Entre los años 1994 y 2001 los trabajadores aportaron a las A.F.J.P. unos 27.000 millones de pesos, equivalentes a dólares en tiempos del 1 a 1.A valores actuales son unos 78.000 millones de pesos. Entre el año pasado y lo que va del 2003 aportaron otros 3.500 millones de pesos, lo que hace un total de 81.500 millones de pesos. Las administradoras de fondos de pensión se quedaron con unos 25.000 millones en concepto de comisiones (un 30 %) y seguro previsional. Quedarían así unos 65.500 millones de pesos en las cuentas de los aportistas para su futura jubilación.
En octubre del 2001 Cavallo autorizó a las AFJP a invertir el 100 % de sus fondos en títulos públicos, en lugar del 50 % que se les permitía anteriormente y les canjeó sus bonos por préstamos garantizados.
Con la devaluación de Duhalde, estos fondos se redujeron un 30 %, con lo cual los aportes de los trabajadores descendieron a 44.000 millones de pesos. Esto se debe a que esos títulos fueron pesificados a 1.40 más CER.
Con la excepción de la AFJP de Banco Nación, las otras administradoras no aceptaron la pesificación. El gobierno de Kirchner propone entonces un saqueo mayor: una quita del 75 % sobre el valor de los bonos. El resultado de esta quita sería una reducción de las cuentas de los aportistas a 25.500 millones de pesos, una cifra que equivale a lo que los afiliados pagaron por comisión durante estos años a las AFJP.
Además, esta quita no afecta el patrimonio de estas empresas surgidas en la década menemista, sino exclusivamente los fondos de los trabajadores afiliados a esas instituciones, que son la base de los futuros haberes. Además, por la legislación previsional no son responsables de la desvalorización de los fondos que administran.
Se trata de una nueva confiscación de fondos. Al firmar el acuerdo con el FMI, el gobierno priorizó el pago de los intereses de la deuda. Con lo cual debe seguir descargando la crisis sobre el pueblo.
Desde El Militante nos oponemos a esta nueva estafa contra los sectores obreros y populares. Los sindicatos, las asociaciones de jubilados y los partidos de izquierda deben encabezar una campaña de esclarecimiento y de lucha ante esta nueva infamia. Estamos ante la presencia de un nuevo corralito.
El único camino que vemos viable para superar esta situación es la estatización del sistema previsional. Que exista un solo sistema jubilatorio, eliminando las AFJP.Y obligar a los bancos a devolver el dinero de las comisiones, que se integraría al sistema de reparto. Por supuesto que este sistema debe estar bajo control de los trabajadores activos y pasivos.
Otro punto a considerar es reivindicar el derecho a la jubilación con el 82 % móvil, que en otras épocas fue una consigna de lucha de nuestro movimiento obrero. Creemos que en un futuro no muy lejano deberíamos extenderla al 100 %. Es decir que el trabajador se debería jubilar con el total de su último sueldo, pues sus necesidades siguen siendo las mismas. Y también fijar una jubilación mínima de 500 pesos. Aunque pueda parecer utópico, creemos que los recursos para estos objetivos están. Solo que se los destina al pago de la deuda externa usurera. Ya es tiempo que se destine para los que generamos la riqueza. Es decir, para los trabajadores.