Congreso Nacional de la Organización Comunista Militante: Consolidando la Organización

Afinar perspectivas, formar cuadros y fortalecer la Organización revolucionaria

Juan Francisco BrizuelaEntre el sábado 6 y el lunes 8 de diciembre, tuvo lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Congreso Nacional de la Organización Comunista Militante (OCM), una instancia central de debate político, formación teórica y balance organizativo en un contexto marcado por la profundización de la crisis capitalista mundial y sus expresiones concretas en la Argentina. Camaradas de distintas regiones del país, así como tres camaradas invitados de Chile, Brasil, el Centro Internacional de la Internacional Comunista Revolucionaria en Londres y dos camaradas del Brote Comunista, nos reunimos para discutir las perspectivas de la lucha de clases, evaluar nuestro trabajo militante y trazar las tareas necesarias para fortalecer la construcción de la OCM como sección argentina de la ICR.

El Congreso se desarrolló a lo largo de tres jornadas intensas, con amplios espacios de intervención, debate colectivo y elaboración política, defendiendo los métodos marxistas de debate abierto, basado en el centralismo democratico, y formación política permanente.

Las tareas que tenemos por delante

La primera jornada estuvo dedicada a abordar el marco general de la situación mundial y nacional, estableciendo las coordenadas políticas sobre las cuales se apoyó el resto del Congreso.

La sesión de apertura estuvo centrada en la discusión de las perspectivas internacionales, a partir de las perspectivas mundiales adoptadas en el último congreso mundial de la Internacional Comunista Revolucionaria, complementado por diversos artículos y la presentación de datos concretos de la ICR a nivel internacional. El debate permitió profundizar una caracterización común de la etapa actual del capitalismo, marcada por una crisis orgánica del sistema que atraviesa todas sus dimensiones.

Se analizó el declive relativo del imperialismo estadounidense, que ya no puede ejercer una hegemonía incontestada sobre el conjunto del planeta, al mismo tiempo que emergen y se consolidan otras potencias imperialistas, como China. Esta situación conduce inevitablemente a una intensificación de las tensiones interimperialistas, que no se expresan de forma pacífica, sino a través de guerras regionales, conflictos armados, sanciones económicas, proteccionismo y una guerra comercial cada vez más abierta.

La crisis de sobreproducción a escala mundial, combinada con niveles históricos de endeudamiento, inflación persistente y ataques sistemáticos a las condiciones de vida de la clase trabajadora, empuja a la burguesía de todos los países a intentar descargar el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Al mismo tiempo, este proceso alimenta explosiones sociales, procesos de polarización política y una creciente inestabilidad en todos los regímenes.

Las intervenciones de los camaradas permitieron enriquecer el debate, destacando la necesidad de analizar estos fenómenos desde el método y la teoría marxista, evitando el impresionismo y las caracterizaciones superficiales, y comprendiendo la dinámica objetiva que empuja a la sociedad hacia choques cada vez más agudos entre las clases. Si bien se nos basamos en los clásicos del marxismo, como la obra de Lenin,  El imperialismo, fase superior del capitalismo, clave para entender la realidad actual, también se marcó la importancia de tomar la teoría como el análisis de una situación concreta que debe leerse teniendo en cuenta el contexto de producción. Los análisis del pasado son guías para los análisis actuales, no un mapa de ruta a seguir dogmáticamente.

Por la tarde, el Congreso abordó la situación política y social en la Argentina, entendida como una expresión concreta de la crisis capitalista mundial. La discusión se basó en el borrador de Perspectivas Nacionales elaborado por el Comité Central, que fue debatido colectivamente y ajustado a la luz de las intervenciones de los camaradas.

Se analizó el carácter del gobierno de Milei como producto de la crisis del régimen y de la experiencia previa de amplios sectores de la clase trabajadora con los gobiernos anteriores. Lejos de explicaciones moralistas o alarmistas, el debate se centró en comprender las raíces materiales del fenómeno, la dinámica contradictoria de la conciencia de clase y el proceso zigzagueante mediante el cual los trabajadores buscan una salida a la crisis.

Se discutieron los límites estructurales del plan económico basado en la especulación financiera, el endeudamiento y la subordinación al FMI y el imperialismo norteamericano, así como el inevitable choque entre estas políticas y las necesidades de las masas trabajadoras. Al mismo tiempo, se analizó el rol de los partidos del régimen, la burocracia sindical y las corrientes de la izquierda, en un contexto de creciente descontento social, protestas autoconvocadas y una polarización que seguirá profundizándose.

El debate permitió reafirmar la necesidad de una intervención consciente de los revolucionarios, orientada a conectar con las capas más avanzadas de la clase trabajadora para fortalecer la Organización y prepararle para los giros bruscos que caracterizan el período. También se tomó esa instancia para discutir enmiendas al documento, algunas propuestas por el CC y otras por los camaradas de base presentes. Estas enmiendas estuvieron orientadas a alinear las acciones posibles de la OCM con sus capacidades reales en cuanto a praxis política y de aclarar algunos puntos sobre la postura que debe tener la organización hacia las problemáticas de la mujer y de la juventud.

Discusión teórica: la relevancia actual del imperialismo de Lenin

La segunda jornada del Congreso puso el acento en dos pilares fundamentales de la construcción revolucionaria: la formación teórica y el sostenimiento material de la organización.

La primera sesión estuvo dedicada al estudio colectivo de El imperialismo, fase superior del capitalismo, de V. I. Lenin. Lejos de un enfoque académico, la discusión abordó esta obra clásica como una herramienta viva para comprender el funcionamiento del capitalismo contemporáneo.

Se repasaron los elementos centrales del análisis leninista: la concentración y centralización del capital, la fusión del capital bancario e industrial en el capital financiero, la exportación de capitales, el reparto del mundo entre monopolios y potencias imperialistas, y la tendencia inevitable a las guerras para la redistribución de esos territorios. El debate permitió mostrar la plena vigencia de estas categorías para analizar la realidad actual, desde las guerras en curso hasta el papel del FMI y la subordinación de la economía argentina al capital financiero internacional.

Esta instancia reafirmó la concepción de la OCM de que la teoría marxista es una guía para la acción, y que la formación de cuadros capaces de analizar científicamente la realidad es una condición indispensable para intervenir de manera efectiva en la lucha de clases.

Hacia el mediodía, se expuso el resumen anual de las finanzas de la Organización. Esto nos permitió tomar consciencia de nuestro verdadero tamaño y capacidades, dándole una materialidad tangible a las tareas y desafíos que tenemos por delante. Al ver información sobre la distribución de militantes por provincia, la cantidad de material de prensa vendido y los aportes que hizo cada célula, fue más fácil visualizar cuáles son las tareas de mantenimiento material de la organización en la que cada célula debe profundizar.

Organización, construcción y balance

La última jornada del Congreso estuvo dedicada a sacar las conclusiones prácticas de los debates políticos y teóricos, y a fortalecer la organización para las tareas futuras.

Durante la mañana se discutió el balance del trabajo militante realizado desde el último Congreso, evaluando avances, límites y desafíos. Las intervenciones permitieron identificar la necesidad de profundizar los niveles de profesionalización para la construcción orgánica, fortalecer la formación de cuadros, desarrollar el trabajo en los distintos frentes de intervención y elevar el nivel político general de la militancia. A través del debate, el Congreso asumió tres líneas centrales para orientar nuestra construcción en el próximo periodo y que valen la pena reafirmar: una orientación hacia la juventud, una profesionalización de las células y un compromiso con el estudio teórico y la elevación del nivel político de cada camarada.

En esta instancia se realizó un balance crítico y autocrítico del período, y se procedió a la elección del nuevo Comité Central, como expresión de un proceso democrático y consciente. La dirección elegida asume la responsabilidad de aplicar las resoluciones del Congreso y de guiar a la organización en un período de grandes desafíos y oportunidades.

El Congreso reafirmó que la construcción de la OCM está indisolublemente ligada a la construcción de la Internacional Comunista Revolucionaria. El carácter internacional del comunismo se deriva del carácter internacional del propio capitalismo, y solo la construcción de un partido mundial de la revolución comunista puede estar a la altura de las tareas que plantea la época.

El Congreso Nacional de la Organización Comunista Militante concluyó fortaleciendo la confianza revolucionaria de sus militantes, basada no en el voluntarismo, sino en una comprensión científica de los procesos vivos de la lucha de clases. En un mundo atravesado por crisis, guerras y polarización, la necesidad de construir una organización revolucionaria, con raíces en la clase trabajadora y una sólida base teórica, se vuelve cada vez más urgente.

Llamamos a todos los trabajadores y jóvenes que buscan una salida real a la crisis capitalista a estudiar nuestras ideas, participar de nuestras actividades y organizarse con nosotros para construir, en la Argentina y en el mundo, la Internacional Comunista Revolucionaria y luchar por el derrocamiento del capitalismo y la construcción de una sociedad comunista.

¡Consolidemos juntos las fuerzas del marxismo en Argentina!

¡Expandamos la Organización Comunista Militante!

¡Comunismo, no imperialismo!

¡Luchemos por la Revolución!

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