Los militantes de la Esquerda Marxista (sección brasileña de la CMI) y del Partido Comunista Brasileño – Reconstrucción Revolucionaria se reunieron en la tarde del jueves (2 de noviembre) en el “Acto contra las guerras imperialistas – Ucrania y Palestina”, organizado conjuntamente por ambas organizaciones. La actividad contó con la presencia de 200 personas, entre militantes e invitados, y con los informes políticos de Jorge Martin, en representación de la Corriente Marxista Internacional (CMI), Gabriel Lazzari, en representación del PCB-RR, y Serge Goulart, en representación de la Esquerda Marxista.
En su discurso de apertura, Jorge Martin parafraseó a Lenin diciendo que el capitalismo es horror sin fin, y lo que estamos viendo actualmente en Palestina ciertamente lo reproduce muy bien: “Hay miles de muertos. Personas obligadas a abandonar sus hogares; hospitales, mezquitas, escuelas y edificios bombardeados a diario. Se ha limitado el acceso a derechos básicos como el agua, la electricidad, las telecomunicaciones y los alimentos. Lo que estamos viendo, camaradas, no es una guerra ni un conflicto. Estamos viendo una masacre. Un pueblo sitiado, sometido a bombardeos incesantes”, comentó en su informe político.
Jorge continuó su informe abordando la situación de la guerra ucraniana, que dura ya más de 600 días. En su intervención, denunció el papel reaccionario de los gobiernos ruso y ucraniano al defender únicamente sus intereses económicos en esta guerra. “Rusia, Estados Unidos y la OTAN defienden intereses burgueses, una ‘asquerosa hipocresía'”, dijo. La postura de los comunistas en este escenario se puede resumir en la consigna de Karl Liebknecht “el principal enemigo de la clase obrera está en casa”.
Para concluir su intervención, el camarada argumentó que la “solución de los dos Estados” no resuelve la situación en Palestina. Explicó que el Estado de Israel defiende los intereses económicos y políticos del imperialismo en la región y ha presentado el levantamiento de la clase obrera palestina y de toda la región como la única solución. Por eso los comunistas defienden la “intifada hasta la victoria” y la necesidad de una Palestina libre en el marco de una Federación Socialista de Oriente Medio.
Gabriel Lazzari fue el segundo ponente del acto y comenzó hablando de la urgencia de que los movimientos de izquierda comprendan lo que es realmente el imperialismo. “Hamás no es de izquierdas, no es socialista y no es una organización revolucionaria, pero es una de las expresiones de resistencia en Palestina, que tiene esta característica porque ha habido una fuerte presión imperialista y burguesa sobre las tradiciones obreras en la región”, dijo Gabriel, que también defendió la necesidad de defender el internacionalismo en la lucha obrera, como los trabajadores belgas ante la guerra.
En su intervención, Lazzari defendió que es habitual que algunos sectores de la izquierda defiendan la idea del multipolarismo, pero que es necesario combatirlo dentro del movimiento obrero. “La perspectiva reformista está llena de ilusiones, concretamente cuando hablan de la ‘solución de los dos Estados’ en la cuestión de Palestina. Nosotros, como organizaciones revolucionarias, como clase obrera, tenemos que acabar con estas ilusiones. El multipolarismo burgués no resolverá los escenarios de guerra en Ucrania y masacre en Palestina. Este no es el camino para lograr una paz duradera; al contrario, es el camino para desarrollar nuevos ciclos de guerra, de conflictos militares globales. Sólo la lucha internacional de la clase obrera puede derrocar a la burguesía, uniendo sus esfuerzos para construir las organizaciones y la revolución”, afirmó.
El camarada Serge Goulart, representante de la Esquerda Marxista, cerró la primera parte del acto con un discurso en el que criticó a los sectores de la izquierda que defienden la “solución de los dos Estados” y capitulan ante la burguesía imperialista. También habló de la supuesta democracia en Israel, que ni siquiera garantiza los derechos políticos básicos a una parte de su población. Serge destacó la importancia de las movilizaciones que tienen lugar en todo el mundo en apoyo de la lucha en Palestina. Terminó insistiendo en la necesidad de la revolución como única solución a la cuestión palestina. “Sólo la movilización de los trabajadores y la organización de los comunistas pueden llevar a la liberación de Palestina y al fin de las guerras imperialistas”, concluyó.
En la segunda parte de la acción contra las guerras imperialistas, los militantes presentes pronunciaron discursos mostrando su voluntad de luchar contra el imperialismo y por la lucha de clases. También hubo un momento de solidaridad con Boris Kagarlitsky y todos los 600 presos políticos de Rusia que se han posicionado contra la guerra. La conclusión de la actividad puede resumirse con el comentario final de Jorge Martín: “No somos pacifistas, somos revolucionarios. Si queréis la paz, debéis luchar por el socialismo”.
¡Abajo la guerra y el imperialismo!
¡Abajo los gobiernos reaccionarios de Putin y Zelensky!
¡Abajo la OTAN!
¡Abajo el Estado sionista de Israel!
¡Palestina libre!
¡Intifada hasta la victoria!
¡Proletarios del mundo, uníos!
¡Viva el socialismo!
Intervención de Jorge Martín (CMI) en el acto:
Camaradas, es un placer estar aquí con todos ustedes. Es un placer en particular estar con los camaradas del PCB RR que vienen de librar una campaña por la defensa del internacionalismo proletario. La guerra pone a todas las tendencias del movimiento obrero a prueba. Y es por eso que los comunistas verdaderos nos encontramos del mismo lado de la barricada.
Decía Lenin: “el capitalismo es horror sin fin” Y lo que estamos viendo en Gaza es ciertamente “horror sin fin”. Son ya más de 8500 muertos por los bombardeos de Israel. De ellos casi la mitad niños. Cientos de miles de casas destruidas. 1,4 millones desplazados de sus hogares. Hospitales, mezquitas, escuelas, edificios de las Naciones Unidas. Todos son objetivos legítimos para el estado terrorista de Israel. Les han cortado el agua, la comida, el combustible, la electricidad, las comunicaciones. No es una guerra, no es un conflicto. Es una masacre.
También la guerra en Ucrania ha provocado decenas de miles de muertos, cientos de miles de heridos, millones de desplazados.
Como seres humanos que somos, sentimos dolor, rabia e impotencia ante estos acontecimientos. Pero debemos ir más allá. Lenin durante la Primera Guerra Mundial decía: “la guerra es algo terrible” dicen los pacifistas. Y Lenin respondía: “sí, la guerra es terriblemente provechosa” Como comunistas debemos ir más allá de la indignación y entender cuales son los motivos de la guerra y cómo podemos poner fin a esta barbarie.
Lo primero que hay que señalar es la hipocresía repugnante del imperialismo. Cuando Rusia invadió Ucrania todos chillaban. Esto va contra el derecho internacional. Rusia viola las leyes humanitarias. Son crímenes de guerra. Y mandaron a Putin a la Corte Penal Internacional. Cuanta hipocresía. Por cierto, que EEUU no ha ratificado la Corte Penal Internacional! No solamente eso. En 2002, los EE UU aprobaron una ley que les autoriza a utilizar la fuerza militar para liberar personal de EEUU y aliados bajo la custodia de la CPI”. La ley se conoce comúnmente como “ley de invasión de la Haya”. La Haya es donde está situada la CPI.
Pero dónde están los chillidos histéricos de los gobernantes internacionales en relación a Gaza. Dónde está la corte penal internacional. Ah, no. Ahora todos: Biden, Macron, Sunak, Scholz, esa horrible criatura, Von der Leyen. Todos se apresuran a proclamar el “derecho de Israel a defenderse”.
No, no. La ley internacional es una farsa. El consejo de seguridad de la ONU es una “cocina de ladrones” como dijo Lenin en relación a la Sociedad de Naciones. Allí se reparten el botín. Cuando pueden usar a la ONU para encubrir sus intereses imperialistas, así lo hacen. Cuando la ONU vota en su contra, la ignoran totalmente.
Los comunistas siempre vamos a estar del lado de los oprimidos contra los opresores. Se habla de terrorismo. Pero ¿quiénes son los terroristas? Si miramos el diccionario veremos que terrorrismo es la utilización del terror para conseguir fines políticos. Eso describe exactamente la actuación del imperialismo de EEUU en Serbia, Iraq, Afganistán y un largo etc. Por no remontarse más atrás (Vietnam, etc). Invasiones, masacres, golpes de estado, torturas. Por no hablar de las sanciones, la guerra económica. Esta es la auténtica cara de la “democracia” capitalista y del “orden mundial basado en reglas” del que ellos hablan.
¿Cuál es el carácter del conflicto en Ucrania? Es un conflicto interimperialista entre EEUU y Rusia, en el que Ucrania es usada como carne de cañón. Desde la caída de la URSS, la OTAN siguió una política de expansión hacia el este. Al principio los capitalistas rusos eran pro-occidentales (Yeltsin), pero llegó un momento en que empezaron a defender sus propios intereses lo que les llevó a entrar en conflicto con el imperialismo occidental.
La responsabilidad principal de esta guerra recae sobre el imperialismo ianqui. EEUU apoyó el golpe de Maidan en 2014 que instaló un régimen nacionalista reaccionario, incorporando a bandas fascistas en el aparato del estado, y tomando como referencia los colaboradores nazis de la Segunda Guerra MUndial. Ya vimos cómo aplaudieron a un veterano de las SS Galizia en el parlamento Canadiense. Ese gobierno pro-occidental de Ucrania inevitablemente llevó a un levantamiento en el este del país y el uso del ejército contra la población civil. En aquél entonces nadie levantó la voz por los derechos democráticos del Donbas no contra la masacre. Nadie en los grandes medios de comunicación burgueses, claro. Los comunistas nos colocamos totalmente del lado de la resistencia anti-fascista en Ucrania.
Los motivos de EEUU en esta guerra son completamente imperialistas y reaccionarios. Debilitar a Rusia. Aumentar su control sobre la UE y obligarles a un programa de rearmamento. Recuperar prestigio después de la debacle de Afganistán.
¿Pero cuáles son los intereses de Rusia en este conflicto? Putin de manera cínica utiliza la memoria de la lucha contra el nazismo en la segunda guerra mundial. Pero utiliza a elementos nazis en su bando. Y además lo dice claramente: su modelo es el Imperio Zarista. Él culpa a Lenin y los bolcheviques por la creación de Ucrania. Un comunista ucraniano me dijo en una ocasión: “Lenin creó Ucrania, los nacionalistas ucranianos la han destruido”. Bien, no es totalmente cierto que Lenin creó Ucrania. Pero lo que sí es cierto es que los bolcheviques dieron la libertad a las naciones oprimidas por el imperio zarista y de ahí surgió la Ucrania independiente que luego se unió, en pie de igualdad, a la URSS.
En esta guerra, Putin representa los intereses de los capitalistas rusos. Estos intereses son también reaccionarios. La lucha por mercados y esferas de influencia, en las regiones vecinas de Rusia (Asia Central, Cáucaso, Ucrania) pero también más allá (Siria, África).
La postura de los comunistas debe ser por lo tanto la postura de Lenin en la primera guerra mundial, que se puede resumir en la frase de Karl Liebknecht “el principal enemigo de la clase obrera está en casa”. Nuestra principal tarea es la de desenmascarar la propaganda de “nuestros” imperialistas y combatir los intereses de “nuestra” propia clase dominante imperialista. La tarea de derrocar el régimen reaccionario de Putin es la tarea de la clase obrera rusa.
Y la tarea de la clase obrera ucraniana es luchar contra su propio gobierno reaccionario y títere del imperialismo. Esta no es una guerra por la defensa de la soberanía de Ucrania. ¿Qué soberanía tiene un país que depende totalmente de la ayuda militar y económica de la OTAN?
Vamos a hablar también de Palestina. Palestina es un conflicto que se remonta a décadas. En su orígen está la política del imperialismo británico de divide y vencerás. Una política que usaron en primer lugar en Irlanda, pero que perfeccionaron en todo su Imperio colonial. Así prometieron Palestina tanto a los árabes como a los judios, por sus propios intereses cínicos. El movimiento obrero revolucionario siempre se opuso al sionismo. El sionismo, es decir la idea de la creación de una patria para los judios en “la tierra prometida por Dios” fue desde el inicio un movimiento reaccionario. Lenin y los bolcheviques lucharon contra el anti-semitismo y los pogromos que el zarismo usaba para dividir la clase obrera. Pero se oponían al sionismo y planteaban la solución de la opresión de los judios mediante la lucha unida de la clase obrera contra el zarismo y el capitalismo.
Claro, el sionismo se fortaleció con el holocausto nazi. Cientos de miles de judios emigraron buscando un hogar donde vivir seguros. Ya en aquél entonces Trotsky advirtió que el intento de crear una patria para los judíos en Palestina sería una trampa sangrienta, no un hogar seguro.
El estado de Israel se funda sobre la desposesión de millones de árabes palestinos y se mantiene sobre su opresión constante. Por cierto, esta desposesión se llevó a cabo por medios terroristas. Una de las organizaciones terroristas sionistas era el Irgun, que es el antecesor directo del actual Likud, el partido de Benjamin Netanyahu.
La historia no empieza el 7 de octubre. Realmente, no nos puede sorprender el ataque de Hamas de ese día. La solución de dos estados fracasó. Los acuerdos de Oslo se revelaron como una farsa. En lugar de un estado palestino al lado del estado de Israel, lo que tenemos es una “Autoridad Palestina” sin ningún poder, que actúa como policía de Israel para controlar a los palestinos. Cisjordania contiene hoy 243 enclaves judíos conectados por carreteras, protegidas por el ejército israeli, que impiden a los palestinos viajar de un pueblo al pueblo vecino. Los colonos judíos ultraortodoxos han aumentado sus asentamientos en los territorios que se supone son de jurisdicción palestina. El gobierno de Netanyahu está en coalición con elementos abiertamente fascistas.
Además de eso tenemos el llamado proceso de normalización. Es decir el restablecimiento de relaciones normales entre Israel y los países árabes. Ya se estaba hablando del último paso del proceso: normalizar relaciones con Arabia Saudita.
Y para que quedara claro cuál era el plan, Netanyahu va a la ONU y presenta un mapa de lo que significa la normalización en Oriente Medio. Y en ese mapa, Israel contiene TODA Palestina, incluyendo los Territorios Ocupados en 1967, incluyendo Cisjordania y Gaza. Es decir un mapa en el que Palestina no existe. Es borrada totalmente del mapa.Como digo, no nos puede sorprender el ataque de Hamas el 7 de octubre.
Todos los que nos exigen que condenemos a Hamas son los que apoyan el terrorismo de Israel. No caemos en esa trampa. Nosotros somos comunistas y nuestros métodos y programa no tienen nada que ver con los de Hamas. Pero aquí de lo que se trata es de un pueblo oprimido contra una potencia militar de primer orden. Y nosotros estamos firmemente del lado de los oprimidos.
Este es un combate importante. Muy importante. Los imperialistas lo saben. En todos los países imperialistas han lanzado una campaña de propaganda y represión contra los que defienden la causa palestina. En Francia, Alemania, Suiza, Austria, han prohibido manifestaciones. En Gran Bretaña, Suiza, Austria nos han prohibido realizar reuniones públicas en las universidades. Cualquiera que expresa solidaridad con Palestina, o incluso llama a un alto el fuego, es acusado de terrorista, simpatizante de Hamas, etc. Este es el contenido real de la democracia capitalista. Nuestra propia organización, la Corriente Marxista Internacional, en Alemania, en Suecia, en Suiza, en Austria, en Gran Bretaña, ha sufrido estos ataques. Dicen que nuestra consigna “intifada hasta la victoria” ¡es incitación a la violencia!
¿Cómo podemos apoyar la lucha del pueblo palestino? En primer lugar debemos organizar la solidaridad internacional y la lucha contra nuestros propios gobiernos imperialistas que financian y arman a Israel. Esta lucha implica movilizaciones de masas como las que hemos visto. Medio millón en Londres el pasado sábado. Pero también implica llevar la lucha al movimiento obrero. Organizar un boicot obrero del estado de Israel. Detener el envío de armas. La clase obrera, organizada y consciente, tiene ese poder. Los estibadores portuarios ya en otras ocasiones (por ejemplo en Suráfrica) se han negado a transportar armas destinadas al estado terrorista sionista.
Algunos dirán: los palestinos llevan décadas luchando, de manera heróica, pero no han avanzado, más bien lo contrario. Los palestinos se enfrentan a un estado capitalista moderno armado hasta los dientes, que posee incluso armamento nuclear. ¿Cómo es posible derrotarlo?
Para nosotros, la vía del pueblo palestino a la victoria es una intifada. Un levantamiento revolucionario de masas contra la opresión, que implique a todos los palestinos, los de los territorios ocupados y los del actual estado de Israel, como fue la lucha unificada de la huelga general del 2021. Pero además, esa lucha debe extenderse a todos los países de la región. A Egipto, al Líbano, a Jordania, a todos las corruptas monarquías reaccionarias de la región. El derrocamiento revolucionario de estos regímenes vendría a fortalecer la resistencia palestina. Eso implica que la clase trabajadora y las masas pobres tomen el poder en esos países.
Un movimiento de ese tipo es el único que puede empezar a romper el estado de Israel en líneas de clase. La lucha nacional palestina por lo tanto está íntimamente ligada a la lucha contra el imperialismo y por abolir el capitalismo en toda la región.
Por eso decimos, alto y claro: Intifada hasta la victoria
Solidaridad con la lucha del pueblo palestino
Abajo el estado sionista de IsraelPalestina librePor una Federación Socialista de Oriente Medio
Trabajadores del mundo – ¡uníos!