La Crisis del Hospital de Clinicas muestra de forma patente y lamentable el estado semi terminal de todo el sistema de salud en Argentina, incluido el sistema privado. La Crisis del Hospital de Clinicas muestra de forma patente y lamentable el estado semi terminal de todo el sistema de salud en Argentina, incluido el sistema privado.
Una mirada al hospital deja al desnudo un complejo educativo-sanatorial y asistencial arrasado por la corrupción y la desidia, con el aspecto de un hospital de campaña.
Con el agravante de que, además, éste es un Hospital Escuela donde se formaron brillantes profesionales y que además brindaba un servicio de alta calidad para personas de bajos recursos.
Además el Clinicas es un centro de investigación y experimentación como no hay en el país.
Eso explica que solo algunos pocos pabellones estén en un estado llamativamente impecable. Son los que reciben aportes de empresas privadas, interesadas en la investigación o algún proyecto particular. La inversión más pesada la hace el Estado; las ganancias se lo llevan las empresas.
Estas características hacen que pese a todo se abra una nueva oportunidad para recuperar un Hospital de Clínicas al servicio del pueblo, los trabajadores y la formación académica.
La unidad demostrada por los trabajadores médicos y no médicos para llevar adelante la huelga por tiempo indeterminado es importante. Pero es necesario sumar a la FUBA y no docentes, docentes (como ya lo hizo la AGD UBA), sindicatos de otras actividades, personalidades de la cultura y la educación para unificar el reclamo por el rescate definitivo del Clinicas, con el aumento del presupuesto educativo del 2007 para toda la UBA , particularmente para el Clinicas, al tiempo que se unifica el reclamo por la democratización de la UBA con la denuncia certera de que el actual Consejo Superior, y el que pueda ser elegido son responsables no solo de la hecatombe del Clinicas, sino de toda la crisis global que atraviesa la UBA.. No hay que olvidar que el saliente rector Etcheverry es médico y fue decano de Medicina.
Por eso es necesario luchar de manera indeclinable por el fin de las Intervenciones, donde una sola persona (con muchos secuaces de la burocracia no docente) decide por quienes hacen posible la actividad y sostienen el Clinicas desde siempre: el personal no médico, los médicos, los estudiantes, los docentes, no docentes, etc.
Es necesario en lo inmediato un Consejo o Comisión de Gestión que controle el aumento y la ejecución de las partidas presupuestarias del Estado conformado en partes iguales por todos los actores arriba descriptos.
Pero de fondo es necesario luchar por un cambio en el Gobierno en la UBA, para terminar con las camarillas docentes, la mafia de la burocracia no docente (que golpea a otros trabajadores de ese sector, o a estudiantes, y hace mórbidos negocios) el vaciamiento y la desfinanciación, los bajos salarios, y torcer el rumbo para que el presente del Clinicas no se instale no solo en ese Hospital sino en toda la mismísima UBA.
