Aporte al debate sobre la Ley Penal Juvenil y baja de la Imputabilidada los 14 años

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En estas últimas semanas, se puso en la agenda de debate la situación de los jóvenes respecto a los marcos de las leyes penales juveniles y el ámbito de la inseguridad, que tanto difunden los medios de comunicación que conllevaron una masividad de opiniones sociales.baja imputabilidad

Fue el candidato a diputado nacional por la provincia de Bs. As., Martín Insaurralde del Frente para la Victoria quien en una declaración puso en pie el debate de si los jóvenes de 14 años deben ser juzgados por hechos que la ley considera delictivos; sus comentarios tuvieron una fuerte repercusión política y social tanto entre los representantes de la derecha como dentro del propio bloque kirchnerista.

 

Argentina y los menores.

En la Argentina, la Convención de los derechos del niño fue convertida en Ley en Septiembre de 1990, por la Ley 23849. En la historia Argentina por mucho tiempo la imputabilidad fue establecida desde los 14 años de edad, posteriormente la Ley 22278 que fijó el actual régimen de penalidad juvenil estableció la imputabilidad a los 16 años, derivándolos a  Instituciones de menores y dejando  bajo tutela de un juez  a los jóvenes que cometieron actos delictivos.

Pero la situación actual refleja otra situación, existen comisarías que privan de la libertad a menores de 16 años provocando una convivencia con tipos recluidos en las escuelas del delito como son las cárceles y las mismas comisarías. Las instituciones que deben contener a los menores, no sólo excluyen aún más de la sociedad a los pibes sino que no les garantizan la vida y, en peor grado, existe una persecución  por parte de la policía a través de un ejercicio tan discriminatorio y aberrante como es la criminalización de la pobreza, donde el  80% de quienes la sufren son jóvenes de entre 13 y 17 años.

Los medios atacan y la derecha y el progresismo confunden la situación.

El debate en juego es tan profundo que políticos referentes del gobierno kirchnerista y opositores comparten y dividen opiniones. De Narváez quien llevó al Congreso, en el 2009, un proyecto de ley que establece la imputabilidad a partir de los 14 años, pero que ya perdió consideración parlamentaria, es el principal precursor de castigar a los jóvenes. En el gobierno, representantes de la derecha están relamiéndose ante una posible baja de la imputabilidad que les garantice una suba importante de votos por parte de la sociedad en Octubre. Mientras, los más progresistas y defensores del proyecto nacional  como Juliana Di Tullio, entre otros, desvían la situación hacia la posibilidad de una Ley Penal Juvenil, que ajuste el limbo de jóvenes que desde los 16 a 18 años son enviados a esas instituciones  de exclusión social y a partir de ahora tengan una ley que les garantice una buena asistencia social y considere el marco regulatorio y sanción de los tipos de delito cometidos por los menores, pero siempre actuando  dentro de las presiones que ejercen los medios como Clarín y La Nación que marcan a la inseguridad como la principal arma de desestabilización de cara a las elecciones de Octubre.

Si la Patria es el otro, el debate es otro.

Sin lugar a dudas, la Corriente Socialista El Militante aplaude la apertura del debate y acompaña al mismo si el eje se centra en como brindar asistencia a las personas más vulnerables de la sociedad que son los niños y los jóvenes; creando instituciones que fomenten la educación, la cultura y el deporte como principal arma de inclusión para quienes cometieron algún delito y no criminalizando la situación de los jóvenes, otorgando penas justas de acuerdo al tipo de hecho delictivo, porque sabemos que no es lo mismo un robo, que uno seguido de muerte y/o violación.

Ante opiniones tan naturalizadas pero reaccionarias como “tienen que meterlos presos de por vida o matarlos a todos” que desconocen el medio en que los pibes nacen, se crían y crecen; el eje debería ser la  real inclusión y pleno ejercicio de los derechos para que el 70% de los jóvenes que se encuentran fuera de los rangos mínimos de educación secundaria, en un país donde la educación es gratuita,  estudien, escriban y trabajen.

Entonces SI EL PRESENTE ES DE LUCHA, EL FUTURO ES NUESTRO.

Sin embargo EL FUTURO YA LLEGÓ.