A principios de este año el mundo se volvió hacia Haití, que fue golpeado por un fuerte terremoto. Ahora, una fuerte epidemia de cólera se está extendiendo por todo el país y demuestra una vez más cuál es el papel real de las tropas de la ONU en Haití.
A principios de este año el mundo se volvió hacia Haití, que fue golpeado por un fuerte terremoto. Ahora, una fuerte epidemia de cólera se está extendiendo por todo el país y demuestra una vez más cuál es el papel real de las tropas de la ONU en Haití.
A principios de este año, un terremoto azotó a Haití atrayendo los ojos del mundo al caos en el que está inmerso este país y la farsa que es la MINUSTAH (Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití)
Ahora, una epidemia de cólera se está extendiendo por todo el país. Según el Ministerio de Salud de Haití, la cifra de muertos llega a 1.344 hasta el momento, con 56.901 personas infectadas y más de 23 000 hospitalizados debido a la enfermedad. Incluso, estos números altos pueden estar maquillados por el gobierno.
La supuesta "misión de paz de la ONU," en cada episodio va dejando más claro cuál es su verdadero
rostro.
La MINUSTAH fue utilizada para consolidar un golpe dado por el imperialismo de EE.UU. en
2004 contra el Presidente electo, Jean Bertrand Aristide, un presidente que a pesar de seguir las
instrucciones del FMI no era de la confianza del imperialismo, por su base popular y sus raíces en
los movimientos progresistas de la Iglesia Católica. El 29 de febrero de 2004, marines de los EEUU
secuestraron a Aristide y declararon que él había renunciado. Un gobierno interino fue nombrado
por los estadounidenses. Tropas francesas y de los EE.UU. fueron llamadas para sofocar las
manifestaciones pro-Aristide, y el 1º de junio de 2004 llegaron las tropas de las Naciones Unidas,
desgraciadamente encabezadas por el ejército brasileño.
La revuelta popular contra las tropas de la ONU no hace más que aumentar. La función de estos
soldados no tiene nada que ver con la ayuda humanitaria, el verdadero objetivo es contener la
movilización de la población y garantizar el saqueo de la riqueza y de la fuerza de trabajo del pueblo
haitiano por las grandes multinacionales. Hay numerosas denuncias de torturas, violaciones y
asesinatos por los militares, además de su ineficacia evidente en ayudar a la gente, como en el
terremoto a principios de este año.
Una ola de protestas contra los "cascos azules" – llamados así porque son los cascos azules de las
fuerzas de paz de las Naciones Unidas – se ha intensificado en las últimas semanas. El día 18 de
noviembre una gran manifestación salió a las calles de la capital, Puerto Príncipe, se levantaron
barricadas y hubo enfrentamientos callejeros con los manifestantes que lanzaron piedras a las
tropas.
"Los manifestantes se reunieron en la plaza del Campo de Marte, cerca del Palacio
Presidencial y gritaron consignas en creôle, tales como: “la MINUSTAH ha traído el cólera”. Un
cartel en creôle también declaró: "la MINUSTAH juega con excrementos en la calle".
"Estamos contra el poder y en contra de la MINUSTAH, que no hacen nada. La MINUSTAH
debe pacificar el país y hoy estamos peor. La MINUSTAH mata a los haitianos ", dijo Ladieu
Novembre, un profesor de secundaria." (Fuente: Folha.com)
Estas acusaciones están bien fundamentadas:
"Se comprobó que el microorganismo que causa la epidemia es igual al que se encuentra en
el sur de Asia. La sospecha recae sobre los soldados de la MINUSTAH, especialmente los
que vienen de un batallón de Nepal, un país asiático donde el cólera es endémico. Situado en
la ciudad de Mirebalais, a pocos kilómetros de Saint Marc y el río Lartibonite, el contingente
actual de soldados nepaleses llegó a Haití a principios de octubre, después de que un nuevo
brote de cólera llegara a su país de origen.
Edmonde Beauzile Sulpice, el senador haitiano del Departamento de Plateau Central, ha
pedido una investigación sobre la responsabilidad de la MINUSTAH en la propagación de la epidemia. Beauzile cree que los soldados nepalíes ‘contaminado el río, matando a muchas personas. Hacemos un llamamiento a la MINUSTAH a la solicitud de un organismo independiente para abrir una investigación" (Fuente: Brasil de Fato).
En esta caótica situación se producirán el día 28 de noviembre, las elecciones. Los haitianos
elegirán un nuevo presidente, los 99 miembros de la Cámara de Diputados y 11 de los 30 miembros
del Senado.
Hay gran fragmentación política en Haití y a la Familia Navalas – partido del presidente depuesto
en 2004, Aristide – se le prohibió participar en las elecciones por el actual gobierno que ha utilizado
maniobras procesales.
El Consejo Electoral Provisional (CEP) está claramente manipulado para servir a los intereses del
actual presidente, René Preval – un títere del imperialismo. Es decir, estas elecciones no reflejan el
estado de ánimo de las masas, ni pueden abrir una perspectiva para mejorar las condiciones de vida
de los trabajadores haitianos.
El heroico pueblo de ese país, que luchó contra los ejércitos de Francia, Gran Bretaña y España,
habiendo sido los primeros en Latinoamérica en lograr la independencia en 1804, ha sufrido durante
siglos con el saqueo del capitalismo.
Si los desastres tales como huracanes, terremotos y epidemias tienen un alcance tan grande en
Haití, la culpa es de la falta de infraestructura, el resultado de años de dictadura, corrupción y de
explotación desenfrenada por los países imperialistas.
En definitiva, la culpa es del capitalismo. En Haití y en el mundo la única salida es el final de este
régimen y la construcción del socialismo, un sistema diseñado para dividir la riqueza producida por
los trabajadores, que pone fin a la explotación del hombre por el hombre. Para abrir esta perspectiva,
ahora exigimos el fin de la dictadura militar instalada en Haití:
¡Fin de la ocupación militar ahora! Inmediata retirada de las tropas de la ONU!
¡Por el derecho a la libre determinación del pueblo haitiano!
¡El Presidente Aristide debe estar libre para volver a Haití!
¡Dilma y Lula, que los soldados brasileños vuelvan a casa!
Post scriptum:
Luego de escribirse este artículo, y a poco de conocerse los primeros resultados oficiales de las
elecciones presidenciales de Haiti, decenas de miles de personas salieron a las calles del país para
denunciar el fraude electoral perpetrado por las autoridades para declarar vencedor a Jude Celestin –
yerno del actual mandatario, René Preval, y candidato del imperialismo.
Según El diario español El País: “Antes de las protestas, 12 candidatos [de los 18 que se
presentaron] hicieron pública una declaración conjunta para exigir la anulación de las votaciones,
a lo que varios de ellos añadieron la petición de dimisión del presidente del país, René Préval,
asegurando que tienen pruebas de las irregularidades planificadas a favor de Celestin. El CEP
(Consejo Electoral Provisional) descartó paralizar la jornada electoral y también aseguró que se
sentía "cómodo con el desarrollo" de una jornada electoral a la que estaban llamados 4,7 millones
de votantes” (El País 28/11/10). Esta actitud de las autoridades y del imperialismo no hace más que
arrojar gasolina al fuego social en que está inmerso Haiti.