Queremos hacer público nuestro repudio a los actos represivos llevados adelante por la policía provincial, ordenados desde el gobierno de la Provincia de Santa Fe, en línea con las políticas represivas nacionales.
Desde el sábado 8 de octubre se reunieron en Rosario 70000 mujeres para debatir, intercambiar y establecer líneas de intervención social y política ante la creciente pauperización y ataque a las condiciones de vida de nuestros pueblos, reivindicando sus derechos y exigiendo el fin de todo tipos de violencias.
Más de 100000 mujeres se reunieron en una marcha histórica, la mayor en todos los encuentros, y una de las más grandes que se haya producido en la ciudad de Rosario.
Ante una acontecimiento de esta magnitud, reflejo de luchas y clamores de justicia largamente sostenidos, el gobierno provincial sólo puedo responder con represión, y utilizar la fuerza policial para “proteger” a la iglesia catedral de Rosario, que entiende como un bien prioritario, frente a la vida y a la dignidad de miles de mujeres, a las que la jerarquía eclesial violenta y estigmatiza.
La voluntad de represión de los mal llamados “socialistas” del gobierno provincial y municipal, lacayos del gobierno nacional macrista, fue manifiesta. La fuerza policial estaba desplegada para la represión, parapetada y oculta con ese fin, ninguna actitud indica que su posición fuera preventiva, si con eso quisieran excusarse. Es clara la alianza del gobierno Lifschitz y compañía con los poderes fácticos, y con aquellos especialmente retrógrados, como el de la jerarquía católica, es claro su progresismo declamatorio, que no duda en apalear a las mujeres que luchan.
Reiteramos nuestro repudio a la represión, y nuestro reconocimiento a las luchas de las participantes en el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres, encuentro multitudinario, que pudo expresar la convicción, la alegría y las exigencias de miles de mujeres de todo el país.