reformista, que no sólo se expresa en la propuesta electoral, adaptando el discurso a un público que pueda captar para sí.
El mérito que han tenido en general es su presencia en los conflictos obreros, rodeándolos de solidaridad y haciéndolos visibles y de esta forma vencer el cerco que le imponen tanto los medio de comunicación como, más aún, los jefes sindicales que conscientemente los aíslan para inducirlos a políticas subordinadas a los intereses de los capitalistas.
Lamentablemente, han asumido posiciones muy endebles en cuanto a la caracterización del derrumbe del gobierno kirchnerista, algo que nos tienen muy habituados. Rayando en posiciones que los han colocado objetivamente al lado de las patronales y la oposición de derecha, como fue el caso de algunos grupos que en 2008 estuvieron al lado de la Sociedad Rural.
Pareciera que en estos grupos no existiera una relación entre lo político, económico e ideológico. Subsumiendo su discurso e imprimiendo una política hacia la clase y su vanguardia, a planos que raya lo economicista.
Dejemos hablar a Trotsky en Los ultraizquierdistas en general y los incurables en particular, Algunas consideraciones teóricas: “Durante mucho tiempo antes de la guerra, el reformismo se ha servido de esta manera de factores muy importantes pero temporales: el fuerte desarrollo del capitalismo, la elevación del nivel de vida del proletariado, la estabilidad de la democracia, etc. Es el sectarismo quien se sirve ahora de las tendencias y factores más importantes: el declive del capitalismo, el descenso en el nivel de vida de las masas, la descomposición de la democracia, etc. Pero, lo mismo que el reformismo de la época precedente, el sectarismo transforma las tendencias históricas en factores omnipotentes y absolutos. Los “ultraizquierdistas” detienen su análisis justo donde éste comienza. Oponen a la realidad un esquema prefabricado. Ahora bien, las masas viven en la realidad. Y por esto el esquema sectario no tiene la menor influencia en la mentalidad de los obreros. Por su misma esencia, el sectarismo está consagrado a la esterilidad”.
Se trata de que sus bases puedan romper con este pensamiento abstracto y esquemático y comiencen por escuchar lo que los obreros dicen y sienten. No para seguirlos políticamente adonde vayan, sino para establecer una lucha política que pueda ser escuchada por ellos y su vanguardia. Conectar con el ambiente de las masas es el ABC del Marxismo Revolucionario.
Aplicar las mejores tácticas en relación a la estrategia es la tarea que tenemos por delante.
¿Qué debemos hacer?
El candidato es la lucha por el Socialismo
Las movilizaciones en Grecia, el ascenso al gobierno y crisis actual de Syriza, el progreso de Podemos, las movilizaciones y últimas elecciones en España muestran resultados alentadores para los trabajadores y la juventud.
En 2008, la ofensiva de los capitalistas en Europa, pretendió resolver “su” crisis trasladando a los Estados nacionales la deuda que ellos generaron; en este nuevo capítulo, la Troika continua aplicando penurias a las masas, recetas recesivas y ajuste, intentando utilizar el plan de despidos también para Gran Bretaña, Italia y demás países del bloque Europeo.
Y en esto la respuesta no se ha hecho esperar, la valentía de los trabajadores y la juventud resistiendo y avanzando en la defensa de trabajo, salud y educación.
En el caso de Grecia, lo que está claro es que sus trabajadores como los de toda Europa están sacando conclusiones políticas de la debacle de un gobierno que llegó al poder prometiendo poner fin a la austeridad y en un corto espacio de tiempo aceptó una capitulación humillante. Sí, esto se hizo mediante el chantaje, la extorsión y el estrangulamiento financiero, pero al final Tsipras cedió.
El proceso histórico demuestra que nos encontramos en una fase preparatoria para la nueva situación que tenemos por delante. Ya dijimos que el gobierno de CFK, intenta mediante el consumo con endeudamiento, sostener, en un delicado equilibrio la economía del país.
Lo que favorece en términos relativos es que el gobierno de CFK ha mantenido una relación deuda /PBI en niveles aceptables. Pareciera que hasta ahora, la situación política va más en cámara lenta, y su modificación estará ligada a la profundización de la crisis en la región, que es el escenario que se avecina.
Es más que probable que se produzca un cambio de la situación política en Argentina, atada a los bruscos giros en la región y el mundo. Así lo demuestra la experiencia de otras épocas y la reciente crisis brasilera y la caída de los precios en las exportaciones de materias primas que lesionan al país.
Es en este sentido, que el futuro se muestra con más incertidumbres que con certezas. Lo que sí es seguro que el actual proceso electoral de las PASO y las definitivas en octubre muestran a Scioli como el candidato con más posibilidades.
Como ya dijimos, el sector más inteligente de la burguesía apuesta por Daniel Scioli como Presidente. Pero también contará con el apoyo de millones de trabajadores y jóvenes.
Algunos por entender que la formula Scioli – Zanini es la continuación del kirchnerismo tal cual lo conocen, otros porque han quedado entre la espada y la pared y otros darán su apoyo de buena fe para mantener fuera del poder a la derecha abiertamente neoliberal. Pero nada se puede esperar de este político.
Desde la Corriente Socialista Militante creemos que más allá del camino lógico que tomen las masas, los sectores de la vanguardia (es decir, los sectores más avanzados de la militancia) deben hacer un análisis concreto de la situación política y las perspectivas que se vienen.
Es claro para quien lo quiera ver que el tiempo de las reformas y conquistas ha quedado atrás. El sciolismo jugará un papel, que independientemente de su voluntad política, lo llevará a desandar el camino que con tanto esfuerzo las masas comenzaron a construir en diciembre de 2001.
De lo que se trata no es sólo de elegir tal o cual candidato, ya que la lucha política va mucho más allá de ello. Sino que se trata de reflexionar cuáles son las tareas que debemos llevar adelante para defender, mantener y profundizar los avances de los últimos años, y esto es imposible por las vías del capitalismo en crisis como hemos explicado más arriba.
Debemos poner en discusión estos temas en cada grupo de base, en cada célula, en cada barrio, en cada lugar de trabajo o sindicato.
Como señalara el compañero Hugo Chávez una y otra vez la tarea es liquidar al capitalismo para construir una sociedad que se organice en base a las necesidades de la mayoría aplastante de la población y no hacia el mero lucro privado.
No hay viabilidad para el capitalismo, sea entreguista o de rostro humano, el capitalismo es lo que es y muestra su cara de barbarie en su fase de declive y decrepitud.
Es por esto que decimos que el candidato es la lucha por el Socialismo. Y para esto debemos avanzar de manera decidida en construir un polo anticapitalista, antiimperialista, que debata de manera democrática, cuales son los pasos fundamentales a dar. Y en la vida política y en coyunturas como las elecciones, es justamente la democracia interna la que debe regir la vida de cualquier organización que pretenda dar pasos firmes y decididos.
Reagrupar a todos los sectores que provienen tanto de la izquierda como de la base kirchnerista más avanzada es la tarea que debemos darnos sin descanso para poder conformar una alternativa Socialista como única manera de preservar y profundizar todas y cada una de las conquistas que hemos logrado. Por la vía del reformismo sólo nos espera retroceder de la mano del capitalismo.
El veloz desarrollo de fuerzas como PODEMOS en el Estado Español o el ascenso vertiginoso de Syriza en Grecia, más allá de las distintas circunstancias coyunturales, muestra la viabilidad que tiene una organización o movimiento para desarrollarse en un corto período si defiende aquellas ideas que conectan con el movimiento de masas.
Llamamos a todos los compañeros a emprender esta tarea, que excede la coyuntura electoral, pero que es sin duda alguna la prioridad que tenemos para seguir avanzando. El camino contrario, el del oportunismo y el seguidismo acrítico sólo lograrán hundir en la impotencia a aquellas organizaciones o compañeros que se aferren a él.
Desde nuestro espacio brindamos este aporte al debate que busca mirar más allá de las elecciones, explicar pacientemente con argumentos, datos y cifras, y convocar a todos y cada uno de los compañeros del campo popular a militar por una alternativa real que nos permita ir por más.
Manos a la obra.
[1] Energía Ciudadana Organizada (un frente electoral que conforman la Unión Cívica Radical, Coalición Cívica ARI, Partido Socialista, Partido Socialista Auténtico y Confianza Pública).
[2] Propuesta Republicana que para las elecciones conformó el Frente electoral Cambiemos (integrado por la Unión Cívica Radical, Coalición Cívica ARI y Propuesta Republicana –PRO-).
[3] Frente electoral de partidos de centroderecha (Partido Justicialista, Unión del Centro Democrático –UceDe, Acción para el Cambio y Democracia Cristiana)
[4] Frente electoral conformado por Frente Grande, Partido Intransigente, Concertación Forja, Partido de la Victoria, Vecinalismo Independiente, Cambio Córdoba, Partido Solidario, EDE, Partido Humanista, Es Posible, Partido Comunista y Kolina.
[5] La “teoría del cerco” ideada por algunos dirigentes de la izquierda peronista, según la cual las intenciones de Perón seguían siendo revolucionarias, pero el entorno había tendido un cerco que no le permitía informarse acerca de la real situación que atravesaba el pueblo y, por ende, tomaba decisiones erráticas; no bastó para explicar el viraje a la derecha del gobierno.