Amenazas contra la vida de Chávez

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El lunes 22 de Agosto, Pat Robertson, fundador de la Christian Coalition of America (Coalición Cristiana de América) y antiguo candidato presidencial, llamó abiertamente a asesinar al presidente venezolano Hugo Chávez. “Tenemos la posibilidadde eliminarlo y yo creo que ya es tiempo de que hagamos uso de esa posibilidad”, declaró Robertson, nuestro devoto cristiano. El lunes 22 de Agosto, Pat Robertson, fundador de la Christian Coalition of America (Coalición Cristiana de América) y antiguo candidato presidencial, llamó abiertamente a asesinar al presidente venezolano Hugo Chávez. “Tenemos la posibilidad de eliminarlo y yo creo que ya es tiempo de que hagamos uso de esa posibilidad”, declaró Robertson, nuestro devoto cristiano.

Robertson continuó describiendo a Chávez como un “grandísimo peligro” para los Estados Unidos y que era “nuestro deber” no permitirle a Chávez convertir a Venezuela en la “pista de lanzamiento para la infiltración comunista y el extremismo musulmán.”

Con la revolución que actualmente se desarrolla en Venezuela, Chávez se ha convertido en el enemigo número uno del imperialismo norteamericano. En los últimos cuatro años, los EEUU han estado detrás de cada uno de los intentos por derrocar a Chávez, empezando con el golpe de Abril de 2002, el paro patronal y la campaña por el referéndum. El fracaso de la oposición, apoyada por los EEUU, ha llevado a una parte del gobierno de Bush a contemplar otros medios para deshacerse de Chávez, como por ejemplo el asesinato.

Por supuesto que funcionarios estadounidenses han negado esto, como lo han hecho en el pasado. Pero tras bastidores, están planeando la caída de Chávez. En 1975, luego del escándalo Watergate, varios comités de la Cámara de Representantes iniciaron investigaciones de las actividades del FBI y de la CIA. La investigación reveló que estos organismos habían desarrollado toda clase de operaciones secretas. Por ejemplo, a pesar de los repetidos desmentidos, la CIA ha estado involucrada en planes para asesinar a Fidel Castro y a otros jefes de estado.

También se descubrió en la investigación que la CIA -con la anuencia del Comité de los Cuarenta presidido por Henry Kissinger- había trabajado para “desestabilizar” el gobierno chileno de Salvador Allende. Cuando en 1074 el embajador norteamericano en Chile, David Popper, sugirió que la Junta estaba violando los derechos humanos, fue reprendido por Kissinger, quien le envió un mensaje: “Dígale a Popper que se deje de estar dictando cátedra de Ciencias Políticas.”

El Comité de la Iglesia, en su reporte sobre los intentos de la CIA de asesinar a Castro y a otros líderes extranjeros, indicaba que “una vez que se escogen métodos de coerción y violencia, la probabilidad de pérdidas de vida está siempre presente.” Más adelante continuaba diciendo que “sin embargo, hay una diferencia significativa entre el asesinato premeditado, intencional y a sangre fría de un líder extranjero individual y otras formas de intervenir en los asuntos de naciones extranjeras.”

En la práctica, esta “diferencia” no existía cuando se trataba de defender los intereses del imperialismo norteamericano, especialmente en América Latina y Centroamérica. Esto era precisamente a lo que se refería Robertson. Lo que ha hecho es simplemente declarar públicamente lo que otros están pensando.

“Sabes, yo no conozco muy bien sobre esta doctrina de asesinatos, pero si él [Chávez] cree que estamos intentando asesinarlo, creo que realmente deberíamos ir por él y hacerlo”, dijo Robertson. “Es muchísimo más barato que iniciar una guerra… y no creo que vayan a parar los envíos de petróleo”.

Por supuesto, nuestro evangelista está equivocado. El asesinato de Chávez provocaría una poderosa ola de sentimiento revolucionario que sería sentida a lo largo y ancho de América Latina y más allá. Los embarques de petróleo a los EEUU serían cortados de inmediato y se tomarían acciones contra las propiedades estadounidenses en todo el continente. Venezuela es el quinto exportador más importante de petróleo y uno de los más importantes proveedores de los EEUU. La CIA estima que los EEUU absorben casi el 59% del total de exportaciones venezolanas. Un corte en el suministro tendría un efecto económico devastador en los EEUU.

Robertson llegó a acusar a los EEUU de fallar en su actuación cuando Chávez fue derrocado brevemente en el 2002. “Tenemos los medios para eliminarlo y yo creo que ha llegado el momento de hacer uso de esos medios”, dijo Robertson. “No necesitamos de otra guerra de $ 200 mil millones para deshacernos de un, tú sabes, dictador de mano dura”, continuó Robertson. “Es muchísimo más fácil hacer que algunas de las operaciones encubiertas hagan el trabajito y terminar con eso de una vez por todas.”

Este crudo lenguaje normalmente se reserva para las conversaciones privadas entre los círculos dominantes de Norteamérica. Robertson no es simplemente un desequilibrado mental. Fue candidato a la nominación presidencial de los Republicanos en 1988 y es una de las fuerzas primarias del Partido Republicano. Es un aliado cercano de la administración Bush. Irónicamente, Robertson ha hecho un favor en sacar a la luz pública las verdaderas intenciones del imperialismo norteamericano. Con ello expone su hipocresía sobre “libertad” y “democracia” y revela la verdadera naturaleza brutal de un sistema en decadencia.

En su simpleza mental, esta gente cree que matando a una persona van a resolver sus problemas. Se están engañando a ellos mismos si lo creen así, porque detrás de Chávez hay millones de trabajadores y pobres de Venezuela quienes se han levantado y ganado dignidad en la revolución que está en marcha. Se deben hacer todos los esfuerzos para proteger a Chávez ya que personifica la revolución en Venezuela. La mejor forma de hacer esto es poniendo fin al sistema que ha producido a la oligarquía venezolana y a sus protectores imperialistas, el capitalismo en Venezuela.

Londres, 24 de agosto de 2005