Las elecciones parciales que tuvieron lugar en el mes de mayo en diferentes países europeos (Ballottage presidencial en Francia, y locales y regionales en Gran Bretaña, Italia y España) se resolvieron en derrotas para los partidos socialdemócratas yvictorias para los partidos de la derecha. En general, hubo un crecimiento de la abstención. Más que un triunfo arrollador de la derecha lo que se produjo fue una caída importante del voto a la izquierda, que refleja el desencanto con las políticas moderaoderadas y procapitalistas de los gobiernos reformistas en Gran Bretaña y España, y de centroizquierda en Italia.
El fracaso de la socialdemocracia europea
Las elecciones parciales que tuvieron lugar en el mes de mayo en diferentes países europeos (Ballottage presidencial en Francia, y locales y regionales en Gran Bretaña, Italia y España) se resolvieron en derrotas para los partidos socialdemócratas y victorias para los partidos de la derecha.
En general, hubo un crecimiento de la abstención. Más que un triunfo arrollador de la derecha lo que se produjo fue una caída importante del voto a la izquierda, que refleja el desencanto con las políticas moderadas y procapitalistas de los gobiernos reformistas en Gran Bretaña y España, y de centroizquierda en Italia. La derecha consiguió agrupar el voto de la pequeña burguesía y de las capas más atrasadas de los trabajadores, apelando al miedo y la incertidumbre que genera el declive del capitalismo europeo, exhibiendo un discurso ofensivo y demagógico, prometiendo cualquier cosa.
En cambio, los dirigentes reformistas y socialdemócratas del Partido Laborista en Gran Bretaña, de los Partidos Socialistas en Francia y España, y la coalición de Centroizquierda en Italia, no propusieron ni una sola medida que significara un avance real en las condiciones de vida de los trabajadores.
En Francia, el candidato de la derecha, Sarkozy, ganó el Ballottage presidencial con el 53% frente al 47% de la socialista Ségolêne Royal. En Gran Bretaña, el Partido Laborista de Blair hizo las peores elecciones locales en décadas. Blair se despidió del gobierno británico (siendo sustituido por su delfín, Gordon Brown) como el Primer Ministro más impopular desde la Thatcher.
En España, el derechista Partido Popular apenas superó por 150.000 votos al Partido Socialista, pero el conjunto de las listas de izquierda, nacionales y regionales, superó en votos a las de derecha.
Estos resultados no nos tienen que llamar a engaño. La clase trabajadora europea ha protagonizado, y aún lo está haciendo, enormes luchas para enfrentar las contrarreformas capitalistas que tratan de liquidar sus conquistas sociales. Los trabajadores europeos están haciendo su experiencia con el "reformismo sin reformas", que prepara una radicalización mayor de la lucha de clases en los próximos años.
