Lamentablemente, ya no me llama la atención que otra protesta haya sido salvajemente reprimida, porque ésta es apenas otra más en el haber de este gobierno que, en tanto defiende los intereses de su clase, no vacila en reprimir a los trabajadores que ‘sacan los pies del plato’, demandando lo que les corresponde en vez de aceptar alegremente lo que les ‘consiguen’ sus burócratas de turno (generalmente vitalicios) o, en su defecto, lo que el mismo gobierno, como cualquier otro patrón, tiene a bien concbien concederles. Compañeros trabajadores de la educación de Tierra del Fuego:
Lamentablemente, ya no me llama la atención que otra protesta haya sido salvajemente reprimida, porque ésta es apenas otra más en el haber de este gobierno que, en tanto defiende los intereses de su clase, no vacila en reprimir a los trabajadores que "sacan los pies del plato", demandando lo que les corresponde en vez de aceptar alegremente lo que les "consiguen" sus burócratas de turno (generalmente vitalicios) o, en su defecto, lo que el mismo gobierno, como cualquier otro patrón, tiene a bien concederles.
Creo que no es difícil expresar la solidaridad con ustedes y reflexionar a casi 2000 km. de los gases y las detenciones y las heridas a los compañeros. Sólo queda obrar en consecuencia desde el lugar que nos toca y organizarnos para parar la represión y avanzar en la unidad de los trabajadores en torno a la construcción del país y el mundo que necesitamos, cada vez más alejado del país y del mundo que nos vienen imponiendo y del que hacen alarde, dejándonos sin recursos naturales, sin energía, con los suelos arrasados por una única voracidad que tiene varias cabezas pero una sola política: la de la imposición, y de la cual este gobierno, igual que los que lo precedieron son socios menores y cuyo amo viene a regimentar a sus lugartenientes los primeros días de noviembre a la Argentina.
Creo, asimismo, que la represión que han sufrido ustedes, que se suma a la que se descargó sobre los trabajadores del petróleo de Chubut, de Santa Cruz y de Salta, con y sin ocupación actual (y pongo etc. porque cualquier omisión es, en casos como éste, particularmente injusta), es un consejo del gobierno (que visualiza con claridad a su enemigo) a los trabajadores que hayamos o no experimentado en carne propia el sabor de sus gases o el olor de sus celdas de detención: la unidad de nuestra clase como una necesidad que arrasa con la exagerada suma de variantes electorales que nos ofrecen como panacea y nos fragmentan hasta límites inconcebibles.
Vaya mi solidaridad con ustedes, la que hago extensiva a todos los trabajadores que han corrido la misma suerte, por ahora a título personal, pero creo que no habrá inconvenientes en que la organización de la que formo parte en La Plata también lo haga. Ésta es un incipiente punto de unidad entre trabajadores de distintas ocupaciones y que, aun sin nombre, ya hizo algunos intentos exitosos en aras de la unidad de acción, como es el de la constitución de la Comisión no a Bush de La Plata, Berisso y Ensenada. Se le llama, porque siempre hay quien se empeña en denominarnos de alguna manera, Grupo de Los Hornos.
Mis más sentidos saludos fraternales y deseos de triunfo, que será nuestro.
Héctor Sallis, militante del colectivo Bases Socialistas