Acabamos de recibir una declaración de la juventud revolucionaria en la plaza Tahrir en El Cairo. El maravilloso movimiento de los trabajadores y jóvenes de Egipto es una inspiración para todo el mundo. Da una nueva esperanza a los explotados y oprimidos, no sólo en el Oriente Medio sino en todo el mundo.
Acabamos de recibir una declaración de la juventud revolucionaria en la plaza Tahrir en El Cairo. El maravilloso movimiento de los trabajadores y jóvenes de Egipto es una inspiración para todo el mundo. Da una nueva esperanza a los explotados y oprimidos, no sólo en el Oriente Medio sino en todo el mundo. En el nombre de la Corriente Marxista Internacional saludamos a su heroísmo y nos comprometemos a apoyar la revolución egipcia por todos los medios a nuestra disposición. Llamamos al movimiento obrero de cada país a movilizarse en defensa de nuestros hermanos y hermanas egipcias. ¡Viva la Revolución egipcia! ¡Abajo con Mubarak y sus amos imperialistas! ¡Trabajadores del mundo uníos!
Las promesas del Presidente y los hechos sangrientos del miércoles 2 de febrero
Nosotros, los manifestantes que ocupamos con una sentada la Plaza Tahrir (Liberación) en El Cairo desde el 25 de enero de 2011 condenamos enérgicamente el brutal atentado llevado a cabo contra nosotros por mercenarios del oficialista Partido Nacional Democrático (PND) el miércoles 2 de febrero, con el pretexto de una manifestación en apoyo al presidente Mubarak. Este ataque ha seguido el jueves, 3 de febrero. Lamentamos que algunos jóvenes se hayan unido a estos matones y criminales, que el PND está acostumbrado a contratar durante las elecciones, haciéndolos marchar tras haber difundido una serie de falsedades sobre nosotros y nuestros objetivos por los medios de comunicación del régimen sobre nosotros y nuestros objetivos. Nuestro objetivo es la transformación del actual sistema político en uno que garantice la libertad, la dignidad y la justicia social a todos los ciudadanos, que son también los objetivos de los jóvenes. Por lo tanto queremos aclarar lo siguiente. En primer lugar, somos un grupo de jóvenes musulmanes y cristianos egipcios, la gran mayoría de nosotros no pertenece a ningún partido político y no tiene ninguna militancia política anterior. Nuestro movimiento involucra a los ancianos y a los niños, a los campesinos, a los obreros, a los profesionales, a los estudiantes y a los jubilados. Nuestro movimiento no puede ser clasificado como "pagado" o "dirigido por" una minoría, ya que ha atraído a millones de personas que respondieron al llamado por acabar con el actual régimen. La gente se unió a nosotros el martes pasado en El Cairo y otras provincias de manera pacífica, sin que haya habido ni un caso de violencia, asalto a la propiedad o de hostigamiento de cualquier persona. En segundo lugar, nuestro movimiento está acusado de ser financiado desde el extranjero, con el apoyo de los Estados Unidos, de ser instigado por Hamas, de tener su liderazgo en el presidente de la Asamblea Nacional para el Cambio (Mohamed El-Baradei) y, por último pero no menos importante, de estar dirigido por los Hermanos Musulmanes. Muchas acusaciones como éstas resultan ser falsas. Los manifestantes son todos egipcios con específicos y claros objetivos nacionales. Los manifestantes no tienen armas y equipos extranjeros como pretenden los provocadores. La amplia y positiva respuesta del pueblo a los objetivos de nuestro movimiento revela que estos mismos son objetivos de las masas egipcias y no de una cualquiera facción o entidad interna o externa. En tercer lugar, el régimen y sus medios contratados y falsos nos culpan, a los jóvenes manifestantes, por la tensión y la inestabilidad en las calles de Egipto en los últimos días y por estar dañando a los intereses de nuestra nación y a la seguridad. Nuestra respuesta a ellos es: no fueron los manifestantes pacíficos los que liberaron a los delincuentes de la cárcel echándolos a las calles sin vigilancia para que se dediquen al saqueo y al pillaje. No fueron los manifestantes pacíficos los que han impuesto un toque de queda a partir de las 15:00. No fueron los manifestantes pacíficos los que han hecho cerrar los bancos, las panaderías y las estaciones de servicio. Cuando los manifestantes organizaron la “marcha de un millón” esta se desarrolló en la forma más hermosa y organizada y terminó pacíficamente. No fueron los manifestantes los que mataron a 300 personas, algunas de ellas a balazos, e hirieron a más de 2.000 personas en los últimos días. En cuarto lugar, el presidente Mubarak salió el martes para anunciar que no se presentará a las próximas elecciones presidenciales y que va a modificar dos artículos de la Constitución, y entablar un diálogo con la oposición. Sin embargo, los medios de comunicación del Estado nos han atacado cuando hemos rechazado sus "concesiones" y decidimos seguir adelante con nuestro movimiento. Nuestra reivindicación de que Mubarak renuncie de inmediato no es un asunto personal, tenemos razones claras para ello que incluyen:
Y los acontecimientos del miércoles demuestran la corrección de nuestra posición. Mientras que el Presidente pronunciaba sus promesas, los dirigentes de su régimen (junto con matones pagados y criminales equipados con espadas, cuchillos y bombas molotov) organizaban un brutal complot para atacarnos en la Plaza Tahrir. Los matones y los criminales estaban acompañados por miembros del PND que dispararon con ametralladoras a los manifestantes desarmados que quedaron atrapados en la plaza, matando al menos a siete e hiriendo gravemente a cientos de nosotros. Esto se hizo para poner fin a nuestro pacífico movimiento popular nacional y preservar el status quo. Nuestro movimiento es egipcio – Nuestro movimiento es legítimo – Nuestro movimiento continuará La Juventud en la sentada de Plaza Tahrir |